martes, 14 de octubre de 2008

The Idle Thoughts of an Idle Fellow, de Jerome K. Jerome

Hace poco más de un año que descubrí The Idle Thoughts of an Idle Fellow, de Jerome K. Jerome (disponible en e-text en inglés). Poco después alguien fue a Londres y se lo encargué y ahora por fin lo he leído.

Lo primero que me llamó la atención del libro fue la portada (y es que, ya lo he dicho alguna vez, las portadas de Hesperus son siempre una maravilla) pero las buenas críticas (y eso que el libro se publicó por primera vez en 1886) ayudaron. Y no me ha defraudado, como no me suelen defraudar las buenas portadas (de las buenas críticas mejor no hablar a veces).

Como dice el título, el libro es una recopilación de los "pensamientos ociosos de un hombre ocioso". Y Jerome K. Jerome (más conocido por su Three Men in a Boat) piensa sobre todo: desde la ropa a la comida y la bebida, pasando por los apartamentos amueblados y los bebés. La mayoría muy divertidos, siempre con el estilo un tanto barroco de la época victoriana que le da el toque inglés elegante de, como él mismo deja ver, el verdadero gentleman de traje, bastón y sombrero de la época.

Por lo demás, todo es de lo más inglés, típico y tópico de su época, pero con mucho encanto. Las descripciones de la ropa, de los pisos, del estilo de vida son auténticas pero siempre contadas con un toque de humor.

En el ensayo sobre el estar ocioso comprobé que Jerome K. Jerome y yo somos espíritus afines. Afirma, con toda la razón, que el no hacer nada cuando no se tiene nada que hacer tiene poca gracia. Es cuando uno está de trabajo hasta arriba, cuando hay mil cosas que hacer cuando el no hacer nada, el vaguear, se disfruta más. Siempre pasa, por ejemplo, y esto es de mi cosecha, no de la de Jerome K. Jerome por razones obvias, que cuando tienes un rato y te decides a "ver qué hay por internet", no suele cuajar nada, vas de un enlace a otro, buscas esto y lo otro, pero nada engancha. Sin embargo, cuando estás ocupado, haces un hueco para mirar algo puntual, de repente hay mil enlaces que te atrapan y te llevan de un sitio a otro y para cuando te quieres dar cuenta has "perdido" una hora (o más). Y, desde luego, la forma ideal de leer este libro es, sin lugar a dudas, la de la foto.

Ahora me quedo con ganas de leer la segunda parte, que también está en e-text, pero que se unirá sin remedio a todos los libros de dominio público que guardo y nunca leo porque leer en el ordenador se me hace imposible y aquí parece que los e-readers no terminan de cuajar, a ver si hay ás suerte con la nueva generación de ellos que viene.

Y me queda pendiente la réplica del libro que escribió Jenny Wren (también en e-text): Lazy Thoughts of a Lazy Girl. Hesperus lo publica, en teoría, a finales de este mes y la réplica no sólo es en el texto sino también en otra preciosa portada.

2 comentarios:

  1. Hola,

    Hace años leí Three me in a Boat, en castellano, y hace poco me lo compré en inglés, para releerlo y poder saborearlo mejor. Una delicia de lectura. Espero leer algún día la segunda parte. ¿Conoces a Saki? Otra maravilla del humor inglés postvictoriano.

    Un saludo,

    Cecilia

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  2. Yo el otro día tuve Three Men in a Boat en la mano y estuve muy tentada pero al final lo tuve que dejar porque ya llevaba unos cuantos. De todos modos este me ha gustado mucho así que ese y el de Three Men on the Bummel seguro que caen tarde o temprano.

    Sí que conozco a Saki y de hecho tengo una recopilación de relatos suyos. Pero, ufff, ya casi ni me acuerdo, lo compré/leí en parte hace siglos. Me gustaba, eso sí, así que quizá sea cosa de retomarlo.

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