lunes, 3 de octubre de 2011

The House in Paris, de Elizabeth Bowen

Bueno, creo que ya es hora de hablar de The House in Paris, de Elizabeth Bowen, que ya hace yo creo que cerca de dos meses que lo acabé y con la mala memoria que tengo yo para los libros empiezo a notar cómo se me escapan las ideas al respecto.

Llevaba mucho tiempo queriendo leer a Elizabeth Bowen. Tiene varios libros conocidos entre su obra y uno de ellos es este, que yo creo que me llamó la atención desde el principio por el hecho de que el resumen apuntaba a algún que otro secreto familiar en la historia. Y eso, ya se sabe, para mí es magnético.

Comprado en el Strand de Nueva York, por fin me decidí a sacarlo de nuevo de la estantería cuando Héctor era aun más pequeñito, con la idea de irlo leyendo en los huecos que hubiera y demás y creo que ese fue el gran error. El libro y la prosa de Elizabeth Bowen no están hechos para ese tipo de lectura. Quizá a otra gente no le pase así, pero yo siempre encuentro que cada libro marca su propio ritmo: los hay cortos que se leen durante más días que muchos libros gordos. En el caso de The House in Paris, el ritmo que yo creo que marca el libro es reposado y atento, no casual, caótico y a saltos, como me vi obligada a leerlo yo. De modo que, mientras que reconozco que la prosa de Elizabeth Bowen es una maravilla, el libro se me hizo bastante pesado, muy lento y sin ese factor de "enganche" que invita a retomar la lectura. Ya digo que, hasta que quizá una relectura o un mayor conocimiento de la obra de Elizabeth Bowen (a pesar de todo me quedan ganas de leer algún otro libro suyo) me demuestren lo contrario, yo por el momento asumo que la no tan buena impresión es cosa mía y de mi circunstancia.

Y la no tan buena impresión se debe, ya digo, más al contenido que al continente, por lo que quizá otra historia contada por esta autora me enganche más (y mejor).

Una niña inglesa de unos 10 años llega a una casa parisina donde tiene que pasar el día antes de coger de nuevo un tren que la lleve al sur de Francia para pasar un tiempo con su abuela. En la casa parisina del título coincide con un niño que espera esa misma tarde poder conocer por fin a su madre. El encuentro da pie a la sección central del libro, centrada en el pasado y donde se pone al lector en antecendentes de cómo ha llegado ese niño hasta allí.

Mientras lo leía, eso sí, algo del libro (no sabría de cir qué, un poco el estilo, un poco la historia, supongo), me recordaba a Rose Macaulay (de quien sólo he leido The World My Wilderness) por lo que me resultó muy curioso enterarme de que ambas escritoras eran grandes amigas. Algo se pegaron mutuamente, eso queda claro.

Si alguien se anima a leerlo en condiciones más normales (o como mínimo más reposadas y un poco más constantes) que las mías, que me diga qué tal se deja leer de esa forma.

7 comentarios:

  1. Después de leer que lo estabas leyendo (valga la redundancia) y como me pillaste en Paris, me dieron ganas y lo busqué hasta encontrarlo. Al echarle un vistazo me pareció efectivamente que no era libro de tres ratos, así que lo tengo aparcado. A la vez pedí otro de la Bowen, que no es novela sino unos fragmentos de sus viaje italiano, llamado "A Time in Rome" y este si que parece de los de tres ratos, así que caerá probablemente antes. Ya te contaré. Un saludo.

    PD: Cuando leí "The Death of the heart" también me fascinó, pero me pasó como a ti con este, fui un poco a trompicones. Soy consciente de que debo releerlo.

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  2. Curioso, ciertamente cada libro tiene su "tempo" y hay veces que un libro nos requiere una capacidad de abstracción que no encontramos, por las razones que sean.
    Seguro que en una segunda lectura la cosa mejora.

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  3. Tengo muchas ganas de estrenarme con Elizabeth Bowen pero todavía no sé por dónde empezar: The Last September me atrae mucho pero éste también.

    Tienes mucha razón en que cada libro marca su propio ritmo: hay novelas gordísimas que se leen deprisa y sin pausas, en cambio, otras debes hacerlas. Me ha pasado muchas veces.

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  4. Una vez más, coincido contigo. Nunca me había parado a pensarlo pero es cierto que cada libro tiene que leerse con un ritmo adecuado a él, o de lo contrario la lectura es pesadísima.

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  5. Óscar: la verdad es que las novelas de Elizabeth Bowen tienen todas buena pinta, pero ahora que he leído esta sé qe, como por ejemplo a Virginia Woolf, hay que encontrarles el momento apropiado, no vale cualquiera. Ya contarás qué tal A Time in Rome.

    Ángeles: yo creo que, cuando se produzca, la relectura me cambiará la perspectiva. Mientras tanto me dedicaré a libros algo más light ;)

    LittleEmily: yo creo que, sea cuando sea, el siguiente de E. Bowen que leeré será The Heat of the Day, a ver qué tal. The Last September diría yo que es el más famoso suyo, ¿no?

    Carolina: sí, ¿verdad? Y hay veces que ese es el problema con libros que no terminan de engancharnos, que no les hemos dado su tiempo/ritmo (con otros no; con otros el problema es claramente del libro ;)).

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  6. Tomo nota de autora y libro...Pienso como tú...los libros tienen sus propios momentos y añado, que a veces, también nosotros. Dista mucho lo que sentí con algunos libros en el pasado y lo que he sentido ahora...o lo que sucederá en el futuro (espero que me sigan gustando los mismos libros, y no como dijo L.Maud Montgomery, que terminó aborreciendo Barry Lyndon de Thackerary, en las relecturas de más adulta).
    Un beso!!

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  7. He intentado varias veces publicar el coemntario pero blooger no me deja.

    Coincido contigo, y con el resto, que cada libro tiene su momento, y que hay "tochos" que lees en un suspiro mientras otros my breves te cuesta terminar. Elizabeth Bowen lleva tiempo en mi wishlist. De Rose Macaulay he leido Las Torres de Trebisonda, muy ameno y con un inicio(con camello incluido) buenísimo. Saludos

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