The Enchanted April (Un abril encantado), de Elizabeth Von Arnim ya no tiene derechos, está disponible en inglés en sitios como el proyecto Gutenberg. Y no sé en Inglaterra, pero aquí es imposible encontrarlo en ninguna librería en inglés (y creo que en español también, porque parece que está descatalogado), lo sé porque lleva bastante tiempo en mi lista de los más buscados. Y aunque de segunda mano sí que se podía encontrar por internet nunca me decidía.
Antes de tener a Rufinito descubrí que estaba disponible y que, sin embargo, yo no podía leerlo porque soy incapaz de leer demasiado en la pantalla del ordenador (quedaos con esto, será útil un poco más adelante). Imprimirlo no era ni tan siquiera una opción. Así que había dado por fin con el libro y no tenía forma de acceder a él. No tenía mucho sentido.
Entonces llegó Rufinito y abrió las puertas a millones de libros que no tienen derechos, que se pueden descargar legalmente porque no le estás quitando el pan a nadie y los puedes leer tan cómodamente, en el sofá, en la cama, en el autobús, en el parque. Y entonces, con Rufinito en casa, empecé a leer artículos apocalípticos y desinformados en la prensa, como por ejemplo hace tan solo unos días. Del artículo me quedo con la frase del señor de Google cuando dice que "Muchos se van a quedar en el camino si no se adaptan". Collado pide que el mundo editorial se mire en el espejo de las discográficas y el cine. "Deberían aprender de lo que ha ocurrido con esos sectores. Internet ya no es la jungla que hundió esos negocios, ha cambiado. Ahora se abren muchas oportunidades de negocio"." Y el mundo editorial está atrincherado, abrazando sus saquitos de monedas de oro (es un tanto un decir en los tiempos que corren, pero bueno) cerrando los ojos y deseando con todas sus fuerzas volver al siglo pasado, que Google deje de digitalizar libros, libros de los que luego cuelga fragmentos en internet si aún tienen derechos, fragmentos que permiten al lector cómodamente y desde casa hacer el gesto que haría en cualquier librería, hojear el libro para decidir si lo compra o no. Vamos, que las editoriales y demás están defendiendo el modelo virtual de los odiosos libros con plástico mientras que tratan de convencernos que los "libros sin plástico" son un asalto a sus intereses, una puerta abierta a la piratería porque los libros los tienes que comprar a ciegas, aunque uno normalito te cuesta ya más de 20 euros. Interesante postura que no creo que les traiga los resultados que esperan.
Así que en vez de ponerse al día lo que hacen es mirar hacia atrás. En el mundo anglosajón sigue habiendo relativamente poca gente que tiene un Rufinito y sin embargo sus textos sin derechos están en internet casi desde que internet existe y antes de que los lectores electrónicos fueran conocidos. Y aquí conocemos los lectores electrónicos, presumimos de "Siglo de Oro", de Larra, de Benavente, que ya no tienen derechos y sin embargo hay que pagar para tener sus libros en papel, colocarlos en la estantería, estudiarlos en el colegio (que es cuando la mayoría lee esos libros) y arrumbarlos en cualquier rincón para los siglos de los siglos. Desconozco si esos autores que he mencionado tienen sus textos digitalizados, son un mero ejemplo de que digitalizar un texto no es quitarle el pan al autor, sobre todo si el señor que escribió el texto hace décadas que no puede comer pan. Tampoco a las editoriales, puesto que pueden hacer ediciones críticas y completas que contengan más que el simple texto.
Sobre los actuales me voy a callar porque de momento me centro en obras sin derechos, pero obviamente pienso que a las editoriales les va a pillar el toro y que cuando se quieran dar cuenta y abran los ojos alguien les va a haber ganado un terreno que ahora desprecian y dentro de unos años, quién sabe, puede estar pavimentado si no de oro sí de bronce, por ejemplo. Luego se lamentarán.
Pero las editoriales no son las únicas que no se enteran demasiado. He leído a mucha gente que dice que los libros electrónicos no les gustan porque no les gusta leer en una pantalla. Cuando leo ese tipo de opiniones me vienen inmediatamente a la cabeza dos preguntas: 1) ¿cuántos libros lee esa persona al año (si es que lee alguno)? 2) ¿Ha tenido en sus manos un lector electrónico alguna vez y ha visto cómo funciona? Sobre la primera prefiero callarme mis sospechas y sobre la segunda estoy bastante segura de que la respuesta es "no". He dicho antes que no me gusta leer (leer-leer, quiero decir) en la pantalla del ordenador y sin embargo queda patente que adoro a Rufinito. ¿Será porque, oh sorpresa, leer en un lector electrónico NO es como leer en una pantalla?
