Lo he dicho en más de una ocasión, pero me repatea la gente para la que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Puede que refriéndose a algún aspecto concreto antes se viviera mejor, pero en general me cuesta creerlo y lo el aspecto positivo creo que llevaría como contrapartida muchos negativos.
Una cosa es ser nostálgico o disfrutar leyendo sobre el pasado. Quién soy yo para criticar eso cuando mi imaginación parece varada permanentemente en la Inglaterra victoriana o de la primera mitad del siglo XX. Pero de ahí a desear haber vivido en aquellos tiempos hay un trecho y la (falsa) nostalgia no me da para tanto. No niego que viajaría con gusto - y con billete de vuelta garantizado - al pasado para conocer cómo era todo de primera mano, pero si existe el riego de que el billete de vuelta se pierda por el camino, yo no me muevo de aquí.
Adoro series como Upstairs, Downstairs (la serie original, la actual ni frío ni calor) o Downton Abbey, pero hay que verlas sabiendo que juzgar cómo se vive en una época determinada según ellas es como, qué sé yo, valorar cómo se vive en la actualidad viendo Mujeres ricas. Y luego la gente de "cualquier tiempo pasado fue mejor" las usa como ejemplos de todo lo bueno que se perdió. Por eso es de agradecer la existencia de libros como Below Stairs (En el piso de abajo) de Margaret Powell, publicado por primera vez en 1968.
Margaret Powell no se corta y cuenta su trayectoria de niña que ayudaba en la cocina a cocinera con pelos y señales y de primera mano. Con un toque de amargura también, eso es cierto, ¿pero quién no sentiría cierto resentimiento al recordar cómo le hacían planchar los cordones de las botas ajenas cada mañana? La horrorosa rutina de las criadas ya la conocía por The Victorian House, de Judith Flaners, pero recordarla siempre me espanta.
Un libro que se lee muy rápido, con mucha curiosidad y que sirve para quitar el tinte rosado de las gafas que reparten con ciertas series históricas. Creo que a partir de ahora voy a tener un ejemplar de sobra para regalarlo cada vez que alguien suspire con nostalgia al recordar el bonito pasado. Al entregar el libro intentaré, además, contenerme y no darle con él en la cabeza.
miércoles, 24 de abril de 2013
Below Stairs (En el piso de abajo), de Margaret Powell
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¿Sabes? Este fue uno de los regalos que recibí ayer.
ResponderEliminarTengo ganas de leerlo...sólo he leído la contraportada y algo sobre Margaret Powel...que por lo visto, llego a cumplir uno de sus sueños,...ser maestra a pesar de hacerlo algo mayor para el momento.
Soy de tiempos pasados, pero nunca he dicho que fueran mejores, ni peores...cada tiempo tiene sus ventajas y desventajas. Personalmente me alegro de vivir en el actual...y viajar a otros tiempos a través de los libros.
Libros y viajes del futuro me importa menos...¿curioso?
Un beso grande!!
¡Qué bien! Yo sólo oigo/leo cosas buenas de este libro ahora que lo han publicado. Espero que lo disfrutes y verás cómo te hace sentirte agradecida de vivir en estos tiempos.
EliminarA mí con los libros/películas futuristas me ocurre lo mismo que a ti. Y sí que es curioso, sí.
Estoy de acuerdo en tus comentarios sobre pasado y presente. Yo también me trasladaría a la época victoriana, sólo para hacer turismo temporal. Cuando yo veía "Arriba y abajo", jovencita como era, me fascinaba sobre todo la casa de los Bellamy, aún tengo muy grabado el recuerdo del salón, las madera, porcelanas, encajes... me fascinaba el escenario tanto como las historias y personajes.
ResponderEliminarHubo también otra serie, que no sé si conocerás (seguro que sí, pero como aún no me he leído tooodo el blog ignoro si has mencionado alguna vez) "Matrimonio de sabuesos", basada en una pareja de detectives de Agatha Christie y protagonizada por Francesca Annis, en la que la ambientación y sobre todo el fantástico vestuario de los años 20 era una verdadera maravilla.
Muy sugerente el libro de Margaret Powel, va a mi lista de libros en busca y captura.
Ay, pido perdón por algunos errores gramaticales y de sintaxis, que he publicado sin corregir, jeje...
EliminarBueno, mujer, yo en las entradas y, sobre todo, en los comentarios tengo muchas erratas, pero yo os agradezco el tiempo que os tomáis para comentar así que nada de disculparse.
EliminarY no conocía esa serie que mencionas. Tomo nota que me parece muy curiosa.
Pintazaaaa! Este va a mi lista de futuribles! Besos
ResponderEliminarY este no lo tienes que rebuscar, que recién publicado seguro que lo encuentras con toda facilidad ;) Esta vez te lo he puesto fácil.
