tag:blogger.com,1999:blog-60039109006569808192024-02-26T08:13:36.339+01:00En Barcelona...Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.comBlogger1122125tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-42546245675663121792017-10-05T11:13:00.002+02:002017-10-05T14:34:13.149+02:00Emilia<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqUL2bmYJTldSU9vQbK0kjwfCjdDufvrFoQOL1yRqqQDQR__vOP0I939cktl2UdAjydKB_1kDXW9KlKFOtwbyoRQYF1eLzczINat9HTr5U7ICD58ZYnCJGDetyVAfH9BSpVcD-FUKgBkMN/s1600/img012.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqUL2bmYJTldSU9vQbK0kjwfCjdDufvrFoQOL1yRqqQDQR__vOP0I939cktl2UdAjydKB_1kDXW9KlKFOtwbyoRQYF1eLzczINat9HTr5U7ICD58ZYnCJGDetyVAfH9BSpVcD-FUKgBkMN/s320/img012.jpg" width="226" /></a>En 1940, una chica de unos 27 años, embarazada, con otros tres niños de la mano y que acababa de quedarse viuda, fue a la casa de su padre en Barcelona. Este la recibió con una bofetada y le negó cualquier tipo de ayuda.<br />
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Los hechos son reales aunque la recreación un tanto peliculera es de mi cosecha. Sé que los hechos son reales porque aquella chica era mi abuela materna. La bofetada de mi bisabuelo la revivo todos los días últimamente porque la razón (si es que hay razones para las bofetadas) era que el marido de mi abuela, recientemente fallecido en un accidente de tráfico en Segovia, era madrileño. Mi bisabuelo siempre se opuso a ese matrimonio (que luego la historia complicó puesto que mi abuela se había casado con un divorciado durante la República y, cuando el franquismo anuló los divorcios, ella pasó de ser viuda a ser madre soltera) por el simple hecho de que él era madrileño y no catalán.<br />
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En 1948 mi abuela, que por necesidad había tenido que dejar a dos de sus hijos internos en la Casa de Caridad que ahora es el CCCB, cogió los bártulos y se trasladó, sola con sus hijos, a Madrid, donde la familia de su marido que ya no lo era, la ayudó de la forma en que su familia consanguínea no había sido capaz. Dejó de hablar a sus hijos en catalán, que reservaba únicamente para conversaciones telefónicas con la familia (no para cartas, puesto que ella nunca supo leer ni escribir en catalán al haber estado prohibida su enseñanza durante la dictadura de Primo de Rivera).<br />
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Con esto quiero decir algo que todos sabemos: que tontos a lo largo de la historia ha habido muchos y que yo llevo en la sangre la estupidez de uno de ellos, que antepuso una abstracción territorial a su propia hija. También, y de forma más metafórica, quiero decir que las cosas nunca se arreglan con bofetadas (o violencia de ningún tipo).<br />
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Tengo aparcadas unas investigaciones genealógicas de la familia de mi abuela. Lo dejé en 1600 y pico y nunca nadie nació fuera de Cataluña, todos los apellidos con los que me encontré eran catalanes de pura cepa. Mi abuela lo de los ocho apellidos catalanes lo superaba con creces.<br />
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En el año 2007, la nieta de esta señora, yo, vino a vivir a Cataluña. Pasear por ciertos sitios de Barcelona donde sabía que había estado mi abuela o sitios por los que no sabía que hubiera pasado pero que irremediablemente todos los residentes en Barcelona pisan me hacía casi verla.<br />
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Diez años después me entristece que las "altas esferas" sigan recreando, de forma mutua y de forma más o menos metafórica, aquella bofetada que mi bisabuelo le dio a mi abuela. Si bien seguirá habiendo gente en la calle como mi bisabuelo, lo cierto es que en los diez años que llevo viviendo aquí nunca, repito NUNCA, nadie me ha mirado mal por ser madrileña, por ser una vaga para hablar en catalán por más que lo entiendo a la perfección. Leo de vez en cuando historias para no dormir de gente que (atención: exagero, pero no tanto) que casi pierde una pierna o casi muere porque se negaron a atenderles en un hospital porque no hablaban catalán y me llevan los demonios porque sé que son inciertas. Lo sé porque, repito, en diez años, nunca, nunca, nunca nadie me ha mirado mal por hablar en castellano o por decir que soy madrileña.<br />
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He tenido conversaciones con gente cuyo idioma principal es el catalán (en el que se sienten más cómodos, igual que yo en castellano, para expresar ideas) en las que ellos hablaban en catalán y yo en castellano con toda la tranquilidad del mundo. Más aun, reconozco que me encantan esas conversaciones. ¿Por qué una de las partes debería lidiar con un idioma en que se siente menos cómoda? Si yo hiciera el esfuerzo podría hablar en catalán y si la otra persona hiciera un esfuerzo aun menor (porque el bilingüismo funciona) también podría. Pero, ¿por qué hacer el esfuerzo cuando la cosa fluye con naturalidad? Y si esto no se entiende o se ve un problema en esta situación es que uno es muy cateto, lo siento.<br />
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En casa hablamos en castellano pero mis hijos van a un colegio público donde el idioma principal es el catalán y me parece muy bien. Cuantos más idiomas se hablen, mejor. Me hace mucha gracia que mi hijo pequeño, que acaba de empezar el cole, me cuente cosas mezclando el castellano con las cosas nuevas que allí se ha encontrado en catalán. "Hemos jugado a las <i>casetes</i>". O que mi hijo mayor entienda cómo funcionan los idiomas, aunque a veces falle: "he <i>retallado</i> esto". Quizá para otros esto sería material de Intereconomía, para mí es una maravilla.<br />
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Llevo años viendo banderas catalanas y banderas catalanas esteladas en las ventanas. También las veo españolas. Y lo cierto es que me dan bastante igual, tanto unas como otras. He salido muy poco patriótica (lo siento, bisabuelo) y donde la gente ve motivos para enorgullecerse yo solo veo telas coloridas.<br />
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El otro día un señor que no pasa hambre precisamente dijo "así la gente ve lo que sufrimos en Cataluña" y me quedé a cuadros. No era consciente de haber estado sufriendo todo este tiempo. Veo en las noticias lugares donde la gente sufre, y mucho, y de verdad, y me parte el alma que haya quien no sea capaz de valorar lo bien que vive. Viví 26 años en Madrid y llevo diez años viviendo en Cataluña. He tenido la grandísima suerte de haber vivido bien en ambos sitios. Toda mi familia vive en Madrid y sé cómo se vive allí, aparte del hecho de que viajamos allí de vez en cuando, y veo que en general la vida es igual en un sitio que en otro. (Por no hablar de viajes al extranjero en lo que compruebo lo mismo). Y veo que este tipo de vida generalizada (sí, hay mucha gente que lo está pasando mal, pero no creo que eso radique en dónde vive) está bien. ¿Hay cosas mejorables? Desde luego que sí. Pero la pregunta es: ¿van a mejorar esas cosas según el tipo de tela colorida que ondee en tu ventana o el escudo que haya en tu pasaporte? Mi respuesta: no (y espera que si cambia el escudo de tu pasaporte, como algunos están obcecados en lograr, no sea que sí que cambie, pero a peor).<br />
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No sé muy bien qué pretendo decir con todo esto. Quizá es un recordatorio de ese gran refrán inglés de "if it ain't broke, don't fix it" (si no está roto, no lo arregles). O quizá es la necesidad de contar un poco de lo que me carcome por dentro estos días. En cualquier caso, gracias por leerlo.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-36580531554685923432014-01-03T09:00:00.000+01:002014-01-05T09:22:12.925+01:00Felices ReyesObviemos que pasó la Navidad y que ya estamos en 2014 y yo apenas me enteré. Obviémoslo, sí. Pero no puedo pasar por alto mi fiesta navideña preferida. Dejo esta entrada programada y cuando salga estaremos en Madrid, esperando a que lleguen los Reyes Magos.<br>
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Desde hace mes o mes y pico, todo lo que Héctor señala en jugueterías y demás le voy diciendo que se lo pida a los Reyes. El pobre lo ha interiorizado de tal manera que creo que en marzo cuando vea algo que le guste en un escaparate seguirá diciendo que lo va a pedir a los "eyes". Veremos qué hace el día de Reyes por la mañana y el día 7 por la tarde cuando hayamos vuelto de Madrid cuando vea sus regalos, algunos de ellos, efectivamente, aquellos que vio y deseó mirando algún escaparate, en casa ya por arte de magia. Tengo curiosidad por ver qué hace y si se acuerda. (Se sigue acordando, desde luego, del hueco que dejó un camión verde en un escaparate).<br>
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De momento, esta canción de Tim Minchin me sirve para desearos lo mejor para el día de Reyes.<br>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/lWGwyAtkZ0g" width="560"></iframe></center>
Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-5179899331795304092013-11-18T14:49:00.001+01:002013-11-18T14:49:39.170+01:00Harriet, de Elizabeth Jenkins<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSsS1ZT3YDfOrt9fwv0utBYejjbCD3323XEYS-AWW4RjBjhY3iNWJaTKCObpK3EqA1dDeMzDINpFYPB2bopTV_lZVrcLPty4PQ89nWJUd1_VIEORkDB1-xdJWw1-cGjtORNgcdMIxe81Fr/s1600/harriet.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSsS1ZT3YDfOrt9fwv0utBYejjbCD3323XEYS-AWW4RjBjhY3iNWJaTKCObpK3EqA1dDeMzDINpFYPB2bopTV_lZVrcLPty4PQ89nWJUd1_VIEORkDB1-xdJWw1-cGjtORNgcdMIxe81Fr/s320/harriet.jpg" width="118" /></a>Aunque la novela más conocida de Elizabeth Jenkins, The Tortoise and the Hare, en una preciosa edición de Virago, languidece en la estantería desde hace años, Harriet, re-editada por Persephone y hace pocas semanas en español por Alba en su colección Rara Avis, escaló posiciones a velocidad de vértigo desde que Manuel me la regaló por mi cumpleaños hace un par de meses.<br />
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Harriet vio la luz en 1934, cuando apenas habían pasado 50 años del caso original y verídico que cuenta. Lewis Oman (Louis Staunton en la realidad. Si alguien quiere ver su foto <a href="http://www.dailymail.co.uk/news/article-2158458/Murder-starvation-It-scandalised-Victorian-Britain-chilling-book-tells-fortune-grabbing-husband-forced-heiress-wife-baby-die-hunger-.html">aquí la tiene</a>, pero ojo que hay spoilers, en inglés, eso sí)) conoce por casualidad en casa de unos parientes a Harriet Ogilvy, de treinta y pocos años con ciertas dificultades para el aprendizaje pero que, gracias a su madre, había aprendido a valerse por sí misma bastante bien y, sobre trodo, había desarrollado un elevado sentido de la buena presencia: le gustaba ir bien vestida, etc. Lewis, pese a que está cortejando a la hija de los parientes, se entera de que Harriet es una rica heredera y decide hacer de ella su lotería personal. Harriet se deja conquistar con facilidad, para horror de su madre, que intenta por todos los medios impedir el matrimonio. Sin éxito.<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvt_b1ePagUJNN_WMs2A40QM8uHiVu39s-v_AxC2EsusEVaKrSP6OsZ8Q76D10xpnmyAXZvtO8AY500K-Y82K6PUSWd1LxWYWKmjkYkM2U1ZY5_VbtWFukQA6MTflvtBX2HM0o0YIYvLom/s1600/harrietstaunton.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvt_b1ePagUJNN_WMs2A40QM8uHiVu39s-v_AxC2EsusEVaKrSP6OsZ8Q76D10xpnmyAXZvtO8AY500K-Y82K6PUSWd1LxWYWKmjkYkM2U1ZY5_VbtWFukQA6MTflvtBX2HM0o0YIYvLom/s320/harrietstaunton.jpg" width="203" /></a><br />
La vida de casada de Harriet va de mal en peor y Lewis se las ha ingeniado para cortar cualquier contacto con su madre. De modo que, aislada del mundo, Harriet se va perdiendo en sí misma. Y Lewis, por supuesto, va ganando confianza en su posición de ricachón, incluso, a todas luces, olvidando de dónde procede todo el dinero que él, si bien no derrocha en juego ni en bebida, sí que gasta e invierte con alegría.<br />
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No cuento más. Elizabeth Jenkins lo cuenta todo infinitamente mejor, de una forma calculada y con unas elipsis y unos hechos entre líneas que hielan la sangre (tanto por lo bien que están hechos como por lo que implican, claro). Baste decir que yo una noche, tras un día agotador, me acostaba casi con las gallinas y pensaba leer un par de líneas (por aquello de leer algo) y acabé no levantándome con las gallinas, pero casi, pero, eso sí, con la última página de Harriet leída y unos ojos como platos.<br />
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Se ha comparado Harriet con <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/09/suspicions-of-mr-whicher-el-asesinato.html">The Suspicions of Mr Whicher</a>, pero creo que únicamente tienen en común el hecho de ser casos victorianos y espeluznantes. El libro, de no ficción, por otra parte, de Kate Summerscale, indagaba en muchos aspectos del caso y de la época. Mientras que Elizabeth Jenkins lo cuenta como ficción (ojalá lo fuera), lo que contribuye a hacerlo, quizá paradójimante, más real.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-39198877964907987962013-10-15T09:54:00.003+02:002013-10-15T09:54:26.819+02:00Our Spoons Came from Woolworths (Y las cucharillas eran de Woolworths), de Barbara Comyns<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYGw8veQXmgiU-wltV7zTewK2x8LtfRQlLC8sCAsoqOMRrUR-sZF6naC9lWrRgwEmbgCTVTOjAVRPRHLA04Bf2AP_n1G7-U4zJi8laPnoo7e-O2WMuEtY9Us61An4z0np4jewAJakSf2Mg/s1600/oscfw.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYGw8veQXmgiU-wltV7zTewK2x8LtfRQlLC8sCAsoqOMRrUR-sZF6naC9lWrRgwEmbgCTVTOjAVRPRHLA04Bf2AP_n1G7-U4zJi8laPnoo7e-O2WMuEtY9Us61An4z0np4jewAJakSf2Mg/s320/oscfw.jpg" width="206" /></a>No exagero si digo que llevaba años tras este libro. Es algo curioso de decir, porque el libro siempre ha sido fácil de encontrar y sin embargo nunca le llegaba el turno. Ahora no entiendo por qué, si siempre había leído cosas buenas de él. Los dioses de los libros son muy persistentes cuando quieren que un libro se cruce en nuestro camino. Te lo ponen a los pies, en la mesa, a tu alcance, lo van dejando por sitios que tú pasas por alto hasta que se cansan y te dan con él en la cara de una vez. Te lo has ganado. A mí me dieron en la cara con esta preciosa portada y, por si eso fuera poco, con una introducción de mi querida Maggie O'Farrell. "Eso no lo vas a poder pasar por alto, guapa". Eso es lo que dijeron los dioses de los libros, que son sutiles hasta que dejan de serlo, pero que actúan con muy buena voluntad.<br />
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Después de su bofetada simbólica, tras acabar el libro, la que me hubiera dado bofetadas habría sido yo, por no haberlo leído antes.<br />
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Como dice Maggie O'Farrell, desafía a quien sea a leer las primeras líneas del libro y no engancharse a la historia que cuenta la narradora/protagonista. Con una voz novedosa y original, que hace reír e impacta por la naturalidad con que admite ciertas cosas bastante chocantes. La suya es la historia de un matrimonio bohemio en los mejores años para serlo, pero contada sin glamour alguno. Todo lo que se ha idealizado la vida bohemia de los artistas londinenses del periodo de entreguerras aquí se echa por tierra con sentido del humor pero no por ello con menos validez. Our Spoons Came from Woolworths (Y las cucharillas eran de Woolworths, editada hace poco por Alba en su colección Rara avis) es la mirada práctica a un mundo que vivía con la cabeza en las nubes.<br />
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Es, además, un libro que si lo lees sin saber en qué año está publicado (1950), adivinas sin lugar a duddas que fue escrito durante las posguerra y aún durante los años de racionamiento en Inglaterra. Como tantos otros de la época, las descripciones de la comida, los platos que se preparan, los sabores que se degustan, son exagerados en el sentido de que notas cómo al autor se le hace la boca agua mientras los describe.<br />
