jueves, 4 de junio de 2009

Flaming June (Sol ardiente de junio)

¡Lo conseguimos! El domingo por la tarde pudimos acercarnos al Museo del Prado a ver la exposición que en teoría acababa ese mismo día pero que ahora está prorrogada hasta el 21 de junio: La bella durmiente. Pintura victoriana del Museo de Arte de Ponce. A nosotros nos daba un poco igual la prórroga, porque si el domingo se nos escapaba, se nos escapaba para siempre.

No tuvimos que hacer cola y entramos en horario gratuito lo que posiblemente explica que la sala en la que están las 17 obras expuestas estuviera llena (supongo que todo el mundo pensando que terminaba ese día).

Aparte de la reina de la sala, que es el cuadro de arriba pintado por Frederic Leighton a finales del siglo XIX y que nadie quiso comprar por 140 dólares en los años sesenta (según la wikipedia 140 dólares de esa década equivalen a 840 dólares de hoy; supongo que, para contrarrestar, en esa misma década más de uno pagaría una verdadera fortuna por un cuadro psicodélico que ahora nadie quiere ni ver), los otros tampoco tienen ningún desperdicio.

Me gustó especialmente este de aquí al lado: La señorita Gladis M. Holman Hunt (La escuela de la naturaleza) de William Holman Hunt (y prerrafaelita como él era no podía evitar pintar un cuadro de "la dama de Shalott"). Nos hizo gracia que un amigo del señor Holman Hunt retocase el cuadro al cabo de los años para cambiar la cara de la chica adolescente por la cara de la chica adulta, añadir el misterioso sombrero de paja y cambiarle el color al chal.

Pero si hay un pintor que retocó y retocó y retocó ese es el señor Burne-Jones con su enorme Sueño del Rey Arturo en Avalón en el que trabajó durante 17 años y en el que no dejó de trabajar porque por fin quedara satisfecho porque, como dice la inscripción que hay debajo del cuadro, estuvo retocándolo incluso el día antes de morir. Y sí, impresiona y sí, como según la wikipedia él decía, el cuadro transmite silencio. Pero, sinceramente, de tan monumental que quiere ser (el señor Burne-Jones tuvo que alquilar el estudio más grande de Londres para poder mirarlo con un poco de perspectiva... que aun así sigue fallando en algunas zonas) no termina de impresionar tanto como podría. Es más, impresiona más la obsesión del autor con el cuadro que el propio cuadro.

De la reina de la exposición se puede decir poco que no diga ya el propio cuadro por sí mismo. Como en el de Arturo, se juega con el sueño y la muerte (algo que sin duda estaba en el ambiente en el siglo XIX puesto que en Jane Eyre también se juega con la metáfora*). Y aquí estamos nosotros en junio - ardiente, sin duda - sin transparencias naranjas ni vistas al mar, pero con las adelfas en flor y disposición total a imitar cualquier tarde el apacible sueño de la chica.

Eso sí, al acabar la exposición de nuevo mi bolsillo se llevó una alegría y yo un chasco: otra oportunidad comercial tan desaprovechada como la de Sempé. ¿Qué es eso de vender sólo una postal y un cuaderno de un único cuadro? ¿Y una lámina (otra vez, parece que estoy obsesionada por las láminas) al menos? ¿Y otra postal de alguna de las otras obras expuestas? Y luego esa selección un tanto aleatoria de cualquier libro cuyo título incluya la palabra "victoriano". En fin, qué poca visión comercial.

Ya puestos podían haber traído el libro de Jeremy Paxman que complementa la serie de televisión The Victorians (y cuyo pack sale el día 15 de este mes y que no dejó a Manuel olvidar: es regalo de cumpleaños obligado). Por cierto que todo el tiempo que merodeábamos por la exposición mi mente no conseguía aclarar quiénes de esos nombres eran los que salían en el programa de televisión cuando Jeremy Paxman contaba que había un grupo que se había dedicado a pintar/decorar una casa. Como aún no ha salido el DVD no puedo comprobarlo con seguridad, pero diría que era William Morris (de los más conocidos y sin ningún cuadro en esta exposición) en su "Red House" ayudado por Burne-Jones y Dante Gabriel Rossetti, que sí que tiene un cuadro en la exposición: Viuda romana.

Y por si me olvidaba de comentar la exposición en el blog (y es cierto que casi me olvido), Elizabeth Gaskell se encargó de recordármelo hace un par de noches en una de sus cartas cuando contaba esta divertida anécdota de Dante Gabriel Rossetti:

I think we got to know Rossetti pretty well. I went three times to his studio, and met him at two evening parties--where I had a good deal of talk with him, always excepting the times when ladies with beautiful hair came in when he was like the cat turned into a lady, who jumped out of bed and ran after a mouse. It did not signify what we were talking about or how agreeable I was; if a particular kind of reddish brown, crêpe wavy hair came in, he was away in a moment struggling for an introduction to the owner of said head of hair. He is not as mad as a March hare, but hair-mad.
Creo que llegamos a conocer a Rossetti bastante bien. Fui tres veces a su estudio y coincidí con él en dos fiestas, en las que pude hablar largo y tendido con él, siempre sin tener en cuenta las ocasiones en las que llegaban mujeres de pelo bonito y él se asemejaba al gato que se transformó en mujer y que se levantó de la cama y persiguió a un ratón. No importa de qué estuviéramos hablando o lo agradable que yo pudiera ser con él, si llegaba un pelo encrespado y ondulado de un tono específico de castaño rojizo, desaparecía al instante desesperado por una presentación a la propietaria de tal melena. No está loco como una cabra, pero sí loco por el pelo. (Elizabeth Gaskell a Charles Eliot Norton, 25-30 de octubre de 1859) (Traducción rápida y cutre mía)

Por si eso fuera poco, ayer Vere Hodgson en mi lectura actual hacía hincapié en que no se me podía escapar escribir esta (larga) entrada:


We walked round Holland House--another bomb there. On to the Leighton House with a beautiful garden. I can imagine the Burne-Jones circle gathering there in those far-off days before the aeroplane was invented.
Dimos una vuelta por Holland House: otra bomba. Seguimos hasta la Leighton House con su precioso jardín. Me imagino al círculo de Burne-Jones reuniéndose allí en aquellos días lejanos antes de la invención del avión. (Traducción rápida y cutre mía)

El Leighton de la Leighton House no es otro que el Leighton que pintó el Sol ardiente de junio, claro.

