La película soviética muda de la que hablé ayer no ha sido la única película rara que hemos visto últimamente. Las dos últimas semanas de Noche de viernes tocó ver, por fin, la adaptación japonesa de Cumbres borrascosas de 1988: Arashi ga oka, también llamada Onimaru a veces, seguramente porque es mucho más fácil de recordar.
Con esta debo reconocer que no hubo sorpresas. El primer viernes me senté con el portátil por aquello de evitar quedarme dormida mientras le veíamos. Manuel se quejaba de que no miraba los subtítulos (la vimos en versión original en japonés con subtítulos en inglés) y que no me iba a enterar. Y tenía razón y no tenía razón. Por un lado, la historia es Cumbres borrascosas, así que sueles saber qué está pasando y de verdad que sí que miraba los subtítulos. Por otro lado, es una adaptación llevada al Japón medieval con lo cual no te enteras de nada. Los hombres llevan diferentes gorros/sombreros, la decoración es diferente a todo, los gestos son como jeroglíficos y los rituales son indescifrables y a no ser que los subtítulos hubieran venido con notas explicativas, lo cierto es que no te enteras de nada. Es como si le pusiéramos a un japones una película con una señora vestida de chulapa y otra vestida de fallera: notaría que son distintas pero por qué y qué implica eso sería un misterio. En resumen: todo muy raro.
El segundo viernes me senté - recosté - tumbé en el sofá. Y me dormí, claro. Manuel protestó porque según él no le había puesto ganas a la película, pero de verdad, era muy confuso y es difícil mantener la atención centrada en algo de lo que sólo te estás enterando a medias.
Así que si, después de leer todo esto tan poco halagüeño, aún queda alguien que sienta curiosidad por ver la película, mi recomendación sería un cursillo acelerado en el Japón medieval antes de verla. También aclaro que, pese a las diferencias culturales insalvables, a Manuel sí le gustó. Y eso, para mí, es más raro e incomprensible que los gorros de los personajes.
jueves, 2 de julio de 2009
Noche de viernes: Arashi ga oka (1988)
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jajajaja... vamos a levantarte un altar, ¡menuda selección para un viernes noche! ¡Viva Manuel!
ResponderEliminarEl cine japonés y yo...pocas veces...Eso sí cuando nos hemos encontrado...disfruto mucho. Y eso que hay directores de cine orientales que me gustan mucho...Como el caso de Ang Lee (que no sé si es japonés, pero oriental sí) o el director de "My Blueberry nigth"...pero de "Akiro Kurasava" he visto pocas que me gustasen.
ResponderEliminarBesos!!
Roberta: jejeje. Bueno, Manuel protesta porque yo le hice tragarse un montón de episodios de Testament of Youth y, la verdad, sinceramente, creo que él tiene más derecho a quejarse que yo a pesar de todo. El guión malo es mucho peor que la era medieval japonesa ;)
ResponderEliminarMaría: lo mismo en mi caso: el cine japonés y yo no somos grandes amigos. Cuando Manuel se pone alguna película japonesa no suelo engancharme (más bien todo lo contrario). Pero como dices hay excepciones. Hay una película japonesa llamada Nadie sabe que me gusta mucho (http://www.labutaca.net/49seminci/nadiesabe.htm), por ejemplo.
Por cierto, creo que Ang Lee es taiwanés, pero tampoco me hagas mucho caso.