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Y cómo escribe Barbara Comyns. Su forma de escribir, de contar las cosas, me gustó tanto que en Londres, en la primera parada en una librería (Blackwell's, en Charing Cross) los otros dos libros reeditados hace poco por Virago The Vet's Daughter (La hija del veterinario, también editada hace poco por Alba) y Sisters by the River, se fueron directos a la cesta. Desde hace años me ha fascinado el título de otra de sus novelas, pero además ahora sé que, sea como sea, tengo que conseguir leerla. Si el título promete, no logro imaginar cómo será el contenido: Who Was Changed and Who Was Dead (algo así como "quién había cambiado y quién había muerto").<br />
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Por otra parte, me sorprendió enterarme de que Barbara Comyns vivió durante 16 años en Barcelona. Sin investigar muy a fondo, no he conseguido encontrar demasiado información sobre esos años, aunque reconozco que me pica bastante la curiosidad. ¿Dónde vivió? ¿Qué le parecía la ciudad y la gente? ¿Qué huella dejó en ella? Y un largo etcétera de preguntas.<br />
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El caso es que es una novela muy, muy recomendable. Yo no esperaría a que los dioses se dejaran de sutilezas como esta entrada.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-44506309874711835132013-10-07T14:15:00.001+02:002013-10-07T14:15:05.283+02:00KensingtonEl día del picnic por la tarde noche, Manuel tenía entrada para el Prom en el Royal Albert Hall de música de cine de Hollywood dirigida por John Wilson así que, tras un breve paso por el hotel, Héctor y yo le acompañamos hasta allí en un precioso paseo por Cromwell Road y Queen's Gate. Kensington es así, plácido y envidiable a partes iguales.<br />
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<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguRO19sYNMLcweA0Zvs4vEs0J80KOjyqfWQzzHHz-w2-D573jGEPXPAEm9QMeX4NbICo9K9Vx-zzm_1zFRfD3zfO3koquXj3YzyKxo-_lvZfA_3EA17NJwDzrtLoa8HW9WQxK2mlT4UWKe/s1600/DSC06616.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguRO19sYNMLcweA0Zvs4vEs0J80KOjyqfWQzzHHz-w2-D573jGEPXPAEm9QMeX4NbICo9K9Vx-zzm_1zFRfD3zfO3koquXj3YzyKxo-_lvZfA_3EA17NJwDzrtLoa8HW9WQxK2mlT4UWKe/s640/DSC06616.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>La zona de museos de Kensington es puramente victoriana: ilustrada, culta, pero cuidadosa, muy cuidadosa, de las apariencias. El museo de historia natural es precioso por fuera (creo que fue en mi primer viaje a Londres cuando lo vi por dentro) y si te fijas lleno de detalles entrañables como animalitos esculpidos, etc.<br />
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Seguimos caminando y pronto nos topamos con Hyde Park y el monumento a Albert y, por supuesto, el Royal Albert Hall, sitiado por multitud de prommers. Allí nos despedimos de Manuel aunque días después disfrutaríamos del prom ya en casa en la televisión, puesto que fue uno de los que emitió la BBC (también vimos, sin conocer nada de nada de la saga, el dedicado a Doctor Who, que nos gustó mucho. A Héctor de hecho y por alguna razón no muy clara, le fascinó hasta el punto de no quitar ojo a la pantalla. Me pregunto si tenemos un fan de Doctor Who en ciernes entre nosotros).<br />
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De vuelta al hotel de nuevo con Héctor por las plácidas calles de Kensington al atardecer, viendo o imaginando los fantasmas de los victorianos eminentes y corrientes que residieron allí. Una parada técnica en Waitrose, porque coleccionamos supermercados y aunque adoramos Marks & Spencer a veces nos puede la curiosidad.<br />
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Y al día siguiente repetimos el paseo con un destino cercano: por fin, tras años de espera, nos dirigíamos al Victoria and Albert Museum.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkTYmGtDgWhVBTgJJEsVijqQKNnTCRE730J7OBZKcfGh-g9N7KKP_zbiHDGGpW7VhPFbLu86lHQF3QQD1BGhZ7n9Q6zmkzJ9ETBI3QSkX0nK1MJZQ2UbsHfA6yuxr4SUEQ9v5olOIhIO-8/s1600/DSC06626.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkTYmGtDgWhVBTgJJEsVijqQKNnTCRE730J7OBZKcfGh-g9N7KKP_zbiHDGGpW7VhPFbLu86lHQF3QQD1BGhZ7n9Q6zmkzJ9ETBI3QSkX0nK1MJZQ2UbsHfA6yuxr4SUEQ9v5olOIhIO-8/s640/DSC06626.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghmBIsqEVNv_zXCxnWoi8WWRpFT-DxGZcgpSr5w4Hm2v-YqUdj2INAUCvuLp0Vm9vq40-QyuUELwrufKSnH-wy02ka_LgTfSVrBHrMpzkvzVP0S_9chAlupa4iO6t1Tguqzr9G_FUpbr34/s1600/DSC06632.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghmBIsqEVNv_zXCxnWoi8WWRpFT-DxGZcgpSr5w4Hm2v-YqUdj2INAUCvuLp0Vm9vq40-QyuUELwrufKSnH-wy02ka_LgTfSVrBHrMpzkvzVP0S_9chAlupa4iO6t1Tguqzr9G_FUpbr34/s640/DSC06632.JPG" width="640" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmTh4ArthdIQfDmQsvZYQIntzc-2zGV6bpd40NNOpGfXPjCoNZ6kWJ171_kESGbFT_Mqg4HQ9qV3_sA6l5ZY_ZLnkqsxITq7EgDXyZnc_G9MsFoeZ-3SZPyoR_7zuc4Mm6FXgif74C5LjS/s1600/DSC06641.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmTh4ArthdIQfDmQsvZYQIntzc-2zGV6bpd40NNOpGfXPjCoNZ6kWJ171_kESGbFT_Mqg4HQ9qV3_sA6l5ZY_ZLnkqsxITq7EgDXyZnc_G9MsFoeZ-3SZPyoR_7zuc4Mm6FXgif74C5LjS/s640/DSC06641.JPG" width="640" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfaJm3Lk8wAZNwvIIE9vQ0HfR1BlIG0icLu3eJJzCIODFe8oO9WFyqiRYRRUljPhtCL_WkwiWKZlqVm9Xvdp7FNhlNIkp5i-tGOWWxXFQQOwkdv2uh59DRHk0Ac8Wo5dP-R7FCqWaDSIX-/s1600/DSC06646.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfaJm3Lk8wAZNwvIIE9vQ0HfR1BlIG0icLu3eJJzCIODFe8oO9WFyqiRYRRUljPhtCL_WkwiWKZlqVm9Xvdp7FNhlNIkp5i-tGOWWxXFQQOwkdv2uh59DRHk0Ac8Wo5dP-R7FCqWaDSIX-/s640/DSC06646.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Con Héctor no quisimos tentar demasiado a la suerte y vimos unas cuantas salas: las de teatro y artes escénicas (pasando por las de joyas, con esa iluminación tan chula que hipnotizó a Héctor) y las dedicadas al siglo XX. Una visita rápida que nos sirvió para constatar que es un museo puramente inglés y enorme y muy, muy bien montado.<br />
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Con lo que me llevé un poco de chasco fue con la tienda. Tantos años mirando con deseo su web e imaginando que el día que la visitase la tarjeta iba a echar humo y lo cierto es que apenas compré dos o tres cosas (una de ellas un cochecito para Héctor como premio por haberse portado de maravilla).<br />
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Esa misma tarde salía nuestro avión de vuelta y descubrimos que lo malo de tener un frigorífico por pequeño que fuera en la habitación es que lo quieras o no terminas acumulando comida, así que en el patio del Victoria and Albert hicimos un picnic de restos. Un picnic improvisado y que por tanto implicaba que nos habíamos dejado nuestro tapetito de picnic guardado en la maleta. Fue un espejismo, habíamos vuelto a tener que sentarnos en bolsas de plástico y mirar con envidia las picnic blankets de los demás. Con envidia también miraba Héctor a los niños ingleses que en un día no frío, pero no particularmente caluroso tampoco, corrían y se remojaban en la fuente-piscina. Debe de ser un secreto a voces aquello porque aunque desde una ventana del museo nos había chocado mucho ver a un niño bañándose, luego vimos a muchos más y madres preparadas con bañadores, toallas, cambios de ropa, etc. Si la reina Victoria levantara la cabeza...</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyhyVmrXcttwN-Zx5IT7nuwOeCBVkqON_nLTdZiqO9KcPA1yrOa1gUJ2Tjcu48W8L2bIL1dW0cFW9b40j2mHFuc8bf_s5Pr4tuA7pGwVn-72-CYNujCCyG3UNUpLE3uIozHsRHzMWFTeaR/s1600/DSC06654.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyhyVmrXcttwN-Zx5IT7nuwOeCBVkqON_nLTdZiqO9KcPA1yrOa1gUJ2Tjcu48W8L2bIL1dW0cFW9b40j2mHFuc8bf_s5Pr4tuA7pGwVn-72-CYNujCCyG3UNUpLE3uIozHsRHzMWFTeaR/s640/DSC06654.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFiP5pV0_wyW2xV8HmwS16Ig8bFrozeupdnjOYjU6iVTOxF4VcVvHHc3MmYw57QS5X0TMLMiKO3trYFKiFZCQIppYLrTF0Cltz97QU1IEcCa4KIPIWKhrSKnwSIUHINK0MhxiHGTKSA3uF/s1600/DSC06656.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFiP5pV0_wyW2xV8HmwS16Ig8bFrozeupdnjOYjU6iVTOxF4VcVvHHc3MmYw57QS5X0TMLMiKO3trYFKiFZCQIppYLrTF0Cltz97QU1IEcCa4KIPIWKhrSKnwSIUHINK0MhxiHGTKSA3uF/s640/DSC06656.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Y así se nos acabó Londres una vez más, con cosas en el tintero, como siempre.<br />
<br />
La maleta batió récords (aunque parece que siempre digo eso) y trajo esta pila de libros más todos los juguetes de Hamleys y toda la ropa nueva de Héctor.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie9vBDDipY3ykl-fLDWTUTM618GV7g5fMN098IxFmQA2LP5pgq9OmGEeiBcQ1lSmsm0oAzWKIlJHhOBrYIVbJGjPZjCe7T1kVi282LbfocIEyVSd1pLn4XjYUia0rQ4izC066kOtxGjBIX/s1600/DSC06684.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEie9vBDDipY3ykl-fLDWTUTM618GV7g5fMN098IxFmQA2LP5pgq9OmGEeiBcQ1lSmsm0oAzWKIlJHhOBrYIVbJGjPZjCe7T1kVi282LbfocIEyVSd1pLn4XjYUia0rQ4izC066kOtxGjBIX/s640/DSC06684.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Mi maleta es la envidia de Mary Poppins. Y ojalá volver a Londres fuera tan sencillo como abrir el paraguas y volar.<br />
<br />
Y como siempre, claro: gracias a todos por leer y comentar las crónicas.</p>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-48776532808791992322013-09-30T10:04:00.001+02:002013-09-30T10:04:12.299+02:00Picnic en Hampstead HeathYa que en Semana Santa la nieve dejó a Héctor sin poder corretear por los páramos, a mí se me quedó la espinita clavada de ver a Héctor en el campo inglés. Quizá es que veo demasiado Peppa Pig con él, pero un picnic era algo que me apetecía.<br />
<br />
Y, para que no todo sea Peppa Pig, Hampstead Heath y Hampstead Village son habituales de la literatura inglesa. Hampstead es una zona muy literaria. Muchos escritores viven por la zona y su enorme parque sale en muchísimos libros. Tenía ganas de conocerlo.<br />
<br />
El lunes amaneció nubladillo pero enseguida despejó y se quedó un día espléndido. Quizá incluso un poco menos de calor no nos hubiera importado.<br />
<br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzpMdes9bn-_iPBKCaBjcy62WfZ1m6a5akyhU-sHf_NkthFzjgh935_cOHcHUVqoc2cliHAqtvWW0qk70fNWyPqHb0OBgnfDyAouLXXbwimF-SZoaHF-dih2EChgSUAeH4RWyNqE5JkBm1/s1600/DSC06464.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzpMdes9bn-_iPBKCaBjcy62WfZ1m6a5akyhU-sHf_NkthFzjgh935_cOHcHUVqoc2cliHAqtvWW0qk70fNWyPqHb0OBgnfDyAouLXXbwimF-SZoaHF-dih2EChgSUAeH4RWyNqE5JkBm1/s640/DSC06464.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>En el Simply Food (de Marks & Spencer) más cercano nos abastecimos de cositas para el picnic. El día en que habíamos llegado ya me había comprado un tapetito para picnic (aunque sigo mirando con ojos llenos de envidia las gigantescas<i> picnic blankets</i> que tiene la mayoría) así que sólo hubo que comprar cosas comestibles: lo primero que cogí fueron moras: de temporada y con un inconfundible toque de "picninc perfecto".<br />
<br />
Con el carro de Héctor bien cargado, nos pusimos en marcha. Al bajar del metro descubrimos que Hampstead es todo lo encantador que suena. Curioseamos en algunas tiendas sin entretenernos mucho y fuimos yendo hacia donde entendíamos que quedaba la entrada al parque.</p><br />
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<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiixWmYg4ZBrawGFP0PiR7qH5tUYd0NgPAHkSam-LM1Y5ES4IbsqDb5YqJrXWLKIFF7vcwhiGNAZ92ixHOHQwhIS-nG5y6_2ZjHf7osvJ8yGaNgfsK-mtPdasouLFJGlD7iTbjpyCJBb1QM/s1600/DSC06481.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiixWmYg4ZBrawGFP0PiR7qH5tUYd0NgPAHkSam-LM1Y5ES4IbsqDb5YqJrXWLKIFF7vcwhiGNAZ92ixHOHQwhIS-nG5y6_2ZjHf7osvJ8yGaNgfsK-mtPdasouLFJGlD7iTbjpyCJBb1QM/s640/DSC06481.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA6Hhwm3_IQUja8gMHs66L1SH9WadN1AQrkgLg8F_GwvzkivPzNfmauKvcAwNS3wm6gE79D7Woaw6cxn_UdNeoRugk07er5HSekU6HK8ioTsrhc02e_BPmm_CIxSNZIoi04fmx8VxtdbFE/s1600/DSC06483.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA6Hhwm3_IQUja8gMHs66L1SH9WadN1AQrkgLg8F_GwvzkivPzNfmauKvcAwNS3wm6gE79D7Woaw6cxn_UdNeoRugk07er5HSekU6HK8ioTsrhc02e_BPmm_CIxSNZIoi04fmx8VxtdbFE/s640/DSC06483.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Desde donde veníamos el acceso al parque era por Spaniards' Road (sí, el camino de los españoles, al parecer originado en <a href="http://www.timetravel-britain.com/articles/london/spaniards.shtml">esta historia</a>). Héctor comenzó muy entusiasmado recopilando piedras, montones de ellas, hasta que se abrumó por haber tantas y desistió. Mientras Manuel y él se dedicaban a eso, yo me zampaba un heladito típicamente inglés: de cono, de vainilla blanca, con su chocolatinita y sus virutitas de colores. Qué delicia.<br />
<br />
En cuanto me acabé el helado, saqué la cámara.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN4m_rtKbXSJ2QBUMJB8yLW1ge774n7PM5xaDNB42w3veEsdP4fnyFWDi-cv8lbOpAFagEEXp9vnPOd7Q8G0ptBcmqEpHv7MxaVbSUhonVk3WBLSUalPOkhpTPJvxAcdj6jD7tPpQ6UzVq/s1600/DSC06496.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN4m_rtKbXSJ2QBUMJB8yLW1ge774n7PM5xaDNB42w3veEsdP4fnyFWDi-cv8lbOpAFagEEXp9vnPOd7Q8G0ptBcmqEpHv7MxaVbSUhonVk3WBLSUalPOkhpTPJvxAcdj6jD7tPpQ6UzVq/s640/DSC06496.JPG" width="640" /></a></center><br />
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<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirwIE1G-cXylghuA2IQ7s9aX6hOiByPs5KMwutV10HVWJ34s1qdUF5SyLQ-VJXY2hZBqtzxiQLac496Ar5Zq0bABmypLA0ayF6c3CzR9UmVD6B0jEQx5x86IrWs6xWFeA0kSDTrZdRKr46/s1600/DSC06502.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirwIE1G-cXylghuA2IQ7s9aX6hOiByPs5KMwutV10HVWJ34s1qdUF5SyLQ-VJXY2hZBqtzxiQLac496Ar5Zq0bABmypLA0ayF6c3CzR9UmVD6B0jEQx5x86IrWs6xWFeA0kSDTrZdRKr46/s640/DSC06502.JPG" width="640" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ7_NcVnBAxFTljEvHnH4jPGGxlwiSUVa6KlM7t4JLB7ryjQHc8oWAlRK2PBK_5C9GWyKGmiw-pCu7WiKH4MV9gWfxLOoObpLBJuJtpYSbO5SeZNXqGONVJ7DtbwP66232b3lUqnB2yfpM/s1600/DSC06504.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQ7_NcVnBAxFTljEvHnH4jPGGxlwiSUVa6KlM7t4JLB7ryjQHc8oWAlRK2PBK_5C9GWyKGmiw-pCu7WiKH4MV9gWfxLOoObpLBJuJtpYSbO5SeZNXqGONVJ7DtbwP66232b3lUqnB2yfpM/s640/DSC06504.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirFYhsrsFHhvD_2x-wKAm2R7tR4Nzkx-Bm1CGOkNqhOuEcG1pBcdp54In3kDnsPgbO0_Od27JtTHBxc80U_rt9h24OD8jlwcdQrc8VQBxVms8AdITJft7xYpLbmi63oiUgbOKroblt2Qck/s1600/DSC06505.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirFYhsrsFHhvD_2x-wKAm2R7tR4Nzkx-Bm1CGOkNqhOuEcG1pBcdp54In3kDnsPgbO0_Od27JtTHBxc80U_rt9h24OD8jlwcdQrc8VQBxVms8AdITJft7xYpLbmi63oiUgbOKroblt2Qck/s640/DSC06505.JPG" width="480" /></a></center><br />
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<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG5sgdtsPjeObWVdksXEu9XXS-SWiMErOzwaxNrAsXl4r9rf4TMuwYj3YCSFAw9K8d9q3e9lmHYwsQcwMcWLnQRlClfLCu91bZOGXSWUyWN1inQyC_lSXxncvdfXJQG4PORcQsaec4_lEd/s1600/DSC06521.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG5sgdtsPjeObWVdksXEu9XXS-SWiMErOzwaxNrAsXl4r9rf4TMuwYj3YCSFAw9K8d9q3e9lmHYwsQcwMcWLnQRlClfLCu91bZOGXSWUyWN1inQyC_lSXxncvdfXJQG4PORcQsaec4_lEd/s640/DSC06521.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeVhqFuItQpQZ59wnHtUbo3H1EtOUioqDGi_dREGwpxsU61d8Znnd7_mkyoPz-eB1_-5rrv0DwQUI-Yzv4kqYarKBwZm9aFR9uPqGSYY3T-W5zW7YcrAPFfCQXHyZMRu0PmSdztBCVANQK/s1600/DSC06529.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeVhqFuItQpQZ59wnHtUbo3H1EtOUioqDGi_dREGwpxsU61d8Znnd7_mkyoPz-eB1_-5rrv0DwQUI-Yzv4kqYarKBwZm9aFR9uPqGSYY3T-W5zW7YcrAPFfCQXHyZMRu0PmSdztBCVANQK/s640/DSC06529.JPG" width="640" /></a></center><br />
<p>Ya lo he dicho muchas veces. En Inglaterra ves muy claramente que la naturaleza está al acecho. Los trífidos es una historia inglesa porque de verdad es fácil imaginar a las zonas verdes conquistando terreno. En pleno Londres estás metido en un bosque auténtico, sin artificio alguno y con árboles dignos de cualquier cuento de hadas que se precie. El único toque de civilización a veces son los bancos dedicados que tanto me gustan.<br />
<br />
Al comienzo del parque por donde habíamos entrado nosotros había una explanada verdecita que habíamos dejado pasar por aquello de adentrarnos un poco más. Cuando habíamos recorrido un buen trecho, empezamos a echarla de menos y a medio arrepentirnos. Sólo a medias, ¿eh? Las vistas, los árboles y la atmósfera del parque eran una maravilla.<br />
