
Como escribo menos en el blog, siento que tengo que aclarar que seguimos siendo los mismos en cuanto a ver películas, series y demás. Las salidas culturales por fuerza son menores, pero en cuanto podemos organizamos una. El viaje a Madrid por Semana Santa estaba siempre en el horizonte de manera abstracta, pero no se materializó en formato billetes de avión hasta casi última hora (para lo que nosotros acostumbramos al menos) y junto a ellos sacamos un par de entradas para ver
Follies en el Teatro Español de Madrid, a punto de acabar ya, aprovechando que en Madrid tenemos con quien dejar a Héctor.
Como se dice en inglés "beggars can't be choosers", así que comprando las entradas para un día en concreto y con tan poca antelación no podíamos esperar grandes localidades: un palco arriba, no de esos de "visibilidad reducida", pero casi, sobre todo cuando resulta que el director del montaje tiene una pasión desmesurada por situar gran parte de la acción pegadita justo al lado del escenario que veíamos peor.
Pero bueno, Sondheim es Sondheim y cualquier ocasión y perspectiva le sientan bien. De
Follies yo, conscientemente, sólo conocía
Could I Leave You? (en ese enlace interpretada por Julie Andrews) (puede que hubiera escuchado alguna otra), que es una canción puramente Sondheim, pero apenas conocía ninguna otra ni la historia que se contaba ni nada.
Follies, estrenada en 1971, cuenta el reencuentro de varias estrellas de una revista musical que, acompañadas por sus maridos (las que lo tienen), se reúnen la noche antes del derribo del teatro en que actuaron. Como suele pasar en estas ocasiones, todos se ponen al día de lo sucedido en sus vidas, generalmente maquillando un poco los acontecimientos, y salen a la luz viejas rencillas y amoríos. Muy curioso el montaje, que mezcla a veces a los protagonistas actuales con sus yos jóvenes y termina por organizar el númerito de revista de cada uno de ellos. En esto último felicito al montaje del Teatro Español: después vimos una grabación de un "revival" reciente del musical en Estados Unidos y el montaje de esta última parte era sosísimo, en cambio en del Teatro Español estaba de lo más trabajado. Mención especial de nuevo también a que no puede ser fácil traducir las letras de Sondheim, a Asunción Balaguer por su papel y en general al reparto completo, que si bien un poco menos natural de lo que suele sonar Sondheim en versión original, sí que estaban muy bien. Y sí, sale Massiel (y sí, hace de Massiel, para qué negarlo).
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Vista desde un balcón del teatro |
La única pega, en la que el montaje, los actores y el creador están totalmente exentos de culpa, es que tuvimos la "suerte" de tener al lado a tres exponentes de lo peorcito de la generación Twitter. Nada en contra de esta generación en sí, pero sí de estos tres elementos pseudogafapastas que no sabían callarse sus supuestos comentarios graciosos (los que oí no lo eran, eran simplemente ignorantes), no paraban de mirar el móvil, no paraban de moverse, no entendieron los numeritos tipo revista (pensaron que Sondheim pretendía ser original, cuando obviamente no, simplemente se amoldaba al género ya existente por aquello de la profesión de las protagonistas), ahí decidieron en grupo que ya no aplaudían más y no lo hicieron, llevando la mala educación (en todos los sentidos, también en lo de tener idea de las cosas) hasta el extremo de levantarse e irse en cuanto pudieron (y qué a gusto nos quedamos los vecinos, eso sí, que para eso se podían haber ido antes). Como decía Manuel, eran tres "indies" (nada en contra de los indies sin comillas, estos eran de los de comillas), que habían leído en su revista "indie" una buena crítica del musical y sin enterarse de más, habían sacado entradas para ser guays y se habían encontrado con que aquello no era "indie".
Pero en fin, que una noche con Sondheim siempre es una buena noche, toquen los compañeros que toquen. Creo que la producción vuelve a los escenarios el 8 de junio y, sin haberlo visto, sólo por el mero hecho de ser Sondheim, ya lo recomendaría, pero habiéndolo visto, lo recomiendo encarecidamente.