jueves, 19 de junio de 2008

Is There Anything You Want? de Margaret Forster

Me tengo que controlar un poco con Margaret Forster, porque si no lo hiciera me leería y releería constantemente todos los libros que tengo suyos (y son unos cuantos aunque no todos), con una única excepción*.

Por suerte la excepción no es Is There Anything You Want?, que me ha encantado y es típico, aunque no repetitivo, de Margaret Forster.

Lo que más me gusta de Margaret Forster es que cuenta historias normalitas, de esas que lees en un libro, pero también podrías estar oyendo contar en el autobús. No hay grandes finales ni historias elaboradas y poco creíbles: los libros de Margaret Forster son historias reales como la vida misma. Y sin embargo el estilo de Margaret Forster engancha como si estuvieras leyendo Agatha Christie. Y el engranaje de esta novela es una maquinaria complicadísima, con historias que se cruzan, historias que quizá se cruzaron y cosas dejadas a la interpretación del lector. Pero el resultado final, pese al trabajo que hay detrás, es sencillo y bien engrasado.

En este caso, Margaret Forster cuenta un breve episodio en las vidas de varias mujeres y un par de hombres todos unidos por la enfermedad desde una u otra perspectiva: algunos porque han pasado por ella, otros porque la tienen en casa y no saben cómo vivir con ella, otros porque trabajan o son voluntarios en una clínica... Todos intentando seguir adelante lo mejor posible. Y así van pasando los días en un pequeño pueblo donde casi todos se conocen desde siempre y saben de qué pie cojean los demás.

La perspectiva no siempre es la misma. Tan pronto seguimos la historia como la vive un personaje u otro, y por eso hay muchos cabos que al final quedan sueltos. Porque como decía antes, esto no es más que un episodio, una breve imagen en movimiento que cogemos ya empezada y nos vemos obligados a dejar sin terminar. Se dan pistas, pero al final, como en una verdadera conversación escuchada a hurtadillas en el autobús, la historia se queda a medias y te quedas intrigada en el autobús cuando ves que quien cuenta la historia se baja antes que tú. No hay final feliz ni final triste. Sólo hay un punto en que las letras terminan y no hay más que leer. Conclusiones hay todas las que uno quiera y más, eso sí.

Y yo espero subirme al autobús con Margaret Forster muchas más veces y poner la antena para oír muchas más historias como esta.

* La excepción es Have the Men Had Enough? que para horror mío es la única novela traducida de Margaret Forster. Y no entiendo por qué decidieron traducir esa ni por qué no han traducido más. Sí, son novelas muy inglesas, con su té y sus moquetas y sus jardines y sus barrios residenciales, pero las historias son de las más universales que he leído por el hecho de ser siempre tan cotidianas.

2 comentarios:

  1. Jolín, qué decepción leer la nota explicativa... yo que quería investigar cuántos libros traducidos teníamos de esta autora en la biblio... tengo demasiado curro para leérmelos en inglés...

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  2. Pues vaya, siento habértelo chafado...

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