Llamémoslos días primaverales de verdad o días de locos, pero últimamente resulta imposible acertar con la ropa a la hora de salir a la calle. Hay días soleados que tienen pinta de calurosos desde casa y son heladores en al calle y días grises que te meten el frío en los huesos en casa y resultan ser bochornosos una vez que pones el pie fuera. Esto me ha granjeado, aparte de la pequeña humillación cotidiana de ir siempre con la ropa equivocada, un resfriado enorme.
Si decidir qué ponerme yo ya me resulta complicado, decidir qué poner a Héctor es el más difícil todavía. ¿La solución? Ir con su armario casi a cuestas y, en ocasiones, convertirlo en niño cebolla.
Así que cuando hace unos días Manuel propuso hacer una excursión a la casita de verano antes de que la tomen los mosquitos tigre, yo acepté, pero salí de casa mortificada porque el día soleado resultaba ser fresquito en la calle. "Deberíamos haber cogido el plástico de lluvia" (había nubes amenazadoras a lo lejos), "quizá debería haberle puesto otros pantalones más abrigados", etc. Pero al final el día se entonó: no llovió y, sin hacer calorazo, nos hizo un buen día. Un primer día de contacto con la naturaleza para Héctor. Ya tardaba: nueve meses y medio de urbanita.
Unos (una, en realidad) se quitaron los zapatos en cuanto pudieron:
A otro se los dejamos puestos porque ahora en cualquier momento quiere ponerse de pie (eso lo hace casi desde que nació) y echar a andar (tiempos divertidos para ser mi espalda: ¿Premio por llevar a cuestas a un niño grande durante nueve meses y medio (aparte de los nueve meses y medio anteriores)? Que empiece a andar y tengas que ir encorvada todo el día). Ahí estuvo jugando, a medias entre sus juguetes, las botellas de plástico, las margaritas que deshojaba nada poéticamente y la hierba que le daba repelús y le ponía rabioso. Un dominguero urbanita.
Que sin embargo no perdía detalle de nada:
Vimos cosas tan pequeñas (en proporción) como él: ciruelas que con un poco de suerte dentro de poco servirán para hacerle su papilla de frutas.
Y peras (de las que nos hinchamos el año pasado: esperemos que este año sea igual de bueno), melocotones, un único albaricoque creado por un árbol entero, deliciosas brevas y uvitas minúsculas, casi microscópicas. Ahora podrías comerte un racimo por campanada.
En fin, volvimos a casa un poco achicharrados (a pesar de la protección, aunque luego se quitó rápido: eran colores de pasar el día fuera) y cansados: esa noche Héctor durmió doce horas del tirón (claro que en eso ahora es bueno y menos de diez horas es raro que duerma).
Un buen día.
Ay q lindo parece, tan blanquito...me ha encantado eso de "dominguero urbanita" jeje
ResponderEliminarÉl es blanquito, sí, pero está tan moreno que a veces pienso que alguien me va a echar la bronca por ponerlo a tomar el sol o algo. Y es sólo del mucho tiempo que pasamos dando paseos por la calle.
EliminarQue grande esta!Desde luego vestirse ahora es una ruleta, en mi caso salgo pronto y vuelvo a la tarde asi que lo tengo mal.
ResponderEliminarEste verano Héctor va a querer agarrar todo lo que le llame la atención, ya puedes poner a buen recaudo las cosas fragiles!
Sí, que manos las de Héctor. Ahora parece que no llega a los sitios, pero él se las apaña para coger lo que le interesa. El otro día estaba en su cochecito jugando con un paquete de pilas y le pregunté a Manuel que por qué se las había dejado. Resultó que tampoco se las había dejado, sino que Héctor se las había ingeniado para agarrarlas solito. ¡El terror!
EliminarEs verdad que estos días no sabes que ponerte. Siempre acabo pasando calor porque me sobra ropa o frio..
ResponderEliminarCuanta razón tienes con lo del tiempo y la ropa! Y en cuanto a Héctor, seguro que la casita de verano se convierte en uno de sus sitios preferidos!! Un lugar en el que poder corretear sin peligro de coches! El sueño de cualquier peque!!!!
ResponderEliminarMe alegra que pasarais un buen día!!!!
Tú supongo que igual ya estás en plena fase de estufa humana (incubadora, en realidad) así que en todo caso agradecerás los días más fresquitos :)
EliminarDesde luego estos días no se sabe que tiempo hará( lluvia aparte). ¡Héctor está monísimo con la gorra! Besos.
ResponderEliminarAh, la gorra es un accesorio polémico y que no deja a nadie indiferente. A mí me encanta cómo le queda :)
Eliminar¿La hierba le daba repelús? Jajaja! Por cierto, eso no son uvitas, son los capullos de las florecillas previas a la uva (perdona el rollo, no lo he podido remediar :-)). Te dejo un enlace a las flores ya abiertas: Vid en flor
ResponderEliminar"un único albaricoque creado por un árbol entero" Tiene que ser un albaricoque muy especial, toda la savia del árbol para él solito.
¡Entonces Manuel me tomó el pelo! Qué mala es la ignorancia, se ríen de uno todo lo que quieren y más ;)
Eliminar¡Esperemos que el albaricoque aguante!
Yo también he estado arrastrando un constipado enorme estos días. Y en mi caso no es solo por el tiempo, es que con la restauración de la fachada tenemos una red por delante del balcón que nubla todavía más el día de lo que puede estar. Conclusión: hasta hace dos días todavía salía con el abrigo de invierno.
ResponderEliminarMe ha encantado lo de dominguero urbanita, pero ya verás cuando sea más mayorcito lo que le va a gustar ir a la casa de verano y correr y jugar por el jardín. Espero que para entonces la población de mosquito tigre no haya aumentado.
Bueno, espero que tu resfriado sea ya cosa del pasado y que lo de la fachada os sea leve y sean rapiditos.
EliminarEste verano probaremos todas las opciones de defensa para niños contra los mosquitos tigre... a ver si alguna funciona.