En fin, que podría seguir ad infinitum porque veo que como siempre se habla y se habla sin saber nada del tema, ni de oídas siquiera.
Así que yo continúo reivindicando el hecho de que Rufinito es "igual" que un libro de papel y no su archienemigo, que esto se empieza a parecer a cuando pensaban que la televisión y el vídeo iban a terminar con el cine o el teléfono móvil con el teléfono fijo o el telediario con la prensa escrita. A ver cuándo empezamos a asumir que el libro de papel no se va a terminar con el lector electrónico, sólo lo va a complementar. Son distintos, pero ambos permiten lo que debería ser el objetivo tanto de lectores como de editoriales como de autores: leer cómodamente. Incluso acompañar la lectura como debe ser, con un buen té:
Y como defensa final de Rufinito, una cosa puntual: odio cuando me estoy terminado un libro y tengo que salir, me "angustio" pensando que se me va a terminar el libro en el trayecto y o bien me doy una panzada de leer para terminarlo antes o bien pululo por la casa haciendo cualquier cosa para no seguir avanzando y reservar más para el trayecto. Pues bien, eso es un problema que Rufinito no tiene, puesto que puedes meter montones de libros, casi para el resto de tu vida y no preocuparte. Si se te acaba el que tienes entre manos es como tener la estantería siempre al alcance de la mano.
Y bueno, dejo ya los sermones pero es que desde hace días necesitaba escribir algo así, y entro en materia y comento lo mucho que me ha gustado The Enchanted April (Un abril encantado), de Elizabeth Von Arnim.
Ya había oído hablar muy bien de él y tenía grandes esperanzas. De hecho la idea era haberlo leído en abril, por hacer la gracia con el título, pero al final no pudo ser. Sabía que era un libro "encantador" pero no sabía que además fuera divertido, en más de una ocasión me he reído a carcajadas (quién lo hubiera pensado de la prima de Katherine Mansfield). Cuenta las peripecias de cuatro mujeres que deciden ir a pasar un mes a un castillo italiano (hay que ver lo que les gustaba a los ingleses ir a Italia a principios del siglo pasado y además escribir libros sobre ello), todas ellas necesitan unas buenas vacaciones por distintos motivos. Son cuatro mujeres totalmente dispares que en sus vidas cotidianas no se hubieran encontrado unas con otras de no haber sido por el anuncio de alquiler del castillo y las "visiones" de la principal instigadora, Lotty Wilkins.
Lotty Wilkins que nada más llegar declara que el castillo y sus jardines y sus alrededores son el cielo; Rose Arbuthnot que no consigue disfrutar del todo hasta después de cierto momento muy, muy tenso; la señora Fisher que empieza siendo una señora mayor que cae bastante mal y termina siendo casi adorable y Lady Caroline, una joven que hipnotiza a todo el mundo con su belleza y que precisamente por eso necesita unas vacaciones.
Y todo aderezado con muchísimas descripciones de flores y plantas, muchas de las cuales tuve que mirar por curiosidad en internet, pero imposible mirar todas. En cualquier caso Elizabeth Von Arnim lo describe todo tan bien que poca falta hace mirar el aspecto real de las flores (ahora estoy deseando, además, leer su Elizabeth and her German Garden (Elizabeth y su jardín alemán) y más libros suyos).
El libro es no sólo un canto a la amistad y el amor sino también a las vacaciones y lo necesarias que pueden llegar a ser. Eso está bien, desde luego.
Y lo leí en Rufinito tan rica y cómodamente. Y, si hubiera querido, al terminarlo lo habría podido devolver a la estantería y nadie habría sabido que ese libro con las suaves tapas de cuero era diferente a todos los demás, un libro mágico que se puede convertir en cualquier libro. (Y por cierto que es curioso que cuando hice las fotos no me enteré pero ahora veo que esa balda de la estantería Brontë tiene un libro fuera de lugar. Ay ay ay...).
Y ahora estoy deseando ver la película, que colaré en alguna futura Noche de viernes aunque Manuel ya la haya visto.
Para mí, lo del Rufinito es un poco lo de "Hasta que no lo pruebe... no sabré". De entrada, me produce rechazo. Pero la misma sensación tenía yo con los CDs y el vinilo y al final "La estrella del Cd mató a la estrella del vinilo" (aunque ahora me quiero comprar un tocadiscos que hay muy chulos y muy baratos por poco dinero).
ResponderEliminarEn fin, hasta ahora mantengo la ceja derecha enarcada en cuestión de digitalizaciones de libros. Pero también sé que ese es el futuro y que a lo mejor habrá que rendirse ante ello una vez que se vayan perfeccionando...
Yo vi la película hace muchos años y me encantó, pero no he leído el libro.
