Aprovechando la rareza de día, hablemos de calendarios.
Siempre nos traemos un calendario de las vacaciones de verano para el año siguiente. Antes de la escapada a Londres del puente de diciembre, teníamos un vacío que no sabíamos cómo rellenar: las vacaciones más extensas habían sido en marzo en Haworth, ¿pedíamos por internet un calendario de allí? No era mala idea más que por el hecho de que esta casa ya rebosa temática Brontë como para encima añadir más (tampoco es que eso sea un problema en realidad, pero bueno, un poco de variedad nunca viene mal). En Londres una de las primeras compras que hicimos fue un calendario de 2012 (muy apropiado, además, ya que la ciudad la tenemos (auto)vetada este año por los Juegos olímpicos), no de fotos típicas de la ciudad sino de pequeños rincones fotografiados entre principios y mediados del siglo XX.
Con ese ya comprado me topé con este otro de la foto, con un cartel publicitario de mediados del siglo XX de esos que tanto me gustan, invitando a los ingleses de la época a viajar y conocer mejor su país, en general montando en tren. Teníamos otro rinconcito que podía rellenarse con un calendario y no lo dudamos. Por si quedaba alguna duda acerca de la "serendipity" de la elección, sólo hay que ver con qué destino comienza el año ( y continúa, porque febrero está dedicado a mi querida York, veremos qué nos depara marzo mañana).
Lo mejor de estos calendarios es que luego, si una es apañada, se pueden recortar las fotos que gusten y enmarcarlas. Como con tantas cosas, yo soy apañada mentalmente pero no manualmente: tengo un montón de calendarios de Nueva York (y estoy por apostar a que se me juntarán aún con estos de 2012) esperando a pasar por ese proceso. En fin, menos mal que los calendarios no llevan una verdadera fecha de caducidad.
Pues a mi que no me gustan los calendarios!!! Aunque sean bonitos, espectaculares, únicos ... hay algo en ellos que me hace rechazarlos. Tenemos uno pequeñísimo en la puerta de la nevera y otro algo más grande en el estudio, pero los dos por necesidad.
ResponderEliminarEso sí, el tuyo parece precioso.
Qué curioso. Pues yo ahora aparte de que los encuentre bonitos les saco partido de verdad, porque nunca sé en qué día vivo, así que los miro y me sorprendo todo el tiempo ;)
EliminarEspero que estés (¡estéis!) muy, muy bien.
Si que sois organizados! Yo lo intento, la verdad... y luego se me olvida pasar las paginas del mes. Es muy bonita la postal.
ResponderEliminarAquí el pasapáginas oficial es Manuel. El tío es puntual como un reloj. Si de mi dependiera creo que aún estaríamos en diciembre de 2010 o algo ;)
EliminarMe gusta eso de comprar el calendario en vacaciones. A mí me gustan que sean con la celda grande para anotar cosas, que luego duplico en la agenda y al final no miro el calendario por que ya me las sé de memoria. El mío lo tengo en una pared de la cocina y soy muy "especial" con las fotos o motivos que llevan
ResponderEliminarBesos
Emma
Lo curioso del asunto es que nosostros no anotamos prácticamente nada en ellos y, de hacerlo, es siempre en el cutre de publicidad que tenemos en el frigorífico.
EliminarYo apunto cosas en la agenda y/o en el móvil, pero sí, al final siempre acabo recordándolas, salvo en casos de despiste extremo.
Este año tengo uno de Hopper. Me enamoré de uno en una librería pero cuando volví a buscarlo ya no estaba así que acabé comprando un "sucedáneo" por internet... Y también tengo guardadas algunos calendarios antiguos para los puntos de libro que me estoy aficionando a hacer.
ResponderEliminarYa me dirás en dónde habéis comprado ese calendario, desde que vi un libro con esas ilustraciones en la tienda del London Transport Museum (muy caro, como no) tengo ganas de uno ;)
Oh, de Hopper tiene que ser precioso. Este creo que lo compramos en Foyles en el puente de diciembre. La tienda del London Transport Museum es un antro de perdidión, sí.