<br />
Y así llegamos a otra explanada. Permitid que me ponga una medallita por haber arrastrado una pelotita desde Barcelona hasta Londres y haber recordado cogerla ese día.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-zWgvbJuOO7pXLY6JBjuqZCw9iayPgcEYZ4LrYS9ia7jdvODJCgE_JPCbjptAFiVEUUs2fvnIa9sys9y4oHSenYX52vaLh8P8UNuJYJW78OT1My2Bk92mNO_wezDuW285Cn2b2t_zahNk/s1600/DSC06534.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg-zWgvbJuOO7pXLY6JBjuqZCw9iayPgcEYZ4LrYS9ia7jdvODJCgE_JPCbjptAFiVEUUs2fvnIa9sys9y4oHSenYX52vaLh8P8UNuJYJW78OT1My2Bk92mNO_wezDuW285Cn2b2t_zahNk/s640/DSC06534.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Un poco de ejercicio, buscar el refugio de una sombra y a zampar. Nuestro picnic inglés a más no poder.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhph-LYCBlapSJO9Bu1agZRjdW9ImVv8Q8mBfoefvJhVcIGntRW5PO4AALyWlVqxfRwi9LaB7RqIN9g939KeuKp-K97aJWAReh1c0oJwdsKtkjY4foDdQIb63v0BbhCi6ucpVnbFC-57pS0/s1600/DSC06546.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhph-LYCBlapSJO9Bu1agZRjdW9ImVv8Q8mBfoefvJhVcIGntRW5PO4AALyWlVqxfRwi9LaB7RqIN9g939KeuKp-K97aJWAReh1c0oJwdsKtkjY4foDdQIb63v0BbhCi6ucpVnbFC-57pS0/s640/DSC06546.JPG" width="640" /></a></center><br />
<p>Héctor, como yo imaginaba, se lo pasó en grande. En cuanto hubo saciado el hambre, se fue a explorar y a pegarse a un grupo de niños ingleses que hacían carreras ("un participante más", dijo el adulto que jugaba con ellos), aunque Héctor se limitaba a animarlos mientras corrían y a que corrieran más ("eto, eto, eto", dicho señalando hacia adelante)</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu5b-qnm3NyvADEGWQhp_5cxz7hxh9pid8bg9mZe4dDblIZSOlwJbAsAaBFZl5LhMv3yXhF4je2YdpmWdRE692Hr0XTzFif1-0NxOYfICBa9_lC1qiXp8jMPWYnRcRnPH1ZWnJwTVtxj30/s1600/DSC06574.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiu5b-qnm3NyvADEGWQhp_5cxz7hxh9pid8bg9mZe4dDblIZSOlwJbAsAaBFZl5LhMv3yXhF4je2YdpmWdRE692Hr0XTzFif1-0NxOYfICBa9_lC1qiXp8jMPWYnRcRnPH1ZWnJwTVtxj30/s640/DSC06574.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4-SXX7_LF0EeLie-avQjF6SCw_2O6_r-DVK1abIVIG5UsQHnhSF32v5R7KIYYiO2O5Wv3bq1MxkcsIwyZfPGVqKn6zIm6qk44xu89kOhW_q9KUFDpMQnof9sPn82TQDJYoaWFXRQ_bDVH/s1600/DSC06579.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4-SXX7_LF0EeLie-avQjF6SCw_2O6_r-DVK1abIVIG5UsQHnhSF32v5R7KIYYiO2O5Wv3bq1MxkcsIwyZfPGVqKn6zIm6qk44xu89kOhW_q9KUFDpMQnof9sPn82TQDJYoaWFXRQ_bDVH/s640/DSC06579.JPG" width="640" /></a></center><br />
<p>Acabó tan cansado de correr, saltar, arrancar hierba y coger piedras que hasta pidió ponerse en el carro para dormir. Y con él dormido sudamos la gota gorda de vuelta a la civilización, ahora era cuesta arriba.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSPoWqsGawsVTGcpk0hNXx2XV_aK6zpOxDvP7H6K2pwR6iD4d5BwDeq5YspwqaKtZ2rMWvDUFoGEaWr6z-Fti-BuX_tLr1-T8_9vnNutuR0goUDKQSzru7tH4JBmHlNTrPpALIliBGwYfG/s1600/DSC06605.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSPoWqsGawsVTGcpk0hNXx2XV_aK6zpOxDvP7H6K2pwR6iD4d5BwDeq5YspwqaKtZ2rMWvDUFoGEaWr6z-Fti-BuX_tLr1-T8_9vnNutuR0goUDKQSzru7tH4JBmHlNTrPpALIliBGwYfG/s640/DSC06605.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkwGYUJEiQuYtXveCAHf0_CfGrXfN4aJchDQH5Hb0j-s-sTalzlpswGpEnyVs0UOFm_8rTfUgdamSlI39lKArkJYWZykDlrYLmpuFFkpSQoDURLOd92U3bJA9gswZiIZ5mFbaiJBJqca5S/s1600/DSC06607.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkwGYUJEiQuYtXveCAHf0_CfGrXfN4aJchDQH5Hb0j-s-sTalzlpswGpEnyVs0UOFm_8rTfUgdamSlI39lKArkJYWZykDlrYLmpuFFkpSQoDURLOd92U3bJA9gswZiIZ5mFbaiJBJqca5S/s640/DSC06607.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>De nuevo en la zona comercial aprovechamos para curiosear por más tiendas. Un Waterstones al que no pudimos resistirnos y una librería de segunda mano en la que encontré un par de libros antiguos de Margaret Forster de los que aún me faltan (y de hecho creo que Margaret Forster vive por allí).<br />
<br />
Un día de picnic perfecto y de lo más completito.</p>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-2956783593067907082013-09-23T14:11:00.001+02:002013-09-23T14:11:08.846+02:00ShoppingLa lluvia y las previsiones de la BBC nos hicieron modificar un tanto nuestros planes. Una de las actividades planeadas requería la colaboración del tiempo y visto que el lunes, festivo allí, tenía mejor pinta en ese aspecto, dedicidimos pasar al domingo lo que teníamos planeado para el lunes. Al fin y al cabo, siendo festivo el lunes, el miedo a la ciudad fantasma era el mismo.<br />
<br />
Mientras hacíamos los planes para el viaje, vimos que el Notting Hill Carnival tenía lugar justo en esos días. Otra deuda que tengo pendiente con Londres es que nunca he pisado Notting Hill, pese a lo mucho que me gusta la película del mismo nombre. Barajamos la idea de saldar la deuda y conocer el carnaval, pero dado que - siendo sinceros - el Carnaval no nos va en lo más mínimo, optamos por pasar. Si hay algo que nos enseñaron París y Versalles es que no se nos da bien hacer viajes de guía. Seguramente las guías turísticas consideren un crimen que un turista no aproveche la ocasión, pero la verdad es que si el turista pasa del carnaval en su ciudad, no hay motivo por el que tenga que asistir al carnaval - por famoso y/o grandioso que sea - en otra ciudad. O al menos eso pienso yo.<br />
<br />
El caso es que el carnaval se cruzó en nuestros planes cuando la línea de metro que quisimos coger estaba cortada. Pisé moderadamente Notting Hill cuando tuvimos que bajarnos en Notting Hill Gate. Caminamos un buen rato y, para cuando decidimos acortar un poco cogiendo un autobús, Héctor ya estaba demasiado hambriento como para disfrutar del viaje en autobús rojo de dos pisos. Una pena.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBUYX48S_4QcI_ooYgPJegq3BrXSoMNq7KwHNH4xy-cm8zZKMF6hjOoG6HHEFLb7ofPU-OV2G1wXzo0ygk1iU1m4q_fEcaMUKHRqyeX7Rxg2ug4MfBj_A2qryZz9yZU-1395yPiEGl5Xmc/s1600/DSC06333.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBUYX48S_4QcI_ooYgPJegq3BrXSoMNq7KwHNH4xy-cm8zZKMF6hjOoG6HHEFLb7ofPU-OV2G1wXzo0ygk1iU1m4q_fEcaMUKHRqyeX7Rxg2ug4MfBj_A2qryZz9yZU-1395yPiEGl5Xmc/s640/DSC06333.JPG" width="480" /></a></div><br />
Del autobús nos bajamos en Marble Arch, con su cabeza de caballo, que fotografié con el fin de ayudarme a decidir a la larga si me gusta o no. Sigo indecisa.<br />
<br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIEJe2x9TnUJdsMI6XQ1kTHKQWzIvUsNyls7nuVbouqrX9vxM8a0GOK2z3G4qX15Ta838CY41YayvJOmELcV37kG2YS-k814VnK1F9proPcq74nUZIRZajYU_mldGwoTeF4R6nblcpiq_h/s1600/DSC06289.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIEJe2x9TnUJdsMI6XQ1kTHKQWzIvUsNyls7nuVbouqrX9vxM8a0GOK2z3G4qX15Ta838CY41YayvJOmELcV37kG2YS-k814VnK1F9proPcq74nUZIRZajYU_mldGwoTeF4R6nblcpiq_h/s640/DSC06289.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Parón en Sainsbury's para comprar provisiones para el muerto de hambre y picnic improvisado en un banco rodeados de homeless, turistas y palomas a partes iguales. Con el estómago lleno, Héctor disfrutó de las palomas como nadie.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNytghNcKz_oh14HY3ntgPp6HR8FKvrlptoSTZnIoCEzapt9PS3YrNfcj8hodxhAXTHErQXxC0Ea2R_uqTSBGtPin3jvhQO2SdMHNzUrGAeuUAlj9muwm7OHdeXIAA26NOtnsW-an53cfP/s1600/DSC06327.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNytghNcKz_oh14HY3ntgPp6HR8FKvrlptoSTZnIoCEzapt9PS3YrNfcj8hodxhAXTHErQXxC0Ea2R_uqTSBGtPin3jvhQO2SdMHNzUrGAeuUAlj9muwm7OHdeXIAA26NOtnsW-an53cfP/s640/DSC06327.JPG" width="640" /></a></center><br />
<p>Una vez que Héctor había correteado a sus anchas y estaba listo para dormir una buena siesta nos dedicamos a algo que no habíamos hecho antes: ir de compras de ropa. La clave de por qué no lo habíamos hecho antes es que las compras fueron para Héctor puesto que la ropa de algunas tiendas en Inglaterra es mucho más chula que algunas de aquí.<br />
<br />
Así que fuimos curioseando aquí y allá por Oxford Street entre las masas de gente mientras Héctor dormía plácidamente en su carrito. Para cuando se despertó estábamos bastante cerca del plan que teníamos para la tarde: llevarlo a la juguetería Hamleys. Ya sólo entrar le gustó porque nos recibieron con un montón de pompas de jabón, y el hecho de que dentro haya un montón de juguetes en marcha con los vendedores tan "comprometidos" (por llamarlo de alguna forma) con las demostraciones de productos determinados le gustó mucho. La pega fue que había mucha gente y, quizá, demasiados juguetes, y el pobre se agobió un poco. En la planta de coches y trenes no daba a basto. Eso sí, le echó mano a un taxi londinense que ya apenas soltó el resto del viaje. Y nosotros, muy apañados, hicimos acopio de juguetes: algunos para ir dándoselos poco a poco y alguno incluso ya para Reyes.<br />
<br />
Yo quería que pasase por la zona de Build-A-Bear pero con tanta gente no se enteró muy bien de qué iba, así que lo dejamos para otra ocasión. En cualquier caso, la tarde de compras, entre unas cosas y otras ya había sido completita.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoaPp1k11iaSZz7InfJA4NyLtRJyZYpT_cWiHVnRDI4XOSwF6v07w00gRbx2l6P8WrhdScmV8ojehD8-iLIbv9-SVN4o1-HsRxvV3HmqTa0MPczKQnB1D4xMvdjd9IOSeEjzUUgCiqC-O9/s1600/DSC06342.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoaPp1k11iaSZz7InfJA4NyLtRJyZYpT_cWiHVnRDI4XOSwF6v07w00gRbx2l6P8WrhdScmV8ojehD8-iLIbv9-SVN4o1-HsRxvV3HmqTa0MPczKQnB1D4xMvdjd9IOSeEjzUUgCiqC-O9/s640/DSC06342.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuDTRIhysa4zIai0s6eZQT0_FH76kO3q1kievWN3bDJ-Ka8eRPW05vqtvt5UT_cwDewV78U-227H2W8Nlgd0spGAm-CVVF-hPIRE_xYZPFfP330TQUJJJB8mcKYmAPEqgzr2ngmU4kogHt/s1600/DSC06407.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuDTRIhysa4zIai0s6eZQT0_FH76kO3q1kievWN3bDJ-Ka8eRPW05vqtvt5UT_cwDewV78U-227H2W8Nlgd0spGAm-CVVF-hPIRE_xYZPFfP330TQUJJJB8mcKYmAPEqgzr2ngmU4kogHt/s640/DSC06407.JPG" width="640" /></a></center><br />
<p>Para todos volver a respirar con un poco de calma nos refugiamos en un parquecito delante del edificio de Vogue. Allí Héctor siguió persiguiendo palomas y nosotros contemplamos las posibilidades. Cuando hacíamos los planes también habíamos visto que, en una calle cercana a Oxford Street, en The Photographers' Gallery, había una exposición de Mass Observation (la "organización" para la que escribía diarios, por ejemplo, Nella Last). Lo malo es que ya no llegábamos y lo malo es que estábamos en cuenta atrás para todo. Pasaban pocos minutos de las cinco y el mundo (comercial) parecía detenerse a las seis.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiW2lxWevqadxtVf08zn-6-3qxvnH55BjtEksXYHgqJK1T_v6aPnypAWwHagplyhxZzQqbUioDJ7zXhcHS3MRtBt89C1TyFZqAeRJ6DwlRpVPuA9e0obmsyW6YT5fepZtiKND1DkvXT_3ri/s1600/DSC06344.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiW2lxWevqadxtVf08zn-6-3qxvnH55BjtEksXYHgqJK1T_v6aPnypAWwHagplyhxZzQqbUioDJ7zXhcHS3MRtBt89C1TyFZqAeRJ6DwlRpVPuA9e0obmsyW6YT5fepZtiKND1DkvXT_3ri/s640/DSC06344.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxiVS3Rwy0vczf_bl2GBs7pJl_7w5DXkYJhCjmO3PFJ3ppjstcUTPm5_Ua0YwCI86SBsqnWeN2YFzyxmBiBGe_2n5kyq3kP6ko4UrtFL4uMKyv7jdFJfEpNJQ7oMsT2dgBODPfD92L0IyW/s1600/DSC06410.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxiVS3Rwy0vczf_bl2GBs7pJl_7w5DXkYJhCjmO3PFJ3ppjstcUTPm5_Ua0YwCI86SBsqnWeN2YFzyxmBiBGe_2n5kyq3kP6ko4UrtFL4uMKyv7jdFJfEpNJQ7oMsT2dgBODPfD92L0IyW/s640/DSC06410.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Resignados decidimos ir volviendo al hotel dando un paseo. Claro que en nuestro camino se topó esto:</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwQBK5tGydzwtE1bmxvaznRWTv5SBB-pf0_zKm3RU6JMMkIQyu1QKF5drdQ3yQHcjxTwub55hWm3ZOBf-a-XJQuC3ZDCqWaxhWo7CMii1El4T9X2pQeLelN4iQowox6hr4I9jgLowpxkD0/s1600/DSC06423.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwQBK5tGydzwtE1bmxvaznRWTv5SBB-pf0_zKm3RU6JMMkIQyu1QKF5drdQ3yQHcjxTwub55hWm3ZOBf-a-XJQuC3ZDCqWaxhWo7CMii1El4T9X2pQeLelN4iQowox6hr4I9jgLowpxkD0/s640/DSC06423.JPG" width="640" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXidGjoxWYpCe36HXBuESLKgvL-Z6QE-Hj0PO-veZW3C5QFpB5hrLxbqp_DsFmZHzgVcEY__b8oLdpKpmdB6soBKi93qjadKcE84FMw2jHIFUVyhTep2A_ClSIct6Kyp7n4XIZj3h9aVT_/s1600/DSC06416.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXidGjoxWYpCe36HXBuESLKgvL-Z6QE-Hj0PO-veZW3C5QFpB5hrLxbqp_DsFmZHzgVcEY__b8oLdpKpmdB6soBKi93qjadKcE84FMw2jHIFUVyhTep2A_ClSIct6Kyp7n4XIZj3h9aVT_/s640/DSC06416.JPG" width="480" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRhC_oeQoQ8BbCXDZ-mKjEJ9O1W6wlbXj2zkuh3pRsdHrPZDFpNsAbSEWU2w_wWr1mRICAXlA5gYIIxDhDN6shEppxJfL0ddXmDTubTBq6N4cLInnFyb-AlNqHddUXfWLcievwOl7hUYNR/s1600/DSC06417.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRhC_oeQoQ8BbCXDZ-mKjEJ9O1W6wlbXj2zkuh3pRsdHrPZDFpNsAbSEWU2w_wWr1mRICAXlA5gYIIxDhDN6shEppxJfL0ddXmDTubTBq6N4cLInnFyb-AlNqHddUXfWLcievwOl7hUYNR/s640/DSC06417.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Liberty. Conocida por supuesto de oídas pero nunca antes visitada. Muy tentadora y preciosa por dentro y por fuera. La pena fue que nos quedamos en el nivel de la calle puesto que había cansancio generalizado. A mí me hacía ilusión visitar la sección de papelería, pero al parecer ninguno de los ascensores (con carrito no quedaba otra) paraba en esa planta por alguna razón que Manuel consideró una señal divina.<br />
<br />
Seguimos caminando y fuimos a parar a Carnaby Street y nos pusimos nostálgicos al ver al zapatería donde me compré las botas de lluvia hace unos años. Tras nuestros propios pasos en Londres. Literalmente.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiChvC8Q0DWVv73AT3c0L2kDH9RRx1SnGso6bJHikDF-IQj4K8ciVGfBKPlPEYvInNe0uV6m2X6BgGKdNmgwaaJZD3W4YcbPbuckNVG5nYc1ggkkfjh0DV6hpTOsAh7rpQJfJwDtl5su3T2/s1600/DSC06424.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiChvC8Q0DWVv73AT3c0L2kDH9RRx1SnGso6bJHikDF-IQj4K8ciVGfBKPlPEYvInNe0uV6m2X6BgGKdNmgwaaJZD3W4YcbPbuckNVG5nYc1ggkkfjh0DV6hpTOsAh7rpQJfJwDtl5su3T2/s640/DSC06424.JPG" width="640" /></a></center><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgddJwFa_SvxA9c33JhpQA5WL6Sg9iLhDNiv3kjV7GzEZRdNMyj6Frzs_hexoy7Zdr2Q58RRcO7Zr7uQ2MkjUBrMGF7Voc4DWfMq-bP4lwpK22zAwqzfiwfyxcW66RODzzO65IUAlm-1tEY/s1600/DSC06433.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgddJwFa_SvxA9c33JhpQA5WL6Sg9iLhDNiv3kjV7GzEZRdNMyj6Frzs_hexoy7Zdr2Q58RRcO7Zr7uQ2MkjUBrMGF7Voc4DWfMq-bP4lwpK22zAwqzfiwfyxcW66RODzzO65IUAlm-1tEY/s640/DSC06433.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Paseando por el corazón del Soho empezó ese temido momento en que una tienda tras otra va echando el cierre a medida que pasas por ellas. Hubiera curioseado en más de una de no haber visto que ya sólo estaban esperando a que se fueran los clientes de dentro para cerrar. Fue en este momento cuando tuvimos la epifanía de que no teníamos nada de cena para Héctor (ni para nosotros, pero eso es más fácil de solventar). Así que el calmado paseo hasta el hotel sufrió un desvío que nos llevo al Pall Mall, a una columna de Nelson móvil o tipo espejismo (elegid la versión que os apetezca) y por fin al Tesco Express de Trafalgar Square. Sin buscarlo ni quererlo nos encontrábamos en el corazón de Londres, con vistas al Big Ben y todo. <br />
<br />
Con el carrito de Héctor lleno hasta los topes, retomamos el paseo... hasta el metro de Green Park. Conocimos St James Palace, otro desconocido, pasamos por una tienda con todo tipo de accesorios para esos fines de semana de caza en la mansión de la campiña y, por fin, por fin, llegamos al metro. Pese al cansancio, las vistas a Green Park antes de entrar al metro, con sus tumbonas de rayas verdes y blancas (y obviamente de alquiler, pero no dejemos que eso empañe la ensoñación), nos pusieron los dientes largos momentáneamente. Menos mal que sabíamos que al día siguiente nos resarciríamos.</p>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-16027487939054147962013-09-17T10:04:00.003+02:002013-09-17T10:04:37.063+02:00Llegamos a Londres... otra vez<i>Este año fuimos de vacaciones a Londres (¡sorpresa!). He aquí el comienzo de las "crónicas" del viaje.</i><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH05YgXgC0VCo0y0uqlSCc3ZOs6r5yolbG98jhFtikXkZ9xSuMoCg0w8r3GT2uInxbCh61Bo-tNgzFdqnjJUcfuvixTKk_2u0iX9JpF3QDXIE5Gkf2KSvFwJ-lMF3-X_rMRPDLU0YsY4Gj/s1600/DSC06238.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH05YgXgC0VCo0y0uqlSCc3ZOs6r5yolbG98jhFtikXkZ9xSuMoCg0w8r3GT2uInxbCh61Bo-tNgzFdqnjJUcfuvixTKk_2u0iX9JpF3QDXIE5Gkf2KSvFwJ-lMF3-X_rMRPDLU0YsY4Gj/s640/DSC06238.JPG" width="640" /></a><br />