ResponderEliminarY respecto a Rufinito: "hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad", que diría la zarzuela. No se puede ir en contra de los tiempos. Un complemento, como tú dices.
Insonrible: jeje, pues yo soy al revés que tú porque no logro entender (o sí, porque son más difíciles de piratear) la manía que les ha entrado ahora con la vuelta al vinilo. Para mí cualquier ventaja nostálgica queda anulada por el hecho de que cuando estaba puesto tuvieras que andar con cuidado para no saltara y que se rayara el disco y quitarle el polvo con la esponjita esa. Vamos, que donde esté un CD o un mp3...
ResponderEliminarEstoy segura de que cuando lo pruebes te convencerás. El problema está en que aún se ven poco y no estamos muy familiarizados con ellos. Pero es que coges uno y te das cuenta de que tiene TANTAS posibilidades...
Elvira: pues el libro te lo recomiendo encarecidamente, porque leyéndolo me acordé de ti muchísimo. Tú no tendrías ninguna duda, claro, de qué planta es esta o aquella y tendrías una "recreación mental" impresionante.
Creo que te haré caso, me has puesto los dientes largos. :-)
ResponderEliminar¡Ay, el Rufinito! Ya tenía ganas de conocerlo, jeje.
ResponderEliminarA mí me apena que se pierda la tradición de publicar libros por todo lo que te hace sentir un libro aparte de lo que te transmite su lectura. El olor de las páginas, el tacto, los diferentes formatos, las cosas ocultas entre sus hojas... Pero he de reconocer que con este nuevo invento del lector electrónico vamos a ahorrar mucho papel y esa es una buena noticia para los árboles :-)
¿De verdad se lee bien en el Rufinito? ¿No se te cansa más la vista? La verdad es que no lo he probado nunca, pero ya te digo que no me gusta leer libros en el ordenador, eso sí que lo tengo claro.
Respecto a la novela que comentas, ¿son cuatro mujeres que van solas a un castillo? ¿Son solteras?
Un saludo,
Tanakil.
Hola,que post tan bonito,hace muchos años vi la pelicula,era una sesión de noche y recuerdo que la gente aplaudió al acabar.La recuerdo como esas pelis que sales feliz y contenta de la vida,luego busque como una loca el libro que creo salió al poco tiempo y lo compre, era de Alfaguara y lo lei en un suspiro,tambien me la compre en video jaja soy un poco obsesa,bueno ahi lei que en realidad fue una producción de la BBC para la televisión pero debido al exito la estrenaron en los cines ;)
ResponderEliminarun saludo, Angeles.
Elvira: eso está bien :P
ResponderEliminarTanakil: pues aquí está Rufinito, sí. Yo sigo diciendo que el libro electrónico no es el fin del libro de papel y que uno no elimina automáticamente al anterior. El libro de papel tiene todos los encantos que enumeras y más, pero como decía en la entrada eso no convierte al libro electrónico en su archienemigo sólo por se diferente, ya que la vocación de ambos es facilitar la lectura. Rufinito también tiene encantos exclusivos, como lo que decía antes de actuar como librería de bolsillo (Miss Froy que comenta aquí de vez en cuando y que fue la que me dio el empujón final dio fe de lo útil que es para viajes en un comentario a otra entrada), es ligero y sus tapas de cuero también huelen de maravilla, no pierdes la página por la que vas y es muy fácil marcar cosas para futura referencia. Y como tú bien dices reduce el consumo de papel.
No cansa la vista más que un libro normal. La "pantalla" está hecha con un fantástico invento llamado tinta electrónica que a todas luces es IGUAL que la tinta sobre el papel. La pantalla no da reflejos ni con la luz ni con el sol ni tiene brillo propio y, de hecho, te olvidas en un momento de que es una pantalla. No es en absoluto como leer en la pantalla del ordenador, de verdad. Soy yo la primera que no puede leer-leer en la pantalla del ordenador y ya ves que estoy encantada con Rufinito.
Son cuatro mujeres que van solas (al menos en principio) a un castillo italiano pero no todas son solteras (de hecho sólo una lo es). ¿Por qué? ¿te suena?
Ángeles: pues entonces ya sabes que el libro deja la misma sensación que la película, porque ayer cuando lo cerré (o cuando apagué Rufinito, mejor dicho) me quedó justo esa sensación. Y hubiera seguido leyendo con gusto mucho más. Tienes razón: se lee rapidísimo.
El libro efectivamente lo publicó Alfaguara (y luego Punto de Lectura) pero por lo que he podido ver ahora ya está descatalogado, y es una pena.
