lunes, 31 de diciembre de 2007
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sábado, 29 de diciembre de 2007
Libros 2007

El otro día hice mi tradicional (y hasta ahora restringida a mi cuaderno) estadística de libros leídos durante el año. Ya que con mi actual lectura por lenta pero segura (¡rima!), es dudoso que vaya a acabarla antes de que termine el año. Elizabeth Barrett Browning será ya pasto de 2008.
Las portadas de muchos libros juntos quedan siempre tan bien juntas que no he podido evitar hacer un mosaico que refleje los libros que he considerado mis preferidos en 2007. No siempre los elijo porque me parezcan buenos o me guste la historia, puede ser que me hayan sorprendido mucho o que se trate de un libro que va más allá de sí mismo. Sin orden:
- The New York Trilogy (La trilogía de Nueva York), de Paul Auster. No tengo más que añadir a lo que dije hace algunos días.
- Tu rostro mañana 3. Veneno y sombra y adiós, de Javier Marías. Porque completa perfectamente los dos anteriores, porque al pobre Javier Marias le ha costado mucho escribir este libro en tres partes y porque me dio pena el otro día cuando se quejaba de que después de todos esos años de trabajo su libro, publicado hace sólo 3 meses, ya no es una novedad.
- Mother's Boys, de Margaret Forster. Porque es Margaret Forster (aunque he leído otro suyo este año que no he seleccionado, no por falta de méritos sino porque era durillo), porque Margaret Forster (salvo en un caso aislado) es capaz de escribir de cualquier tema y atraparme.
- La isla y los demonios, de Carmen Laforet. También he leído La insolación este año, pero sin duda me quedo con este, publicado (no inmediatamente) después de Nada.
- Mañana en la batalla piensa en mí, de Javier Marías. Javier Marías sí que tiene dos en mi lista porque Mañana en la batalla piensa en mí me pareció también impresionante. Y aunque no sea un motivo real: porque Javier Marías me lo firmó en la Feria del Libro.
- Elizabeth Gaskell, de Winifred Gérin. Una biografía que había querido leer desde hace muchísimo porque aunque como biógrafa Winifred Gérin tiene sus puntos débiles su experiencia y destreza a la hora de organizar la información siempre me deja conocer un poco mejor a la persona de la que habla.
- L'éducation d'une fée, de Didier van Cauwelaert. Ya hablé un poco de este libro. Aparte de sus méritos propios está en la lista porque, ejem, ha sido el único en francés de este año.
- The Pursuit of Love, de Nancy Mitford. Porque después de siglos queiéndolo leer pero dejándolo siempre en la estantería cuando elgía nueva lectura al final me decidí y mereció mucho la pena. Muy divertido.
- Harry Potter and the Deathly Hallows, de J.K. Rowling. Obviaré el famoso epílogo que lo estropea un poco y me quedaré con que es el último Harry Potter y que resuelve de una vez por todas las preguntas que veníamos haciéndonos desde el primero. Un buen final.
- Everything is Illuminated (Todo está iluminado), de Jonathan Safran Foer. Porque me pareció muy original y es uno de esos libros que hablan de todo y puedes leer mil veces y seguir encontrando cosas nuevas.
- The Siege, de Helen Dunmore. Quizá este sea el número uno de esta lista. Es un libro impresionante de verdad, de los que no se olvidan pero pueden volver a leerse y parecer nuevos. No sólo por la forma de escribir de Helen Dunmore, que siempre me gusta, sino por la historia en sí. El Sitio de Leningrado visto y vivido por un grupo de ciudadanos que hacen lo que pueden para sobrevivir al hambre, al frío y a sus enemigos.
- The Thirteenth Tale (El cuento número trece), de Diane Setterfield. Me gustan los libros sobre libros y este además habla mucho de Jane Eyre. También me gustan los libros de secretos familiares y en este libro abundan.
- I Capture the Castle (El castillo soñado), de Dodie Smith. Un poco por lo mismo que el anterior en lo que respecta a libro sobre libros y no tanto secretos como historias familiares.
(Cuando existe, he puesto enlace también a la traducción. Si no hay enlace es que no hay traducción.)
