Mi primer libro de Barbara Pym ha sido Excellent Women. Comprado, sí, por ser de Barbara Pym, pero también por su - no me canso de decirlo ni de mirarla - bonita portada.
Ayer Manuel me decía que sólo leo autoras inglesas (no clásicas) no traducidas, que debe de ser una especie de decisión tomada por mi subconsciente. Yo respondía que esta novela la publicó allá por 1985 Anagrama como Mujeres excelentes y que yo no tengo la culpa de que las editoriales españolas no tengan mi buen gusto (ejem).
En el caso de Barbara Pym la culpa no la tienen sólo las editoriales españolas; las inglesas son responsables en gran medida de que Barbara Pym sea deconocida por el gran público. Excellent Women fue su segundo libro, publicado en 1952. Después escribió unos cuantos más hasta que, en 1963, cuando le entregó a la editorial Jonathan Cape su nuevo libro se lo rechazaron. Ella interpretó que su estilo y sus historias se consideraban anticuados en la época de los hippies y se mantuvo al margen, sin escribir ni hacer más intentos, hasta que, por casualidad, Philip Larkin y David Cecil hablaban de ella en el mismo suplemento literario de The Times en 1977, diciendo que era una de las autoras más infravaloradas del siglo. Y entonces todo el mundo quiso reivindicarla y subirse al carro. Ella empezó a publicar de nuevo hasta que murió en 1980.
Conocerla en mi caso también ha sido por varias casualidades. Algunas de sus entradas de diario aparecen en el libro de diarios que leo religiosamente todas las noches, pero también este año he visto muchas menciones suyas en internet y también se la mencionaba en Singled Out como una solterona típica.
Y lo mejor de todo es que Excellent Women me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Es una novela de esas en que no pasa gran cosa (o todo lo que pasa es muy sutil), en la que quizá los detalles y los pequeños comentarios generales de cosas que siguen siendo igual de válidas en la Inglaterra de la posguerra y en el mundo de hoy son más importantes que el argumento.
Mildred Lathbury es una mujer soltera de treintaypico años (también muy a lo Singled Out) en la Inglaterra de posguerra donde las cartillas de racionamiento y las iglesias bombardeadas aún están a la orden del día. Mildred vive en una casa de cuarto de baño compartido y lleva una existencia tranquila y modesta, muy apegada a la iglesia, en cuya vida de repente empiezan a cambiar muchas cosas. Ella es una de esas "mujeres excelentes" (dicho no sin un poco de sorna por los hombres) que siempre están ahí y saben cómo resolver las cosas. Mildred se encuentra metida de lleno en los asuntos turbios de sus nuevos vecinos y los problemas amorosos del cura de su parroquia. Y mientras la pobre intenta resolverlos nos deja comentarios que van desde el té (el té abunda en este libro y siempre con comentarios que, a quien le guste el té, sabrá apreciar), hasta fregar los platos, pasando por la compra de "comida poco interesante" o la mejor opción de libro para dormir.
Como dice Alexander McCall Smith en la introducción, Barbara Pym comparte muchas cosas con Jane Austen, pero sobre todo el hecho de que ambas trabajan - en palabras de Jane Austen - sobre un pequeño cuadrado de marfil. Hacen de lo cotidiano, lo pequeño, historias muy grandes y universales.
Excellent Women, pese a la pila de libros acumulados, es de esos libros que te dejan un poco bloqueada al terminarlos. Nada que leas continuará con la historia que hubieras seguido leyendo durante muchas más páginas.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Excellent Women (Mujeres excelentes), de Barbara Pym
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Aun y el bloqueo final anunciado, me lo apunto y lo leeré porque he encontrado una biblio en bcn donde lo puedo coger en préstamo! :P
ResponderEliminarNo lo he encontrado en español...y eso que lo he buscado con ganas!! Me temo que tendré que hacer un esfuerzo grande (para mí lo es) y leerlo en inglés. Ya que por lo que cuentas, tiene que estar muy bien, y creo que me puede gustar.
ResponderEliminar¿Encontraste el de 84 Charing Cross Road en la misma editorial?
Iris: qué bien, pues ya contarás qué te parece.
ResponderEliminarMaría: Igual puedes hacer como Iris y buscarlo en alguna biblioteca. O si no quizá de segunda mano. Yo de verdad creo que te gustaría.
No lo encontré, pero tengo que reconocer que tampoco he buscado muy, muy a fondo. Pero el otro día en Pasajes no estaba.
Otro libro que me tienta después de leer tu reseña. De momento lo pongo en mi "wish list" de Amazon, porque yo no devoro los libros a la misma velocidad que tú! :)
ResponderEliminarQué va, ojalá yo leyera rápido, pero soy bastante lentita, creo yo. Veo en internet que hay gente que lee como el triple de rápido y, lo que es más importante, luego se le queda más grabado lo que lee.
ResponderEliminarEn fin, si lo lees ya me dirás :)
Si te gustó éste, creo que disfrutarás muchísimo (muchísimo) de "A glass of blessings".
ResponderEliminarAcabo de reseñarlo en mi blog
http://comounametafora.blogspot.com
Saludos
Gracias por la recomendación, creo que lo tuve en la mano en Nueva York y lo dejé porque ya llevaba unos cuantos acumulados en esa tienda.
ResponderEliminarMe apunto tu blog, aunque creo que ya lo apunté otra vez en la lista de blogs de la izquierda pero veo que Blogger pasó de mí.
Claro que Blogger pasó de mí, porque la lista de blogs está a la derecha :P
ResponderEliminarPodéis encontrar la versión castellana de Mujeres Excelentes en librerías de segunda mano. Os recomiendo la página web iberlibro.com. Un saludo cordial
ResponderEliminarMi querida Cristina...me ha encantado el libro...lo he disfrutado muchísimo, y hasta me daba pena terminarlo. Pero lo bueno de acabarlo, es que sabes que hay más Pym esperándote. Un abrazo grande!!
ResponderEliminar¡Cuánto me alegro! La verdad es que sabiendo que lo tenías, estaba deseando que lo leyeras a ver qué te parecía.
EliminarHola Cristina,
ResponderEliminarEste libro lo saqué de la biblioteca por tu recomendación y disfruté un montón con la vida, sencilla pero llena de detalles, del personaje. No pasaba gran cosa, es verdad, pero por la forma de contar su día a día me daban ganas de ir con ella a las reuniones de la iglesia y comer pan con mantequilla. Me pareció una mujer excelente pero sin sarcasmo, en serio. Seguí con los hombres de Wilmet pero ya no me gustó tanto. Oye, ¿no vas a seguir con el blog? ¿Qué ha pasado? me voy metiendo de vez en cuando a ver si has escrito algo nuevo y ... chasco, no hay nada...
Cristina