Si en la ciudad se puede ir haciendo una lista de los museos visitados o coleccionarlos como cromos, el viernes añadí uno nuevo a mi colección: el Museo Picasso, aunque con un poco de trampa ya que sólo nos pasamos por la exposición temporal, Picasso davant Degas, y eso que como están de reformas con la entrada de la exposición temporal ahora te dejan también visitar las salas de la colección permanente que tienen abiertas al público (hay 4-5 cerradas).
La exposición es muy curiosa, un poco como la que vimos en Madrid de Turner y los maestros, pero en este caso sólo reflejando la influencia de Degas sobre Picasso, influencia que nunca habría imaginado por otra parte.
Debo reconocer que no soy una gran entusiasta ni de Picasso ni de Degas. A ninguno le quito mérito, no es eso, simplemente, si dejamos de lado los méritos técnicos y demás, no son el tipo de pintura que más me gusta, aunque el arte en teoría no deba tratarse en cuestión de gustos (pero en esto me pasa lo mismo que con la literatura: ya puede un autor estar reconocidísimo y ser considerado lo más de lo más que si no me dice algo a mí me da un poco igual). De Picasso, eso sí, por ejemplo, me impresiona el enorme Guernica, que en foto, sobre el papel, nunca me decía gran cosa hasta que al poco de que lo llevaran al Reina Sofía lo vi allí, gigantesco, y me impresionó. Todos los cuadros cambian mucho de verlos sobre el papel a verlos al natural, pero creo que ninguno tanto como el Guernica. Y de Degas, aunque sé, sobre todo después de ver la exposición, que no se dedicaba únicamente a pintar bailarinas, es imposible no asociarlo con ellas y es un tema que a mí me cansa un poco. Salvo en el caso de una de las estrellas de la exposición, claro, la bailarina que aparece en la foto (foto sacada de aquí) y que vimos en otra copia - creo - en el Museo de Orsay en París y ya me gustó mucho, no tanto por ser una bailarina como por tener el tutú y el lazo "de verdad" (eso sí, en la exposición ponía que la copia original de cera también tenía pelo de verdad; eso ya me da más repelús).
Y en general la exposición nos gustó, me parece muy curioso eso de contrastar obras y ver influencias que nunca habías pensado que verías.
Por otra parte, y como nunca había estado en el museo, me quedé impresionada por lo bonito de los interiores, sobre todo los techos de las salas. Paseando por allí me preguntaba qué habrían sido esos edificios antes y ahora he salido de dudas (dijimos que lo miraríamos al llegar a casa pero nos olvidamos) y he visto que son cinco palacios de los siglos XIII-XIV, reformados en el siglo XVIII.
Y, no podía ser de otra manera, pasamos por la tienda de regalos antes de salir. Antes habíamos hecho apuestas - ya todo un clásico - sobre el catálogo de la exposición, aunque no teníamos tampoco intención de comprarlo. Yo, vistos los precios desorbitados de los catálogos y mi espinita clavada por el de Lartigue, apostaba por casi 50 euros... al final resultó que esto de los catálogos es el mundo del precio aparentemente aleatorio porque resultó costar 30. No es una ganga en realidad, pero dado el precio del resto de las cosas de la tienda, debía de ser de las más baratas en proporción. Al final terminé comprando el tradicional lápiz de recuerdo para mi colección. Como había tantos para elegir mientras comparaba unos con otros (y también sus etiquetas) me dio tiempo a presenciar la escena de un niño que coge un portaminas de esos de mina gruesa y le pregunta a su padre qué es y el padre dice que no tiene ni idea (!!!). Menos mal que el niño a pesar de todo era más espabilado que el padre y a fuerza de darle vueltas averiguó que si apretaba arriba salía una mina por abajo. Hay gente que no sé de dónde sale, de verdad.
Y fin de la tarde cultural.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Picasso y Degas
Publicado por Cristina en 8:49
Etiquetas Barcelona, Exposiciones
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Tengo que pasarme por esa exposición. A mí del Picasso me gusta casi más el edificio que su contenido (aunque es verdad que hay algunas cosas de Picasso muy buenas, no acabo de ver por qué se forman esas colas enormes de turistas). En cuanto a museos de Barcelona que valen la pena, ¿conoces la Fundación Godia? Allí todo es exquisito, el contenido y el continente.
ResponderEliminar¡Quiero ir!!! Pues yo no he visto el Guernica al natural, y en reproducción no me gusta demasiado.
ResponderEliminarYo soy muy defensora de los gustos personales. Si a mí no me gusta Goya, pues nada, no me compro un libro de su arte. Eso no quiere decir que yo ande diciendo que es un mal pintor, claro.
