lunes, 4 de octubre de 2010

Brownies de doble chocolate con pistachos

Muchas de las recetas que estoy deseando hacer/repetir son tirando a otoñales/invernales y aún parece un poco pronto para ponerse con ellas.

Hasta ahora era consciente de odiar el entretiempo en cuestiones de ropa: te pongas lo que te pongas te equivocas (al menos yo me equivoco) y está también el hecho de que sales de casa, piensas que hace fresco y para cuando vuelves estás cocida. Pero bueno, la transición hacia el frío la llevo mucho mejor que la transición hacia el calor. Ahora los días que paso calor sé que tiene los días contados y que la temporada de manta y té está a la vuelta de la esquina (al menos eso espero).

Lo que yo no sabía es que en cuestiones gastronómicas el entretiempo también es odioso: ya no puedes vivir a base de ensaladas y cremas frías pero tampoco puedes entregarte de lleno a las comidas bien calientes (sopas y comidas horneadas). Con lo cual mi repertorio gastronómico serio se vuelve muy limitado y hacer los menús semanales es más quebradero de cabeza que nunca.

Con la repostería pasa lo mismo. Hay un montón de cosas con canela y gengibre y demás sabores otoñales que estoy deseando hacer, pero aún no parece ser el momento. Lo bueno (una cosa más de tantas) del chocolate es que es atemporal, así que unos brownies siempre están de moda.

El otro día pensé que podíamos hacer la misma receta de la otra vez pero con pistachos en lugar de nueces, como sugirió Ángeles por entonces (Ángeles que, por cierto, estrena blog: Milerenda. ¡Visitadla!). Tenía en otro libro una receta específica de brownies con pistachos, pero los de nueces habían quedado tan ricos que prefería sólo cambiar nueces por pistachos y listos.

Así que el sábado después de comer me dejé los dedos pelando los dichosos pistachos y dejándolos a punto para luego incorporarlos a la mezcla que es facilísima de hacer. Al poco de meter el molde en el horno la cocina y, a pesar de la puerta cerrada, la casa comenzaron a oler de maravilla. Lo digo con muchos olores (limón, fresas, naranja) pero, oh, el olor a chocolate es celestial.

Y últimamente no sé por qué no había tenido ocasión de sentarme a mirar telehorno como a mí me gusta. Cierto que los brownies al no llevar levadura no son demasiado emocionantes, pero telehorno siempre tiene sus alicientes, en este caso ver formarse la costrita característica de los brownies y meditar acerca de las preguntas sin respuesta de la química (al menos para mí, puramente de letras) de por qué los brownies hacen esta costrita y otros dulces no. Misterios de la ciencia.

Lo suyo habría sido acompañar los brownies con una bolita de helado, pero también habría sido excesivo así que nos conformamos sólo ("sólo", ¡ja!) con los brownies, que el sábado por la noche no pudimos resistirnos a probar cuando aún estaban un poquito calientes. Hmmmm.

Estaban bien ricos, aunque nuestros pistachos, que no eran ni de Irán ni de Brontë (deberíamos haber buscado pistachos de Bronte, claro), eran normalitos. Con unos pistachos mejores y con más sabor, el contraste de sabores habría sido más llamativo. En nuestros brownies pasan un poco desapercibidos, pero el resultado es rico igualmente, aunque el chocolate canibalice el sabor. Pero, en mi opinión, el chocolate es libre de canibalizar lo que quiera.

Luego por la noche vimos una película del magnífico director - y guionista - Preston Sturges (muy conocido por Sullivan's Travels (Los viajes de Sullivan)): The Miracle of Morgan's Creek (El milagro de Morgan's Creek), rodada en 1942 pero sin estrenar hasta 1944. Nos sorprendió tanto por lo divertidísima que es (hubo un momento en que tuve que soltar la plancha y simplemente dedicarme a reír) como por lo políticamente incorrecta que puede llegar a ser para su época, tanto que alguna crítica de la época decía que el censor (o quien fuera que velase por el cumplimiento del código Hays) se debía de haber quedado dormido mientras la veía y había dado el visto bueno sin más. Pero bueno, una maravilla de película que, además, te tiene en vilo de principio a fin con la intriga de cuál será el milagro.