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<p>Pues sí, otra vez en Londres. Antes de ir al <s>Polo Norte</s> Haworth en Semana Santa, pasamos aquella tarde en Londres que, la verdad nos supo a poco. Londres no tiene fin y hay millones de rincones que explorar. Además, una vez que has ejercido alguna vez en la vida de turista londinense propiamente dicho (Casas del Parlamento, Museo británico, Tower Bridge, etc... Aunque lo confieso, nunca me he decidido a pagar la pequeña fortuna que cuesta entrar en la Torre de Londres), puedes dedicarte a la mejor parte: dejarte de lo que recomiendan las guías y dedicarte a buscar lo que a ti te interesa de verdad. Para mí no hay ciudad más sencilla en la que hacer justo eso que Londres. Me fascina que casi cada esquina tenga una etiqueta histórica correspondiente. Los ingleses son estupendos a la hora de recordar y clasificar y conmemorar. Y yo soy una fan total de esas pequeñas perlas.<br />
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Nuestro mítico hotel londinense queda un poco alejado del centro, así que después de un par de incursiones por la zona de la British Library/King's Cross esta vez decidimos mudarnos de nuevo y cambiar de barrio. A un barrio que yo siempre había querido conocer a fondo pero que nunca había llegado a explorar demasiado: Kensington.<br />
<br />
Nuestro hotel en esta ocasión era ideal para entusiastas de la comida de Marks & Spencer como nosotros y más yendo con un niño. No sé qué buen acto hicimos esta vez pero nosotros habíamos reservado una habitación normal y al llegar nos informaron de que nos habían hecho un "upgrade" a una "luxury room". ¿Hay mejor forma de empezar un viaje? (Empezar es un decir, puesto que nuestro avión había salido a las siete de la mañana y llevábamos en pie desde las cuatro, cortesía de Héctor, que decidió despertarse 45 minutos antes de lo debido: él parece ser que si madruga, madruga a fondo). El caso es que todas las habitaciones del hotel cuentan con un armario que incluye: pila, Nespresso (con el que luché mucho para hacerle un café a Manuel que, sinceramente, no pareció gran cosa. Lo siento, George Clooney, tu producto me parece un timo), cositas de té, microondas, frigorífico y platos, cubiertos, etc. Comodísimo para nosotros. Y la habitación grandecita para medidas londinenses, con unas persianas que hicieron las delicias de Héctor por dentro y de sus padres por fuera: vistas a Kensington y un jardincito privado del tipo que mencionan en Notting Hill. Viendo los dos parques privados que teníamos a dos pasos del hotel me sentí muy, muy tentada de imitar ese momento de la película.</p><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSQJ2kXKyX9hjpdPWFk2vINzNyAustqRLgVZoM1rFTVn8M-Uk9DyB__JCBBbguLTQufiNmPVNyKu3pl6G-hjK40lMGIBe6JCk7QF0QjZ2H2PpYRxnVwAPvmEc-Kd0LMaxFiYiZwAEq2IGv/s1600/DSC06216.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSQJ2kXKyX9hjpdPWFk2vINzNyAustqRLgVZoM1rFTVn8M-Uk9DyB__JCBBbguLTQufiNmPVNyKu3pl6G-hjK40lMGIBe6JCk7QF0QjZ2H2PpYRxnVwAPvmEc-Kd0LMaxFiYiZwAEq2IGv/s640/DSC06216.JPG" width="640" /></a><br />
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<p>El primer día nos recibió la lluvia. Yo me había fiado de las previsiones de la BBC por la que este fin de semana largo de agosto iba a hacer buen tiempo en Inglaterra. Menos mal que los siguientes días nos hizo bueno: ya me temía la típica maldición de mis botas de lluvia: si viajo sin ellas, diluvia y si las llevo, no cae ni una gota.<br />
<br />
Como llegamos muy pronto al hotel y no estaba preparada la habitación, dejamos los bártulos y nos fuimos al centro. ¿Qué se puede hacer en caso de lluvia si no visitar librerías? Pues eso.<br />
<br />
Héctor, puede que por cansancio o por ir sentando la cabeza, estuvo un poco más tranquilo que la última vez y pudimos hacernos con unos cuantos libros entre unas y otras librerías. Ya enseñaré las adquisiciones londinenses.<br />
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Después de comer y de pasar de nuevo por el hotel a conocer la habitación, volvimos a salir, bajo una lluvia finita, a la calle, dispuestos a dar un paseo por nuestro nuevo (por tiempo muy limitado) barrio.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_glsu9D5vduCPzdFTa0yTcP46yCtSLq4O8pn3Vam5lJYpqEy0DUC_Sn104jP0-PyoTX8HAe6SwolqQDUL0uCwQqBF7UYA6ucjJ1QElZvqfQTo84nNQFHM1EhqCiyDWs_YLhrFnwXD_sMQ/s1600/DSC06248.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_glsu9D5vduCPzdFTa0yTcP46yCtSLq4O8pn3Vam5lJYpqEy0DUC_Sn104jP0-PyoTX8HAe6SwolqQDUL0uCwQqBF7UYA6ucjJ1QElZvqfQTo84nNQFHM1EhqCiyDWs_YLhrFnwXD_sMQ/s640/DSC06248.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>En Kensington todas las casas pueden parecer iguales a simple vista, pero de cerca no lo son. Están llenas de detalles personales e históricos que hacen que pasear por las calles del barrio no sea en absoluto monótono. Y siempre está la cuestión de si son casas particulares o no. Y aun a sabiendas de que los Bellamy de Upstairs, Downstairs (Arriba y abajo) vivían en Belgravia, yo no podía pasear por Kensington sin mirar las escalerillas que bajan hacia la zona que antes utilizaban los criados; o mirar a las ventanas superiores e imaginar, casa tras casa, a familia à la Bellamy tras familia à la Bellamy. Hace falta poquísima imaginación para verlo todo muy nítidamente.<br />
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Paseando y pensando en los habitantes de años ha, llegamos a una plaquita azul de esas que siempre son una pequeña alegría incluso antes de leerlas y vimos que uno de nuestros vecinos había sido Alfred Hitchcock.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCzW76kKrB0BJIeXReJyMk26Q6YIUN8nl1bPLIw64LcWjvlNJTUPcJBQhcJQKMTpzVseWk6iCzoglqIczINZeWUIeOjpkThj2ap4NbRUf6vkagUqUOc3GumFrqjAto1c-9cNyC-B0oULNL/s1600/DSC06223.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCzW76kKrB0BJIeXReJyMk26Q6YIUN8nl1bPLIw64LcWjvlNJTUPcJBQhcJQKMTpzVseWk6iCzoglqIczINZeWUIeOjpkThj2ap4NbRUf6vkagUqUOc3GumFrqjAto1c-9cNyC-B0oULNL/s640/DSC06223.JPG" width="480" /></a></center><br />
<p>Kensington, plagado de referencias recordadas y olvidadas en mi cabeza, pequeñas plaquitas azules sin marcar tan claramente como la de Hitchcock. Aparte de la sensación de hacer de extra en un capítulo de Arriba y abajo, pasear por sus calles es, sin ponerles nombre, pasear tras los pasos de infinidad de gente a la que admiro, aunque en el momento no recordase quiénes eran ni qué calles habían mencionado en particular. Kensington es puro Londres histórico, si bien es una historia un tanto anónima en general, forjada personalmente por el visitante. Para disfrutar de Kensington de verdad, el visitante tiene que poner de su parte. Kensington me ha parecido una experiencia anglófila total.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNK2Hw0lQ5_mLQ_VQZIyZZMrg9PKDTOMRofVWoLCmoz9LFgGGKY8uqBaSHZ_TSzF4bSaoVOkRFnLT10xrLiSutVnT_VPC_Zu9WPGI93NctB23dtRaIKnsShpCe_JdZSaKU5GMdDgUVozh7/s1600/DSC06240.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNK2Hw0lQ5_mLQ_VQZIyZZMrg9PKDTOMRofVWoLCmoz9LFgGGKY8uqBaSHZ_TSzF4bSaoVOkRFnLT10xrLiSutVnT_VPC_Zu9WPGI93NctB23dtRaIKnsShpCe_JdZSaKU5GMdDgUVozh7/s640/DSC06240.JPG" width="480" /></a></center>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com29tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-63635922221152858942013-08-24T10:00:00.000+02:002013-08-24T10:00:06.126+02:00Historias de Londres, de Enric González<i>Entrada programada.</i><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXLMs5RCbhdQDMtKB7j4JxNph5bdhaof79WMH-2CfMbwsQhjpH5uV0o7wAKJuLtwMBS0shhGgOFfSGK0wG7KKR2wwvkY11IITasGIl2MzyF_0gxOWkclLVULJsP78YqUoYTPpLdXO9hkKc/s1600/hdl.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXLMs5RCbhdQDMtKB7j4JxNph5bdhaof79WMH-2CfMbwsQhjpH5uV0o7wAKJuLtwMBS0shhGgOFfSGK0wG7KKR2wwvkY11IITasGIl2MzyF_0gxOWkclLVULJsP78YqUoYTPpLdXO9hkKc/s1600/hdl.jpg" /></a><br />
Aunque ha habido algún que otro viaje a Londres, entre el último de Nueva York y este, no he faltado a <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/08/historias-de-nueva-york-de-enric.html">mi promesa</a> de leer Historias de Londres de Enric González antes de viajar a Londres. Porque sí, allí es donde, cuando salga esta entrada programada, estaremos pasando unos días de final de vacaciones.<br />
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Sí, volvemos a Londres y sí, sólo hace falta ir a Londres una vez y/o leer este libro para darse cuenta de que Londres (como Nueva York, por ejemplo) no se acaba nunca. Se acaba enseguida si, como hace mucha gente, uno se limita al cambio de guardia, a ir a ver las Casas del Parlamento, Trafalgar Square y montar en el London Eye. No se acaba nunca si uno quiere explorar Kensington a fondo (Victoria & Albert Museum, esta vez con un poco de suerte nos veremos por fin las caras) e irse de picnic en Primrose Hill, ir en barco hasta Greenwich y, en resumen, conocer todos y cada uno de los rincones de la ciudad. Queda claro que en este viaje tampoco lo haremos todo, menos ahora después de haber añadido unas cuantas cosas más a la infinita losta de cosas que hacer en Londres alguna vez en la vida.<br />
<br />
Enric González le propone a su mujer vivir del aire en Londres y acaba con la pregunta: "¿Se podría vivir del aire en Londres?" Ojalá se pudiera. Y no sólo en Londres.<br />
<br />
El caso es que Historias de Londres es tan ameno como Historias de Nueva York. Con la diferencia de que de Londres conozco un poco más y algunas cosas ya las sabía e incluso doy con algún que otro error (veo que <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/06/carmen-laforet-una-mujer-en-fuga-de.html">RBA nunca ha practicado demasiado lo de los revisores/correctores</a>) (Miss Havisham, el personaje de Dickens, es rebautizada como Mis Haversham y en la misma página el fundador del equipo de fútbol Chelsea es Gus Mear y Gus Smear, etc.), pero todo eso se deja pasar un poco cuando uno está inmerso en la prosa fluida y amena de Enric González. Cada anécdota, cada historia, cada curiosidad es imprescindible y dan ganas de plantarse en Londres con el libro en la mano y dejarse guiar por él.<br />
<br />
En fin, nosotros habremos dejado el libro en casa, pero estaremos recorriendo Londres en estos momentos. A la vuelta os cuento mis propias historias de Londres (volumen 324).Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-711360090306416902013-08-22T15:13:00.001+02:002013-08-22T15:13:57.578+02:00 Lots of Candles, Plenty of Cake, de Anna Quindlen<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2GIn3uKjAv5IZ6fCTEFWSOPPrRqjnFuQLR_VQGwy9c0faD4MWIcsahmmUlUQZmIiP5di2-nqwvlYzWq23pNSuSV1BB4KTLBOjYY32DZy_3APKe0QtbLUna9y_Fytyo69CwMcaAsqiEwKk/s1600/locpoc.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2GIn3uKjAv5IZ6fCTEFWSOPPrRqjnFuQLR_VQGwy9c0faD4MWIcsahmmUlUQZmIiP5di2-nqwvlYzWq23pNSuSV1BB4KTLBOjYY32DZy_3APKe0QtbLUna9y_Fytyo69CwMcaAsqiEwKk/s320/locpoc.jpg" width="208" /></a>Me viene bien que Anna Quindlen reflexione acerca del paso del tiempo y la edad en su libro Lots of Candles, Plenty of Cake porque aunque sé de sobra de cuándo es la última entrada publicada en el blog, prefiero hacer que no lo sé. Como cuando se ven películas de miedo y se tapan los ojos con las manos dejando una pequeña ranurita para seguir viendo. Cosas absurdas.<br />
<br />
Me he vuelto fan incondicional de Anna Quindlen. Es una periodista conocida por sus columnas del New York Times, auqnue también ha escrito novelas. Yo, de momento, me dedico a sus libros de recopilación de columnas o ensayo. Todo empezó con su <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2012/02/imagined-london-de-anna-quindlen.html">Imagined London</a> y continuó con <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2012/12/how-reading-changed-my-life-de-anna.html">How Reading Changed My Life</a>. Salvando las distancias, en cierto modo Anna Quindlen me recuerda a Anne Fadiman. La forma impecable de hablar de diversos temas, algunos a priori sin interés para mí y aun así engancharme completamente me fascina.<br />
<br />
En Lots of Candles, Plenty of Cake, que curiosamente me autorregalé por mi cumpleaños, Anna Quindlen, ahora en su década de los sesenta, reflexiona sobre la edad y cómo ve la vida y el mundo desde su nueva edad. Y que nadie se llame a engaño, porque si bien le encuentra alguna que otra pega a esa etapa y confies que usa botox, el tono general del libro es de optimismo y actitud positiva hacia el paso de los años. Todo contado con multitud de anécdotas, tanto personales como históricas que hacen que la lectura sea muy, muy amena y entretenida.<br />
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Una lectura deliciosa que me obligó - sí, me obligó - a hacer un pedido con otros dos libros de ensayos suyos.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-61482995113072987942013-07-17T08:27:00.000+02:002013-07-17T08:27:00.619+02:00Dos años<i>Entrada programada.</i><br />
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<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifsv-_jhDndAOzzeY7xsJJJERV3m3CqBXn0RZrYRbnwPTfDoEft8quka8iTyxsuLUHfSXkQK8swwqpGPzGBkoxyBCfsLHH2fBAfRN1pITbVYvKe87Qc8-MDwQnBVF7xkTzdwTPbA3Q-YgA/s1600/DSC05824.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifsv-_jhDndAOzzeY7xsJJJERV3m3CqBXn0RZrYRbnwPTfDoEft8quka8iTyxsuLUHfSXkQK8swwqpGPzGBkoxyBCfsLHH2fBAfRN1pITbVYvKe87Qc8-MDwQnBVF7xkTzdwTPbA3Q-YgA/s640/DSC05824.JPG" width="480" /></a></center><p>Héctor corre y es como si siempre lo hubiera hecho. A los 14 meses más que empezar a andar, empezó a correr y desde entonces no ha parado y con él, el tiempo.<br />
<br />
Era tan mayor cuando cumplió un año. Veo las fotos que le hice un día en el parque poco antes de cumplir su primer año y recuerdo el momento perfectamente. Héctor gateando por la hierba y alejándose no demasiado ni mucho menos pero sí ligeramente más de lo que nunca se había alejado por sí mismo hasta entonces. Recuerdo estar haciendo las fotos y luego viéndolas en el ordenador y no parar de pensar en lo mayor que era. Y sin embargo ahora veo esas fotos y lo veo minúsculo. ¡Pero si era un bebé!<br />
<br />
Supongo que eso siempre pasa, pero ahora veo a este niño de dos años enorme y apenas recuerdo cómo era cuando no andaba, no corría no nadaba con manguitos en la piscina, no sabía las vocales no decía nada, no sabía pintar, no me avisaba cuando los semáforos se ponían en verde. Y cómo parecía que nunca le iban a salir los dientes.<br />
<br />
Lo que más le gusta es ir a la calle, eso desde siempre. Y comer, eso también desde siempre. Y ver cuentos, eso casi también desde siempre con la diferencia de que ahora ya no se los come, o sólo con los ojos. Me sigue impresionando mucho cuando se queda callado y quieto mirando los dibujos él sólo. ¿Qué verá? ¿Qué entenderá? No me gustan mucho los estereotipos pero él lo es un poco: sin que nadie se lo haya enseñado adora los coches, los camiones, los trenes y en general todo aquello que va sobre ruedas; los bichos, qué emoción para él cuando encuentra uno y qué esfuerzo el mío para no contagiarle mi repelús; las piedras y los palos, que ahora me da a mí para que le guarde como grandes tesoros, aún no ha descubierto los bolsillos que lleva en los pantalones, en cuanto descubra para qué sirven no dudo de que cada día encontraré unos cuantos tesoros en ellos; la arena, que también me da repelús, pero a él no le da ninguno: se revuelca, se la echa por encima, se la come, se la pasa por la cara y en general hace lo que sea para conseguir ser el niño más sucio del parque en el periodo más corto de tiempo posible.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz6rbsDflEQCJX-71SlODLks8AlE6KWh8wUxZ3Aw6tN1MuQQoiXKHBbDr4SqS8uEr5rmOGjp0qp4wmIm8Zowz35iUcXdABPQ7qHCP4NpqNLodXSNNZMYfv1T-KuXY-O6vhdyNdg_HvkCuW/s1600/DSC05848.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz6rbsDflEQCJX-71SlODLks8AlE6KWh8wUxZ3Aw6tN1MuQQoiXKHBbDr4SqS8uEr5rmOGjp0qp4wmIm8Zowz35iUcXdABPQ7qHCP4NpqNLodXSNNZMYfv1T-KuXY-O6vhdyNdg_HvkCuW/s640/DSC05848.JPG" width="480" /></a></center><p>Su pasión por el color verde se merece un párrafo aparte. Desde el año y medio tiene fijación por el verde y desde el año y medio la gente me mira como una loca cuando digo que es así. Hasta que lo demuestra eligiendo sólo lo verde en lo que puede: en la piscina todos los utensilios que coge son siempre verdes; si le das a elegir varios coches o varios juguetes elige siempre los verdes y para pintar, con alguna rara excepción, siempre escoge el verde. Su creciente colección de coches da fe de que es así.<br />