EliminarCristina totalmente de acuerdo con tu reflexión. Yo me dedico a la investigación en Historia Social del siglo XIX. Y creeme que no trabajo en la magnificencia de un pasado perfecto y entrañable. Me muevo entre la miseria más absoluta de más de la mitad de la población, entre la ignorancia, la brutalidad (que cada vez que salgo de los Archivos de la Policía, salgo con mal cuerpo) y la total falta de derechos civiles.
ResponderEliminarDebemos tener cuidado; muchas de las novelas que leemos narran la existencia de las clases privilegiadas; SOLO de los privilegiados y el entorno en el que se mueven. Desgraciadamente, "los Miserables" no han sido, ni son, un tema atractivo para los lectores. Por eso me encanta que se lean libros como este. Amemos la Historia en su totalidad, con sus luces y sus sombras :)
Me lo apunto enseguida porque no lo conocía y me ha encantado. Un beso y gracias por la aportación.
Interesantísimo tu campo de investigación. ¿Conoces The Victorian House de Judith Flanders? Seguramente todo lo que cuenta ya lo tienes sabido de sobra, pero aun así es un libro muy curioso por cómo está estructurado, etc.
EliminarTotalmente de acuerdo en lo que comentas acerca de que sabemos más de las clases altas, pero en The Victorian House, por ejemplo, dice que salvo en caso de ricachones muy ricachones incluso la señora de la casa trabajaba en casa y demás y, aunque infinitamente mejor que la vida de las criadas que trabajaban para ella, su vida no era tan envidiable como creemos (y aunque fueran ricachones no tenían antibióticos ni vacunas y sí pinturas tóxicas, etc.).
Lo bueno de este libro es que, aunque series como Downton Abbey tratan de reflejar la vida de los criados, y ya así parece dura, te hace ver que era aun peor y mucho más dura de lo que nos pintan ahora.
Jajajaja! Genial el colofón de tu entrada! :)
ResponderEliminarYo soy de las que estoy muy a gusto con la época que nos ha tocado vivir. Y más siendo mujer. Además de los adelantos y ayudas tecnológicas en el hogar, ahora podemos dedicarnos a nuestro oficio, vivir de él, no depender económicamente ni del padre, hermano o marido, y sobretodo, ser libres de hacer y decidir por nosotras mismas!
Besos.
(PD: por supuesto el libro ha pasado a mi wishlist)
¿Verdad? Yo es que creo que los nostálgicos no se dan cuenta de todo lo que tenemos. Es la única explicación que se me ocurre.
Eliminar¡Totalmente de acuerdo! Quien quiere vivir en otras épocas no se apuntaría si supiese todo el trabajo que tenían que hacer, las libertades y derechos que ahora invocamos como si existieran desde siempre no han estado ahí siempre, una gripe te podía matar, etc., etc.
ResponderEliminarPor cierto, ya no puedo con Downton Abbey, lo siento pero no puedo más. Sabe mal pero es así. Ya con la segunda temporada me pregunté como podía seguir con ella pero ahora, a mitad de la tercera, llegué a la conclusión de que era mejor dejarlo. Upstairs, downstairs era mi serie favorita de adolescente y claro, parece que sea incapaz de separar lo mucho que me gustó de cualquier otra en que se mezclen señores y criados.
¿Has abandonado Downton Abbey? Si esa noticia me la hubieras dado en persona el otro día habrías visto mi cara de incredulidad... Vale que ya no es como la primera temporada y que la segunda fue regular, pero nosotros encontramos la tercera bastante bien. Pero bueno, imagino que has rellenado el hueco con otras cosas que también merecen la pena así que no digo nada.
EliminarCompletamente de acuerdo.
ResponderEliminarUna siempre piensa en sí misma como la señora de la casa pero, desde luego, teníamos más posibilidades de pasarnos la vida subiendo el carbón y puliendo metales...
El libro me ha gustado bastante, breve y directo, y me ha hecho sonreir en numerosas ocasiones. Un gran acierto editorial de...ejem...Alba.
Claro, pero incluso la señora de la casa trabajaba y, como decía en un comentario anterior, no tenía antibióticos ni vacunas, etc.
EliminarMe alegra que te haya gustado ;)
Estos libros son un baño de humildad, se nos olvida con demasiada frecuencia de que incluso ahora somos muy afortunados de tener un grifo y que salga agua de el.
ResponderEliminarEl año pasado leí las memorias de la doncella personal de lady Astor y aunque no era muy crítico entre líneas dejaba ver bastante de lo que tu has explicado.
¡Sí! Es que hay muchas cosas que damos por hecho y que son relativamente modernas. Son tantas y tan "sencillas" que no nos damos cuenta.
EliminarCurioso el de la doncella de Lady Astor, ¿no?