martes, 19 de octubre de 2010

The Victorian Chaise-longue, de Marghanita Laski

Por lo visto no sólo de dulces vive el hombre, también hay que alimentar la mente. Para el viaje relámpago a Madrid quería algo finito y que se leyera con facilidad. Siempre me cuesta mucho elegir qué lectura llevar para los viajes porque el libro que elijas será el libro al que estés encadenado y como no te guste a ver qué haces. Así que me dejé guiar por esa especie de garantía de la editorial Persephone de que sus libros siempre son buenas lecturas. Es una garantía que podrían poner en papel y tendría más sentido que otras garantías sí escritas (como por ejemplo la hora de salida de los aviones).

Así que me decanté por un Persephone finito que calculaba que más o menos me duraría el viaje de ida y el de vuelta (en Madrid apenas habría tiempo de leer): The Victorian Chaise-longue, de Marghanita Laski (autora de Little Boy Lost (El niño perdido)). Y elegí bien, más o menos, porque para ayer sólo me quedaban las páginas finales (que habría leído el domingo por la noche de no haber tenido sueño de ese que te hace entrar en modo bucle con una frase que lees y relees y nunca terminas de procesar) y la introducción de P.D. James.

The Victorian Chaise-longue, publicada por primera vez en 1953, cuenta una historia bastante angustiosa y menos ligera (aunque esto queda en manos del lector y la lectura que quiera darle al libro en cuestión) de lo que el aspecto finito del libro anuncia.

Melanie Langdon se recupera en su casa londinense de una tuberculosis y del nacimiento de su hijo. El médico le da la buena noticia de que, como muestra de los claros signos de mejora, va a poder dejar la cama y la habitación en las que ha pasado meses y meses (y este comienzo recuerda mucho a The Yellow Wallpaper) y va a poder cambiar de aires si encuentran un sitio en otra habitación de la casa donde pueda estar cómoda. Se les ocurre que la chaise-longue victoriana que Melanie compró hace meses cuando buscaba una cuna en un anticuario y que nadie ha usado todavía (y a los que todos se refieren como una monstruosidad) es el sitio perfecto y allí la depositan. Contemplando las nuevas vistas desde esta ventana, Melanie se queda dormida... y cuando se despierta se encuentra con que no está en su casa, sino - según va comprendiendo - en 1864, rodeada de gente desconocida que, sin embargo, sí la conoce a ella . En esa realidad alternativa o sueño o ella no sabe bien qué, se llama Milly, está en cama y muy enferma de tuberculosis.

A medida que Melanie va - con mucha angustia, como el lector - atando cabos de quién es quién y por qué la tratan como la tratan, la historia ve mostrando similitudes y diferencias en las vidas de Milly y Melanie. Sin ser un panfleto feminista - Marghanita Laski es demasiado sutil para eso - se muestra, con la enferma siempre reclinada, la vida de una mujer victoriana y lo mucho que para 1953 habían cambiado las cosas.

Es un libro que deja mucho en manos del lector y, como decía más arriba, será el lector el que le dé el peso ligero o más pesado, según lo lea como una mera historia de terror muy conseguida o como una historia de terror con un trasfondo más social también muy conseguida. La moraleja que seguro que todo el mundo sacará de él será no comprar nunca, nunca, nunca una chaise-longue victoriana.

Fantástica Marghanita Laski. Ya tenía ganas de leer The Village, publicado también por Persephone, ahora queda hacerse con él, que cuando pasamos por la tienda de Persephone en abril lo tenían agotado y no lo pude comprar. Su otro libro editado por Persephone, To Bed with Grand Music, no me llama tanto, pero viendo lo bien que puede contar esta mujer cualquier historia (y todas tan diferentes unas de otras) creo que tarde o temprano ese caerá también.

