martes, 7 de mayo de 2013

Sant Jordi y otras adquisiciones recientes

Creo que he perdido algunos libros de adquisición reciente por el camino, porque tengo la sensación de haber comprado más últimamente pero no caigo y, como el tiempo para hacer fotos con tranquilidad es limitado, no consulté el cuadernito donde apunto los libros pendientes de leer (que, por otra parte, lo confieso, también se queda desfasado de vez en cuando). Pero bueno, como mínimo los libros que aquí muestro son adquiridos recientemente con lo cual no engaño a nadie:


Por Sant Jordi, aparte de una preciosa y muy duradera rosa roja, Manuel me regaló The Hotel de Elizabeth Bowen. Tiene muy buena pinta, aunque bromeamos sobre cómo pertenece a ese casi subgénero que es inglesas-que-viajan-a-Italia-y-tienen-algún-tipo-de-revelación. Es un subgénero más prolífico y poblado de lo que puede parecer a simple vista. Pensad y veréis.

Unos días antes yo me había ido haciendo autorregalos de Sant Jordi por adelantado (eufemismo para evitar decir "comprando libros porque sí"). Por supuesto no podía dejar escapar More Weird Things Customers Say in Bookshops, después de lo que me había gustado el primero. No miento ni exagero si digo que, teniéndolo en casa desde hace semanas, no he hojeado más que un par de páginas. Tengo que ponerlo en un sitio más accesible porque es lejanía más que falta de tiempo para leer un par de anécdotas de vez en cuando.

Sigo coleccionando libros de Margaret Forster. He aquí su último libro: The Unknown Bridesmaid. Y lo mejor de todo es que pese a ser suyo y, por tanto, de compra obligatoria, las historias que escribe me siguen gustando independientemente del nombre de su autora. Tengo su libro anterior - y algunos otros de los primeros que publicó - aún pendientes. Pero, oh, qué pinta.

Y por último el libro de otra autora de compra obligatoria. No veo el momento de comenzar a leer Life after Life de Kate Atkinson. Lo malo del asunto es que, si se mantiene fiel a la buenísima pinta que tiene, creo que Manuel y Héctor pueden perderme de vista desde el momento que comience a leerlo hasta el momento en que lea el punto final. Para quienes conocen o han leído algo de Kate Atkinson, aclaro que en este libro deja el universo de Jackson Brodie y parece que vuelve a sus orígenes. No es que tenga nada en contra de Jackson Brodie, pero fueron los primeros libros de Kate Atkinson los que de verdad me engancharon a su obra.

Y hablando de libros. En el viaje a Inglaterra hubo un par de adquisiciones relacionadas con los libros. En Blackwell's de Charing Cross hay ahora toda una enorme sección de tonterías relacionadas con libros de esas que, si te gustan los libros, no puedes dejar pasar. Ya dije que visitar librerías con un niño de menos de dos años es el antídoto perfecto contra la compra de libros, pero debió de haber alguna décima de segundo de paz y tranquilidad en la que tuvimos tiempo para yo mostrarme indecisa y Manuel animarme a comprar esta camiseta de Wuthering Heights. Es de la marca Out of Print (por desgracia su Jane Eyre no me gusta demasiado) y, en contra de lo que suele pasar con este tipo de camisetas, es de algodón suavecito y muy agradecido de llevar.



Acompaña a la camiseta la "adaptación" de Wuthering Heights al estilo de aquel Jane Eyre que ya enseñé el año pasado. Es un libro de cartón monísimo para que los niños aprendan los distintos tiempos atmosféricos: lluvioso, nevado, con niebla, etc. Intenté que Héctor colaborara enseñándolo como el año pasado pero se negó. De momento no le entusiasma, aunque - salvo con ciertas excepciones - suele tardar un tiempo en cogerles el tranquillo a los libros nuevos. Eso sí, una vez que coge confianza, ya hay que ver el libro una y mil veces. De este de momento le gusta el muñeco de nieve que sale en un par de páginas, pero no me lo quiso enseñar para la foto.

Y en la tienda de la casa-museo de las Brontë compré esta camiseta con una frase de Jane Eyre (y Manuel se compró una con un verso de un poema de Emily Brontë).



Acompaña a la camiseta el regalazo de LittleEmily cuando nos vimos en Sant Jordi. Una edición de Juana Eyre de Carlota Brontë (o Garlota, según el lomo) de 1958, con ilustraciones y algunos extras de esos que siempre gusta encontrarse en los libros: un documento de las "fuerzas eléctricas de Cataluña" de los años setenta, una postal y una inscripción en la primera página. Una joyita.

Nota: espero que sea la última vez que tengo que fotografiar ropa. Aseguro que las camisetas al natural no tenían tantísimas arrugas y en foto parece que estuvieran guardadas hechas una bola. Qué desesperante.