La estadística dice que de los tres últimos años este es el que menos he leído (normal por otra parte): 32 libros (media de 0,63 libros/semana). De ellos sólo 9 estaban escritos por hombres (la paridad no llega a mi lectura), 3 eran relecturas (2 de ellas Brontë), 5 eran no-ficción y 9 tenían algo que ver con las Brontë de alguna manera.
Es muy curioso hacer la estadística de las lecturas del año y hacerlas en versión blog también ha resultado interesante.
Y hablando de libros recuerdo que nuestra estantería virtual está en Goodreads. Goodreads cada día me parece más chulo, así que si alguien se anima a subir ahí su catálogo de libros que avise.
viernes, 28 de diciembre de 2007
Garantizado: entrada sin inocentadas
Qué paliza ayer. Pero bueno, al final me cundió más o menos, sobre todo cuando quedé con Manuel y me ayudó a tomar algunas decisiones. Él, que llegaba más o menos fresco después de ver la exposición de Chaplin, mientras yo ya llevaba un tiempo luchando con las hordas. Eso sí, para cuando volvimos a casa los dos sentíamos que volvíamos de la guerra.
Y es que, aunque suene a inocentada no lo es, no tuvimos ni tiempo para un Starbucks. Lo nunca visto.
*En Barcelona hay muchos tipos de aceras (a ver si un día hago una entrada con varios modelos): la de Gaudí, la de la florecita, las de los circulitos... y siempre me gusta mirar cuál voy pisando.
miércoles, 26 de diciembre de 2007
Días de cine y canelones

El caso es que estos días de fiesta he visto más películas (y trozos de películas) seguidas que en toda mi vida. Empezamos el día de Nochebuena por la mañana. Manuel se puso la película y yo cogí mi libro. Pero creo que ni llegué a abrirlo porque la primera historia de Mystery Train con sus japoneses tras los pasos de Elvis me enganchó. Y ya vi las otras dos historias y me lo pasé bien encontrando los lugares comunes (nunca mejor dicho) de las tres historias.


Y ayer por la noche vimos el especial de Shrek de Navidad y luego, ya un poco empezada, Los padres de él, que incluso sin haberla visto desde el principio se nos hizo bastante laaaaaarga.
Y mañana también será largo: ir de compras ya es inevitable.
martes, 25 de diciembre de 2007
El tió
Así que hoy después de comer he dormido una siesta de Navidad casi sin enterarme porque yo me había sentado en el sillón a leer.
Cuando me he espabilado he hecho una llamada multitudinaria a la nave nodriza y ahora que me venía un rato al ordenador con mi té Joy (hay poco tés más navideños) me he encontrado con que mi minitió había cagado (no es cosa mía, se dice así) un par de bombones. Hmmmmm...
lunes, 24 de diciembre de 2007
domingo, 23 de diciembre de 2007
Té, un árbol y cuatro velas
Últimamente en casi todas mis entradas hay algo navideño. Normal, por otra parte, que no es como si estuviéramos en junio, así que esta no podía ser menos. Ayer por la tarde me dediqué a montar el arbolito portátil de Keri Smith. Es chulísimo. Pegas la foto de las hojas de pino en forma de cono, coloreas y recortas los adornitos, los pegas a tu gusto y tienes el árbol más apañado del mundo. Yo estuve de lo más entretenida haciéndolo.
Y hoy además es el último domingo de Adviento ya, así que hoy es el último día de tradición sueca también. Las cuatro velas encendidas:
sábado, 22 de diciembre de 2007
La plaça del diamant en el TNC
El caso es que ayer al final cumplí mis planes y me fui a la Plaza de Sant Jaume a ver el Nacimiento de este año. Tuve suerte: no me llovió y me gustó mucho.
Cada año es totalmente diferente, siempre con mucho verde porque colabora el departamento de parques y jardines. Las figuras eran talladas en madera y, aparte de las típicas que salen en la foto, había un montón de cabras y ovejas y un par de pastores.
