miércoles, 17 de julio de 2013

Dos años

Entrada programada.

Héctor corre y es como si siempre lo hubiera hecho. A los 14 meses más que empezar a andar, empezó a correr y desde entonces no ha parado y con él, el tiempo.

Era tan mayor cuando cumplió un año. Veo las fotos que le hice un día en el parque poco antes de cumplir su primer año y recuerdo el momento perfectamente. Héctor gateando por la hierba y alejándose no demasiado ni mucho menos pero sí ligeramente más de lo que nunca se había alejado por sí mismo hasta entonces. Recuerdo estar haciendo las fotos y luego viéndolas en el ordenador y no parar de pensar en lo mayor que era. Y sin embargo ahora veo esas fotos y lo veo minúsculo. ¡Pero si era un bebé!

Supongo que eso siempre pasa, pero ahora veo a este niño de dos años enorme y apenas recuerdo cómo era cuando no andaba, no corría no nadaba con manguitos en la piscina, no sabía las vocales no decía nada, no sabía pintar, no me avisaba cuando los semáforos se ponían en verde. Y cómo parecía que nunca le iban a salir los dientes.

Lo que más le gusta es ir a la calle, eso desde siempre. Y comer, eso también desde siempre. Y ver cuentos, eso casi también desde siempre con la diferencia de que ahora ya no se los come, o sólo con los ojos. Me sigue impresionando mucho cuando se queda callado y quieto mirando los dibujos él sólo. ¿Qué verá? ¿Qué entenderá? No me gustan mucho los estereotipos pero él lo es un poco: sin que nadie se lo haya enseñado adora los coches, los camiones, los trenes y en general todo aquello que va sobre ruedas; los bichos, qué emoción para él cuando encuentra uno y qué esfuerzo el mío para no contagiarle mi repelús; las piedras y los palos, que ahora me da a mí para que le guarde como grandes tesoros, aún no ha descubierto los bolsillos que lleva en los pantalones, en cuanto descubra para qué sirven no dudo de que cada día encontraré unos cuantos tesoros en ellos; la arena, que también me da repelús, pero a él no le da ninguno: se revuelca, se la echa por encima, se la come, se la pasa por la cara y en general hace lo que sea para conseguir ser el niño más sucio del parque en el periodo más corto de tiempo posible.


Su pasión por el color verde se merece un párrafo aparte. Desde el año y medio tiene fijación por el verde y desde el año y medio la gente me mira como una loca cuando digo que es así. Hasta que lo demuestra eligiendo sólo lo verde en lo que puede: en la piscina todos los utensilios que coge son siempre verdes; si le das a elegir varios coches o varios juguetes elige siempre los verdes y para pintar, con alguna rara excepción, siempre escoge el verde. Su creciente colección de coches da fe de que es así.

Como con el color verde, también parece tener claro su animal preferido. Y como él es así, no es el perro o el gato, no. Su animal preferido es el búho (¡bubo!) y desde el día que la única lectora le trajo uno de regalo por sorpresa sin saberlo no se separa de él.


Sigue siendo un rebelde de las pequeñas cosas y un niño bueno en general. Da gusto verlo reír con sus series preferidas: Peppa Pig y Timmy Time. Por influencia de sus padres adora APM?, aunque él lo llama "zasca". Manuel y yo bromeamos sobre cómo tienen que hacer una edición infantil de APM para que Héctor se anime a hablar más: de APM lo repite todo, de lo que nosotros le decimos y que tiene en su día a día no demasiado. Pasa de decir "pan", pero dice "zasca" y "ole tú" a la perfección. Le encanta la música: con Manuel está acostumbrado a escuchar de todo y conoce un montón de sintonías de los programas de radio que se pone Manuel. Conmigo es más cuadriculado: hace meses que estamos encallados en las dos mismas canciones del último disco de Bon Jovi.

Hoy cumple dos años. Pasa de mí cuando intento que aprenda a decir cuántos años cumple con los dedos, si le preguntas cuántos tiene te sigue diciendo que uno. Tan pequeñito y ya quitándose años.


12 comentarios:

  1. Felicidades a Héctor! ¡Qué mayor se le ve! Mi hijo mayor tuvo a esa edad también una fijación con los coches, incomprensible para mí que detesto el mundo del motor. Llegó a acumular un parque móvil enorme y yo pensé que "vaya, nos ha salido un hijo automovilista". Pero eso duró solo unos años y ahora es todo lo contrario. Por no tener, no tiene a sus más de veinte años ni carné de conducir... Veremos hacia dónde se encamina Héctor.

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  2. Felicidades, Héctor!!! Y ¡ole, tú!, guapo!!!

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  3. Recuerdo perfectamente el día que leí tu post contando el "telehorno" en el hospital y el bichito ya tiene 2 años!!!!
    Después te escribo un mail pero no quería dejar de felicitar a Héctor públicamente. Un muaquis bien grande para él!!

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  4. Qué mayor... y cómo pasa el tiempo! Felicidades a todos!

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  5. Qué edad más bonita. Aprovecha mucho la infancia de tu hijo, que pasa en seguida, aunque leyéndote ya se nota que es así. Felicidades para Héctor y sus papás.

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  6. Qué guapo está! felicidades!!! y si le gusta tanto el verde su región favorita va a ser sin duda Asturias, así que traedlo por aquí:)Miss Winnifred

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  7. ¡Qué entrada tan bonita! Está llena de cariño pero sin nada de cursilería o sentimentalismo. No esperaba menos de ti, jaja! Besos a tu niño grande y guapo

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  8. Dos años se dicen pronto. Muy simpática e interesante la descripción que has hecho.
    Celia también sigue diciendo uno aunque ya tenga también dos años, qué curioso, por más que le dices su edad, a la primera nunca la dice, luego después si le apetece, jejeje!
    Saludos.

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  9. Pero cómo es posible que ya tenga 2 años??como pasa el tiempo!
    Por cierto que sepas q te has perdido mi petrichor y eso q iba dedicado ;)

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  10. Muchas felicidades a tu niño! Me ha encantado este post. Precioso

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  11. Me ha encantado este post, y estoy segura que a Héctor cuando tenga más años, le gustará también mucho. Felicidades atrasadas a tu pequeño.
    Qué sigáis disfrutandole mucho y aprendiendo de él. Estoy convencida de que debe ser un aprendizaje mutuo precioso.
    Un abrazo y disfrutar mucho de las vacaciones!!!

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  12. ¡Muchas gracias a todas!

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