jueves, 3 de marzo de 2011

Human Voices, de Penelope Fitzgerald

Me repito, lo sé. Ya habré dicho aquí miles de veces que, cuando me engancho a un autor, leo su obra por orden cronológico y que, si hay biografía, cartas, diarios o material adicional de cualquier tipo, eso queda relegado para el final. Para ello hay dos motivos: el primero y más importante sería el terror a que me destripen los libros. Hay casos como el de Penelope Fitzgerald en que sus libros no se pueden destripar, pero aun así, me gusta llegar a los libros sabiendo lo justo de ellos. El segundo motivo es que, aunque con mi mala memoria no termina de funcionar, así tengo la perspectiva general de la obra literaria mientras descubro otros aspectos de la vida del autor y, en teoría, podría comparar, pensar que tal cosa recuerda a tal otra, sacar conclusiones, etc.

Pero una cosa a la que no me puedo resistir cuando tengo dicho material adicional a mano y acabo de leer un libro de ese autor es a echar un vistazo a los trozos en que se menciona el libro (de ahí que les dé tanta importancia a los buenos índices onomásticos). Al terminar Human Voices, de Penelope Fitzgerald, me fui directa a sus cartas a ver qué comentaba acerca del libro. Por si hacía falta demostrar una vez más lo buena escritora que era Penelope Fitzgerald, me lo demostró cuando resumió su libro en dos pinceladas justo cuando yo me devanaba los sesos pensando cómo alguien podría resumirlo. En él pasa de todo y no pasa nada.

It is really about the love-hate relationship between 2 of the eccentrics on whom the BBC depended, and about love, jealousy, death, childbirth in Broadcasting House and the crises that go on behind the microphone to produce the 9 o'clock news on which the whole nation relied during the war years, heartbreak &c, and also about this truth telling business. . . (Penelope Fitzgerald a Richard Ollard, 29 de febrero de 1980)

En realidad trata de la relación de amor-odio entre dos de los excéntricos de los que dependía la BBC, y sobre el amor, los celos, la muerte y el nacimiento en Broadcasting House así como de las crisis que tenían lugar tras los micrófonos para emitir las noticias de las 9, de las que estaba pendiente todo el país durante la guerra, los corazones rotos y también de la política de decir siempre la verdad... (Penelope Fitzgerald a Richard Ollard, 29 de febrero de 1980) (Traducción apresurada mía)

Efectivamente, la novela sucede durante unos cuantos meses de 1940, en plena guerra, en pleno blitz y dentro de la Broadcasting House londinense de la BBC (en la foto, sacada de la wikipedia; un edificio con forma de barco), donde cada uno de los trabajadores tiene una responsabilidad que muchos de ellos consideran que es la más importante. El libro también podría resumirse como "cada loco con su tema", sólo que en manos de Penelope Fitzgerald la dispersión general de los trabajadores está más unificada de lo que parece resumido así. Penelope Fitzgerald trabajó en la BBC durante esos años, así que, como dijo William Boyd en su crítica del libro, aunque este no pretende contar la historia real de esos meses, uno se queda con la sensación de que realmente ocurrió así. Y, añado yo, de no haber sido así, uno desea que lo hubiera sido.

El libro es puramente Fitzgerald, aunque a veces también me recordaba (acertada o erróneamente no lo sé) a Muriel Spark tanto que por un momento dudaba acerca de quién de las dos había escrito el libro (una vez incluso tuve que mirar el nombre de la autora en la portada: rarísimo). Pequeñas frases que lo dicen todo y que, por tanto, si prestas un poco menos de atención a alguna de ellas, se te queda la mesa coja un rato. ¿Pero cómo perderse ninguna frase si todas son una obra maestra? Con cuatro palabras Penelope Fitzgerald es capaz de provocar cualquier sentimiento que le apetezca en el lector, cosa que a mí siempre me ha parecido admirable. En otra carta a Richard Ollard se pregunta si está a tiempo de añadir algunas cosas más al libro, ya que acaba de encontrar varios trozos en los reversos de algunos sobres que le gustaría incluir. No me queda claro si pudo o no, pero espero que sí, aunque al libro no parezca faltarle nada.

