lunes, 27 de octubre de 2008

Las cosas de palacio van despacio

Si en lo de colocar libros nuevos en la estantería somos lentos, en lo de colgar cuadros ya no digamos. Lo bueno es que al final cumplimos los objetivos.

El proceso se estanca pronto. En el caso de mis dos "proyectos" de punto de cruz terminados me da hasta vergüenza confesar que ahí siguen los dos tal y como los dejé el día que los terminé: el lavado, planchado, almidonado y enmarcado siempre quedan para "la semana que viene" (triste pero cierto, esa es la frase que se pasa por mi mente cada vez que alguna neurona medio propone poner en marcha el mecanismo).

Y después está el hecho de que Manuel ODIA coger el taladro. Yo ni lo intento por aquello de evitar tragedias y mutilaciones.

Así que ahí estaba mi trocito de árbol de Charlotte Brontë desde que llegó en junio. Primero nos tomamos nuestro tiempo para localizar un marco que sirviera; encontramos el marco perfecto por casualidad en una visita a Ikea, lo coloqué bien centrado con grandes esfuerzos, lo dejé en la cómoda tapado con un pañuelo para que no cogiera polvo durante días; Manuel, viendo que iba para largo, lo trasladó a un sitio menos visible; no sé muy bien por qué un día lo traje de nuevo a la habitación, encontré que dentro había un bichito (ugh, aparte del asco que me dio, espero de verdad que no tenga nada que ver con la madera), lo saqué, luché de nuevo por conseguir que la imagen quedara bien centrada, rompí un poco el sistema de cierre del marco, lo tapé de nuevo con el pañuelo y lo devolví a su sitio apartado del mundo.

Y así estaban las cosas hasta que el domingo pasado (es decir, cuatro meses después de haber recibido el trocito de árbol) volví de Madrid y, de repente, me lo encontré colgado en el sitio perfecto, a la altura perfecta. Después de haberlo tenido tapado tantos meses, ahora no me canso de mirarlo. Tengo un trocito de Haworth plantado por Charlotte Brontë en casa.

3 comentarios:

  1. ¡Excelente post!
    Gracias.
    Paz y salud.
    Daniel (Brighton, Reino Unido)

    ResponderEliminar
  2. Ui, pues en mi palacio esas cosas también van muy despacio! En mi caso es al contario, soy yo la que taladra porque elAbogado haría un gran destrozo. Oye, por si te sirve, en las ferreterías venden unos cacharritos para colgar cuadros que se ponen en la pared con un martillo y así no hace falta taladrar, y aguantan hasta 14 kilos!

    ResponderEliminar
  3. Gracias por el comentario, Daniel.

    Iris: sí, he oído hablar de esos cacharritos, tendré que mirarlos. Aunque el martillo y yo seguimos siendo un peligro público.

    Me alegra ver, eso sí, que hay más gente que acumula cosas sin colgar :D

    ResponderEliminar