<br />
Como con el color verde, también parece tener claro su animal preferido. Y como él es así, no es el perro o el gato, no. Su animal preferido es el búho (<i>¡bubo!</i>) y desde el día que <i>la única lectora</i> le trajo uno de regalo por sorpresa sin saberlo no se separa de él.</p><br />
<center><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfsHXnpGTaQ0R5-IEl13sddJJLCur2nHkO0S0Oxzq3WwQarTfJpkfmAaJRgmtnUqTPf5Mo0d-QCH4k6Es3DbTDPwfGdi6A7q8vRoQPd_vMTPJQqHgwars02tdBYQkIw2eQHhICMYmi36XQ/s1600/DSC05796.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfsHXnpGTaQ0R5-IEl13sddJJLCur2nHkO0S0Oxzq3WwQarTfJpkfmAaJRgmtnUqTPf5Mo0d-QCH4k6Es3DbTDPwfGdi6A7q8vRoQPd_vMTPJQqHgwars02tdBYQkIw2eQHhICMYmi36XQ/s640/DSC05796.JPG" width="480" /></a></center><p>Sigue siendo un rebelde de las pequeñas cosas y un niño bueno en general. Da gusto verlo reír con sus series preferidas: Peppa Pig y Timmy Time. Por influencia de sus padres adora APM?, aunque él lo llama "zasca". Manuel y yo bromeamos sobre cómo tienen que hacer una edición infantil de APM para que Héctor se anime a hablar más: de APM lo repite todo, de lo que nosotros le decimos y que tiene en su día a día no demasiado. Pasa de decir "pan", pero dice "zasca" y "ole tú" a la perfección. Le encanta la música: con Manuel está acostumbrado a escuchar de todo y conoce un montón de sintonías de los programas de radio que se pone Manuel. Conmigo es más cuadriculado: hace meses que estamos encallados en las dos mismas canciones del último disco de Bon Jovi.<br />
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Hoy cumple dos años. Pasa de mí cuando intento que aprenda a decir cuántos años cumple con los dedos, si le preguntas cuántos tiene te sigue diciendo que uno. Tan pequeñito y ya quitándose años.</p><br />
<center><a href="http://distilleryimage0.s3.amazonaws.com/5284d4f4e66211e28faf22000a1f99f9_7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="http://distilleryimage0.s3.amazonaws.com/5284d4f4e66211e28faf22000a1f99f9_7.jpg" width="400" /></a></center>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-16043769165817845272013-07-14T16:29:00.001+02:002013-07-14T16:30:25.811+02:00Isa & May, de Margaret Forster<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir2yT9oklu9uz_aVORMzV6TXQ-vyM3yF6Xs_UwXmsgsMur2i2Ux3RH5sKe95n-mhHELLjY0lv39TRRW4jXNPG8OtF5yr6LKmvG6VPVfoSH9SaSE1nDBOrQOTGJne9kRU-MYERvcyMCubHv/s1600/iam.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEir2yT9oklu9uz_aVORMzV6TXQ-vyM3yF6Xs_UwXmsgsMur2i2Ux3RH5sKe95n-mhHELLjY0lv39TRRW4jXNPG8OtF5yr6LKmvG6VPVfoSH9SaSE1nDBOrQOTGJne9kRU-MYERvcyMCubHv/s320/iam.jpg" width="207" /></a>Isa & May es la penúltima novela publicada de Margaret Forster. Aún tengo muchas de sus primeras novelas pendientes de leer y de adquirir incluso, pero he leído también gran parte de su obra. De hecho, me atrevería a decir que he leído sus libros más relevantes. Así que el orden cronolóico es relativo. Isa & May es de 2010 y este año, hace pocos meses, sacó una nueva novela: The Unknown Bridesmaid.<br />
<br />
Lo he dicho muchas veces en el blog: adoro a Margaret Forster. No sólo porque es una gran escritora y sabe contar muy bien una historia, sino porque ella, como yo, tiene debilidad por las tramas familiares. Margaret Forster es como la autora hecha a medida para mí y en Isa & May sigue en su línea.<br />
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Isamay se llama así porque sus dos abuelas, Isa y May, estaban presentes cuando nació. Son dos mujeres muy diferentes: Isa es de clase alta, estirada, refinada, acostumbrada a que la traten con deferencia. May es de clase obrera, de decir las cosas como son, más hogareña, etc. Ambas han contribuido a lo que Isamay es en la actualidad, rozando la treintena. Pese a haber vivido muchos años en el extranjeron, Isamay se siente muy cercana a sus abuelas, a las que admira por diferentes motivos. Y, al haber estado éstas tan presentes en su vida, siente un interés por las abuelas en general, de modo que decide escribir una tesis sobre abuelas famosas. Así que mientras vamos conociendo la historia de Isamay y de su familia, Margaret Forster nos obsequia con pequeños episodios de la vida de mujeres famosas que fueron abuelas, cada una de ellas con una actitud muy diferente a la hora de serlo: desde Vanessa Bell a la reina Victoria pasando por George Sand o Sarah Bernhardt. Mujeres que no deben su fama a haber sido abuelas pero a las que ser abuelas debió de formar o transformar de algún modo.<br />
<br />
El libro, siendo de Margaret Forster, se deja leer de maravilla, pero reconozco que lo he encontrado más flojo que otros suyos. Isamay es un personaje/narrador un tanto gris y algunas de sus reacciones y/o comentarios son un poco adbsurdos, hasta el punto de a veces llegar a caer un poco mal. La relación con su novio es lo más extraño que ha escrito Margaret Forster y sólo soy capaz de encontrarla creíble suponiendo que esté basada en la realidad. Si es inventada es totalmente inverosímil. Y con ciertos toques de su Georgy Girl.<br />
<br />
Pero bueno, que Margaret Forster es Margaret Forster y yo firmado por ella leo lo que sea (más o menos, que apenas leí unas páginas de Have the Men Had Enough (que yo sepa, su única novela traducida al español, qué ojo) y lo tuve que dejar).<br />
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De Margaret Forster he hablado aquí y allá en el blog, pero en particular:<br />
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- <a href="http://93bcn.blogspot.com/2009/03/georgy-girl-de-margaret-forster.html">Georgy Girl</a>, con una foto de mi colección de libros suyos en el momento (ahora ya tengo algunos más, he ido rellenando huecos).<br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com/2008/06/is-there-anything-you-want-de-margaret.html">Is There Anything You Want?</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com/2010/03/keeping-world-away-de-margaret-forster.html">Keeping the World Away</a>.<br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2011/06/over-de-margaret-forster.html">Over</a>.<br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com/2008/10/sus-habitaciones-propias.html">Su estudio</a>.<br />
- Soñar con ella dos veces (aunque en total son tres): <a href="http://93bcn.blogspot.com/2010/12/visita-sonada.html">una</a> y <a href="http://93bcn.blogspot.com/2011/05/el-subconsciente-etc.html">dos</a>.<br />
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Y hablando de abuelos. Mañana llegan los de Héctor desde Madrid de visita para celebrar sus dos años (el día 17).Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-68578334408783563842013-07-06T08:53:00.000+02:002013-07-06T08:53:00.026+02:0032<i>Entrada programada.</i><br />
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Hace unas semanas varias personas coincidieron en calcularme unos 36-37 años. Me lo tomé con <i>cierto </i>humor y lo bueno del caso es que ahora cumplir hoy mi edad real, 32, me resulta menos traumático. Además es año par y siempre prefiero los pares.<br />
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Voy un par de veces a la piscina con Héctor y, para evitar que me pase lo que les pasa a tantas señoras mayores, que se olvidan de en qué taquilla dejaron sus cosas, y yo como "yo, joven" ("<i>tú, joven, a ver si sabes...</i>") me veo en la obligación moral de ayudarlas a dar con su taquilla, yo me decanto por la taquilla 31, que suele estar disponible porque es de la fila más alta. La edad es difícil de olvidar. La taquilla 32 ya la he fichado desde hace unos días y está más solicitada por encontrarse en la fila central, pero en la medida de lo posible intentaré pasarme a esa. Además es una forma muy sigilosa de ir asumiendo la edad. 32.<br />
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Otra forma agradable de asumir la edad son los regalos, la tarta y las llamadas telefónicas, que nunca faltan.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-84101593844580736872013-07-01T15:27:00.001+02:002013-07-01T15:27:26.087+02:00Life After Life, de Kate Atkinson<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYAYNh60jV1yMrQoDX9ZmBavzzALOD2yLyxaPH-DjwezOZihNTvxMAdTtnst2TNEyY6Y0y18pdVtJbDMJL81pelyyPinLq0yBUEsV9ujkyteCXJDZ6sN-ryoayXMovcmNOobA6KLc5OcOU/s1600/lal.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYAYNh60jV1yMrQoDX9ZmBavzzALOD2yLyxaPH-DjwezOZihNTvxMAdTtnst2TNEyY6Y0y18pdVtJbDMJL81pelyyPinLq0yBUEsV9ujkyteCXJDZ6sN-ryoayXMovcmNOobA6KLc5OcOU/s320/lal.jpg" /></a>De Kate Atkinson ya he hablado muchas veces en el blog. Últimamente se la conoce más por su saga de Jackson Brodie, pero a mí me conquistó con sus primeras novelas.<br />
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Es triste decirlo, pero hace mucho que no sucede que yo encuentre una lectura nueva en una librería. La culpa de esto es en parte propia porque internet es muy cómodo para descubrir y comprar libros afines y les deja poco margen a las librerías tradicionales. Sigo hojeando y curioseando en ellas, se me sigue haciendo imposible no pisarlas, pero los hallazgos son escasos. Si compro algo suele ser porque he ido a por ello. La culpa también es ajena y parte del círculo vicioso: supongo que debido a las compras por internet, han reducido las secciones de libros en otros idiomas a meros rinconcitos llenos de clásicos y best sellers intercalados con algunos nuevos lanzamientos en formato extra grande. Así que curiosear por ellas se ha vuelto algo monótono. Pero no siempre fue así. La Casa del Libro de Gran Vía en Madrid antes de desterrar los libros en lengua extranjera al entresuelo (al menos allí estaban la última vez que fui) los tenía en una salita al fondo de la planta baja. Era una salita pequeña y a mí me parecía acogedora, pese a ser un tanto cavernosa. Tenía una mesa o dos con novedades y una estantería de doble cara en el centro también con novedades y destacados. Una mesa carrito tenía libros descolocados. Las estanterías eran de doble fondo y por lo tanto cabían en ellas muchos más libros de los que parecía. Había libros que se notaba que llevaban mucho tiempo esperando dueño, no como ahora, que parece que retiran los libros de las estanterías para poner otras novedades en cuanto pasan allí unas pocas semanas. Cuando había más gente había que hacer pequeñas negociaciones silenciosas y discretas para mover las estanterías. Si alguien estaba mirando detrás de la que tú querías mover tenías que hacer tiempo como si nada. Y así a veces descubrías algún libro que otro. Casi me sé de memoria dónde estaba cada letra. No recuerdo cómo llegó a mis manos Human Croquet de Kate Atkinson, pero sí recuerdo que lo saqué de la estantería y que me gustó el argumento. Me lo llevé y en breve volví a por el resto de los que tuvieran de esa autora. Así comenzó mi bibliografía de Kate Atkinson.<br />
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Me resulta inevitable, cuando leo un libro de un autor favorito, recordar cómo nos conocimos. De algunos no me acuerdo mucho, al fin y al cabo en ese momento no sabes si el libro te va a gustar, te va a aburrir o se va a convertir en uno de tus preferidos. Con Human Croquet de Kate Atkinson lo recuerdo todo: recuerdo cómo lo saqué de la estantería, cómo miré la portada y leí el resumen, etc. Y luego, para lo que es mi memoria, recuerdo bastante bien dónde y cómo leí el resto de sus libros. Es muy curioso.<br />
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Y ahora (bueno, desde marzo), Kate Atkinson tiene libro nuevo, Life After Life, apartado de la saga de Jackson Brodie. Siempre me da la impresión de que aquí parece que le tengo tirria a Jackson Brodie y no es así ni mucho menos. Es simplemente que me parecen unos libros inferiores a los anteriores de la autora. Muy buenos, pero inferiores, sobre todo en lo que se pierde en ese humor cruel y virulento que caracteriza a esos primeros libros. Así que cuando leí el argumento de Life After Life me parecía una vuelta a sus orígenes. Y acerté y me equivoqué a la vez.<br />
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Life After Life creo que es un libro que sólo podría haber escrito Kate Atkinson y que en algunos aspectos me recordaba mucho a Human Croquet. Empieza muy fuerte y con una Kate Atkinson como en su mejor momento, pero encuentro que a medida que avanza es un tanto irregular. Como en la saga de Jackson Brodie el ambiente grotesco suele venir dado por el tono general y el contexto más que por una pequeña gran frase perfecta como en las primeras novelas. He leído que hay quien lo ha encontrado muy confuso y lo ha tenido que dejar pero, sinceramente, es un libro muy bien escrito y se deja leer muy bien. Hay que prestar mucha atención, cierto, y seguro que en una única lectura pasas infinidad de cosas por alto, pero dice mucho de Kate Atkinson como autora lo bien que se lee y lo fácil de seguir que es, sobre todo si se tiene en cuenta que, al parecer, lo escribió sin apuntes de ningún tipo, con todo directamente de y en su cabeza. Esas cosas me impresionan. Pero hace mucho que empecé a admirar a Kate Atkinson y sé perfectamente de lo que es capaz.<br />
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Life After Life es un libro que de entrada me gustaría aunque lo firmara otro autor (aunque ya digo que me cuesta imaginar a otro autor escribiéndolo). Cuenta la(s) historia(s) de Ursula Todd, que nace en mitad de una nevada en 1910. Nace y muere. Y luego vuelve a nacer y se salva. Y luego nace, se salva y muere. Y luego nace, se salva y se vuelve a salvar. Y así muchas veces. Es como si la vida le fuera dando más oportunidades para vivir, para vivir de forma distinta, para seguir adelante. O como si se fuera reencarnando una y otra vez en su propia vida.<br />
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Nacida en 1910 hay ocasiones en que llega a vivir gran parte del siglo. Hay veces que muere antes de la Segunda Guerra Mundial o durante ella o décadas después. Como es fácil imaginar se tocan multitud de temas y de ambientes y de eventos históricos, con especial atención a la Segunda Guerra Mundial, eso sí, cosa que en mi caso le hace ganar todavía más puntos.<br />
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Mi don de palabra no es claramente el de Kate Atkinson así que es muy probable que lo anterior haya sonado a chino. ¿Que el libro va de qué? Pero una vez que uno se pone en manos de Kate Atkinson todo es sencillo.<br />
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Hay humor cruel, hay situaciones grotescas, hay situaciones difíciles y hay frases muy punzantes, todo ello característico de la autora, claro. <br />
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Reconozco que los primeros libros que leí de Kate Atkinson (Human Croquet, Behind the Scenes at the Museum, Emotionally Weird, Not the End of the World) siguen por encima de este en mi lista particular, quizá por un factor ya puramente nostálgico, pero reconozco también que en cuanto a calidad, destreza y maestría este es probablemente su mejor libro.<br />
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Kate Atkinson en el blog:<br />
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- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/09/when-will-there-be-good-news-de-kate.html">When Will There Be Good News?</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/09/started-early-took-my-dog-de-kate.html">Started Early, Took My Dog</a><br />