Cuando llegó Manuel, callejeamos un poco y acabamos apoltronados en los sillones del Starbucks de Via Laietana (Laietana,Laietana, no me canso de decirlo, me encanta) hasta que se hizo la hora de ir al TNC. Del TNC yo sólo conocía el exterior y la entrada, que son preciosos. Mientras esperábamos a que abrieran las puertas de la sala, yo me compré el programa de la obra, pululé por la tienda e hice fotos. En esta: la famosa torre Agbar vista desde el interior del TNC.
Pero la obra empezó, con una puesta en escena espectacular y, salvo alguna palabra (que sí, solía ser la palabra clave), se seguía perfectamente. Los actores eran todos muy buenos. Mis favoritos, aparte de Natàlia/Colometa, eran Julieta y la señora Enriqueta. Y los decorados cada vez más impresionantes, sobre todo los de la guerra. El escenario del TNC es enorme.
Quien conozca la historia puede imaginarse que el segundo acto fue tristísimo, pero, en cambio, cosa que yo no me esperaba, el primero y el tercero eran más alegres (el primero con optimismo, el tercero con un poco más de acidez).
Y, cosas del teatro, nos reímos muchísimo cuando alguien del público estornudó y uno de los actores, no sabemos si por qué pensó que era la actriz con la que hablaba la que había estornudado, intercaló un ¡Jesús! en mitad de su discurso.
Cuando terminó no me parecía que fueran las 12, que hubiéramos pasado cuatro horas ahí dentro. Me encantó y ahora, conociendo la historia, estoy deseando leer el libro
viernes, 21 de diciembre de 2007
Invierno

El caso es que esta primera noche de invierno tenemos evento otra vez. Vamos a ver la obra de teatro de La plaza del diamante, adaptación de la novela de Mercè Rodoreda. La obra es en catalán y yo siempre "presumo" de entenderlo más o menos bien, aunque normalmente si no entiendo alguna palabra siempre resulta ser la palabra clave. Espero que la dicción de los actores sea buena o la obra, que ya es larga de por sí, se me hará eterna. En fin, un reto. También tengo el libro en catalán en mi haber, pero aún no lo he leído y conozco más bien poco del argumento, así que no tengo guías externas. Quizá ya lo deje para el año que viene (o, lo que es lo mismo, para dentro de un par de semanas) que se celebra el Año Rodoreda.
Tampoco hoy como con Manuel al estilo tradicional de los viernes. Mi idea era pulular por Barcelona mientras hacía tiempo hasta la hora a la que hemos quedado y, de paso, acercarme a ver el Nacimiento de la Plaza de Sant Jaume, pero viendo cómo está el día no estoy tan motivada como cuando, con sol, se me ocurrió mi plan. Bueno, sea como sea ya contaré aquí a qué me he dedicado.
Y es que los planes no siempre se cumplen. Sin ir más lejos hoy quería poner alguna canción de Navidad de las que más suenan en mi iPod estos días, pero he visto el siguiente vídeo por ahí y me tiene fascinada. Es un baile navideño, con su correspondiente música, del tipo que Jane Austen, por ejemplo, hubiera conocido.
miércoles, 19 de diciembre de 2007
159 "ásperos diciembres"
Lo hago con mi poema preferido de Emily Brontë, primero en inglés y luego en español gracias a un libro que ya he mencionado anteriormente. La traducción al español es un poco libre, pero también es verdad que gracias a esa libertad el traductor ha conseguido que rime.
Cold in the earth--and the deep snow piled above thee,
Far, far, removed, cold in the dreary grave!
Have I forgot, my only Love, to love thee,
Severed at last by Time's all-wearing wave?
Now, when alone, do my thoughts no longer hover
Over the mountains, on Angora's* shore,
Resting their wings where heath and fern-leaves cover
Thy noble heart for ever, ever more?
Cold in the earth--and fifteen wild Decembers,
From those brown hills, have melted into spring:
Faithful, indeed, is the spirit that remembers
After such years of change and suffering!
Sweet Love of youth, forgive, if I forget thee,
While the world's tide is bearing me along;
Other desires and other hopes beset me,
Hopes which obscure, but cannot do thee wrong!
