lunes, 10 de diciembre de 2007

Odisea en Barajas por cortesía de Spanair

Horas de espera en Barajas: 6; número de cambios de vuelo: 3; número de colas largas hechas: 3; media de personal de Spanair para atender las reclamaciones de más de 100 personas: 1,5; número de reclamaciones hechas: 4; número de maletas perdidas: 1; número de veces que el personal de Spanair me aseguró que cambiarían de vuelo mi maleta: 3; número de maletas en la cinta al bajar de un avión lleno hasta los topes: 6; número de llamadas recibidas de Spanair para decirme que me entregan hoy mi maleta: 0; número de veces que Spanair se ha disculpado por todas las molestias encadenadas que nos han causado: 0; número de veces que alguien nos dijo qué pasaba: 0; número de detalles (buenos) que Spanair tuvo con sus clientes que habían pagado por unos billetes y que no recibieron el servicio acordado: 0; número de meses en que Spanair tramita la reclamación de dinero gastado por su culpa: 3; número de pensamientos de odio absoluto hacia Spanair: 8748035279347828037657463158437647613532786573418563856380532658376508356.

Un principio un tanto al estilo de Bridget Jones para una entrada que nunca pensé que tendría que escribir. Cuando barajaba las posibles entradas que escribiría a la vuelta y en qué orden nunca se me pasó esta por la cabeza. Ahora le doy la prioridad inversa que Spanair da a sus clientes.

Crónica de la odisea que no le deseo ni a mi peor enemigo: llegamos a Barajas a las 14:45 para coger el vuelo de las 16:30. En el mostrador de facturación la azafata nos cambia automáticamente al vuelo de las 17:30 porque el de las 16:30 va con retraso. Nos sentimos ligeramente molestos pero nos resignamos. Localizamos la puerta de nuestro nuevo vuelo y nos sentamos a esperar. Cuando minutos antes de la hora de embarque nos levantamos vemos que la pantalla de la puerta está en blanco y que nuestro vuelo no aparece en las pantallas de información. Después de mucho insistir y mucho caos nos dicen que la puerta donde estábamos ahora es para ir a Málaga y que debemos ir al mostrador de "información" de Spanair para saber más de nuestro vuelo. En el mostrador de "información" hay un chico gestionando las reclamaciones de más de 100 personas.

Después de casi una hora de espera en la cola sin que nadie nos diga nada y con una hoja de reclamación rellenada por fin nos atienden. Ahora resulta que nuestro vuelo real sale a las 19:30 pero que ya va lleno. Nos colocan en el vuelo de las 20:30, es decir, cuatro larguísimas horas después de nuestra hora. Pregunto una y otra vez si van a cambiar mi maleta de vuelo y me dicen con toda seguridad que por supuesto. Y nadie nos pide disculpas.

Muy de mal humor nos vamos a tomar algo. Guardamos el ticket para que Spanair lo pague. Después de lo que parecen horas en la cafetería volvemos hacia nuestra supuesta nueva puerta. Manuel se queda allí y yo voy al mostrador de "información" a que me digan qué tengo que hacer para que me devuelvan lo que he gastado por su culpa. Sigue habiendo tanta cola que no consigo que me atiendan y me tengo que ir a embarcar de una vez. Cuando el avión está por fin preparado, tiene que acercarse una chica de handling al mostrador de embarque para pedir que venga alguien a embarcarnos. Se lo toman con calma.

Durante el vuelo con todos los asientos ocupados nadie comenta nada de los pasajeros que llevan horas tirados en Barajas y ni siquiera nos dan agua gratis o tienen algún mínimo detalle para con sus clientes. Por no dar no dan ni el típico caramelito del final del vuelo.

En las cintas de equipajes vemos que las poquísimas maletas que salen son las de la poca gente que volaba desde el principio en ese vuelo. Las del vuelo de las 19:30 con gente reubicada y las nuestras no aparecen. De nuevo a hacer cola para reclamar el equipaje. De nuevo nadie pide disculpas.

Para cuando salimos del aeropuerto son más de las 11 de la noche y nuestro autobús ya no pasa. Tenemos que coger un taxi y pedimos factura para, por supuesto, reclamar el importe a Spanair.

Por fin llegamos a casa como si viniéramos de la guerra. Habíamos perdido toda una tarde.

Y esta mañana he llamado a Spanair y me dicen que mi maleta sigue en Madrid (supuestamente localizada) y que si todo va bien (¡ja!) me la entregarán hoy mismo. En cuanto llegue a Barcelona me llamarán. ¿Me han llamado? Aún no, y lo que quedará.

También he rellenado el formulario para reclamar todos los gastos ocasionados y parece que dentro de tres meses me dirán algo. Los trabajadores de Spanair no sufren estrés.

Lo peor es que el vuelo de Reyes es también con Spanair. Nos os imagináis el miedo que nos da. Después de eso Spanair desaparece del mapa para nosotros. Ya pueden poner sus billetes a Madrid a un céntimo que preferiremos pagar más con cualquier otra compañía.

Consejo del día (y gratis): NO VIAJÉIS CON SPANAIR.

Editado a las 18:43: Después de varias llamadas a Spanair durante todo el día por fin me han llamado ahora para decir que mi maleta está en Barcelona (es curioso cómo sólo unos minutos antes cuando yo llamé seguía en Madrid... eso es control y lo demás tonterías) y que mañana por la mañana me la traen. ¿Será verdad? ¿Será mi maleta? Ya veremos.

2 comentarios:

  1. Vaya odisea, chica!! Y yo que te iba a preguntar que que tal la vuelta esperando un sencillo "bien, gracias"... En fin, yo con estas cosas siempre he tenido mucha suerte. Volviendo de Escocia tuvimos que esperar unas horas, pero comparado con lo tuyo es tonteria.

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  2. Pues ya ves, lo que hubiera dado yo por poder decirte "bien, gracias". A mí también es lo peor que me ha pasado en en mi vida aeropuertuaria. Lo peor es que se tuerce una cosa y ya todo va fatal.

    En fin, al menos ahora parece que está en vías de arreglarse.

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