Así que no hay duda: esta larga entrada está patrocinada por los hados.


* Hear an illustration, reader.
A lover finds his mistress asleep on a mossy bank; he wishes to catch a glimpse of her fair face without waking her. He steals softly over the grass, careful to make no sound; he pauses -- fancying she has stirred: he withdraws: not for worlds would he be seen. All is still: he again advances: he bends above her; a light veil rests on her features: he lifts it, bends lower; now his eyes anticipate the vision of beauty -- warm, and blooming, and lovely, in rest. How hurried was their first glance! But how they fix! How he starts! How he suddenly and vehemently clasps in both arms the form he dared not, a moment since, touch with his finger! How he calls aloud a name, and drops his burden, and gazes on it wildly! He thus grasps and cries, and gazes, because he no longer fears to waken by any sound he can utter -- by any movement he can make. He thought his love slept sweetly: he finds she is stone dead.
Escucha una aclaración, lector:
Un enamorado ve a su amada dormida sobre una musgosa loma, quiere contemplarla de cerca, ansía admirar su belleza, pero no despertarla, y con gran cautela avanza por la hierba sin hacer ruido... Se detiene, pues teme haberla despertado; por nada del mundo quisiera que lo viese, y retrocede con precaución. Viendo que todo sigue en silencio, vuelve a avanzar, se inclina sobre ella y levanta el tenue velo que cubre su rostro, gozando de antemano con la visión de la fresca y maravilosa belleza que va a admirar. ¡Qué rapidez la de su primera mirada! ¿Por qué ahora se queda, fijo e inmóvil, contemplándola? ¿Por qué ese sobresalto? De repente se lanza sobre el cuerpo tendido, lo levanta en sus brazos, lo estrecha enloquecido, pronunciando a gritos el nombre de la que hace unos momentos ni quería despertar ni apenas se atrevía a rozar con sus manos; deja caer la preciosa carga y la mira con desesperación. Gime, clama y llora: ya no hay nada que pueda despertarla. ¡Creyó que su amada dormía en paz, y la encuentra muerta, fría ya como una piedra!
(Charlotte Brontë, Jane Eyre, capítulo XXXVI) (Popurrí de traducciones: María Fernanda de Pereda, Juan G. de Luaces y yo; me temo que una traducción mía de Jane Eyre sería como El sueño del Rey Arturo en Avalón de Burne-Jones: interminable, obsesivo, imperfecto y nunca del todo convincente).

8 comentarios:

  1. ¡Qué suerte! A mí me hubiera encantado ver esta exposición, pero ahora mismo no preveo ningún viaje a Madrid. Lástima que no pasen por Barcelona.
    "La escuela de naturaleza" es impresionante. El chal parece de raso, ¡qué brillos! Es como una fotografía, ¡impresionante!
    Un saludo,
    Tanakil.

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  2. Soy una loca confesa y fan de los prerafaelitas...no puedo dejar de ir ahora que aún tengo 20 días por delante!!!!
    Y sobre la leighton House...la primera vez que la visité casi fallezco: es un lugar maravillosos: ¡lo que debió ser cuando estaba llena de vida!! Si quereis ver su famosa sala morisca, en los 80-90 se usó mucho para hacer videoclips: buscad en Youtube el "Gold" de Spandau Ballet y el "Golden Brown" de los Stranglers. Todo muy "golden".

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  3. Tanakil: es lo que hablábamos Manuel y yo, que con las exposiciones deberían hacer como con los grupos de rock: una gira programada, para saber si van a pasar por tu ciudad o, si te interesa mucho, tienes que verla en otra. Pero nada. Así que no lo sé, igual nos llevamos una sorpresa y se pasan por Barcelona.

    La escuela de la naturaleza tienes toda la razón que parecía una foto en algunos detalles. Impresionante, sí :)

    Maelstrom: si pudieras hacer una escapadita, ya que no sabemos si pasarán o no por aquí, yo creo que no te arrepentirías.

    Tomo nota de lo que cuentas de la Leighton House. El tour virtual de la web me gustó mucho y si tú la recomiendas para qué hablar más. Vi los vídeos que dices y, Leighton House aparte, sólo me quedó un comentario: los ochenta eran lo peorrrrrr.

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  4. Ja, ja, ja...hombre, los Stranglers se aguantan ;D

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  5. Que delícia de exposición... Me habría encantado verla pues tambien soy una ferviente fan y seguidora de los prerafaelitas.
    Me ha encantado esa idea de las giras de las exposiciones. No dejen de avisar si vienen por Barcelona.

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  6. Samedimanche: una cosa es poderse aguantar y otra... en fin, ya sabes ;)

    Guacimara: aún estás a tiempo de hacer una escapadita a los Madriles ;) Tengo mis duidas, pero si me enterase de que la traen aquí ya avisaré.

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  7. Muero con los prerrafaelitas,los descubrí en la Tate Gallery, y al maravilloso Alma Tadema también..qué me dices de cuadro "The Lady of Shallot"?Maravilloso!

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  8. Sí, son una maravilla :)

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