Ayer, de camino a casa, le señalé a Manuel, toda sorprendida y aún sin tener muy claro en el día que vivo, un puesto de petardos en mitad de la calle, con oferta 4x3, nada menos. Me hizo gracia por el puesto en sí, que era como salido de Cuéntame, y por el hecho de que fuera un puesto únicamente destinado a vender petardos. Manuel ni se inmutó y no terminaba de entender qué gracia le veía. Fue en momento de diversidad cultural: aquí San Juan es mucho San Juan pero para mí nunca ha sido nada del otro mundo.
Y vengo comprobando que la temporada de petardos ha comenzado de verdad. Y lo que nos espera hasta el 24 (y quién sabe si más allá).
Por suerte San Juan no sólo va de petardos: cuando he ido a comprar hoy he visto que ya venden un montón de cocas de San Juan. Por el momento me he autoconvencido para no comprarla aún con una sesión interna de lógica en plan "ah, muy bien, así que es muy pronto para los petardos y no para la coca, ¿eh, eh?"
También he descubierto que en mi "supermercado habitual" han dejado de tener (y no van a traer más, que hasta lo he preguntado) mi agua favorita. Ya tardaban en retirarla viéndome comprarla tanto. Story of my life, que se diría en inglés.
Así que ayer tuve que tomar la decisión de si seguir durmiendo con pijama de invierno o sacar ya el de verano y esta semana tendré que decidir a qué agua me cambio. Mi vida está llena de decisiones drásticas.
sábado, 7 de junio de 2008
Petardos
Publicado por Cristina en 18:08
Etiquetas Barcelona, Cosas de casa
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Pues el agua que uno toma es muy importante. No son todas iguales y si dejaran de vender mi agua acabaría planteándome el desplazamiento a otro súper... Sobre los petardos, a nosotros los bibliotecarios nos hace mucha gracia cuando llega San Juan, sí, es muy divertido cuando los niños y sobretodo los niñatos los tiran contra las ventanas...
ResponderEliminarHace un rato, después de escribir la entrada, he decidido que antes de decidir cambiar de agua me daré otra vuelta por otras tiendas a ver si ellos sí que la siguen trayendo. Y si no, pues tocará cambiar.
ResponderEliminarMenuda juerga que tenéis también por San Juan. Creía que lo de no estar del todo contenta con el jueguecito de los petardos era cosa mía por no ser de la tierra. Nosotros tenemos una zanja cerca y hace un rato la diversión era tirar ahí los petardos...
Que te sea leve.
Jeje, pues imagínate Valencia en fallas. Hay quien se queda encerrado en casa durante el mes de marzo por culpa de los petardos.
ResponderEliminar¿Encerrado en casa? Lo que hay que hacer es huir muy, muy lejos. Yo me lo empiezo a plantear...
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