Aprovecho (de refilón) para escribir esta entrada que hoy es el día triste en que Virginia Woolf, en 1941, dejó dos sobres azules en su casa, se fue camino del río y, antes de tirarse a él, se metió una gran piedra en el bolsillo y soltó su bastón, que más tarde encontraría su marido, Leonard Woolf, y que fue la única pista sobre su paradero aproximado hasta que tres semanas después hallaron su cadáver.
Además hace poco di con dos de los cinco volúmenes de sus diarios en una librería. Me llevé una sorpresa porque los creía descatalogados e imposibles de encontrar por aquí y menos a un precio tan asequible. A mí lo de tener las cosas a medias no me gusta, y menos ahora que sé que se pueden conseguir, así que se supone que cuando reciban los tres primeros me avisarán.
Pero no ha sido ese mi único hallazgo reciente relacionado con Virginia Woolf. El otro día, cuando hablé de nuestras andanzas turísticas, comenté que había encontrado un par de cosas con las que estaba encantada. Los hallazgos se ven en las fotos. Contra la voluntad de mi padre, que para evitar la tentación de comprar más cosas en tiendas de regalos decidía rehuirlas por completo, entramos en la tienda Laie del Caixaforum. Y claro, salimos muy mal parados (pero cargados también).
Yo estaba de lo más satisfecha con mi - sorprendentemente barata para este tipo de cosas - Virginia Woolf (de la colección Oddfellows) y ya a punto de pagar (cuando consiguera dejar de pulular por esa tienda, cosa no tan fácil porque todo es chulísimo) cuando recordé que antes tenían algunos finger puppets (como el mío de Jane Austen) y que quizá tuvieran el de Virginia Woolf. Me acercaba a la mesita correspondiente cuando vi la famosa (sí, sí, famosa) action figure de Jane Austen. O sea, un muñequito articulado de los de toda la vida (o como un Action Man) pero de Jane Austen. Miré el precio, suponiendo de que esa sería la clave para dejarla en su sitio y me volvió a sorprender que fuera más barata de lo que imaginaba. Y de nuevo no podía dejarla ahí. Es que es monísima, acompañada con su librito de Orgullo y prejuicio y su pluma y su escritorio.
Así que estoy encantada con mis juguetitos literarios que no esperaba encontrar. Lo único que siento es que hasta se atrevan a hacer este tipo de cosas con Virginia Woolf (que parece que impone mucho) y sin embargo nadie se decida a sacarles jugo a las Brontë. Con lo bien que nos lo pasaríamos con unos cuantos juguetitos Brontë de este tipo.
viernes, 28 de marzo de 2008
Muñecos literarios
Publicado por Cristina en 10:29
Etiquetas Álbum de fotos, Cosas de casa, Libros
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Eres toda una friki literaria!! Con muñequitos y todo...
ResponderEliminarBueno, que mañana me voy muuuuuuuuuy temprano. Pero mucho. Y vuelvo el martes tarde, asi que me pasare por aqui el miercoles o el jueves para contarte que tal. Un beso.
Me ha gustado lo de friki literaria.
ResponderEliminarDe París no digo nada, porque lo leerás a la vuelta y tendrá poco sentido. Ya te hice mis "recomendaciones" por sms además.