Efectivamente la coca no ha llegado a esta noche. Hace un rato para desayunar - como mañana es fiesta mucha gente tiene puente - nos hemos repartido los últimos pedacitos. Estaba tan deliciosa que me voy a dejar de improvisaciones y voy a ir a la misma pastelería a por otra coca igual.
Anoche, entre el calor, los niños que están de vacaciones, San Juan que estaba muy cerca y la victoria de España tuvimos un ensayo general en cuestión de petardos de lo que será esta noche. Yo me conformo si alguien me promete que después de esta noche los puestos de petardos cierran de inmediato y no tengo que darme más sustos.
Otra asociación inevitable: San Juan y Nada, de Carmen Laforet:
Me asomé a la ventana de Angustias, en camisón. Vi el cielo enrojecido en varios puntos por el resplandor de las llamas. La misma calle de Aribau ardió en gritos durante mucho tiempo pues se encendieron dos o tres hogueras en distintos cruces con otras calles. Un rato después, los muchachos saltaron sobre las brasas, con los ojos inyectados por el calor, las chispas y la magia clara del fuego, para oír el nombre de su amada gritado por las cenizas. Luego el griterío se se fue acabando. La gente se dispersaba hacia las verbenas. La calle de Aribau se quedó vibrante, enardecida aún y silenciosa. Se oían cohetes lejanos y el cielo sobre las casas estaba herido por regueros luminosos. Yo recordé las canciones campesinas de la noche de San Juan, la noche buena para enamorarse cogiendo el trébol de los campos caldeados.
La palabra en catalán del día es, por supuesto, revetlla (de Sant Joan), que no es otra cosa que verbena (de San Juan). ¡Feliz noche!
No hay comentarios:
Publicar un comentario