Tienes razón Cristina, el Guernica es un cuadro impresionante al natural. En general cualquier cuadro, hasta que no lo ves al natural, no puedes saber qué sensaciones te transmitirá. Recuerdo que cuando fui al Reina Sofía entré cuando abrían y fui casi corriendo a la sala del Guernica para poder encontrarme a solas con él.
ResponderEliminarRespecto a lo de los gustos yo también soy de la opinión que a cada uno le gustará lo que le diga algo. El arte es sentimiento y si no te transmite nada, aunque otros digan que es muy bueno, no tiene porque gustarte, ni mucho menos.
Respecto a la exposición a mí me gustó mucho y vuelvo a recomendarla. Y un consejo por si alguien no lo sabe, si vais a ver solo la exposición temporal hay una taquilla exclusiva para ello, no vayais a la taquilla principal donde hay una cola enorme.
Siempre desisto a entrar por las colas que se forman en la entrada! Pero sabiendo que hay otra entrada para la temporal quizá me decida la próxima vez que pase por Barcelona, y más si dices que las salas son bonitas.
ResponderEliminarImagínate Enrique, la rabia que me dió la primera vez que fui al Reina Sofía cuando me enteré que la sala donde estaba el Guernica estaba de reformas! Tuve que esperar al siguiente viaje a Madrid para poder verlo.
Genial la anécdota del portaminas. Menos mal que los niños a veces son más espabilados que sus padres jeje!
pues voy a tener que pasarme por Barcelona antes de que la quiten!
ResponderEliminarLos de mi clase de pintura, fueron con el profe que es realmente bueno como guía, Yo no pude pero espero ir antes que termine.
ResponderEliminarEse padre no se haría el tonto por no comprar el portaminas? Aunque hay de todo tipo de gente
Besos,
Emma
Tengo ganas de ver la exposición en parte porque me gusta mucho Degas y por ver el edificio, nunca he estado y mira que durante una temporada practicámente eché raíces en el de delante. Picasso no es de mis favoritos pero me gusta su etapa cubista y la azul, Degas no me había dicho nunca nada especial hasta que lo ví en Orsay, me quedé impresionada por los materiales y técnicas que utilizaba para hacer sus cuadros. Pero estoy contigo y Elvira: si un pintor no me gusta aunque esté reconocido como uno de los grandes nunca me sentiré del todo impresionada delante de una obra suya.
ResponderEliminarHay gente que tiene muy poca imaginación, la verdad. Y pocas ganas de experimentar.
Elena: pues no conozco la Fundación Godia, pero mirando su web tiene desde luego muy buena pinta. Me la apunto para añadirla a mi colección. Muchas gracias.
ResponderEliminarElvira: te aseguro que el Guernica cambia muchísimo al natural. No es que guste exactamente, simplemente impresiona, es muy potente.
Me alegra que digas lo de los gustos personales. Es lo que me pasa a mí con todas las artes. Que no me guste no quita que objetivamente pueda encontrarlo de calidad, pero el problema viene en que para mí el arte es más subjetivo. De ahí que siempre me den rabia las listas de "mejores".
Enrique: totalmente de acuerdo en lo del Guernica y lo de ver los cuadros al natural. Es impresionante cómo cambian algunos de reproducción a realidad, parece imposible.
Y, sin saberlo, creo que entramos al museo por la taquilla que dices porque nos sorprendió no tener que hacer cola :D
Guacimara: qué rabia tuvo que darte lo del Guernica la primera vez. A mí me pasó algo parecido con el pintor Carl Larsson cuando estuvimos en Estocolmo. Fui al Museo Nacional soñando con todos los Larsson que vería y resultó que todos, absolutamente todos salvo los frescos de las paredes, los habían mandado a una exposición temporal de Oslo. ¡Compuesta y sin Larsson! Como tú volviste a Madrid, yo también tengo que volver a Estocolmo para sacarme la espinita ;)
Andrea: merece la pena el viaje, desde luego.
Emma: ojalá vayas a verla antes de que la quiten, aunque sea sin guía. De todos modos es una de esas exposiciones muy bien explicadas, así que no te sientes perdido ni nada.
Y yo diría por la cara y la respuesta del padre que no, que realmente no tenía ni idea de qué era ese cacharro que el niño le enseñaba. Además, de habérsele antojado al niño, era de lo más baratito que podía elegir de la tienda ;)
LittleEmily: pues a mí Degas y sus bailarinas tampoco me dijeron gran cosa en Orsay, pero es lo que decimos, a cada una le dice algo un pintor que a otros a lo mejor no les dice nada. Es como debe ser :) Así que no te pierdas la exposición, que merece la pena.
Jeje! Pues lo mío debe ser una gafada, porque me pasó también la primera vez que fui al Tate Britain: "The Lady of Shalott" estaba prestado a Canadá y no pude verlo hasta el pasado marzo cuando fuí con littleEmily.
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