No later light has lightened up my heaven,
No second morn has ever shone for me;
All my life's bliss from thy dear life was given,
All my life's bliss is in the grave with thee.
But, when the days of golden dreams had perished,
And even Despair was powerless to destroy;
Then did I learn how existence could be cherished,
Strengthened, and fed without the aid of joy.
Then did I check the tears of useless passion--
Weaned my young soul from yearning after thine;
Sternly denied its burning wish to hasten
Down to that tomb already more than mine.
And, even yet, I dare not let it languish,
Dare not indulge in memory's rapturous pain;
Once drinking deep of that divinest anguish,
How could I seek the empty world again?
Por la ola del Tiempo implacable, arrastrada,
¿A ti, mi único amante, pude olvidar al fin
en la tumba cubierta por la nieve apilada
bajo la fría tierra de un remoto confín?
¿Mis pensamientos tristes ya no siguen derechos
de la costa de Angora* la férrea dirección,
posándose en el punto donde brezos y helechos
cubren, ¡ay!, para siempre tu noble corazón?
Quince ásperos diciembres se han hecho primavera
sobre esos pardos montes: leal es, en verdad,
el pecho cuya dura nostalgia no se altera
con tantos largos años de duelo y soledad.
Perdona si en su curso la mundanal marea
me hace olvidarte, ¡oh dulce pasión de juventud!
Esperanzas más graves mi corazón desea,
que eclipsarte no pueden ni causarte inquietud.
En mi cielo no hay astro que al tuyo sustituya;
ninguna estrella nueva se encendió para mí.
La dicha de mi vida yace en la tumba tuya,
porque toda esa dicha de ti la recibí.
Mas cuando se extinguieron los sueños de mi vida
y era impotente incluso la desesperación,
comprendí cómo puede la vida ser nutrida
con otros alimentos que el goce y la ilusión.
Contuve, pues, el llanto de mi pasión inútil;
dejó mi alma joven la tuya de añorar,
y domé su deseo--como nocivo y fútil--
de volar a esa tumba cavada junto al mar.
Empero, en mi memoria tu imagen no se amustia
ni su dolor pretendo dejar languidecer;
una vez apurada esta divina angustia,
¿cómo al mundo vacío podría ya volver?
Traducción de Ignacio Mendizábal.
*Angora era parte del territorio imaginario de Gondal.
martes, 18 de diciembre de 2007
Sin orden ni concierto:
- Por aquí no sólo ponen luces de Navidad. No, también ponen villancicos por megafonía e intercalan anuncios de tiendas locales donde encontrar esto o lo otro perfecto para la Navidad. Me parece muy curioso. ¿Así quién necesita un iPod con música navideña?
- El otro día me dejé una anécdota graciosísima relacionada con el Nacimiento. Cuando colocaba las figuras le pregunté a Manuel dónde estaban los del Río. Bueno, lo que nos reímos. Ahora cada vez que contemplo mi querido río en lugar de venirme a la cabeza, no sé, Beben y beben y vuelven a beber... me viene a la cabeza Macarena. ¡A ver si yo también voy a tener que poner megafonía navideña!
- Aún no hemos decidido el menú de Nochebuena/Navidad. Supongo que para el jueves, que es cuando queremos ir a comprar los ingredientes, lo habremos decidido. Lo que sí está claro es el menú del día 26 (San Esteban y aquí festivo): ¡canelones como manda la tradición! Hmmmm.
- Habíamos hecho una costumbre de ver Cranford los martes por la noche y el fin de semana yo estaba toda apenada porque este sería el último martes con Cranford porque el domingo pasaban ya el quinto y último episodio. Lo peor de todo es que no hay forma de dar con el capítulo en cuestión así que parece que la tradición terminó el martes pasado y que tendremos que dar gracias de poder ver el último episodio cuando sea. (Editado al día siguiente: ¡Al final pudimos continuar con la tradición hasta el final! Qué buen capítulo para terminar y qué pena que fuera el último.)