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Kate Atkinson en español:<br />
- Juegos de interior (Human Croquet)<br />
- Entre bastidores (Behind the Scenes at the Museum)<br />
- Una historia singular (Emotionally Weird)<br />
- Expedientes (Case Histories) (Jackson Brodie)<br />
- Incidentes (One Good Turn) (Jackson Brodie)<br />
- Esperando noticias (When Will There Be Good News?) (Jackson Brodie)<br />
- Me desperté temprano y saqué al perro (Started Early, Took My Dog) (Jackson Brodie)<br />
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Y por último: la BBC, que en 2011 ya adaptó parte de la saga de Jackson Brodie, ha emitido más capítulos este año. Nosotros aún tenemos pendientes de ver estos nuevos, pero creo que ya les llega el turno pronto.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-63498040488034212732013-06-23T15:48:00.002+02:002013-06-23T15:48:49.725+02:00Fugaz<a href="http://distilleryimage11.s3.amazonaws.com/975e5f22db2d11e2a47822000a9f3c30_7.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://distilleryimage11.s3.amazonaws.com/975e5f22db2d11e2a47822000a9f3c30_7.jpg" width="320" /></a>Hace sólo unos días me di cuenta de que la última entrada del blog es del 7 de mayo y, sin embargo, si alguien me hubiera preguntado cuándo había actualizado el blog por última vez habría respondido "hace un par de semanas" y eso tirando por lo alto. Así que me disculpo por la ausencia y por el descontrol temporal y por las entradas en borrador que nunca ven la luz y por las entradas en mi cabeza que nunca llegan al teclado. Algún día volveré a escribir en el blog y a comentar en vuestros blogs con cierta regularidad pero mientras tanto voy a salto de mata. Menos da una piedra, que dice el refrán.<br />
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Mientras pasaba el tiempo sin que yo lo procesase, fuimos a Madrid unos días a comer rosquillas de San Isidro (no fueron la razón del viaje, que fue la de aprovechar un puente, pero sí que fue una buena recompensa por la escapada), vino la única lectora de visita, y empezamos a planear las vacaciones de verano. Como siempre, barajamos muy brevemente la posibilidad de ir aquí e ir allá pero al final hay cierta isla que siempre nos llama con cantos de sirena y a la que no podemos ni queremos decir que no. Que conste que el que inclinó del todo la balanza fue Manuel, y no yo, la supuesta anglófila. Así que será el cuarto viaje que haga Héctor a la isla en menos de dos años. Cualquier día pasando el control de pasaporte le ofrecerán la doble nacionalidad.<br />
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Porque sí, en menos de un mes Héctor cumple dos años y a mi calendario interno de nuevo le sale el relojito de "procesando información". Voy a tardar en procesar la información, así que eso lo dejo para otra entrada más cerca de la fecha.<br />
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Tenemos muchas cosas que hacer este verano, yo tengo alguna que otra reseña que escribir en el blog aparte de darles salida a esas entradas que no ven la luz. Así que perdón si me despisto de nuevo con el tiempo, no me gusta tener este blog ni vuestros blogs abandonados. Es sólo que me despisto, parpadeo y pasan días sin que me entere. Pero estoy aquí. Sigo aquí y no pienso irme. (Y ahora además de en <a href="https://twitter.com/93_bcn">Twitter</a> también estoy en <a href="http://instagram.com/93bcn/">instagram</a>).Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-71756775717553627332013-05-07T15:45:00.001+02:002013-05-07T15:45:03.209+02:00Sant Jordi y otras adquisiciones recientesCreo que he perdido algunos libros de adquisición reciente por el camino, porque tengo la sensación de haber comprado más últimamente pero no caigo y, como el tiempo para hacer fotos con tranquilidad es limitado, no consulté el cuadernito donde apunto los libros pendientes de leer (que, por otra parte, lo confieso, también se queda desfasado de vez en cuando). Pero bueno, como mínimo los libros que aquí muestro son adquiridos recientemente con lo cual no engaño a nadie: <br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLh4epqY7VdwDbZyyJjar5lEI_3TMkwY2a3m0jscIYHaANf5S7UL5eO6eZkjpYCf-1JaZnVs0sg7LTb4d_d5sLpUtOMGqQXFQFjWldRj8L6LPX0pYA2kL_bSlfNKn8ANqDcfbB6L1yjHvP/s1600/DSC04824.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLh4epqY7VdwDbZyyJjar5lEI_3TMkwY2a3m0jscIYHaANf5S7UL5eO6eZkjpYCf-1JaZnVs0sg7LTb4d_d5sLpUtOMGqQXFQFjWldRj8L6LPX0pYA2kL_bSlfNKn8ANqDcfbB6L1yjHvP/s640/DSC04824.JPG" width="640" /></a></div><br />
<p>Por Sant Jordi, aparte de una preciosa y muy duradera rosa roja, Manuel me regaló <a href="http://www.amazon.co.uk/The-Hotel-Novel-Elizabeth-Bowen/dp/0226925242/ref=sr_1_2?ie=UTF8&qid=1367933691&sr=8-2&keywords=hotel+elizabeth+bowen">The Hotel de Elizabeth Bowen</a>. Tiene muy buena pinta, aunque bromeamos sobre cómo pertenece a ese casi subgénero que es inglesas-que-viajan-a-Italia-y-tienen-algún-tipo-de-revelación. Es un subgénero más prolífico y poblado de lo que puede parecer a simple vista. Pensad y veréis.<br />
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Unos días antes yo me había ido haciendo autorregalos de Sant Jordi por adelantado (eufemismo para evitar decir "comprando libros porque sí"). Por supuesto no podía dejar escapar <a href="http://www.amazon.co.uk/More-Weird-Things-Customers-Bookshops/dp/1472106334/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1367933751&sr=1-1&keywords=more+weird+things+customers+say+in+bookshops">More Weird Things Customers Say in Bookshops</a>, después de lo que me había gustado <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2012/06/weird-things-customers-say-in-bookshops.html">el primero</a>. No miento ni exagero si digo que, teniéndolo en casa desde hace semanas, no he hojeado más que un par de páginas. Tengo que ponerlo en un sitio más accesible porque es lejanía más que falta de tiempo para leer un par de anécdotas de vez en cuando.<br />
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Sigo coleccionando libros de Margaret Forster. He aquí su último libro: <a href="http://www.amazon.co.uk/Bridesmaid-Margaret-Forster/dp/0701188057/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1367933792&sr=1-1&keywords=the+unknown+bridesmaid+margaret+forster">The Unknown Bridesmaid</a>. Y lo mejor de todo es que pese a ser suyo y, por tanto, de compra obligatoria, las historias que escribe me siguen gustando independientemente del nombre de su autora. Tengo su libro anterior - y algunos otros de los primeros que publicó - aún pendientes. Pero, oh, qué pinta.<br />
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Y por último el libro de otra autora de compra obligatoria. No veo el momento de comenzar a leer <a href="http://www.amazon.co.uk/Life-After-Kate-Atkinson/dp/0385618670/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1367933830&sr=1-1&keywords=life+after+life+kate+atkinson">Life after Life de Kate Atkinson</a>. Lo malo del asunto es que, si se mantiene fiel a la buenísima pinta que tiene, creo que Manuel y Héctor pueden perderme de vista desde el momento que comience a leerlo hasta el momento en que lea el punto final. Para quienes conocen o han leído algo de Kate Atkinson, aclaro que en este libro deja el universo de Jackson Brodie y parece que vuelve a sus orígenes. No es que tenga nada en contra de Jackson Brodie, pero fueron los primeros libros de Kate Atkinson los que de verdad me engancharon a su obra.<br />
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Y hablando de libros. En el viaje a Inglaterra hubo un par de adquisiciones relacionadas con los libros. En Blackwell's de Charing Cross hay ahora toda una enorme sección de tonterías relacionadas con libros de esas que, si te gustan los libros, no puedes dejar pasar. Ya dije que visitar librerías con un niño de menos de dos años es el antídoto perfecto contra la compra de libros, pero debió de haber alguna décima de segundo de paz y tranquilidad en la que tuvimos tiempo para yo mostrarme indecisa y Manuel animarme a comprar esta camiseta de Wuthering Heights. Es de la marca <a href="http://outofprintclothing.com/">Out of Print</a> (por desgracia <a href="http://outofprintclothing.com/shop/shop-by-title/jane-eyre/">su Jane Eyre</a> no me gusta demasiado) y, en contra de lo que suele pasar con este tipo de camisetas, es de algodón suavecito y muy agradecido de llevar.</p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh86nqHgmMnEKxRpUE3gqsIj4He7NoVRhE3vCBogpmtVZVnKZq__a9_GDJTC2IXyM5E-GWL0Vw9obQNJV4bhQAxd5d1v-CAzp2CudmSyiDSfW9MEcGqYZXxvs6cyCNueA0F1yTydx8kGTKF/s1600/DSC04832.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh86nqHgmMnEKxRpUE3gqsIj4He7NoVRhE3vCBogpmtVZVnKZq__a9_GDJTC2IXyM5E-GWL0Vw9obQNJV4bhQAxd5d1v-CAzp2CudmSyiDSfW9MEcGqYZXxvs6cyCNueA0F1yTydx8kGTKF/s640/DSC04832.JPG" width="640" /></a></div><br />
<p>Acompaña a la camiseta la "adaptación" de Wuthering Heights al estilo de <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2012/05/su-edicion-de-jane-eyre.html">aquel Jane Eyre que ya enseñé el año pasado</a>. Es un libro de cartón monísimo para que los niños aprendan los distintos tiempos atmosféricos: lluvioso, nevado, con niebla, etc. Intenté que Héctor colaborara enseñándolo como el año pasado pero se negó. De momento no le entusiasma, aunque - salvo con ciertas excepciones - suele tardar un tiempo en cogerles el tranquillo a los libros nuevos. Eso sí, una vez que coge confianza, ya hay que ver el libro una y mil veces. De este de momento le gusta el muñeco de nieve que sale en un par de páginas, pero no me lo quiso enseñar para la foto.<br />
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Y en la tienda de la casa-museo de las Brontë compré esta camiseta con una frase de Jane Eyre (y Manuel se compró una con un verso de un poema de Emily Brontë).</p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjryss-w7N2B4td4ZedYr0kYNi2vUkNiUoaYatTd0WTzXMuxQX8lOdGneY_srAHsfCnYDQEcleanoza5bMr0jBgmPMt5IUWWmDufgiXlTB6skJT8UmCyo6RwsWIXJpdpwvIM1P0os6dHhU9/s1600/DSC04836.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjryss-w7N2B4td4ZedYr0kYNi2vUkNiUoaYatTd0WTzXMuxQX8lOdGneY_srAHsfCnYDQEcleanoza5bMr0jBgmPMt5IUWWmDufgiXlTB6skJT8UmCyo6RwsWIXJpdpwvIM1P0os6dHhU9/s640/DSC04836.JPG" width="640" /></a></div><br />
<p>Acompaña a la camiseta el regalazo de <a href="http://fotografiandopies.blogspot.com/">LittleEmily</a> cuando nos vimos en Sant Jordi. Una edición de Juana Eyre de Carlota Brontë (o Garlota, según el lomo) de 1958, con ilustraciones y algunos extras de esos que siempre gusta encontrarse en los libros: un documento de las "fuerzas eléctricas de Cataluña" de los años setenta, una postal y una inscripción en la primera página. Una joyita.<br />
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<span style="font-size: x-small;">Nota: espero que sea la última vez que tengo que fotografiar ropa. Aseguro que las camisetas al natural no tenían tantísimas arrugas y en foto parece que estuvieran guardadas hechas una bola. Qué desesperante.</span></p>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-66722999612525796792013-04-27T20:53:00.000+02:002013-04-28T16:16:22.809+02:00The Woman Who Died a Lot, de Jasper Fforde<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtlmfEC969SXnZMAhijHFbuN4IxNA2SZkWw1VqW0Nefg2Y3CmZZORqRJBO5arUrAO8eTPWziMJU-__XE1wwF46vBZNYrFFdm_EfJZ5xxgBxnGhiEntIhGAWG0dIC3T32uZr9t1One-j727/s1600/twwdal.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtlmfEC969SXnZMAhijHFbuN4IxNA2SZkWw1VqW0Nefg2Y3CmZZORqRJBO5arUrAO8eTPWziMJU-__XE1wwF46vBZNYrFFdm_EfJZ5xxgBxnGhiEntIhGAWG0dIC3T32uZr9t1One-j727/s320/twwdal.jpg" width="206" /></a><br />
A estas alturas de la <strike>película</strike> saga poco puedo decir de Jasper Fforde. Si alguien no está familiarizado con sus libros nada que yo diga y menos de ya la séptima entrega de Thursday Next le va a decir gran cosa y, en el caso contrario, los lectores que sean adeptos como yo, no necesitan que se lo vendan, ya llegarán a él por sí mismos.<br />
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Si de algo sirve esta entrada es para reiterar mi admiración por el señor Fforde y su imaginación. No sólo echa por tierra aquello de que "segundas partes nunca fueron buenas", sino que además sigue manteniendo su falsedad en la séptima parte y, ya prometida, una octava.<br />
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Thursday Next sigue siendo tan auténtica, tan original, tan sorprendente y tan divertida como siempre. Y tan recomendable.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-45739043247715661152013-04-27T08:11:00.000+02:002013-04-27T08:11:00.307+02:00Conference at Cold Comfort Farm (Flora Poste y los artistas), de Stella Gibbons<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEO_EKMMexF8QZ-e9txLWJDE9HsB-z3ttktqu6IeaiZyVGLErJ7XBRpSlySZHppJuHVfTVGQgybkqMG7TYxPohjhm-e0UN8EfL0xC5GbYeynX4V0m1mtgaVhuVuSQA6dpQRtrDVF8Sedpx/s1600/caccf.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEO_EKMMexF8QZ-e9txLWJDE9HsB-z3ttktqu6IeaiZyVGLErJ7XBRpSlySZHppJuHVfTVGQgybkqMG7TYxPohjhm-e0UN8EfL0xC5GbYeynX4V0m1mtgaVhuVuSQA6dpQRtrDVF8Sedpx/s320/caccf.jpg" width="208" /></a>Me veo obligada a confesar que la esperada saga a uno de mis libros preferidos, Cold Comfort Farm (La hija de Robert Poste), <a href="http://www.amazon.co.uk/Conference-Cold-Comfort-Vintage-Classics/dp/0099528681/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1348667583&sr=1-1">Conference at Cold Comfort Farm</a> (<a href="http://impedimenta.es/libros.php/flora-poste-y-los-artistas">Flora Poste* y los artistas</a>), de Stella Gibbons, me decepcionó hasta tal punto que las últimas cincuenta o incluso más páginas fueron sometidas a la típica lectura rápida de "quiero quitarme este libro de encima ya pero voy a hojear las últimas páginas por si mejora un poco y/o pasa algo relevante al final".<br />
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Lo empecé con mucha ilusión. Eran muchos años barajando la posibilidad de comprarlo de segunda mano para saciar la curiosidad y qué alegría me llevé hace un par de años cuando Vintage empezó a reeditar la bibliografía de Stella Gibbons (<a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/06/nightingale-wood-de-stella-gibbons.html">Nightingale Wood</a>, por ejemplo) y vi que este estaba incluido.<br />
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Al empezar a leerlo ya entendí la razón de que el éxito de Cold Comfort Farm no venga seguido del hecho de que esta segunda parte (eso me pasa por <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2012/09/miss-buncle-married-de-de-stevenson.html">hablar de las segundas partes</a>) fuera fácil de encontrar antes de haberse reeditado: es un libro muy, muy, MUY fechado. Fechado hasta el punto de que fuera de su contexto y por más que uno quiera ponerle interés y tratar de situarse en el tiempo, no tiene ninguna relevancia a día de hoy. En Cold Comfort Farm, Stella Gibbons ya se mofaba de algunas corrientes artísticas y literarias del momento pero la broma llegaba más o menos hasta nuestros días. En este, pese a entenderse el trasfondo y ver a qué se está refiriendo, la broma se pierde (al menos en mi caso) y Conference at Cold Comfort Farm se vuelve una novela tediosa, con parodias sin gracia alguna y unos Starkadders de marcado acento que ni siquiera merece la pena desentrañar porque entenderles o no aporta lo mismo a la historia: nada, porque es predecible y bastante aburrida.<br />
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Me gustaría salvarlo por algún lado. Lo intenté mientras luchaba por leerlo, pero no pude. Un gran chasco. Por suerte tengo más libros rescatados de Stella Gibbons que leer e incluso <a href="http://www.amazon.co.uk/Christmas-Cold-Comfort-Vintage-Classics/dp/0099528673/ref=sr_1_3?s=books&ie=UTF8&qid=1348667583&sr=1-3">Christmas at Cold Comfort Farm</a>, que pese a la decepción con este me animaré a leer alguna Navidad, que espero que estén más a la altura de lo que conozco y me gusta de Stella Gibbons.<br />
