
Ayer salíamos de casa camino del cine para ver
Harry Potter cuando vimos que nuestro pobre buzón estaba asfixiadito por la carga y que, de hecho, había un paquete fuera que ni siquiera había cabido. Qué visión tan encantadora. Los cuatro paquetes - nunca entiendo por qué
The Book Depository no cobra gastos de envío y encima envía cada libro de forma individual - resultaron ser el autorregalo que me hice el día de mi cumpleaños. Un autorregalo un poco bitemático, pero con mucho encanto y, lo bueno de los libros comprados a distancia es que cuando llegan es toda una sorpresa, porque, aunque ya los esperabas no los ves por primera vez hasta ese momento.

Llegaron los dos libros que inauguran la colección Bloomsbury Group de la editorial Bloomsbury (la de Harry Potter, precisamente) y que
ya comenté hace meses que estaba deseando tener entre manos. Son libros de principios del siglo XX (sobre todo del periodo de entreguerras), rescatados no tanto del olvido como de la descatalogación. Sólo las portadas son preciosas, pero es que el contenido tiene pinta de ir a estar muy a la altura o incluso, si cabe, por encima.
Llevo siglos, mucho antes de que se anunciase que se publicaría como parte del Bloomsbury Group (Virago ya lo rescató una vez del olvido pero volvió a caer en la descatalogación al cabo de los años, y los ejemplares de segunda mano se pusieron carísimos), queriendo leer
The Brontës Went to Woolworths, de Rachel Ferguson, en principio sólo por el título, aunque creo que el contenido poco tiene que ver con las Brontë en realidad, pero es que la historia en sí también tiene muy buena pinta.
De
Henrietta's War, de Joyce Dennys, no sabía nada hasta que se habló del Bloomsbury Group, pero en cuanto lo conocí supe que lo quería. Es una colección de cartas ficticias publicadas en la columna de una revista, con un aire a lo
Provincial Lady y que recuerda también mucho a la columna de Juliet Ashton en
The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society (La sociedad literaria y del pastel de piel de patata de Guernsey), con ilustraciones de la propia autora, que son muy sencillas pero con mucho encanto, y eso fuera de contexto, seguro que mejoran mucho cuando lea el libro, cosa que estoy deseando. Y cruzo los dedos para que publiquen Henrietta Sees it Through, que es la continuación.
En septiembre y noviembre seguirán sacando libros de esta colección, con historias que no me llaman tantísimo la atención (aunque no me disgustan en absoluto), con la excepción de
Miss Hargreaves, que tiene una pinta buenísima, y todas con portadas a cuál más bonita. Y esa es la primera parte temática de mi autorregalo.

La segunda parte es temática por dos motivos: porque son dos libros de la
editorial Persephone (y me costó lo mío elegir sólo dos suyos) y porque son dos libros de la misma autora: Nicola Beauman.
Por fin,
¡por fin!, llega a mis manos
A Very Great Profession, del que ya hablé, sin haberlo leído, claro, un poco
aquí. Tiene una pinta espectacular.
El segundo, desde que salió hace pocos meses, estaba deseando tenerlo también: la primera y polémica biografía de "la otra" Elizabeth Taylor, es decir, de la escritora (autora, entre otros muchos, de
Mrs Palfrey at the Claremont o
Angel),
The Other Elizabeth Taylor, la primera biografía publicada por Persephone. Polémica porque Elizabeth Taylor dejó muy claro que no quería que se escribieran biografías suyas y en vida se mantuvo muy alejada de la vida pública y ordenó a todos sus conocidos que destruyeran su correspondencia (como hacen tantos autores con tan poco éxito, por otra parte; Elizabeth Gaskell, sin ir más lejos, y
sus cartas resulta que me acompañan cada noche), con la excepción de la meramente profesional. La pobre tuvo la mala suerte de tener un amante que no siguió las órdenes y en cuya correspondencia se basa gran parte de la biografía. Mi "política" con las biografías es leerlas cuando he leído si no toda la obra, sí lo más importante o la mayoría, sobre todo para evitar que me cuenten cosas de los libros que no he leído, pero la obra de Elizabeth Taylor es tan inmensa y esta biografía tan tentadora que me la estoy replanteando.
Y todo acompañado por un par de puntos de lectura de regalo, que siempre son bienvenidos, sobre todo si uno de ellos está diseñado por
Jasper Fforde.
Todo esto lo pude ver por encima antes de irnos al cine, así que cuando llegamos a casa por la noche fue como recibir los paquetes de nuevo. Una gozada.