viernes, 2 de octubre de 2009

All the Poems, de Muriel Spark

Ayer se me olvidó decir que en el cartel que puse lo de "October's bright blue weather" sale de un poema de una tal (disculpen la ignorancia) Helen Hunt Jackson. El caso es que he tomado lo del olvido del poema como una señal, me he puesto seria conmigo misma y me he obligado a ir a por el libro de poemas de Muriel Spark para hablar de él de una vez. Eso sí, aviso desde ya que esta entrada tendrá dos grandes carencias: 1) que no tengo ni idea de hablar de poesía y 2) que leí el poemario en julio y tengo muy mala memoria. Ahora lo he repasado un poco, pero no será lo mismo. Lo ideal sería - y no me importaría lo más mínimo - volver a leer los poemas con calma pero entonces sé que surgiría algo y volvería a dejar pasar una eternidad hasta escribir sobre él y, en fin, entraría en bucle.

A Muriel Spark la tuve abandonada durante un tiempo y no sé por qué, no me hizo nada para merecerlo la pobre. Estoy lejos - muy lejos - de haber leído todos sus libros, pero ahora que hemos retomado el contacto estamos en ello. Al fin y al cabo A Far Cry from Kensington me encanta y sus historias cortas también.

Los poemas los tenía fichados desde hace tiempo, desde que me enteré que eran poemas de a pie de los que a mí me gustan y no poemas alegóricos con referencias imposibles de los que, sinceramente, no me gustan nada. En la poesía, como en la literatura (y esto es algo que en el colegio, al menos a mí, no te enseñan, porque tiendes a leer poemas alegóricos de esos) me gusta al menos tener algo en común, un punto de apoyo.

Y en ese sentido Muriel Spark no me ha defraudado en lo más mínimo. Alguno tiene un poco tirando a alegórico, pero en general todos los poemas son muy de a pie, como yo los llamo.

Una de mis grandes dudas siempre es, en la interpretación de pintura, de poesía y de literatura, si cosas que los eruditos ven tan claramente el pintor/autor las puso ahí a propósito. Las lecturas postcolonialistas o las interpretaciones ultrafeministas de Jane Eyre, por ejemplo, son cosas con las que nada tengo en contra más que el reparo a poner palabras en la boca de alguien que estuvo lejos de nuestra mentalidad. (En cambio las lecturas políticamente correctas sí que me repatean porque eso sí que es juzgar - para mal - un libro que no puede juzgarse así). Bueno, que me disperso, y lo que quiero comentar es que me hizo gracia que en la introducción a los poemas, Muriel Spark se pregunte acerca del origen y el significado de algún que otro verso suyo. Si ella misma no lo sabe/recuerda, ¿realmente un erudito puede llegar y darnos una explicación de lo que quería decir interpretando unos símbolos que el autor no sabe qué significan? Sé que la respuesta es que sí porque más públicas o más privadas todos hacemos nuestras propias cábalas de lo que leemos, y al fin y al cabo las obras maestras son aquellas que perduran por eso mismo, porque se pueden reinventar de acuerdo a cada mentalidad. Pero aun así me queda la duda.

El poemario en sí comienza con un "tour of London" excepcional, de ahí que empezara a leer poemas y no pudiera soltar el libro y que ahora me haya vuelto a enganchar leyéndolos. Huella también me dejaron el llamado "The Creative Writing Class" y, sobre todo, "Authors' Ghosts", en el que Muriel Spark da una buena explicación de por qué a veces las cosas no son como las recordábamos en los libros. Y mencionaría más, pero nadie quiere leer una lista de títulos de poemas, y eso es lo único que sabría hacer. Eso sí, las traducciones (¿adaptaciones?) de poemas en latín que hay al final me perdieron un poco por todo lo que he explicado más arriba.

Mención especial a una cosa absurda del libro: la paginación. Como se ve en la foto, y dudo que esté hecho a propósito, alguna mente pensante de la maquetación no cayó en la cuenta de que cada página va a un lado, así que los números de página van siempre a la derecha. Me hizo gracia.

Y cualquier día de estos sigo retomando el contacto con Muriel Spark, leyendo poco a poco sus novelas y, con un poco de suerte, haciéndome de una vez con su reciente biografía, que tuve en mis manos en el WH Smith de París pero que tuve que devolver al asustarme por el precio (que no se correspondía con el precio real marcado por la editorial ni de lejos). En español ahora hay dos novelas de Muriel Spark que suelen estar por las mesitas de Novedades de las librerías: Los encubridores (Aiding and Abetting en inglés, no la he leído) y Memento Mori (llamada igual en inglés, que fue mi primer Muriel Spark y que, obviamente, me hizo querer seguir leyendo). Y tiene más traducidas, pero esas supongo que ya quedan lejos de las mesas de novedades.