Y no, no eres obsesa. Todos hacemos lo mismo con las cosas que gustan tanto. Y si no, mírame a mí, que termino el libro y ya estoy deseando ver la película :)
¿Rufinito tiene tapas de cuero? ¡Qué pasada! Tendré que ir a ver uno en vivo y en directo. ¿Son muy caros? Aunque bueno, de momento tendrá que esperar porque había pensado comprarme uno de esos ordenadores mini para poder trabajar desde cualquier sitio.
ResponderEliminarLo de las mujeres te lo preguntaba porque me parecía extraño que mujeres casadas fueran solas a otro país en aquella época. La gente era muy mirada para estas cosas.
Por cierto, gracias por poner un enlace a mi blog. También he puesto el tuyo en el Laberinto.
Un saludo,
Tanakil.
Ja,ja...yo tambiés soy de las que se angustian cuando queda poco libro para mucho trayecto!!! Ese si es un buen argumento para hacerse con un libro electrónico!!
ResponderEliminarY animaros desde aquí a leer cualquier libro de la Von Armin...son todos fantásticos!
Hola,me parece muy interesante tu opinión de Rufinito, que manía con los formatos,yo adoro los libros... pero ya no me caben en casa (bueno yo los sigo comprando jaja ) asi que el dia que este asequible a mi bolsillo, me comprare un reader, en un foro literario ya fenecido, hubo una gran discusión con la gente que decia lo del encanto del libro. el olor a papel... etc todos los topicos,al margen de que no se puede ir contra corriente, ambas son complementarias, siempre habra libros y la tecnología a ver quien es el guapo que la para.
ResponderEliminarA nivel de rumor, lei hace tiempo que el libro electronico en España una poderosa editorial Planetaria hace todo lo posible por que no se desarrolle en todo su potencial, bueno el tiempo dira, un saludo y buen fin de semana. Angeles.
Elizabeth and Her German Garden es una delicia, qué ganas da de tener un jardín propio. Y también está muy bien All the Dogs of My Life, una autobiografía perruna, por así decirlo.
ResponderEliminarComentario de mi madre, que sabe poco inglés y es bastante despistada, al pasar hace unos meses por un cine en el que daban The Reader : "¿pero han hecho película del cacharro ese que tienes?"
Tanakil: sí, las tapas, que hacen la vez de funda, aunque se abren igual que las de cualquier libro, son de cuero y huelen de maravilla.
ResponderEliminarNo sé si ya habrán traído alguno aquí, nosotros aprovechamos el viaje a Londres de principios de año para hacernos con Rufinito. Al cambio creo que nos salio por 240-250 euros (sin ningún tipo de canon ni historias de esas y casi nos pidieron disculpas por tenernos que cobrar el IVA puesto que en Inglaterra los libros están exentos de impuestos pero esto, al ser un aparato electrónico, no). En cualquier caso creo que en la Fnac y en Carrefour venden otras marcas, lo digo por si quieres ver uno en vivo y en directo.
The Enchanted April está publicado en 1922 y situado claramente después de la Primera Guerra Mundial que si de algo sirvió fue para reforzar un poquito la independecia de las mujeres. Aquí las dos casadas lo tienen un poco más complicado para hacer la escapada pero ya no es como antes de la guerra y pueden hacerlo (aunque precisamente este tema de la independencia de la mujer y de sus nuevas posibilidades es uno de los principales). Asimismo lo de viajar solas ya no estaba (tan) mal visto.
Y de nada por lo del blog, qué menos. Gracias a ti también.
Maelstrom: jeje, está bien ver que no soy la única paranoica en ese tema. No dudes que leeré más de Elizabeth von A. Me ha encantado su estilo y su forma de contar las cosas.
Ángeles: interesantísimo lo que cuentas de la gran editorial. En fin, ellos verán lo que hacen pero estoy segura de que tarde o temprano les pasará factura, como tú bien dices la tecnología no se puede parar. Mejor harían en invertir para sacarle el máximo provecho.
Pues yo espero que te puedas hacer con un reader pronto. El espacio siempre escasea y el reader es una gran forma de ahorro en ese sentido.
Miss Froy: bueno, lo que me he reído con el comentario de tu madre :D Me ha encantado la anécdota.
Como le decía a Maelstrom no dudo que leeré más de Elizabeth von A. porque su estilo me ha gustado muchísima. De momento ya tengo guardadas todas las que he encontrado libres de derechos :)
Este libro le tengo que volver a leer. Lo leí hace más o menos diez años y me acuerdo de bien poco. También vi la película y me gustó bastante. Quiero verla de nuevo!!
ResponderEliminarNo te pierdas "Un jardín alemán", es una maravilla.
Besos!!
Gracias por la recomendación, María. Anímate a releer el libro, yo creo que es de esos que ganan mucho con las relecturas.
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