Presento al mundo...

Mi primera tortilla de patatas:


Hablando con propiedad sería la segunda, pero como pertenece a mi primera tanda en toda mi vida pues la llamo así. La primera-primera ha quedado algo más tostada (¡no quemada!) porque se han juntado dos factores de riesgo: el fuego más fuerte de lo debido y la espera demasiado larga (ay, esa indecisión...) a darle la vuelta con la ayuda de mi flamante vuelve-tortillas (o como se llame) adquirido esta misma mañana en el chinopijo*.

Lo mejor de todo es que pese a mis dudas de cómo saldría el experimento me he quedado contenta y podría haber seguido haciendo más tortillas. Es divertido. En serio, ha sido casi igual de emocionante que si me hubiera ido a hacer puenting o algo.

Ahora por supuesto queda la prueba del sabor, que será dentro de un rato. A ver si la pinta no engaña...

Y tenía pensado hablar de dos libros, pero lo dejo para mañana, que ahora no pega y además sólo pienso en tortillas.

* El chinopijo es una tienda que tenemos enfrente y que obviamente no se llama así. Es del estilo de las de los chinos pero es de la tierra, con cosas menos exóticas (como vuelve-tortillas), bastante prácticas, y, sobre todo, muy barato. De ahí ya me he abastecido de perchas, funda para el planchero, fundas para CDs, plumero y un largo etcétera de productos.