Si ayer hablaba de Jane Austen hoy toca hablar un poco de las Brontë. Aunque en realidad es de las Chicas Gilmore. Ayer, viendo los capítulos del viernes (los pasan - o pasaban, porque esta semana no están anunciados - por La 2), nos encontramos con la imagen de la foto. Sí, Rory tiene un enorme poster de una Charlotte Brontë idealizada en su dormitorio de la universidad. Hubiera sido mejor de ser el verdadero retrato, pero bueno, tampoco me quejo.
Me acuerdo de que en uno de los primeros episodios de las Gilmore que vi mencionaban a las Brontë, y que Rory tenía una foto de Emily Dickinson (poetisa que me encanta) en su taquilla del instituto. Así da gusto ver una serie.
Y siguiendo con la literatura. Ya me terminé I Capture the Castle y debo decir que me pasó justo lo contrario que con La Joven Jane Austen. A pesar de todas las cosas buenísimas que había leído sobre el libro en cuestión resultó ser mejor aun de lo que esperaba, y no era poco. Muy, muy recomendable. Ahora me queda por ver la película, pero aún me queda un poco para conseguirla.
Ahora estoy con otra de mis escritoras preferidas: Helen Dunmore y una de sus colecciones de relatos cortos. De Helen Dunmore recomendaría un montón de libros pero si tengo que elegir uno me quedo con el que leí tan sólo hace unos meses (y que no está traducido al español): The Siege. Un libro impresionante sobre el primer año (1941) Sitio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. Es de esos libros que se te quedan en la cabeza y de repente en cualquier momento y sin saber muy bien por qué te encuentras pensando otra vez en ellos y sus personajes.
También me ha gustado mucho el artículo de Javier Marías de hoy.
El siguiente peldaño se sube casi sin querer, y así tenemos un país lleno de jovencitas vulgares que intentan ser supermodelos; de personas incapaces hasta de entonar, empeñadas en ser cantantes; de individuos que no saben lenguas -ni siquiera la propia-, dedicados a traducir; de cuasianalfabetos escribiendo libros; de inexpresivos aspirando a ser actores; de incompetentes convertidos en ministros, consejeros autonómicos o alcaldes; de sinvergüenzas ejerciendo de jueces; de seres inarticulados haciendo de locutores; de alfeñiques decididos a ser jugadores de rugby.
Y tanto hablar de cosas que me gustan me ha hecho empezar a tararear My Favourite Things de Sonrisas y Lágrimas.
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