jueves, 9 de julio de 2009

No se lo digas a Alfred, de Nancy Mitford

¿A quién no le gusta un libro de regalo? A mí desde luego me encanta, así que la sorpresa que me llevé hace un par de semanas cuando a través de mi correo Libros del Asteroide se ofrecían a mandarme su reciente traducción de No se lo digas a Alfred, de Nancy Mitford (traducido por Milena Busquets), como agradecimiento por estas cuatro líneas que les dediqué hace tiempo y muestra de que al final sí que habían traducido el libro, fue mayúscula y muy, muy agradable.

El libro llegó el sábado pasado casi como regalo adelantado de cumpleaños. Leí la sinopsis:

Cuando Alfred es nombrado embajador en París, su mujer, Fanny, se convertirá en la encargada de manejar los asuntos cotidianos de la embajada.
De repente se verá alternando con la aristocracia y lo más granado de la sociedad parisina, dando cócteles y cenas, y contemplando asombrada como cada nimio detalle de su vida es aireado en los periódicos. Por si fuera poco, tendrá que mediar en los asuntos sentimentales de sus amigos y encauzar a sus indómitos hijos, cuyos modernos estilos de vida –uno es teddy boy y otro hippie– no termina de comprender. Además, parece que una crisis diplomática está a punto de estallar, dejando claro que la vida en una embajada es todo menos aburrida.

Resultó que no sólo era un libro gratis, sino una invitación a leer el original, Don't Tell Alfred, antes de ir a París en agosto y conocer de antemano París visto por los ojos glamourosos y de altas esferas de Nancy Mitford. Saltándome The Blessing (La bendición, también de Libros del Asteroide, como los otros dos: A la caza del amor y Amor en clima frío), eso sí, que ya leeré más adelante y que no es un salto grave puesto que no es parte de la historia de Fanny, aunque al menos dos de los personajes se cruzan con No se lo digas a Alfred.

El libro aún no está en la estantería, sino que ronda por aquí y por allá y siempre que me topo con él - muchas veces, no siempre fortuitas - lo huelo (oler los libros es de esos vicios inevitables), porque como comprobé desde el primer momento (es una de las primeras cosas que hago con los libros, a veces un poco a hurtadillas antes de comprarlos) huele de maravilla, cosa que ya no ocurre con muchos libros. La cosa ha llegado a tales extremos que Manuel ya me ha dicho más de una vez que deje de colocarme con el libro.

Dicho y hecho, en cuanto acabé The Children's Book y pasé un par de días entre los poemas de Muriel Spark (ya hablaré de ellos), saqué Don't Tell Alfred de su posición en la librería y, desde entonces se ha vuelto inseparable de No se lo digas a Alfred, porque si hay algo que me cuesta casi tanto como resistirme a oler los libros, es el tener a mano una traducción y no comprobar compulsivamente cómo habrán traducido esto o lo otro. Y aunque apenas llevo cinco capítulos - es lo que tiene leer las cosas dos veces - debo decir que Milena Busquets me tiene impresionada con su excelente traducción. Y Nancy Mitford, por supuesto, me sigue sorprendiendo con sus historias elegantes y cómicas al mismo tiempo, pero de eso ya hablaré cuando me termine el libro.

Finalmente, le doy de nuevo las gracias a la gente de Libros del Asteroide por su fantástico regalo.

6 comentarios:

  1. Lo apunto. Yo ya he leído los otros tres y me gustaron aunque La Bendición fué el que menos me gustó de los 3.

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  2. Reconozco, avergonzadamente, que lo dejé a medias. En mi descargo hay que decir que me había comprado un Nancy Mitford Omnibus, me había leído los otros tres y cuando llegué a Alfred estaba ya con sobredosis. A ver qué te parece.

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  3. Molinos: supongo que muy bueno tendría que ser La bendición para estar a la altura de los dos anteriores. De este llevo poco, así que aún no puedo pronunciarme más que para decir que es totalmente Mitford.

    Miss Froy: pues yo creo que lo que te pasaba era que tenías sobredosis. Los omnibuses son muy prácticos y económicos pero también ser por experiencia propia que leerlos todos de golpe no suele resultar muy satisfactorio, sobre todo a medidas que vas avanzando.

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  4. Lo he visto, y lo tengo anotado para próximas compras (mes que viene, quizá...ya veremos como anda el bolsillo). Espero leer antes tu entrada sobre el libro. Aunque creo que te gustará. Ya nos irás contando.
    La portada, he de decir que ambas están muy bien, pero me declino por la versión en inglés. Por cierto...ya nos dirás qué tal está traducida!!
    Bss!!!

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  5. Hola:

    Muy interesante tu reseña. Hacía tiempo que deseaba leer a Nancy Mitford pero no creia que sus libros estuvieran traducidos. Supongo que sabes que la vida de las hermanas Mitford es tan o más interesante y sorprendente que cualquiera de las novelas de Nancy. Pertenecientes a la más alta aristocracia inglesa su padre solía decir que sus hijas estaban todas locas de atar pero que él y su mujer eran normales. Unity era una rubia bellísima, una auténtica "belleza aria" según el criterio de Hitler al que conocio en persona durante el período anterior a la guerra al desplazarse a Berlín junto con su hermana Diana, también muy linda que se casó con el lider fascista británico Mosley en el mismo Berlín con la asistencia de los máximos dirigentes nacionalsocialistas, si no recuerdo mal. Ambas eran grandes admiradoras del carismático Fhürer y hay fotos poco conocidas y muy interesantes de ambas publicadas en el libro de memorias de Diana, gran dama que conservó su atractivo y fuerte personalidad hasta avanzada edad en la que su aspecto seguía siendo el de toda una gran señora. Unity sufrió una crisis cuando Inglaterra entró en guerra contra Alemania y este hecho unido a su enamoramiento de Hitler hizo que se disparara un tiro. Este hecho la convierte en una de las más célebres entre las interesantes y extrañas mujeres enamoradas del dirigente alemán La otra hermana en cambio tenía fuertes convicciones marxistas y fué toda su vida una de las principales activistas del partido comunista americano en el que militaba activamente junto a peronas como por ejemplo el cantante Pete Seeger y el entorno de brigadistas americanos que participaron en nuestra guerra civil y lamentaba su inequívoco acento de clase alta inglesa porque decía que le diferenciaba de sus amados proletarios y le costaba que llegaran a confiar en ella, lo que era todo lo contrario de lo que deseaba. En fin, serían cosa digna de ver las reuniones familiares con ideas tan distintas en una época de fuerte encono de estas pasiones, ¿No te parece?
    Román

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  6. María: si has leído alguno de los anteriores y te ha gustado, con este no lo dudes, porque es en la misma línea y te gustará también. A ver si mañana puedo escribir con detenimiento sobre él. Y la traducción, como decía en la entrada, me ha sorprendido (para bien); me ha parecido muy buena.

    Yo prefiero la portada de Libros del Asteroide: la inglesa es demasiado "chicklit" para mi gusto.

    Román: gracias por el comentario. Libros del Asteroide ha traducido los cuatro de ficción de Nancy - este era el último que les quedaba y se publicó hace algunas semanas.

    La vida de las hermanas Mitford es, como bien dices, fascinante. La conocía por encima, pero hace unos meses leí una biografía suya (http://93bcn.blogspot.com/2008/12/mitford-girls-de-mary-s-lovell.html), así que ahora la conozco mucho mejor, y seguiré profundizando, claro, con cartas y demás, que hay muchísimas.

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