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*Aunque en realidad en este libro ya no se llama así, sino Flora Fairford.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-45884368607889977192013-04-26T07:51:00.000+02:002013-04-28T16:16:45.864+02:00At Freddie's, de Penelope Fitzgerald<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj37eBriHDgMRh-4UyezhdHOWPGQkoSvEQ98kkbFtH_2kf5NWYH38ZZDnlVdq2jtPrr3dvWEbO0fA9zQlzSMXx0TZLSnE2YfEtj7QlMMOZsFP0q12aZFF4Dfjn40QDZyI1EY-thhomw-lGi/s1600/af.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj37eBriHDgMRh-4UyezhdHOWPGQkoSvEQ98kkbFtH_2kf5NWYH38ZZDnlVdq2jtPrr3dvWEbO0fA9zQlzSMXx0TZLSnE2YfEtj7QlMMOZsFP0q12aZFF4Dfjn40QDZyI1EY-thhomw-lGi/s320/af.jpg" /></a>Yo sigo on mi lectura cronológica de la obra de Penelope Fitzgerald. Esta vez tocaba At Freddie's que, cuando comencé a coleccionar este álbum de cromos particular, era de los libros que más me llamaban la atención. Aclaro, eso sí, que mi edición y mi portada no se corresponden con esta de la foto, pero me ha sido imposible encontrar la portada del ejemplar que compré de segunda mano y tirado de precio por internet.<br />
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Y muchas veces pasa eso, que crees que un libro lo tiene todo para gustarte y, sin embargo, sin disgustarte, no te convence. Eso es lo que me ha pasado con At Freddie's. Vamos, Penelope Fitzgerald podía escribir lo que quisiera que lo leería igual sólo por el placer de leer su prosa concisa pero exacta, pero reconozco que esperaba más de esta novela. Quizá la forma de leerla, a trompicones, no fue la ideal o quizá tampoco ayudaba que mi cerebro se empeñara (¡¿por qué?!) en atribuir su autoría a Muriel Spark y toooodas las noches, cuando llevaba un rato (= un minuto o así, pero leer con sueño ralentiza el tiempo) leyendo, mi mente procesaba que este libro no era de Muriel Spark sino de Penelope Fitzgerald (algunos días incluso tuve que consultar la portada). Nunca me había pasado nada tan raro leyendo un lbro como esto pero el caso es ese, que At Freddie's es la novela secreta que Muriel Spark escribió para Penelepe Fitzgerald. O esa al menos es la teoría conspirativa que se ha montado mi pobre neurona.<br />
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At Freddie's, que tiene lugar en la década de los sesenta, cuenta las aventuras y desventuras de unos cuantos personajes relacionados con la academia de teatro infantil y juvenilde Freddie, una mujer que siempre se las ingenia para salirse con la suya. Freddie es la proveedora oficial de jóvenes actores para Peter Pan o alguna obra de Shakespeare donde hay algún niño como King John del West End y los intríngulis de la academia son, desde luego, dignos de alguna obra del dramaturgo al que Freddie venera.<br />
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Aun así, pese a no haber terminado de conectar con el argumento, el leer la prosa de Penelope Fitzgerald (incluso cuando una la confunde constantemente con la de Muriel Spark) es aliciente suficiente.<br />
<blockquote>
<i>Hannah threw her things on to the bed. Well, the matches, the kettle. Thank God, she thought, that even if our faith divides us, we both belong to a nation that makes tea as soon as it gets under a roof.</i><br />
Hannah dejó caer sus cosas sobre la cama. Y entonces: cerillas, tetera. Gracias a Dios-pensó-que, aunque nuestra fe nos separa, los dos formamos parte de una nación que prepara té en cuanto cruza el umbral de la puerta. <span style="font-size: x-small;">(Traducción rápida y muy cutre mía).</span></blockquote>
Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-26812407688003041772013-04-25T08:46:00.000+02:002013-04-25T08:46:00.220+02:00Call the midwife (¡Llama a la comadrona!), de Jennifer Worth (y serie TV)<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibyymh-sibV8_snb1GYUk_E2lkfeNuyqd2EkQCbsYMgD_DNAZLAk9p9ldou6-BnOWVlP4XpVml-i9Kn__sAEFP0W44og5SxiSpTgOW6lDwvbZCRtd1N6z4CS44UO_-WABZNIoBUN9QYk4R/s1600/ctm.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibyymh-sibV8_snb1GYUk_E2lkfeNuyqd2EkQCbsYMgD_DNAZLAk9p9ldou6-BnOWVlP4XpVml-i9Kn__sAEFP0W44og5SxiSpTgOW6lDwvbZCRtd1N6z4CS44UO_-WABZNIoBUN9QYk4R/s320/ctm.jpg" width="208" /></a>Call the midwife (¡Llama a la comadrona!), de Jennifer Worth, es un libro de esos que un buen día entran en tu radar pero que mentalmente archivas para más adelante. Se va cruzando en tu camino y lo sigues postergando, hasta que - en este caso - se pone de moda gracias a la serie de televisión y entonces sale del letargo en tu memoria y lo quieres leer YA. Y entonces la edición normal está agotada y - justo castigo - sólo te queda hacerte con la que lleva la portada de la adaptación televisiva.<br />
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Lo bueno del asunto es que los libros son benévolos y ahí se queda su castigo. El contenido es idéntico independientemente de cuando llegues a ellos. Y es que las memorias de Jennifer Worth como comadrona del East End londinense durante los años cincuenta son una joya. No sólo son un valioso documento histórico de cómo se vivía (y nacía) hace no tanto tiempo sino que la personalidad culta, respetuosa y educada de la autora hace de ellas una gran lectura. Impresionante la sencillez, la humildad y la naturalidad con la que escribe Jennifer Worth. Lo que, por el tema, ya resultaría interesante de entrada, ella lo cuenta y lo mejora muchísimo. Además tiene el don de saber qué contar y cómo contarlo así como el de describir muy bien a los que le rodean. Mucho he leído sobre si hay un toque de ficcion en las memorias o no. Ya se suele decir que la realidad supera a la ficción pero, si lo hubiera, es a pesar de todo tan creíble que no creo que fuera más que un poco de color añadido, aunque sigo dudando de si llega a eso.<br />
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Confieso que vimos la serie antes de leer el libro y que el especial de Navidad se me juntó con la lectura así que me destriparon lo correspondiente a la señora Jenkins, pero poco me importó, porque leerlo contado por la autora fue como haber llegado sin saber nada del pasado de esa mujer que aparece en el especial de Navidad. Lo mismo la historia de Mary que aparecía en la primera temporada y que se cuenta en el libro. Sabes lo que va a ocurrir a grandes rasgos, pero cuando lo estás leyendo es como si todo fuera nuevo.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3MJOspBHseHgGgau2cPd0XO1sNkCuj5b4ld7VL09oBce8RovYHz4zRvH9Wc0Ie9s3FX6DKs1Z3rDSAdyvmjjGhSUxmAipYtrXEpV7DuriKDZAj4ctv3lvvhSMz_mng_W3OGNuDIjnCSn-/s1600/ctmtv.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3MJOspBHseHgGgau2cPd0XO1sNkCuj5b4ld7VL09oBce8RovYHz4zRvH9Wc0Ie9s3FX6DKs1Z3rDSAdyvmjjGhSUxmAipYtrXEpV7DuriKDZAj4ctv3lvvhSMz_mng_W3OGNuDIjnCSn-/s320/ctmtv.jpg" width="286" /></a>La serie nos gustó mucho también. Me parece que la ambientación (menos la nieve cutre del especial navideño), las actrices, (quizá falla el hombre de mantenimiento, que por la descripción de Jennifer Worth parece difícil de replicar), el guión (de Heidi Thomas, que adaptó Jane Eyre en 2006) están clavados y se respeta más o menos el espíritu del libro en el sentido de no caer en ñoñerías (con bebés siempre es fácil) ni esperpentos (con temas médicos siempre es fácil) y sí en fijarse proporcionar un retrato completo de la época a través de cómo nacían los niños del East End en la década de los cincuenta. De nuevo, una palmadita en la espalda a aquellos que siempre tienen lo de "todo tiempo pasado fue mejor" (o similares) en la punta de la lengua. Libros y series como esta lo desmienten.<br />
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En fin, que un libro y una serie de lo más recomendables. Nada más terminar Call the Midwife pedí los siguientes de Jennifer Worth (dos más sobre sus vivencias como comadrona en el East End y otro más sobre su vida después de eso y su trabajo, entre otros muchos y muy variados, como enfermera de personas mayores, justo el extremo opuesto). Veremos cuándo los leo y ojalá los traduzcan también.<br />
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Esta noche empezamos a ver la segunda temporada.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-8360710643046650952013-04-24T08:20:00.000+02:002013-04-24T08:20:01.305+02:00Below Stairs (En el piso de abajo), de Margaret Powell<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4N8omErtlo5VkvJolxfzsZGy_f53Vhp96vi_ePZqPp9DTzmoQEj2qhDPJNMvRP0z7Z_UkxW0f-D6qvTlgHFZ_SwqjrJg3eaJYbsbSSz32NCmCq7JUx0-r16PDsbO2fTH_6z2EW3-rUYOz/s1600/eepda.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4N8omErtlo5VkvJolxfzsZGy_f53Vhp96vi_ePZqPp9DTzmoQEj2qhDPJNMvRP0z7Z_UkxW0f-D6qvTlgHFZ_SwqjrJg3eaJYbsbSSz32NCmCq7JUx0-r16PDsbO2fTH_6z2EW3-rUYOz/s320/eepda.jpg" /></a>Lo he dicho <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/06/estos-tiempos.html">en más de una ocasión</a>, pero me repatea la gente para la que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Puede que refriéndose a algún aspecto concreto antes se viviera mejor, pero en general me cuesta creerlo y lo el aspecto positivo creo que llevaría como contrapartida muchos negativos. <br />
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Una cosa es ser nostálgico o disfrutar leyendo sobre el pasado. Quién soy yo para criticar eso cuando mi imaginación parece varada permanentemente en la Inglaterra victoriana o de la primera mitad del siglo XX. Pero de ahí a desear haber vivido en aquellos tiempos hay un trecho y la (falsa) nostalgia no me da para tanto. No niego que viajaría con gusto - y con billete de vuelta garantizado - al pasado para conocer cómo era todo de primera mano, pero si existe el riego de que el billete de vuelta se pierda por el camino, yo no me muevo de aquí.<br />
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Adoro series como <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/11/upstairs-downstairs-arriba-y-abajo.html">Upstairs, Downstairs</a> (la serie original, la actual ni frío ni calor) o Downton Abbey, pero hay que verlas sabiendo que juzgar cómo se vive en una época determinada según ellas es como, qué sé yo, valorar cómo se vive en la actualidad viendo Mujeres ricas. Y luego la gente de "cualquier tiempo pasado fue mejor" las usa como ejemplos de todo lo bueno que se perdió. Por eso es de agradecer la existencia de libros como <a href="http://www.amazon.co.uk/Below-Stairs-Bestselling-Memoirs-Kitchen/dp/0330535382/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1366208314&sr=1-1&keywords=below+stairs">Below Stairs</a> (<a href="http://www.albaeditorial.es/php/sl.php?shop.showprod&nt=7455&ref=97884-84288381&fldr=0#.UW6vVrVmiSo">En el piso de abajo</a>) de Margaret Powell, publicado por primera vez en 1968. <br />
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Margaret Powell no se corta y cuenta su trayectoria de niña que ayudaba en la cocina a cocinera con pelos y señales y de primera mano. Con un toque de amargura también, eso es cierto, ¿pero quién no sentiría cierto resentimiento al recordar cómo le hacían planchar los cordones de las botas ajenas cada mañana? La horrorosa rutina de las criadas ya la conocía por <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2009/09/victorian-house-de-judith-flanders.html">The Victorian House</a>, de Judith Flaners, pero recordarla siempre me espanta.<br />
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Un libro que se lee muy rápido, con mucha curiosidad y que sirve para quitar el tinte rosado de las gafas que reparten con ciertas series históricas. Creo que a partir de ahora voy a tener un ejemplar de sobra para regalarlo cada vez que alguien suspire con nostalgia al recordar el bonito pasado. Al entregar el libro intentaré, además, contenerme y no darle con él en la cabeza.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com17tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-88514100939458939952013-04-23T08:44:00.000+02:002013-04-23T08:44:00.543+02:00Virginia Woolf, de Michèle Gazier y Bernard Ciccolini<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFsu88R75kmghByMq97_jhhQfOJ3EbwJpPg-b7Jv64aSH0-6CQCzBcA6ymAYn5Xxg2jJCF024RANYLF-L0AonLfHEhq_ey3Vuz6OEU-nZi1Qj7oMx9z93Vj3KLd_qTSp2vbhwzSi6xwzHg/s1600/vw.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFsu88R75kmghByMq97_jhhQfOJ3EbwJpPg-b7Jv64aSH0-6CQCzBcA6ymAYn5Xxg2jJCF024RANYLF-L0AonLfHEhq_ey3Vuz6OEU-nZi1Qj7oMx9z93Vj3KLd_qTSp2vbhwzSi6xwzHg/s320/vw.jpg" width="251" /></a>No sé dibujar y no sé esquematizar. Resumir y condensar se me da fatal. Así que el hecho de que Michèle Gazier y Bernard Ciccolini hayan sido capaces de convertir la biografía nada menos que de <a href="http://impedimenta.es/libros.php/virginia-woolf">Virginia Woolf</a> en novela gráfica me parece toda una proeza. <br />
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Y quizá no debería sorprenderme tanto porque, pese a tener una creciente y obsesiva colección de libros por y sobre Virginia Woolf, con mi famosa manía de no leer biografías hasta haber terminado toda su obra - o lo más relevante de la obra como mínimo - aún no he leído ninguna biografía suya en condiciones. De modo que mis conocimientos acerca de la vida de Virginia Woolf son probablemente igual de esquemáticos que esta novela gráfica (ojo que no digo que el trasfondo de la novela lo sea, puesto que es más que probable que haya un trabajo de investigación notable).<br />
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Si no fuera por la escasez de tiempo, con Virginia Woolf ya podría lanzarme a leer alguna biografía puesto que, aunque lejísimos de haber leído toda su obra, sí que creo que he leído como mínimo lo principal. Y quizá fue por ello por lo que me di el permiso mental para ponerme con esta novela gráfica. O quizá - lo más probable y menos elaborado - simplemente me llamó tanto la atención que no pude evitar leerla <i>ipso facto</i>.<br />
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Y lo cierto es que se deja leer de maravilla y que las ilustraciones acompañan. Como digo, quizá se queda un poco en la superficie, pero, claro, para eso hay otras biografías mucho más extensas.<br />
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Me queda la duda de qué pensaría Virginia Woolf si viera su vida contada en cómic. ¿Qué le parecería? Con otros autores, aunque me equivoque, puedo arriesgarme a imaginar qué pensarían acerca de las cosas, pero con Virginia Woolf siempre me resulta imposible, quizá a causa de no conocer más que episodios concretos de su vida. En cualquier caso me parece una mujer fascinante con una vida que supera a la ficción. Y para quienes no quieran ir hilvanando anécdotas y episodios sacados de contraportadas, cronologías y notas al pie de sus libros, esta novela gráfica es un buen - y bonito - punto de partida para conocerla.<br />
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Más sobre Virginia Woolf en este blog (entradas más recientes a más antiguas):<br />
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- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/03/virginia.html">Virginia</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/03/el-dreadnought-y-el-sentido-del-humor.html">El Dreadnought y su sentido del humor</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/02/between-acts-entreactos-de-virginia.html">Between the Acts (Entreactos)</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2009/10/ochenta-anos-en-una-habitacion-propia.html">Ochenta años en una habitación propia</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2009/01/years-los-aos-de-virginia-woolf.html">The Years (Los años)</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/10/virginia-woolfs-nose-de-hermione-lee.html">Virginia Woolf's Nose, de Hermione Lee</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/10/sus-habitaciones-propias.html">Sus habitaciones propias</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/07/virginia.html">Virginia Stephen</a><br />
