Qué paliza ayer. Pero bueno, al final me cundió más o menos, sobre todo cuando quedé con Manuel y me ayudó a tomar algunas decisiones. Él, que llegaba más o menos fresco después de ver la exposición de Chaplin, mientras yo ya llevaba un tiempo luchando con las hordas. Eso sí, para cuando volvimos a casa los dos sentíamos que volvíamos de la guerra.
Y es que, aunque suene a inocentada no lo es, no tuvimos ni tiempo para un Starbucks. Lo nunca visto.
*En Barcelona hay muchos tipos de aceras (a ver si un día hago una entrada con varios modelos): la de Gaudí, la de la florecita, las de los circulitos... y siempre me gusta mirar cuál voy pisando.
Jeje. Compras navideñas?? Yo deberia ir ya, y asi evitar los achuchones. Aunque el otro dia pase por la fnac, solo para pasar el rato, y casi muero. Que miedo!!!
ResponderEliminarPues tómate lo del otro día como ensayo general , no sé, reserva un balneario para después o algo.
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