Seguimos teniendo la mejor cartera del mundo. Cuando la vemos siempre le dedica un rato a Héctor y a decir cosas buenas. Conoce más o menos mis horarios, así que si se pasa pronto no llama por miedo a despertar a Héctor, si se pasa a media mañana sabe que no estoy, si se pasa al final de su jornada sabe que casi seguro estaré en casa. Por eso más de un día me ha dicho que se ha pasado a media mañana y, al no encontrarme en casa, se ha vuelto a pasar a última hora para darme lo que sea que no cabe en el buzón. Un día incluso dejó un aviso y luego, "como aún me sobraba un poco de tiempo", se volvió a pasar a entregarme el paquete y decirme que rompiera el aviso. Un día me dijo que cargó con el paquete de vuelta al almacén para ver si me encontraba en casa al día siguiente y me podía ahorrar el paseo a Correos. Creo que hay poca gente que haga mejor su trabajo, y lo digo totalmente en serio. (Ya hablaré de todas esas cosas que han ido llegando)
Así que cuando el lunes me encontré que había dejado el aviso a última hora (habría pasado esperando encontrarme), salí a dar una vuelta pero ya no la vi. De modo que Héctor y yo ya teníamos planes para ayer, San Isidro: ir a recoger un misterioso paquete enviado por sorpresa por mis padres.
A Héctor le encantó el embalaje:
A mí el embalaje también me gustó mucho, pero sin duda el contenido me gustó muchísimo más: Rosquillas de San Isidro. De La Mallorquina a mi casa, cortesía de mis padres, otra vez.
Decidí poner a prueba la mitad madrileña de Héctor y le di a probar una rosquilla tonta. No le hizo ascos, aunque se cansó enseguida.
Lleva un par de días tonto - como la rosquilla - con la comida, así que cuando esta mañana me ha visto comer rosquillas para desayunar (¿cómo no?) y le he dado se ha negado a probarla y ha puesto una cara de asco que pocas veces le he visto. Tanta gente diciéndole siempre que parecía un chulapo con su gorra (que no era de chulapo) y ahora va y le hace un feo a algo tan castizo como las rosquillas de San Isidro.
Bueno, pues a más que tocamos Manuel y yo.
Ummmmmmmmmmm, rosquillas listas, ahora me comía, no sé, ¡cientos! :)
ResponderEliminar¡Las listas también son mis preferidas! Creo que entre las dos acabaríamos con miles de ellas entonces ;)
EliminarDe la Mallorquina!!!! Te puedes creer que de mi año en Madrid me volví con una afición desmesurada por las rosquillas? No hay nada que las supere... (bueno, si, las torrijas XP)
ResponderEliminarJajaja... Es que las rosquillas son adictivas. Lo bueno de las torrijas es que se pueden hacer en casa. Ponerse a hacer rosquillas de San isidro caseras me parece demasiado ;)
EliminarEsa cartera merece un buen aguinaldo por Navidad, no? Mi cartero es majo pero no tanto, tanto:).
ResponderEliminarQué niño tan mono. Está muy guapo!
En cuanto a las rosquillas, me acordaré la próxima vez que vaya a Madrid. Saludos
A mí me gustaría tener un detalle con la cartera pero no sé cómo hacerlo sin que quede un tanto "patronising", que se diría en inglés. Pero la chica se lo merece, desde luego.
EliminarLo de las rosquillas es sólo si vas en los alrededores del 15 de mayo :)
Carteras como la tuya ya no quedan. Se me ha hecho la boca agua con las rosquillas(que buenos tus padres).
ResponderEliminarSí, lo de recibir rosquillas por correo es un lujazo :)
EliminarA ver si le gustan las cocas de San Juan!! Así le vais iniciando en los dulces típicos de cada época del año. :-))
ResponderEliminarAh, y la cartera ES la mejor del mundo, desde luego!
ResponderEliminarLo de los dulces típicos del calendario pastelero lo vivirá lo quiera o no ;) Y sí, ya queda poco para las deliciosas cocas de San Juan. Lo malo de eso es que también queda poco para la odiosa temporada de petardos.
EliminarNuestro cartero también es muy majete aunque como no coincidimos, normalmente nos toca ir a Correos a recoger los envíos.
ResponderEliminarVivimos a 50 km. de Madrid y nunca nos ha dado por probar las rosquillas!!
Y Héctor está hecho un grandullón.Aprovecha que en breve se acaba la poca calma que todavía te queda.
Pues el año que viene yo haría una escapadita a por unas rosquillas. No creo que os arrepintáis.
EliminarJajaja... ¿los tuyos ya campan a sus anchas?
Una cartera fantastica, Cristina... Es como Pat "el cartero" pero en mujer.
ResponderEliminarEl niño está precioso!!
Un besin grande!!
Pat el cartero es genial. Y sí, mi cartera sería una especia de "Patty" ;)
Eliminartienen una pinta estupenda.
ResponderEliminarY la pinta está a años luz de lo ricas que están :)
EliminarCreo que nunca he probado las rosquillas de San Isidro. Y mira que he ido muchas veces a Madrid pero nunca para estas fechas...
ResponderEliminarEstoy fascinada con tu cartera, qué maravilla eso de pasarse otra vez para que te ahorres el paseo. La nuestra ha decaído mucho, la verdad...
Besitos.
Pues ya sabes, un año tienes que planear un viajecito alrededor del 15 de mayo para probarlas.
EliminarEso o quedar conmigo asegurándote previamente de que mis padres han hecho lo que sin duda ya sólo puedo llamar su tradicional envío ;)
Dale un abrazo a tu cartera de parte de tus lectores. Y deja a Héctor que desarrolle su madrileñismo a su ritmo, que ya saldrá.
ResponderEliminarJajaja... sí, sí, aquí no le imponemos nada. Además en casa siempre el ambiente es más British que otra cosa :)
EliminarAy, he tocado una cosa de mis fotos y veo que no sale mi cara en los comentarios. Voy a probar ahora a ver si lo he arreglado...
ResponderEliminar¡Uy qué raro! Pero sí, ahora veo tu foto :)
EliminarQUe pinta tienen esas rosquillas. Y el niño es para comérselo
ResponderEliminarBesos
Emma
Sí, comestible todo ello :D
Eliminar