- Me encanta la versión de Marlango de My Favourite Things de Sonrisas y Lágrimas que sale en el anuncio de El Corte Inglés. Pero parece ser que todo lo que se puede oír es lo que sale en el anuncio.
lunes, 17 de diciembre de 2007
Ronda literaria
Lo que noto, habiendo leído este libro con tres historias de la segunda mitad de los 80 y habiendo leído el libro más reciente (Brooklyn Follies), es que con los años Paul Auster se ha hecho un poco más comercial. Parece que escribe un poco menos para sí mismo y un poco más para sus posibles lectores. Yo no lo veo particularmente mal, pero supongo que hay gente a la que esta evolución no le gusta. Salvando las distancias y con miedo de que me tiren piedras o tomates, se podría decir que Paul Auster es un poco Bon Jovi.
El cuarto cerrado - la tercera historia - incluye una pequeña reflexión sobre las biografías, un tema que siempre me interesa. He leído muchas biografías Brontë y bastantes no-Brontë, sé el tipo de biografía que me gusta y el tipo de biografía que no me gusta y me parece que escribir una biografía es más complicado de lo que pueda parecer. Y luego está el hecho de que leer una biografía no siempre ayuda a ver mejor a la persona en cuestión. Decía Paul Auster:
Every life is inexplicable, I kept telling myself. No matter how many facts are told, no matter how many details are given, the essential thing resists telling. To say that so and so was born here and went there, that he did this and did that, that he married this woman and had these children, that he lived, that he died, that he left behind these books or this battle or that bridge--none of that tells us very much.(La traducción cutre y apresurada es, ejem, mía.)
Me repetía que todas las vidas son inexplicables. Da igual cuántos hechos se enumeren, da igual cuántos detalles se den, lo esencial se resiste a ser contado. Decir que Fulanito nació aquí y fue allí, que hizo esto y lo otro, que se casó con tal mujer y que tuvo estos hijos, que vivió, que murió, que nos dejó estos libros o esa batalla o aquel puente no es decir mucho.
El caso es que eso me lleva a mi nueva lectura: una biografía de Elizabeth Barrett Browning (artículo de la wikipedia sobre EBB. Quién se resiste a querer saber más sobre esta mujer.) escrita por mi adorada Margaret Forster. Llevo muy, muy poquito pero de momento está tan bien como era de esperar.
Y el viernes también me hice con un par de libros. No está bien que en la Fnac organicen el día del socio porque voy y me vuelvo loca. El caso es que por fin compré Atonement (Expiación) de Ian McEwan. Ahora todo el mundo lo lee por la película, pero yo lo conocía y quería leerlo desde hace años. La película, que no he visto, sólo me ha dado el empujón final. Por eso no quería comprar una edición que tuviera el cartel y el viernes pasado por fin encontré un resto con la portada antigua. También di por casualidad con un libro de un tal Jeremy Paxman llamado The English (Los ingleses). Es un libro sobre por qué los ingleses son como son y por lo que he hojeado tiene buena pinta: información y sentido del humor. ¿Y por qué di por casualidad con este libro que estaba más bien escondido en la estantería? Porque forma parte de los nuevos Penguin Celebrations y aunque luego siempre suelo sacarle alguna pega a las ediciones especiales de Penguin, sus portadas siempre me tientan mucho. Estaba deseando tener alguno de esta colección pero hasta ahora los que me gustaban ya los tenía (y sólo hago lo de comprar 6375375 ediciones del mismo libro con los Brontë) y los que no conocía no me convencían nada.
Hay un dicho inglés que dice que no debes juzgar un libro por su portada. Pues yo lo hago y me quedo más ancha que larga. Y me va mejor de lo que cabría esperar.
domingo, 16 de diciembre de 2007
Fin de semana dedicado a la Navidad o sobredosis de fotos
Pero siento decir que el concierto queda ya muy lejano porque de por medio está ayer, que fue un día dedicado íntegramente a la Navidad. Desde después de desayunar hasta poco antes de cenar estuve danzando de un lado a otro adornando cosas. Y ahora es cuando vienen las tropecientas mil fotos de mi obra, que para algo trabaja una.
