Hay mañanas en que uno no debería salir de la cama.
Porque después de levantarte, te quieres hacer un té, pero se acaba el azúcar del azucarero y, al ir a rellenarlo, te equivocas y echas todo el azúcar en la taza.
jueves, 9 de octubre de 2008
Pequeño gran desastre matutino
Publicado por Cristina en 9:34
Etiquetas Cosas de casa, Tés
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Cuánto lo siento!! No sabes cómo te entiendo...De todos modos, sabes que el día acaba de comenza...y que te esperan experiencias nuevas que vivir...y quizá aventuras...qué tengas un día mejor de cómo lo has empeza. Un beso,
ResponderEliminarAh, no te preocupes, si a mí con estas cosas me da por reírme de mí misma :)
ResponderEliminarJejeje! Si es que no estas a lo que tienes que estar... Lo soñe o vais a venir a Madrid??
ResponderEliminarEsas cosas pasan :) Recuerdo alguna que otra vez en que he dejado un vaso vacío dentro de la nevera y la botella o el refresco fuera.
ResponderEliminarxDDD
ResponderEliminarB: Luego te mando un sms y te pongo al día.
ResponderEliminarCecilia: lo tuyo al menos tenía remedio. Yo en verano metí un helado recién abierto en el frigorífico en vez de en el congelador y, claro, al día siguiente estaba incomible.
Begoo: qué mala :P