- Coleccionando sus diarios: <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/04/si-nos-olvidamos-del-tres-por-un.html">parte 1</a> y <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/04/los-diarios-de-virginia-woolf-al.html">parte 2</a>.<br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/03/muecos-literarios.html">Muñecos literarios</a><br />
- <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2008/01/waves-las-olas.html">The Waves (Las olas)</a>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com12tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-48537863737671203442013-04-22T08:42:00.000+02:002013-04-22T08:42:01.194+02:00Instructions for a Heatwave, de Maggie O'Farrell<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxDQulNPMhhhuo9LYL8RCATLmcrGwUqgMyt51v82b8eCN9houEuiDKpiO03zKd1taVtSSSgqWM-JarxdPZxTpf4Jy5CxSjyWUZHl-KoNpZCT4FhJMmwO5pyyGKK6xFZjEV-lDH6gLQHzWt/s1600/ifah.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxDQulNPMhhhuo9LYL8RCATLmcrGwUqgMyt51v82b8eCN9houEuiDKpiO03zKd1taVtSSSgqWM-JarxdPZxTpf4Jy5CxSjyWUZHl-KoNpZCT4FhJMmwO5pyyGKK6xFZjEV-lDH6gLQHzWt/s320/ifah.jpg" width="208" /></a>No sé si alguna vez he contado cómo Maggie O'Farrell se convirtió en una de esas escritoras cuyos libros compro nada más publicarse y, a ser posible, los leo de inmediato también. Por si acaso lo ¿vuelvo? a contar. Simplemente en una reunión familiar en casa de una de mis primas, hace muchos años (2000-2001), me prestó unos cuantos libros en inglés, uno de ellos el debut de Maggie O'Farrell: <a href="http://www.amazon.co.uk/After-Youd-Gone-Maggie-Ofarrell/dp/0747268169/ref=sr_1_5?ie=UTF8&qid=1365689771&sr=8-5&keywords=maggie+o%27farrell">After You'd Gone</a>, que leí en un suspiro y que fue de esos libros que dejan huella y cuyos personajes nunca te abandonan del todo. De vez en cuando te acuerdas de ellos como de viejos amigos. Muchas escenas, imágenes, sensaciones de After You'd Gone me dejaron huella y es uno de esos libros que, si alguna vez me viera forzada a elaborar una lista imposible de los libros que ejercen de cimientos, estaría en ella sin dudarlo. Devolví el libro sin pena alguna porque me fui directa a comprarme un ejemplar para mí.<br />
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Por desgracia sus dos libros siguientes, <a href="http://www.amazon.co.uk/My-Lovers-Lover-Maggie-Ofarrell/dp/0747268177/ref=sr_1_7?ie=UTF8&qid=1365689771&sr=8-7&keywords=maggie+o%27farrell">My Lover's Lover</a> y <a href="http://www.amazon.co.uk/The-Distance-Between-Maggie-Ofarrell/dp/0755302664/ref=sr_1_6?ie=UTF8&qid=1365689771&sr=8-6&keywords=maggie+o%27farrell">The Distance Between Us</a>, no me dijeron gran cosa, salvo por el hecho de gustarme cómo estaban escritos y encontrar a los personajes interesantes. After You'd Gone había puesto el listón muy alto y, en particular My Lover's Lover me pareció un libro con una trama - no puedo decirlo de otra forma - bastante estúpida. No sé, quizá si ahora lo releyese no me parecería tan mal, pero en su día esa fue la impresión que me causó.<br />
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Así que ahí estaba Maggie O'Farrell, con potencial, pero sin volverme a enganchar como con After You'd Gone. En el verano de 2006 Manuel y yo fuimos a Londres y <a href="http://www.amazon.co.uk/The-Vanishing-Act-Esme-Lennox/dp/0755308441/ref=sr_1_9?ie=UTF8&qid=1365689876&sr=8-9&keywords=vanishing+act">The Vanishing Act of Esme Lennox</a> (La extraña desaparición de Esme Lennox) estaba recién publicado. Lo compré sin dudarlo, no sólo por la autora, sino porque el tema me parecía interesante y, pasando unos días en Barcelona con Manuel antes de volverme a Madrid, lo devoré y me encantó. Y eso no fue nada comparado con lo muchísimo que, hace ya tres años, me gustó <a href="http://93bcn.blogspot.com.es/2010/06/hand-that-first-held-mine-de-maggie.html">The Hand That First Held Mine</a>.<br />
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Con esta historia llegué yo a <a href="http://www.amazon.co.uk/Instructions-Heatwave-Maggie-Ofarrell/dp/0755358783/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1365689769&sr=8-1&keywords=maggie+o%27farrell">Instructions for a Heatwave</a>. ¿Y qué decir de él? Pues que se ha quedado en un limbro entre los que me gustaron mucho y los que no me gustaron demasiado. Una vez más sus personajes, sus descripciones, sus detalles me han parecido fascinantes pero la trama en sí y - sin destriparlo - el final en concreto me han dejado no exactamente decepcionada pero sí esperando más.<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHmhxc2OnPNLemTLSGJj5ZLIwcP_EZhUQuXSWdUzWckEwZYYBBNeIJ3rSvSgnHYodciH1oniXpUIR3iqQjl_e9PJ9VugX6DA_oGcIEDtwnqGJ6IdNK1b9wQPAIvkkAL90HIAfMayJtsdao/s1600/DSC04342.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHmhxc2OnPNLemTLSGJj5ZLIwcP_EZhUQuXSWdUzWckEwZYYBBNeIJ3rSvSgnHYodciH1oniXpUIR3iqQjl_e9PJ9VugX6DA_oGcIEDtwnqGJ6IdNK1b9wQPAIvkkAL90HIAfMayJtsdao/s400/DSC04342.JPG" width="300" /></a>Aun así lo leí bastante rápido (para mi ritmo actual de "¡Bien! He conseguido leer dos líneas antes de comenzar a perder el control sobre mis párpados") y no es un libro que no recomiende, simplemente me da la impresión de que no es el mejor libro de esta autora. Mi perita en dulce lectora es una saga/historia familiar y este libro cuenta una, así que en ese sentido al menos ya me tiene ganada. Es un libro ameno, que se deja leer, sin más.<br />
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Creo que, junto a Helen Dunmore, Maggie O'Farrell es la autora actual que más me hace creerme el entorno que describe. Así como en pleno verano madrileño pasé frío leyendo The Siege de Helen Dunmore, leyendo Instructions for a Heatwave en nuestra habitación del Old White Lion en Haworth con una calefacción aceptable pero más pensada para la gente de Yorkshire que para unos pobres "sureños", casi pasé calor reviviendo aquella mítica <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/1976_United_Kingdom_heat_wave">ola de calor/sequía inglesa de 1976</a>. Curiosamente mientras estábamos allí aquella ola de calor salía a colación puesto que aquel año nevó en abril. Veremos qué pasa este año. De momento me parece un "márketing" interesante para el libro.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-80716476008334928052013-04-21T15:39:00.002+02:002013-04-21T15:39:12.152+02:00Semana de Sant JordiMe gustaría decir que lo hago en pro de la literatura y de la cultura y esas cosas de las que le gusta presumir a la gente, pero lo cierto es que Sant Jordi / el día del libro me viene que ni pintado para, durante una semana, desatascar el blog de borradores-reseña. Durante esta semana me dedicaré a ir publicando entradas sobre libros que leí pero cuyas reseñas escribí demasiado tiempo después (es decir, una semana o así) como para ser detalladas y un poco más profundas. Son entradas superficiales del tipo "me gustó"/"no me gustó", pero a estas alturas me veo incapaz de ahondar más. Aun así me daba pena borrarlas definitivamente pero me estaba torturando verlas permanentemente en estado de borrador. Así que en este blog Sant Jordi, en lugar de vérselas con dragones, se las ve con mi pila de borradores.<br />
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(Ahora sólo necesito otro santo o similar que me sirva para destascar el resto de entradas variadas. Hmmm... creo que en breve haré una semana de limpieza primaveral de blog o algo así. Los borradores realmente me desquician y por alguna razón parece que me cuesta darle a la tecla de publicar en el momento. Quizá necesito terapia para una de esas dos cosas. O para ambas.)<br />
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Dejaré las entradas programadas para que salgan a primera hora de cada día y el último día contestaré a los comentarios que hayáis podido dejar (no los doy por hecho porque realmente son entradas muy pobretonas).<br />
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En cualquier caso aprovecho desde ya para desearos un feliz día de Sant Jordi / día del libro y la rosa.Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6003910900656980819.post-12228309777035897132013-04-18T15:10:00.001+02:002013-04-18T15:10:30.932+02:00Cajón de sastre de Haworth<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJJxMzQOZkiOvJ9BQHtfL04I8u6b791hLqvWbQC5H051hsWm1N_Cjpg2uaqY1HteI_FHkXylgmEPyfomrOhPWQ0uLxnTyLdHbbsSxOF2f9lzwU7cKPuc1rZ15DfzTsk7xclewZPLfpkOvz/s1600/DSC03874.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJJxMzQOZkiOvJ9BQHtfL04I8u6b791hLqvWbQC5H051hsWm1N_Cjpg2uaqY1HteI_FHkXylgmEPyfomrOhPWQ0uLxnTyLdHbbsSxOF2f9lzwU7cKPuc1rZ15DfzTsk7xclewZPLfpkOvz/s640/DSC03874.JPG" width="640" /></a></div><br />
<p>Esta foto de mis pies hundidos en la nieve fue de las primeras que hice. En ese momento me impresionó la profundidad aunque luego pisaría en zonas más hondas. La profundidad de la nieve en mi mítica caída libre desde la lápida (extraña combinación de palabras) no se me pasó por la cabeza fotografiarla, pero la marca de las botas se perdió cubierta por la nieve. Con eso lo digo todo.<br />
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Lo bueno es que nuestra habitación del Old White Lion tenía tan buenas vistas que podíamos disfrutar del espectáculo sin temor a caídas, resbalones o similares y con carámbanos de regalo:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgufIJ4XX8cAryXrbSqN38YgMsvKWGJC5wRjT6cXNUxYjH5hAfJu2hmNbjFWzWoCMa1PYQ37hPxVy9tK0Ma9qGvNlDKd_mPEzQ32cOmxqFiAfFG6v83jLumLDWNoageOlAwK6w-55trhMZb/s1600/DSC03971.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgufIJ4XX8cAryXrbSqN38YgMsvKWGJC5wRjT6cXNUxYjH5hAfJu2hmNbjFWzWoCMa1PYQ37hPxVy9tK0Ma9qGvNlDKd_mPEzQ32cOmxqFiAfFG6v83jLumLDWNoageOlAwK6w-55trhMZb/s640/DSC03971.JPG" width="640" /></a></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizoEI-vcxNrMmFvQeo06BiJFoRFumqLrNiza7Q56RijudxlRgpcKWZnxqGpTVGLYyXxYskTsvpFKKv4xwuj7qa4BATmlr7iqCmT_zRpEWFCdgN2AkuQNsMFe62BCD4mqe89FLoKde5jUYG/s1600/DSC03875.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizoEI-vcxNrMmFvQeo06BiJFoRFumqLrNiza7Q56RijudxlRgpcKWZnxqGpTVGLYyXxYskTsvpFKKv4xwuj7qa4BATmlr7iqCmT_zRpEWFCdgN2AkuQNsMFe62BCD4mqe89FLoKde5jUYG/s640/DSC03875.JPG" width="480" /></a></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhriSGWFz53IDf7QJcWCAZ8SYAoy0-xfTjO4vGOeN-nnDyQFbrlOHisZg0P-QN0XFGPt104Z-uHXDSj7bGDQhRsv3_UXFG4MUSnqzG9VsRunwkXx-7lc5dvQR76Y_646lTtrUqiof21003o/s1600/DSC03981.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhriSGWFz53IDf7QJcWCAZ8SYAoy0-xfTjO4vGOeN-nnDyQFbrlOHisZg0P-QN0XFGPt104Z-uHXDSj7bGDQhRsv3_UXFG4MUSnqzG9VsRunwkXx-7lc5dvQR76Y_646lTtrUqiof21003o/s640/DSC03981.JPG" width="480" /></a></div><br />
<p>Oh, cómo me gustan las repisas de las ventanas de las casas inglesas. Sirven para cosas como estas:</p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5uS8ESxR0Rw4kVxmiXnelv-sWFiRY6BHwbpq4UgEfdvcjbvRXpIshsd8yCjI_2Lp8pWvzFjoT_o7D476RhIaccMg2yfEV3cHXWXPvfjzRH9m2_jpcWrJYrEEoE2QU7uhLYpwcHg5YAWKo/s1600/DSC03995.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5uS8ESxR0Rw4kVxmiXnelv-sWFiRY6BHwbpq4UgEfdvcjbvRXpIshsd8yCjI_2Lp8pWvzFjoT_o7D476RhIaccMg2yfEV3cHXWXPvfjzRH9m2_jpcWrJYrEEoE2QU7uhLYpwcHg5YAWKo/s640/DSC03995.JPG" width="480" /></a></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYVk64Q1Wgd7UfArCWSJoSE75FtXSHUge-Af0tHREOh2mEDqTS2fn4uaZVPlMmT_6VuGuGK0jPErHccECofO-RFUd06N7rCOKWhvQcvytUW9WRagQ_b8jlrdERt6oXWtjsYqIZNrQUlf7C/s1600/DSC04071.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYVk64Q1Wgd7UfArCWSJoSE75FtXSHUge-Af0tHREOh2mEDqTS2fn4uaZVPlMmT_6VuGuGK0jPErHccECofO-RFUd06N7rCOKWhvQcvytUW9WRagQ_b8jlrdERt6oXWtjsYqIZNrQUlf7C/s640/DSC04071.JPG" width="480" /></a></div><br />
<p>Mi visita solitaria a la exposición temporal había estado precedida por el siempre agradable encuentro con la bibliotecaria de la casa-museo. La idea era que Manuel y Héctor viniesen también a saludarla y luego uno de los dos sacara a Héctor a la calle. Pero Héctor, un niño que normalmente se porta muy bien, eligió ese momento para tener un ataque de nervios. Dada la siesta épica que se echó después, fue todo a causa del sueño y, yo creo, un poco de frustración con la nieve también. Pero el caso es que tuve que ir yo sola a la biblioteca del museo - oh, sacrificio - y, puesto que tenían ganas de conocer a Héctor, excusarle diciendo que no entendía el tiempo, a lo que las dos presentes respondieron que ellas tampoco. Una conversación puramente inglesa.<br />
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Fue, como siempre, un rato agradable, lleno de conversación Brontë desmedida que imagino que, oída por algún desconocido, debía parecer de locos. <br />
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De allí salí feliz como después de cualquier charla absorbente y agradable y con esto (y muchísimas compras más de la tienda) debajo del brazo:</p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgif0tDfOHXTiIOWtRzUcG0yQr4v1mu7tVrh2dS_1L-XsZr4zQfM_Se8dIgE9SaJeakNXxutFUO5YiJfLQ6bEIqad82kGw6Xt0LCx2unEX8fs2-HhA4EeMIUPkBLFxjFcQl7P43Wjva4iYs/s1600/DSC04073.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgif0tDfOHXTiIOWtRzUcG0yQr4v1mu7tVrh2dS_1L-XsZr4zQfM_Se8dIgE9SaJeakNXxutFUO5YiJfLQ6bEIqad82kGw6Xt0LCx2unEX8fs2-HhA4EeMIUPkBLFxjFcQl7P43Wjva4iYs/s640/DSC04073.JPG" width="480" /></a></div><br />
<p>Hojeándolo me entretuve en jugar con el tiempo y el espacio. Una foto hacia el lugar en que, hace muchísimos años, tomaron la foto de la ventana desde donde yo estaba. ¿Tiene sentido? Es complicado. (En el edificio en segundo término la ventana que está más a la izquierda).</p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlwvg5wvmW413234_KzTkznvihKsCiSuvDnMmAmwSwTCfC-vEyvmTpfmmPSKhcLKuWqN7OdW3IKvjv1bWVb6EuNax2T-JUb7BZXbUeurLRmZTLA9dwVqOU3iHisdbSrhL4Jw9LG0aWyMbB/s1600/DSC04074.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlwvg5wvmW413234_KzTkznvihKsCiSuvDnMmAmwSwTCfC-vEyvmTpfmmPSKhcLKuWqN7OdW3IKvjv1bWVb6EuNax2T-JUb7BZXbUeurLRmZTLA9dwVqOU3iHisdbSrhL4Jw9LG0aWyMbB/s640/DSC04074.JPG" width="480" /></a></div><br />
<p>En fin, que espero que, una vez más, os haya gustado la crónica (y como siempre un nombre demasiado rimbombante para lo que en realidad es) de este viaje. Para los interesados por la literatura en general y las Brontë en particular: animaos a ir, sobre todo ahora que está la casa-museo redecorada. Es (casi) tan sencillo como esto:</p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6-jv1W0kmOPtTVrFpxziYKGfHPGNfy7QdP_e6aivn8zhFswpRTJlDVc7aLij1qqwRAwyxgbI75SHOMfKHuODpKlOpkt3gD-sL5TdfO5tRbDodRFnuk1bpddW5KaQUl1AtIULXA2swR9Eg/s1600/DSC03886.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6-jv1W0kmOPtTVrFpxziYKGfHPGNfy7QdP_e6aivn8zhFswpRTJlDVc7aLij1qqwRAwyxgbI75SHOMfKHuODpKlOpkt3gD-sL5TdfO5tRbDodRFnuk1bpddW5KaQUl1AtIULXA2swR9Eg/s640/DSC03886.JPG" width="480" /></a></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvQ4F6hYq2ak3WZJOUwfTO3Jqojzs0D3Q9rqxlN8g3_YyRwbiFm4-zIZZeOF8JKMdYZfx9odIabmjDLTMoFkKZXiB68I4F0rbUb8lHgDs2tqG87s2OEn2XT_TL0YeKMilNBa3JkXuO0c7w/s1600/DSC03887.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvQ4F6hYq2ak3WZJOUwfTO3Jqojzs0D3Q9rqxlN8g3_YyRwbiFm4-zIZZeOF8JKMdYZfx9odIabmjDLTMoFkKZXiB68I4F0rbUb8lHgDs2tqG87s2OEn2XT_TL0YeKMilNBa3JkXuO0c7w/s640/DSC03887.JPG" width="480" /></a></div><br />
<p>A finales de agosto/principios de septiembre está el brezo en flor en los páramos y eso es algo que hay que ver. (Siempre que no nieve, ya que desde ahora esa siempre será una posibilidad de los viajes a Haworth).<br />
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Y no podía acabar sin mostrar a Héctor estrenándose en pisar la nieve, sentir un frío polar y pasear por el centro neurálgico de Brontëlandia:</p><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglIIBwCI3Cpp9QWzJ47-ZYZagMsA62LlW_R7Yye5gcyOHeXnGmrw1BIIfGAkuDCJ9edYEbVnEZS4Y0upvDiMEy_jFMI2J5xis_uaIqRQFBF-DvoBOHFMA1jlB8QXbph4H7TkHhaA7_RWFE/s1600/DSC04131.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglIIBwCI3Cpp9QWzJ47-ZYZagMsA62LlW_R7Yye5gcyOHeXnGmrw1BIIfGAkuDCJ9edYEbVnEZS4Y0upvDiMEy_jFMI2J5xis_uaIqRQFBF-DvoBOHFMA1jlB8QXbph4H7TkHhaA7_RWFE/s640/DSC04131.JPG" width="480" /></a></div>Cristinahttp://www.blogger.com/profile/13011351273152634584noreply@blogger.com13