Empezamos, como debe ser, por el portal. El portal en sí, y por cutre que sea decirlo, está comprado en el chinopijo, pero fue sin duda una gran compra. Luego yo fui comprando complementos: la leña, un saco, un fajo de paja, una jarrita de barro... y un cubo de metal oxidado (para darle solera) y un cestillo de mimbre que no sabía con qué rellenar y que poner vacíos no me convencía. Al final cogí los frutitos ya secos del muérdago del año pasado y puse unos cuantos en cada uno. ¡Qué idea! Quedó chulísimo.
Por cierto que después de hacer las fotos compramos musgo y ahora el suelo y eso se ve menos vacío. De momento este año no he puesto serrín y aunque al principio me parecía un poco soso, ahora no me disgusta (más que nada porque, como ya digo, el musgo rellena un poco). Lo que aquí se ve son hojas de muérdago, que no quedan mal tampoco.
viernes, 14 de diciembre de 2007
De cine

Hoy no será un viernes normal porque en lugar de comer con Manuel en Barcelona y luego ir de acá para allá haciendo tiempo antes del concierto, nos iremos cada uno por nuestro lado a hacer compras navideñas y luego quedaremos en algún sitio intentando que las bolsas no delaten lo que va dentro.
Y mañana Manuel me ha dado permiso para "poner la Navidad". Sí, ha roto todas sus reglas de que no se pone nada hasta casi el día 24 y deja que mañana me dedique a vaciar la caja de la Navidad y la vaya desperdigando por la casa. Habrá fotos, claro.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Otra tradición sueca

A lo que no diría que no es a un bollito típico de azafrán que si no recuerdo mal me gustaban. Lo que sí tenemos es fresquito para dar ambiente, aunque no llega ni de lejos supongo al frío sueco.
Siguiendo con las costumbres suecas: esta semana, y gracias a Spanair, tuve que trasladar el domingo de Adviendo al lunes, así que aquí está la foto de las dos velas correspondientes: una recién empezada y la otra ya más consumida.
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Fira de Santa Llúcia
Pero no sólo me dediqué a las figuritas, también di con un puente lo suficientemente pequeño como para que no parezca que mis figuras tienen tendencias suicidas y hay que impedirles a toda costa que se tiren al río a lo Virginia Woolf. Y también me abastecí de productos de atrezzo: sacos, leña, cofres, vasijas, piedras... Todo en tamaño minúsculo, claro.
Pero en la feria se puede comprar cualquier cosa relacionada con la Navidad. Se parece a lo que debían de ser los puestos de la Plaza Mayor de Madrid antes de dedicarse casi exclusivamente a la venta de todo tipo de pelucas y gorros de reno de peluche (¡¿alguien sabe qué tienen que ver las pelucas con la Navidad?!). Los puestos son todos muy bonitos con tanto colorido, aunque siempre me pregunto de qué vive esa gente el resto del año.
*Cómo se va a fiar de mí para quemar nada, por mucho que yo insista en que lo ponemos en la pila bajo el grifo para tener el agua cerca en caso de que se nos vaya de las manos si me pasan cosas como que voy a tirar la basura y suelto el pedal que sujeta la tapa del contenedor antes de quitar la mano y dejo que la tapa me caiga encima de los nudillos con todo su peso. No soy de fiar, está claro.
martes, 11 de diciembre de 2007
lunes, 10 de diciembre de 2007
Odisea en Barajas por cortesía de Spanair
Un principio un tanto al estilo de Bridget Jones para una entrada que nunca pensé que tendría que escribir. Cuando barajaba las posibles entradas que escribiría a la vuelta y en qué orden nunca se me pasó esta por la cabeza. Ahora le doy la prioridad inversa que Spanair da a sus clientes.
Crónica de la odisea que no le deseo ni a mi peor enemigo: llegamos a Barajas a las 14:45 para coger el vuelo de las 16:30. En el mostrador de facturación la azafata nos cambia automáticamente al vuelo de las 17:30 porque el de las 16:30 va con retraso. Nos sentimos ligeramente molestos pero nos resignamos. Localizamos la puerta de nuestro nuevo vuelo y nos sentamos a esperar. Cuando minutos antes de la hora de embarque nos levantamos vemos que la pantalla de la puerta está en blanco y que nuestro vuelo no aparece en las pantallas de información. Después de mucho insistir y mucho caos nos dicen que la puerta donde estábamos ahora es para ir a Málaga y que debemos ir al mostrador de "información" de Spanair para saber más de nuestro vuelo. En el mostrador de "información" hay un chico gestionando las reclamaciones de más de 100 personas.
