miércoles, 2 de noviembre de 2011

Panellets 2011

Entre que el tiempo aún no ayuda del todo (o quizá soy yo, que creo que aún tengo calor acumulado de agosto) y que a Héctor digamos que le gusta participar en las actividades familiares (por no decir directamente que le gusta estar en brazos y que el sitio donde más aguanta en casa aparte de en brazos es el cambiador (!) donde no se le puede dejar solo), tenemos un poco abandonada la repostería (la suplimos con dulces ajenos, eso sí), pero las tradiciones son las tradiciones y el sábado había que hacer panellets fuera como fuera.

Héctor estuvo los minutos que tardamos en hacer la masa en la hamaquita, pero luego ya decidió que había colaborado lo suficiente y quiso que lo cogiéramos, así que Manuel vio la excusa perfecta para escaquearse de la siempre odiosa tarea de hacer los panellets de piñones (pones un piñón y se caen tres). Niño feliz en el cambiador, padre moderadamente cómodo en un silla junto al cambiador hojeando una revista, y madre luchando con los panellets mientras una araña le da un susto digno de Halloween (aclaro que la araña nunca estuvo cerca de los panellets por si acaso), ese era el panorama el sábado por la tarde.

El Halloween estandar lo tuvimos gracias a unas cuantas niñas disfrazadas que vinieron diciendo "truco o trato". Este año había tenido en mente el incidente del año pasado en que también vinieron pero no se nos ocurrió qué darles y tenía una bolsita de caramelos preparada, por muy americanada que me parezca la fiesta en sí. Así que abrí la puerta y repartí al más puro estilo americano: las niñas se fueron felices con sus caramelitos y las alabanzas a sus disfraces y Héctor se llevó también unos cuantos piropos y carantoñas suyas, así que todos acabamos contentos.

Manuel contribuyó a los panellets haciendo uno de "fantasía" y, una vez hechos todos, Héctor decidió que era hora de comer y Manuel se quedó a cargo del horno (aunque yo controlaba el tiempo a distancia) y de limpiar el caos que había en la cocina que, en honor a la verdad, era seguramente peor tarea que hacer panellets de piñones.

El resultado fue, creo, muy, muy bueno.





Y aunque yo sólo comería cosas dulces sin parar (cosas de la lactancia, por lo visto), debo decir que aún quedan unos seis panellets, mérito como siempre más de lo mucho que llenan que de nuestra capacidad de moderación.

15 comentarios:

  1. Que rico!!q lleva coco??no los conocía. Me alegra q el bueno de Hector os de 5 minutos para q sigais preparando marvillas y dandonos ideas a los demás

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  2. Los clásicos son de tres tipos y los de pirámida llevan efectivamente coco. Los redondos piñones y los cuadrados almendra. Todos riquísimos, nunca sabes cuál elegir.

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  3. Tienen una pinta bárbara, aunque yo no puedo digerirlos. A mi boca le gustan pero al estómago no.

    Eso de que a Héctor le guste el cambiador es curiosísimo!

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  4. No me extraña, porque desde luego no son para todos los estómagos. Son pequeñas bolitas de plomo. Es una pena que no los puedas disfrutar :(

    Sí, al principio pensábamos que era porque está junto a la ventana y veía cosas, pero es que incluso con la persiana bajada se lo pasa en grande ahí. Misterios de los niños, ya sabes :)

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  5. Estupenda pinta esos panellets. Yo, como cada año, me prometí no probarlos (bomba calórica), pero acabé cayendo. Fueron sólo tres o cuatro, pero ¡qué ricos!
    En cuanto a los gustos de los bebés, son imprevisibles. Uno de mis hijos sólo se quedaba tranquilo frente a la lavadora (en marcha, claro).

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  6. Nosotros también hicimos panellets, de almendras y piñones, pero nos faltó el coco, que son los que más me gustan. Aunque de típicos de piñones sólo hubo 2 (que hice yo) y como era un rollo, acabamos clavando los piñones intentando hacer figuritas. Quedaron feísimos pero muy ricos.

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  7. El escaqueo de Manuel con los piñones me recuerda a mi hermana, que odiaba poner los piñones así que siempre me tocaba a mí hacerlo. Incluso un año de la concentración se mareó y cayó al suelo y todo.
    Los vuestros os han quedado muy chulos.
    Besetes!

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  8. Qué va, no eres tú, es el frío que no se decide a entrar para fastidiarnos!

    Lo de Halloween no lo termino de ver muy claro y parece que nuestros vecinos tampoco: el año pasado mucho tocar timbre y éste, ni una vez. Por mi parte no hace falta, lo veo también una americanada. Para mí, huesos de santo y panellets. Espectaculares los vuestros, por cierto, como cada año :)

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  9. Este año no hemos hecho panallets, y es una pena porque están de muerte, pero es que tenemos que empezar a pensar ya en la Navidad pues todo se acaba juntando y pronto llegará a nuestro hogar una caja mágica. No sé si sabéis de lo que hablo, pero el año pasado ya pudimos disfrutarla.
    Besos

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  10. En casa no hemos hecho nunca y preferimos comprarlos pero lo cierto es que no soy mucho de panallets: solo me gustan los de fresa y avellana y los de piñones me daban ganas de vomitar hace años. En fin... creo que es el año que más he comido: cuatro. Me apunto los de coco para el año que viene.

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  11. Se me hace la boca agua viendo estas fotos. Ya se echaba de menos una de estas entradas tuyas de repostería...

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  12. ¡Buenísima pinta los panellets!(que nunca he probado.) Por aquí se estilan más los buñuelos y los huesos de santo ¡Qué curioso lo del cambiador! Saludos Pilar

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  13. Me encantan los panellets, son mis dulces favoritos. Nosotros también hicimos, los tuyos tienen una pinta magnífica.
    Besos
    EMma

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  14. Mmmm...tienen una pinta buenísima...y como viene siendo habitual en mí,...me encantaría alargar la mano y coger uno. Y madre mía...que destreza culinaria!! Por aquí suelo tomar huesos de santos y buñuelos de viento (me muero por los de cabello de ángel y crema).
    Un abrazo grande!!

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  15. Oh, gracias a todos. ¡Dónde quedarán ya esos panellets! Aunque seguramente aún tengamos algún recuerdo de ellos en el cuerpo ;)

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