11 comentarios:

  1. Pues mira que me gusta a mí una chaise longue!
    Te sigo leyendo aunque a veces no tenga ni un segundo para dejar un comentario, de hecho tengo mi blog abandonado y es más q probable que no siga con él por falta de tiempo. Si empiezo una nueva andanza blogera en el futuro , te lo haré saber.Saludos

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  2. Mmmmm!!! Cómo me gusta lo que dices del libro y cómo lo dices!! Va de inmediato a la interminable lista de lecturas...A ver si improve mi inglés...
    Espero que finalice bien y con buena salud!!

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  3. Prima de Audrey: oooh... qué pena. ¿Lo has pensado bien lo del blog? Mira que nadie te obliga a actualizar cada X días ni nada... Mejor para los que te leemos una actualización muy de vez en cuando que un echar el cierre. Pero bueno, que es decisión tuya, claro. Eso sí, si lo dejas y más adelante lo retomas no dejes de informarme, please.

    María: con los libros de Persephone ya digo que todo son garantías (más o menos, con la excepción de aquel libro de poemas que compraste tú, pobre). Apúntalo porque de verdad merece la pena.

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  4. A mi me gustó mucho y compruebo encantada, gracias a tu resumen, que lo entendí bastante bien...;)
    Eso si, a la que pueda me hago con una chaise longue victoriana: no sólo compras un mueble sino que tienes asiento de primera en un viaje en el tiempo.Y a la pobre Milly tampoco le va tan mal...podría haber sido una criada victoriana condenada a dar cera a la tumbona de marras.

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  5. Creo que nunca compraré una chaise-longue porqué la asocio a Sara Montiel y a una casa de citas, todo junto! (Espero que Sara Montiel no lea los comentarios de tu blog).
    En cuanto al libro, otro más para mi lista en el momento en que mi nivel de inglés me permita leerlos.
    Un muaquis gigante.

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  6. Con lo que me gustan las chaise-longue, las encuentro tan decadentes, y muchisímo mejor que esos sofas que le añaden un diván.
    Eso si, la pobre muchacha no lo debio pasar muy bien, espero que su aventura acabara bien.

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  7. Samedimanche: es cierto que se podría estar peor (me he reído con lo de la pobre criada) pero no sé yo de todos modos si es mi idea de viajar el tiempo, la verdad.

    Mar: jajaja... sinceramente dudo que Sara Montiel lea esto así que podemos criticar su gusto por las chaise-longues (?) todo lo que queramos. Haces bien en apuntar el libro; seguro que lo lees antes de lo que imaginas.

    Ángeles: pues si te gustan las chaise-longues espero entonces que nunca traduzcan este libro y caiga en tus manos ;)

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  8. El día que me decida a hacer un pedido a Persephone no voy a saber cuándo parar. Y leyendo tus reseñas es aún peor ;)

    ¡Qué variedad! Yo las asocio a mujeres con vestidos de charleston o de dibujos de Alphonse Mucha. Desde luego, las ventajas de las chaise-longues (¿o chaises-longues?) para los lectores son incontestables: se puede leer tumbado sin llegar a dormirse. No se me ocurre mejor invento. :)

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  9. Cristina, gracias por recomendar The Little Boy Lost. Si todo lo que escribe esta mujer es igual, allá vamos... To Bed with Great Music sí que me llama mucho la atención, puede que sea uno de mis próximos Persephone ;)

    Por cierto, yo también me compraría una chaise-longue, las veo tan elegantes y cómodas...

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  10. Tamara: eso me sigue pasando a mí. Quiero leerlos todos y hay veces en que no sé por dónde seguir. Son una gozada.

    Creo que la protagonista del libro no lo vería con los mismo ojos ;)

    LittleEmily: este me ha gustado también mucho. Me ha sorprendido la capacidad de M. Laski de escribir bien y ser tan variada en sus temas. Este no tiene nada que ver con Little Boy Lost, pero no tiene nada que envidiarle tampoco.

    Ya contarás qué tal si lees To Bed with Grand Music.

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  11. Mmmh, este cae seguro!
    Gracias, un post fantástico

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