Después de casi una hora de espera en la cola sin que nadie nos diga nada y con una hoja de reclamación rellenada por fin nos atienden. Ahora resulta que nuestro vuelo real sale a las 19:30 pero que ya va lleno. Nos colocan en el vuelo de las 20:30, es decir, cuatro larguísimas horas después de nuestra hora. Pregunto una y otra vez si van a cambiar mi maleta de vuelo y me dicen con toda seguridad que por supuesto. Y nadie nos pide disculpas.
Muy de mal humor nos vamos a tomar algo. Guardamos el ticket para que Spanair lo pague. Después de lo que parecen horas en la cafetería volvemos hacia nuestra supuesta nueva puerta. Manuel se queda allí y yo voy al mostrador de "información" a que me digan qué tengo que hacer para que me devuelvan lo que he gastado por su culpa. Sigue habiendo tanta cola que no consigo que me atiendan y me tengo que ir a embarcar de una vez. Cuando el avión está por fin preparado, tiene que acercarse una chica de handling al mostrador de embarque para pedir que venga alguien a embarcarnos. Se lo toman con calma.
Durante el vuelo con todos los asientos ocupados nadie comenta nada de los pasajeros que llevan horas tirados en Barajas y ni siquiera nos dan agua gratis o tienen algún mínimo detalle para con sus clientes. Por no dar no dan ni el típico caramelito del final del vuelo.
En las cintas de equipajes vemos que las poquísimas maletas que salen son las de la poca gente que volaba desde el principio en ese vuelo. Las del vuelo de las 19:30 con gente reubicada y las nuestras no aparecen. De nuevo a hacer cola para reclamar el equipaje. De nuevo nadie pide disculpas.
Para cuando salimos del aeropuerto son más de las 11 de la noche y nuestro autobús ya no pasa. Tenemos que coger un taxi y pedimos factura para, por supuesto, reclamar el importe a Spanair.
Por fin llegamos a casa como si viniéramos de la guerra. Habíamos perdido toda una tarde.
Y esta mañana he llamado a Spanair y me dicen que mi maleta sigue en Madrid (supuestamente localizada) y que si todo va bien (¡ja!) me la entregarán hoy mismo. En cuanto llegue a Barcelona me llamarán. ¿Me han llamado? Aún no, y lo que quedará.
También he rellenado el formulario para reclamar todos los gastos ocasionados y parece que dentro de tres meses me dirán algo. Los trabajadores de Spanair no sufren estrés.
Lo peor es que el vuelo de Reyes es también con Spanair. Nos os imagináis el miedo que nos da. Después de eso Spanair desaparece del mapa para nosotros. Ya pueden poner sus billetes a Madrid a un céntimo que preferiremos pagar más con cualquier otra compañía.
Consejo del día (y gratis): NO VIAJÉIS CON SPANAIR.
Editado a las 18:43: Después de varias llamadas a Spanair durante todo el día por fin me han llamado ahora para decir que mi maleta está en Barcelona (es curioso cómo sólo unos minutos antes cuando yo llamé seguía en Madrid... eso es control y lo demás tonterías) y que mañana por la mañana me la traen. ¿Será verdad? ¿Será mi maleta? Ya veremos.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
El Madrid alegre
Porque hoy estoy liadísima con preparativos para estos días en Madrid y mañana por la mañana creo que me voy a tener que levantar a las 5 para que me dé tiempo a hacer todas las cosas que debería hacer. La realidad, claro, será que me levantaré a una hora más (o menos, según como se mire) decente y estableceré prioridades.