8 comentarios:

  1. Ooohhh! La primera foto es de vicio total. El "problema" de los pistachos es que quizás todavía no sean "nuevos". Los frutos secos son riquísimos a partir de ya, cuando traen los de la nueva temporada a los supermercados, pero los del año pasado ya tienen un saborcito un poco regular.

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  2. Ay! Qué pintaza. Yo este finde no hecho repostería, que aún me queda un poco de tarta de calabaza del anterior. Ya ves que yo sí he inaugurado la temporada otoñal de comidas: potajes, cocido, sopicas y cremas... En cuanto los niños empiezan el cole, es hora de recuperar esos platos.

    Si estás interesada de verdad en cuestiones del tipo de "¿por qué le sale costra a los brownies?", a lo mejor te gusta Molecular Gastronomy, que no sé si explica exactamente lo de los brownies, pero sí otro tipo de reacciones químicas que se producen en la cocina.

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  3. Completamente de acuerdo con los problemas del entretiempo, de ropa y de comida. Yo ayer me estrené con mi primer caldito que me sabió a gloria y esta noche cremita de verduras. En mi casa por la noche la rasca es bastante extrema así que me puedo permitir empezar con las sopitas...

    Y el brownie con pistachos... ais... yo hace mucho que me pasé al de pistachos porque ¡está de muerte!

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  4. he tenido que leerlo dos veces... pistachos de Brontë? jamás en mi vida la había oido! en fin, otra entrada más que leo en la que me alegro de estar "comida" ya, sino lo pasaría mal xD

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  5. Ostras, no se que decir, empezare por el brownie, espectacular¡¡ Con el hambre que tengo, madre mia.Y lo demas... bueno un enorme GRACÍAS, eres muy generosa, un abrazo.

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  6. Uf, poniendo esas fotos atentas contra mi cordura!! XDDD A mí no me gustan mucho los pistachos, así que cuando hago brownie "a mi manera" (sin mantequilla y tal...) siempre uso nueces. Aunque el chocolate es que está bueno con todo, es como un milagro de la naturaleza, jaja.

    Y ya es tiempo de jengibre, canela y todo eso, no lo dudes! Yo en breve me pondré con un cake de zanahoria otoñal, a ver si consigo hacer algo decente :D

    saluditos!

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  7. Elvira: pues será lo que dices lo de los pistachos. De todos modos los nuestros tampoco estaban malos, simplemente unos que mi padre compraba hace tiempo de Irán estaban muchísimo mejores ;)

    Andrea: ¡gracias! Si pudiera pasaba una ronda, que aún nos queda bastante.

    Malglam: haces bien en ponerte de lleno con los platos otoñales. Pero yo no soy muy de cremas calientes y para la sopa (sobre todo para hacerla) aún me parece que hace tirando a calor, así que de momento nada.

    El libro me ha parecido muy curioso, pero no sé si es para mí, tendría que hojearlo, que ya digo que las ciencias enseguida empiezan a sonarme a chino ;)

    Iris: como le decía a Malglam yo aún no puedo ponerme con sopa y demás. Ya habrá tiempo en cualquier caso.

    Nosotros creo que alternaremos los pistachos y las nueces, que con nueces también está muy, muy rico.

    Gatesca pantomima: ¡has leído bien! Bronte, en Sicilia, es un sitio conocido por sus pistachos :)

    Ángeles: ¡de nada!

    Lillu: eso es loo mejor de todo, que el chocolate, lo hagas como lo hagas, es difícil que no quede bien rico.

    Yo aún esperaré. El día que sienta que necesito una mantita en el sofá daré por inaugurada la comida otoñal.

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