martes, 13 de abril de 2010

Noches de viernes

Hasta hace un momento no me he dado cuenta de que en Londres tuvimos una noche de viernes casi habitual, con la excepción de estar encajados en un asiento diminuto y de ser en directo. Pero por lo demás, Oliver era una adaptación literaria digna de incluirse en el ciclo de Noches de viernes.

Además nuestras noches de viernes habituales también suelen incluir helado comprado en la superfrutería (los viernes es cuando vamos a comprar las frutas y verduras para la semana y nos traemos unas pequeñas tarrinitas para acompañar la sesión de cine; aún no hemos retomado la temporada del helado casero), así que hasta en eso Oliver siguió la tradición.

Y es que lo de tomar helado en los descansos del teatro inglés es una tradición chocante la primera vez pero a la que es muy fácil volverse asiduo. A veces son Häagen-Dazs pero en la mayoría de las ocasiones suelen ser pequeñas marcas, inglesas, supongo, o al menos no conocidas en España. Me guardé la tapita de mi helado de Oliver y la pongo escaneada aquí ahora porque aparte de parecerme monísima ya de por sí, tiene toda la pinta de estar hecha exclusivamente para el descanso del teatro, lo cual me parece adorable y también dice mucho de lo arraigada que está la tradición, que no me importaría saber cuándo y cómo comenzó.

Que haya gente vendiendo heladitos en la sala no quiere decir que fuera no haya también un servicio de bar igual que aquí (donde la gente suele tomarse una cerveza o un vino), pero lo de los helados es mucho más cómodo. Hay que esperar mucha menos cola, es menos engorroso, no hay que engullirlo pensando que la obra va a empezar enseguida (de hecho yo, que soy muy lenta comiendo helado, siempre suelo empezar la segunda parte con la tarrina en la mano aún) y es bastante más económico (aunque no gratis, como preguntaba LittleEmily).

Todo este canto a la tradición inglesa del helado en el descanso es porque aparte de gustarme ya de por sí, contrasta con lo snobs que podemos llegar a ser aquí. El viernes pasado fuimos a un concierto al Auditori (Bandas sonoras de Shostakóvich) y el concierto estuvo muy bien pero la media parte, con Londres tan reciente, nos dejó un poco sin saber qué hacer. Mientras que alguna gente hacía cola para hacerse con su copa de cava y sus pulguitas a precios exorbitantes, el resto de los pobres mortales que no queríamos dejar un riñón como forma de pago por algo que ni tan siquiera nos apetecía no teníamos nada para picar. Efectivamente, no nos morimos de hambre ni era una necesidad básica y no pretendo quejarme, mi intención sólo es llamar la atención sobre el hecho de que tenemos una actitud más snob hacia la cultura, eso es todo. La cultura como equivalente al cava en lugar de como equivalente a una tarrinita de helado. Inglaterra es el país de las clases sociales y sin embargo - o quizá precisamente por eso - siempre me da la impresión de que la cultura está más a pie de calle.

Yendo más atrás en el tiempo, los tres viernes anteriores a ir a Londres, los pasamos viendo Red Riding, una serie del Channel 4 británico sobre investigaciones policiales, corrupción, etc. dividida en tres años, un año por capítulo, y basada en la saga de libros Red Riding Quartet de David Peace (la existencia de los libros nos vino bien para colarla como Noche de viernes, pero no sabíamos nada de ellos). Si no le dedico una entrada a la serie como suelo hacer es porque el viernes del primer capítulo (1974) me quedé dormida hacia el final, el viernes del segundo capítulo (1980) me quedé dormida hacia la mitad y el viernes del tercer capítulo (1983) ya no me esforcé en no dormir porque total ya no me iba a enterar de nada. Pero por lo que vi y por lo que dijo Manuel, que sí que la vio, estaba bien, era buena.