EliminarYa contarás más acerca de esso puntos de lectura hechos por ti, ¿no? Yo hubo un tiempo en que también me los fabricaba :)
Precioso el calendario. Yo también guardo muchas ilustraciones, pero no las enmarco..
ResponderEliminarBueno, lo malo no es no enmarcarlas, lo malo es pensar una y otra vez que las vas a enmarcar y nunca hacerlo...
EliminarCristina...hago lo mismo desde hace mil años. Siempre que viajo fuera, traigo un calendario. Además, me gustan mucho...no lo puedo evitar. Y como tú, pienso luego en un uso posterior...con enmarcación incluida. Y así me ha pasado que tengo una caja entera de esos buenos propósitos...en los que estoy convencida que algún día llegaré a realizar (o eso espero). Es curioso lo que dices, porque yo también me tengo auto vetada Londres este año por lo mismo. Pero al final no ha sido así. De todo modos, a medida que avanzan los meses al verano, menos pienso en ir.
ResponderEliminarLo de comprar un calendario por internet, también lo he hecho. Me encantan los dedicados a jardines británicos (¡¡qué bien los cuidan!!)
Un abrazo y me ha gustado muchísimo leerte. Y en un día tan mágico como el de ayer...que parece sacado de la manga, verdad?? Es como inexistente, hasta dentro de otros cuatro años.
Bss!!
Me ha encantado lo de la caja llena de buenos propósitos y me ha alegrado saber que no soy la única que tiene los buenos propósitos en lista de espera ;)
EliminarBonito calendario Cristina, me encanta escribir sobre (encima de) ellos, recordar citas, eventos, etc. Gracias por tu grata visita, ha sido un detalle.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues como decía más arriba nosotros somos raritos y los dejamos impolutos...
EliminarMe gusta la idea para los calendarios, pero lo q mas me gusta es q seas apañada mentalmente, jajaja
ResponderEliminar¡Jajaja! Tampoco mucho, ¿eh? Pero algo más apañada mentalmente que en la práctica sí que soy ;)
EliminarPues a mí me chiflan también y el último que compré fue uno comprado en Barcelona de Gaudí.Los q compro los pongo junto al ordenador porque después el que uso más el típico de publicidad que cuelgo en la cocina y en el que anoto miles de cosas (muchas más que en las agendas y libretitas que también son mi pasión). Un saludo también para tu niño torbellino. Vaya guapo que está!
ResponderEliminarCurioso: yo soy más de apuntar en agendas que en calendarios. ¿Quizá se puede utilizar todo esto como test de personalidad? ;)
EliminarEl calendario de Gaudí tiene que ser bien bonito :)
Tengo un poquito de relación amor-odio con los calendarios, solo los soporto si no se ven mucho, el que si pongo cada año es el de la revista Fotogramas en la habitación donde esta el ordenador y hace la función de despacho.
ResponderEliminarSupongo que lo que no me gusta es que queden en el medio de una pared, porque desde luego hay calendarios preciosos, que los pobres no tienen la culpa de mis manias¡
¡¡Nosotros también tenemos el de Fotogramas en el estudio!! Está muy bien, ¿verdad?
EliminarCreo que me he enamorado del calendario que no sale aquí =)
ResponderEliminarA mí también me encantan esos carteles publicitarios.
Cómo disfruto perdiéndome en este blog. No hay duda. Se hable de lo que se hable. Es raro. Es agradable.
Un beso.
Jajaja... ya pondré foto del calendario que no sale para que lo veas y el amor no sea tan ciego ;)
EliminarGracias por el comentario y lo que dices :)
Me gustan mucho los calendarios(aunque a veces se me pase pasar las hojas) y también suelo comprar uno a dónde vaya.El último un práctico calendario marcapáginas. Yo como otros comentarios tengo pendiente aprovechar los de años anteriores. ¡Me encanta tu calendario con publicidad de la época!
ResponderEliminarPor cierto seguro que te habrás enterado del nuevo manuscrito de Charlotte Brontë. Besos
Sí que me enteré, sí, de lo del manuscrito. Muy, muy emocionante :)
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