Escribo esto mientras me tomo mi té y descanso un rato. Esta mañana, pensando en Madrid para evitar pensar en lo que me dolían los pies y me pesaban las bolsas, me vino a la mente un poema de Charlotte Brontë que descubrí gracias a un libro en español con solera que cayó del cielo hace unos meses. Los Brontë atravesaron una fase de auténtica pasión por la "guerra peninsular" y muchos de los nombres de sus personajes de las historias juveniles tienen influencias españolas, pero la verdad es que hasta que ese libro cayó en mis manos no sabía que Charlotte Brontë, a los 20 años, había escrito un poema en el que mencionaba Madrid en la primera estrofa.
En versión original:
I dwell in gay Madrid;
My hair is like a night-cloud, when
Its veil the moon has hid.
En la traducción:
y en el Madrid alegre resido;
mi pelo es cual nube nocturna
cuando el velo la luna ha escondido.
Está escrito por Lady Julia Wellesley, hija de la versión ficticia del héroe absoluto de Charlotte: el Duque de Wellington.
Y seguiría durante mucho más rato con el tema pero se me ha acabado el té y ya no tengo excusa para no seguir haciendo cosas. Así que ya me despido del blog hasta la semana que viene.
martes, 4 de diciembre de 2007
Más normalización
Ya han organizado las parejas y hoy mismo me han dado mi carpeta con los datos de la chica que me ha tocado (que por su nombre parece nativa) para que me ponga en contacto con ella y podamos vernos para parlar una estona.
De momento lo mejor de todo es que, igual que al principio del curso de catalán, me han dado una carpeta llena de sorpresitas: un calendario de 2008, un marcapáginas con imán, un estupendo cuaderno de espiral y tres libretitos de pasatiempos en catalán que me han parecido muy chulos. Además incluye también un listado de los comercios que colaboran con esto y donde se supone que puedes ir, tartamudear, saltarte toda la gramática que has aprendido y no se reirán de ti. Para mí el lado más práctico es que ahora tengo una lista bien completita de tiendas muy variadas de la zona.
Para terminar con otro tema: dentro de un rato nos iremos a abastecernos de dulces navideños. Hmmmm.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Paul Auster y Kaspar Hauser
Pero para compensar ayer me terminé la primera historia de La trilogía de Nueva York, Ciudad de cristal, que me dejó impresionadísima. No sé cómo serán las dos que me quedan, pero desde luego veo esta primera muy difícil de superar.
Gracias a ella, además, descubrí la historia de Kaspar Hauser (o en inglés, más completo), que me parece de lo más interesante, sobre todo por las muchas intrigas y preguntas sin respuesta que hay alrededor. También me gusta mucho el texto que eligieron para un monumento suyo en Ansbach (Alemania, donde sucedió todo): Hic occultus occulto occisus est (Aquí un desconocido fue muerto por un desconocido).
domingo, 2 de diciembre de 2007
Primer domingo de adviento
Veremos cuánto dura la pobre. No sabe en qué manos ha caído. Tengo mis dudas de que aguante siquiera hasta Navidad, pero mientras dure bien mona que está.
Y hace un rato, cuando ya ha empezado a anochecer y he bajado la persiana he encendido mi primera vela de adviento. Es una tradición sueca que aprendí cuando iba a clase y que me gustó mucho, así que ahora la he incorporado a mi repertorio navideño.
El funcionamiento suena muy enrevesado. Se ponen cuatro velas: el primer domingo se enciende un cuarto de la primera vela, el segundo domingo se enciende el segundo cuarto de la primera vela y el primer cuarto de la segunda vela, el tercer domingo se enciende el tercer cuarto de la primera vela, el segundo cuarto de la segunda vela y el primer cuarto de la tercera. Por último, el cuarto y último domingo de adviento se enciente el último cuarto de la primera vela, el tercero de la segunda, el segundo de la tercera y el primero de la cuarta. Descrito parece un lío tremendo, pero no es así y es muy bonito que cada domingo vaya habiendo más luz.
sábado, 1 de diciembre de 2007
Diciembre

También he cogido de la librería The Brontës' Christmas y como tiene treintaypico capítulos con una pequeña historia más o menos relacionada con las Brontë pienso usarlo como "calendario de Navidad" y leer una cada día. Calculo que más o menos me durará hasta Reyes.