9 comentarios:

  1. Sí que es bonita la tapa!!! Muy adecuada para un teatro! Parece un corral de comedias, verdad?

    ResponderEliminar
  2. Hola, parece el GLobe.Tienes razón, se tiene una actitud de nuevo rico, supongo que en unos años ya se nos notara menos... aunque siempre habra de todo claro.;)
    Angeles

    ResponderEliminar
  3. "Inglaterra es el país de las clases sociales y sin embargo - o quizá precisamente por eso - siempre me da la impresión de que la cultura está más a pie de calle." Pues es cierto. Interesante. :-)

    Monísimo el envase del helado.

    ResponderEliminar
  4. Al teatro de aquí hay que ir forrao y con gafas de pasta. Cuanto más te parezcas a Elcis Costello, mejor. Snobismo sobre snobismo...desde la cartelera al cáterig. y eso que mi santo trabaja en en TNC...pero es técnico y no cuenta.

    ResponderEliminar
  5. En Mayo cae un Häagen-Dazs! Es verdad que el dibujo parece el Globe jeje! Es una cucada!
    Es cierto eso que "la cultura está más a pie de calle" en Inglaterra, sólo hay que fijarse en la cantidad de librerias que hay y el precio barato de sus libros! Pero no es exclusivo de Inglaterra, es algo que comparten los países del norte de Europa, más desarrollados culturalmente que el nuestro. Aunque poco a poco vamos mejorando... no te parece?

    ResponderEliminar
  6. dios, lo de los libros (y la cantidad de librerias que hay en Londres) es de escándalo! la cantidad de libros de 2-3 libras que me he comprado en este viaje...

    ResponderEliminar
  7. Allí están más familiarizados con la cultura y cada clase social tiene la suya aunque haya diferencias entre ellas: nos llevan mucha ventaja. Por aquí cada vez hay más librerías pero nunca tendremos tantas de segunda mano como hay en Inglaterra. Además, en las librerías puedes encontrar todo tipo de géneros en bolsillo, no sólo los best-sellers.

    ¡Häagen-Dazs en mayo, sí!

    ResponderEliminar
  8. Mar: sí, algo por el estilo. A mí como han dicho después de tu comentario, me recuerda más a un teatro de la época de Shakespeare.

    Gatesca Pantomima: ¿verdad? Bueno, ya sólo el nombre del helado es una declaración de intenciones ;)

    Ángeles: sí, aquí parece que sigue habiendo (al menos en algunos casos) un factor de ostentación, o esa impresión me da a mí. Claro que tampoco me olvido de aquellos del bocata envuelto en papel de plata que vimos en el Liceo :D

    Elvira: es difícil de explicar, porque los niñatos ingleses luego invaden Salou y parece que lo que yo escribo de la cultura allí es tomar el pelo. Pero es una sensación que te queda.

    Samedimanche: síp, totalmente de acuerdo. A mí todo me recuerda a la aproximación a la cultura del suplemento de El País Babelia, que me desespera porque para mí no es tanto un suplemento sobre cultura como sobre gente que presume de lo culta que es y las rarezas que conoce. (Con alguna excepción puntual).

    Interesante el trabajo de tu santo, ¿no? :)

    Guacimara: bueno, ya digo que Häagen-Dazs no es la marca más habitual, la mayoría son desconocidas aquí, pero muy ricas. Ya veréis qué bien os sienta :)

    Tienes toda la razón, sólo hay que ver esos macroconciertos gratuitos de música clásica que organizan por los países del norte donde la gente se lleva mantas y picnics y pasa un buen rato y hay un montón de gente joven. Y sobre los libros en el Reino Unido: allí no es que tengan IVA reducido o cosas así (ahora que andamos a vueltas con que los libros electrónicos no tendrán IVA reducido, grrrr), es que directamente NO tienen impuestos. Para mí eso es una actitud que lo dice todo acerca de la cultura literaria en el Reino Unido.

    LittleEmily: bueno, es que lo de las librerías de segunda mano en Inglaterra es impresionante. Las que hay aquí son de otra forma, ¿verdad?

    ResponderEliminar