El sentido del humor de algunas pequeñísimas frases es para ser enmarcado (en otra crítica Marghanita Laski dice no haberse reído anto con otro libro desde Cold Comfort Farm (La hija de Robert Poste) y que lo mejor de todo es que un libro pueda ser tan divertido al mismo tiempo que tan serio). Pequeños comentarios sobre el pequeño gran drama del racionamiento de té, sobre el tartamudeo del rey (casualidad) y breves descripciones del ambiente que reinaba en Londres durante aquellos días en que llovían las bombas que, en pocas palabras, resultan mucho más informativos que muchos libros de texto más serios.

El libro también se complica, aparte de por la concisión típica de Penelope Fitzgerald, por el mar de siglas de departamentos, cargos y demás de la BBC en que sumerge al lector ya desde la primera página. Muy curioso.

En otra carta, Penelope Fitzgerald se lamenta y dice sentirse culpable por el hecho de que el libro no se esté vendiendo bien. Parece que es el sino de Penelope Fitzgerald. Yo lo siento mucho por ella y desearía que todo el mundo pudiera conocerla y admirarla, pero de vez en cuando no está mal pensar que mejor para nosotros, leyéndola uno se siente en posesión de un tesoro apto para pocos ojos.

Mis lecturas anteriores de Penelope Fitzgerald:

- The Bookshop
- The Golden Child
- Offshore

6 comentarios:

  1. Qué curioso, yo soy completamente caótica al leer autores favoritos, es más, muchas veces ni siquiera me leo toda su obra por aquello de que siempre me quedará alguna cosa por leer (excepto Austen, claro)...
    Oh, escribía este comentario (antes de irme por las ramas, lo siento, pero es que los distintos hábitos lectores siempre me han parecido interesantes) pq tengo mucha curiosidad por leer algo de Penelope Fitzgerald; me voy encontrando buenas críticas pero aún no he leído nada, así que es interesante ver lo que a otros lectores piensan. ¡Ahora tengo más ganas de atacarla!

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  2. Sí, es muy curioso ver cómo lee la gente libros, porque hay muchos hábitos propios que damos por generales y no es así. Yo a veces desearía poder ser caótica, porque, sinceramente, a veces esto del orden cronológico es una pesadez, pero simplemente no puedo.

    ¡A por Penelope Fitzgerald sin dudarlo! No sé si te gustará o no (pienso/deseo que sí) pero es de los autores que hay que probar. Y si te gusta mejor que mejor.

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  3. Adoro a la Fitzgerald. Tengo por aqui ese volumen de cartas. Si no fuera por el cuelgue que tengo ahora con Spark, me iria de cabeza a leerme lo que me falta de Fitzgerald. Este tiene muy, muy buena pinta. Bueno, casi todos tienen muy buena pinta. Estoy desenado meterle mano tranquilamente The Blue Flower y The Gate of Angels.

    Magnífico comentario. Esta claro que lo has disfrutado.

    Un saludo.

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  4. Tengo pendiente escribir sobre The Bookshop (un pequeño adelanto: me ha gustado mucho y he disfrutado cada una de sus frases) y ahora quiero decidirme por otra de sus novelas. Human Voices me parece muy interesante, ya sabes que también me interesa la época que describe, pero no estoy del todo convencida. ¿Qué me recomiendas?

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  5. Óscar: lo que yo descubro con Penelope Fitzgerald es que esa mujer puede escribir acerca de cualquier cosa que, quizá, en principio, no atrae demasiado, y sin embargo conseguir enganchar y deleitar al lector.

    LittleEmily: ¡qué bien lo de The Bookshop! Me alegro muchísimo y estoy deseando leer tu comentario (cuando puedas, que no hay prisa). Con P. Fitzgerald es lo que le decía más a rriba a Óscar, que hay libros que en principio no llaman mucho la atención, pero ella se las ingenia para hacerlos interesantísimos.

    Aparte de The Bookshop, los que yo he leído no son los que se consideran más relevantes de su obra, así que no te puedo ayudar demasiado. The Golden Child yo creo que te gustaría por tratar el tema de los museos, etc. Está muy bien. Y Offshore es una pequeña joya en cuanto a personajes. Yo creo que elijas el que elijas no te decepcionará.

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  6. Me ha encantado. Tengo que comenzar a añadir títulos de Muriel Spark a la "wishlist" para cuando termine con Fitzgerald.

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