
Como escribo poco, me veo de nuevo en la necesidad de aclarar lo obvio: que no por no dejar aquí constancia de ello (y es una pena, porque el blog como memoria artificial es muy práctico) no hemos abandonado nuestros ciclos de cine y demás.
Así que después de un ciclo de Noche de viernes dedicado a las adaptaciones de la obra de Evelyn Waugh que nos gustó mucho, pasamos a uno dedicado a Edith Wharton.
En lo que respecta al blog, Evelyn Waugh se quedó por completo en el tintero y en lo que respecta a Edith Wharton me temo que va a tener que conformarse con que subraye la adaptación que más me ha gustado de todo el ciclo:
The Buccaneers, adaptación de Maggie Wadey para la BBC en esa época dorada del "costume drama" que fue 1995.
Y sí, lo reconozco, a pesar del ciclo, no he leído nada de Edith Wharton. Nuestra estantería tiene más de una obra suya y todo el mundo conoce, por haberlo leído o no, el argumento de The Age of Innocence (La edad de la inocencia), pero hasta el momento no se ha terciado, como tantas otras cosas para las que no es que falten ganas, simplemente es cuestión de prioridades. El caso es que para bien o para mal, después del ciclo conocemos la obra (o lo que los adaptadores han entendido por la obra) de Edith Wharton mucho mejor.
The Buccaneers es una miniserie de cinco capítulos basada en la última - e inacabada - novela de Edith Wharton. Parece ser que, igual que Wives and Daughters (Hijas y esposas) de Elizabeth Gaskell, lo que le faltó a Wharton por escribir fue justo el final. A diferencia de Gaskell, Wharton dejó unas anotaciones, pero como escribía, reescribía y revisaba sus novelas es difícil saber si la novela, tal y como la dejó, se parece a la novela tal y como hubiera quedado de haber podido continuar con su labor.
De modo que, igual que la adaptación de Wives and Daughters (Hijas y esposas) de Gaskell, esta adaptación cuenta con un final inventado que, como suele pasar, es polémico.
The Bucaneers cuenta las aventuras y desventuras de un grupo de cuatro amigas (dos hermanas y dos hermanas) americanas que, bajo la supervisión de su institutriz inglesa y una amiga americana, viajan a Londres en plena temporada a encontrar marido. Esto era algo común (no hay más que ver Downton Abbey para un ejemplo reciente): las ricas herederas americanas buscaban títulos nobiliarios que les dieran caché y la nobleza británica buscaba liquidez: la simbiosis perfecta si la cosa salía como en Downton Abbey o el típico matrimonio de conveniencia infernal si la cosa no iba bien, aquello era una lotería y las historias de estas cuatro chicas (una de ellas más o menos basada en un personaje histórico real:
Doña María Consuelo Iznaga y Clement, duquesa de Manchester).
Sin conocer la novela, me ha parecido una adaptación estupenda, una miniserie de lo más amena, de esas que hacen esperar con ganas el siguiente episodio. Ambientada como sólo la BBC sabe, sobre todo a mediados de los años noventa.
En fin, muy, muy recomendable, supongo que como la novela original.