10 comentarios:

  1. Como siempre, tus recomendaciones serán atendidas.
    Estoy contigo en cuanto a poner a pensar en feminista o en postcolonialista a auteres que ni sabían deletrear los términos. ¡¡Qué manía tenemos con ver lo que queremos ver y no lo que hay!

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  2. ¿Verdad? En realidad yo no tengo nada en contra de que se interprete, se estudie, se discuta desde tal punto de vista. Hasta ahí bien. Lo que me molesta es cuando el punto de vista se convierte en el único válido y se trata de imponer a toda costa y se pasa por alto que no existía cuando se escribió la novela/poema/lo que sea. Eso me da mucha rabia.

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  3. Con la poesía británica, me quedé solo con Tennyson, pero tengo ganas de hincarle el diente a Emily Dickinson...una amiga tiene poemas suyos y son una autentica delicia.

    Yo tampoco soy muy de poesía, pero me encanta encontrarme con ella de cuando en cuando.

    Me suena Muriel, pero no creo haber leído nada de ella.
    Y en cuanto a las interpretaciones, coincido en que no sólo hay un pensamiento válido...
    Y con ello no quiero caer en el relativismo.
    Un abrazo.
    (Iré leyendo tus entradas pasadas poco a poco...me tengo que poner al día!!)

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  4. Hola Cristina. He empezado de nuevo a leerte tras varios días en los que me fue imposible dedicarle tiempo a los blogs. Me alegra ver esta entrada sobre M. Spark. Yo sólo he leído la novela q reseño en mi blog y me gustó mucho. En cuanto a la poesía además de la de "a pie " también me gusta la simbolista. Me lleno de sendaciones. No busco entender.Aprecio la belleza con o sin significado.
    Sobre lo que dices acerca de las interpretaciones , yo opino que lo que el autor quería o no quería decir lo sabe únicamente èl y nadie más pero los estudios literarios deben destripar al máximo los textos, claro y a veces según la tesisi que defiendan resultan de lo más extravagante.Saludos

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  5. Mira, un postre japones, ya que lo de la pasteleria japonesa fue un fiasco...

    http://estoyhechouncocinillas.blogspot.com/2009/09/dorayaki-el-dulce-favorito-de-doraemon.html

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  6. María: a mí Tennyson, con algunas excepciones como La dama de Shalott, no me entusiasma demasiado. Tira hacia lo que no considero "de a pie". Pero no dudes en leer a Emily Dickinson, que es tal y como supones una delicia. No te lo pienses, en serio.

    Prima de Audrey: no tengo nada en contra de un poco de belleza sin significado (al menos para mí) pero enseguida me canso. La belleza sin significado la prefiero en prosa, en un contexto con más o menos significado. Al final siempre necesito una pequeña base.

    B: ¡ja! No sabía que se podía hacer en casa. No sé si se parecerá a la versión real o no, pero es el Dokyo (?) de Bollycao es lo mismo.

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  7. Ya sabes que no soy demasiado de poesía, pero te recomiendo a Anne Sexton y sus Transformations sobre los cuentos clásicos y que me gustaron bastante, aunque quizá tiren más hacia lo que no consideras "a pie de calle". Los de Muriel me parecen interesantes pero no ha leído nada suyo de momento.

    Por cierto, en Barcelona hay una pastelería japonesa donde venden postres japoneses y también doriyakis. Ochiai, en la calle Comte d´Urgell.

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  8. Pues recomendación apuntada, aunque sea para echarlo un ojo y decidir si me atrevo con ella aunque no sea de a pie ;) Gracias.

    Fíjate, la pastelería esa la tenía apuntada desde hace años (literalmente) y nunca me acercaba. Al final, cuando la única lectora estuvo por aquí, fuimos y nos llevamos un chasco. Casi todo eran dulces normales y corrientes y cuatro cosas japonesas que no sabíamos lo que eran. Doriyakis ni uno, eso seguro. No sé, si hubiéramos probado lo que tenían igual nos habría gustado, pero esperábamos encontrar mucha más variedad y se nos quitaron las ganas.

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  9. Hola, Cristina:

    Creo que la novela que han traducido como Los encubridores no es The Comforters -su primera novela, de mediados de los cincuenta- sino Aiding and Abetting -de las últimas, del 2000.

    He visto en la página de la editorial que la publica que es la historia ficticia de la desaparición de Lord Lucan, y esa novela es Aiding and Abetting.

    Gracias de nuevo por tu blog.
    Pablo Chul

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  10. Gracias por la corrección, ya he modificado la entrada. Juraría que había mirado en el propio libro el título original, pero está claro que no. En fin, que soy una despistada.

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