lunes, 30 de junio de 2008

Alanis en Barcelona

A pesar del dolor de pies, del calor, de la sed, de estar en mitad de la masa de gente (no por nada, pero no es algo que me guste especialmente), de la larga espera... el concierto de Alanis fue una maravilla.

Mientras esperábamos a que empezara el concierto contábamos cuánta gente estaba oyendo el partido, España marcó su gol y todo lo mundo lo celebró. Fue curioso. Al poco salió un telonero australiano inesperado cuyo nombre nunca logramos entender, sólo que era del sur de Australia y que el tío estaba como una cabra. Comentó un poco el partido también. Pero lo mejor fue cuando llamó al Espacio Movistar "beautiful tent", porque en realidad no es más que eso: una carpa de lo más modernilla y apañada. Y cuando se fue a las 10 en punto, que era la hora oficial de inicio del concierto, pues todos estábamos expectantes. Y esperábamos mientras ponían el escenario en orden, hasta el más mínimo detalle (varias veces). Me gustó especialmente la chica que es del mismo tamaño que Alanis y sirve para colocar el micrófono a la altura correcta. A las 10:20 le dije a Manuel que seguro que el concierto no empezaba hasta que no terminara el partido para que nadie se distrajera del evento. Así que ahí estábamos, cocidos, de pie, y haciendo tiempo. Por fin terminó el partido, la gente lo celebró y al poquito salió, por fin, Alanis.

Empezó cantando desde donde no la veíamos y cuando salió realmente al escenario lo hizo con Uninvited y luego entre canciones felicitó a la afición por el partido ("felicidades, España"), cosa que haría también antes de irse. La chica desde luego canta fenomenal, de esa gente que realmente suena parecida a como canta en el disco. Y aunque en algunas canciones se queda parada y con gesto un poco raro delante del micrófono, también en otras no para de moverse.

Y así sonaron clásicos y novedades, a cuál mejor. Alanis y el grupo se fueron un par de veces del escenario, siempre para volver con alguna sorpresa.

Tengo yo dos notas para el público, una más seria que la otra. La más seria es que el hecho de que Alanis esté cantando una canción lenta sólo acompañada por el piano (Underneath) y con algún silencio entre medias no te da derecho a ESTROPEAR la canción gritando, por mucho que los gritos sean de alabanza a Alanis. Vamos, que la que está en el escenario es Alanis, no tú. Y la menos seria es que, gente, el disco de Alanis salió hace casi un mes: ¿tanto tardáis en aprenderos las nuevas canciones o es que ni siquiera lo tenéis? Que todo el mundo se desgañitaba en las típicas, pero las nuevas (menos por la del piano, y eso no cuenta) parecían el hilo musical o algo a juzgar por el caso que hacía la gente y el poco entusiasmo que generaban. Y, a fin de cuentas, es una gira del nuevo disco.

Pero notas para el público aparte: Alanis estuvo muy bien, muy atenta al público y aparentemente disfrutando también. Ahora sólo queda esperar que vuelva pronto.

Lo más surrealista del día estaba por llegar: salimos a la Diagonal en busca de un taxi y los pocos que pasaban ya estaban ocupados. (Ah, otra nota, esta sin tener que ver con el concierto: cuando ves a alguien claramente esperando un taxi, queda fatal que te vayas unos metros más adelante a esperar otro. Si has llegado más tarde te aguantas, pero no tengas esa cara.) Las llamadas para pedir taxi no eran mucho más fructíferas tampoco, así que ahí estábamos, de un lado a otro de la Diagonal entre las 12 y la 1 de la mañana desesperados por encontrar un taxi disfrutando, al menos, de una leve brisita. Y mientras, claro, sin cesar los coches, motos, peatones... con banderas y cláxones que celebraban el partido. Contado así no se vive lo raro que realmente era. Al final, cuando cundía la desesperación absoluta y yo estaba apoltronada sobre un banco, vi un taxi que llegaba y dejaba a gente. Creo que corrí más rápido que en toda mi vida. Y el taxista nos contó que venía de Plaça Espanya, y menuda había allí formada. Y nosotros, por fin, rumbo a casa.

Para acabar y de regalo, un vídeo propio de Ironic (y aquí más):



Nota (no queja): yo no soy a la que se oye desgañitarse, creo que es una chica que teníamos delante que se lo estaba pasando en grande cantando a grito pelado.

domingo, 29 de junio de 2008

29 de junio

Hoy es uno de esos días en los que pasan un montón de cosas. Cierto es también que en realidad sólo una me afecta realmente en cuestión de tener que hacer algo: el concierto de Alanis esta noche (1) que estará en pleno apogeo mientras España juega la final de la Eurocopa (2). Yo no soy mucho de fútbol (por no decir nada de nada) así que a pesar de la solemnidad del asunto para bien o para mal ya nos enteraremos después del concierto (y hasta puede que durante, que seguro que hay quien no se resigna a tener que elegir una cosa a costa de otra).

Y como se ve en mi calendario hay también dos eventos semiliterarios. Tal día como hoy en 1854 Charlotte Brontë se casaba con Arthur Bell Nicholls (3) y un testigo presencial describía su apariencia como una "campanilla de invierno" (¡la apariencia de Charlotte, no de Arthur!). Y tal día como hoy, siete años después en 1861, (4) moría en Italia Elizabeth Barrett Browning.

También hoy (5) comienza mi última semana con 26. Semana en que, después de repetirlo en abstracto varias veces al día desde que llegó el calor, me he propuesto sea como sea ir a cortarme el pelo. Manuel por no oírme ya más da por hecho que voy a ir mañana mismo pero yo... pues sigo sin tener claro el día.

Y he ahí las cinco cosas que "pasan" hoy.

sábado, 28 de junio de 2008

Como un niño con zapatos nuevos

Ayer había quedado con Manuel en El Corte Inglés (dentro, en el maravilloso mundo del aire acondicionado) y como llegué con tiempo estuve pululando: ropa, colonias... y zapatos.

Total, que al final fue a Manuel al que le tocó terminar esperándome a mí porque me estaba probando los zapatos de la foto mientras observaba cómo a una dependienta estaba a punto de darle un ataque de estrés, porque la pobre mujer no daba abasto. Y no ayudó que yo tuviera que probarme dos tallas y que el almacén aparentemente estuviera a tres kilómetros...

Pero es que los zapatos casi, casi tenían mi nombre escrito. Ahora sólo queda esperar que a diferencia del 90% de los zapatos no me hagan daño.

jueves, 26 de junio de 2008

Extremely Loud and Incredibly Close (Tan fuerte, tan cerca), de Jonathan Safran Foer

A Jonathan Safran Foer no lo descubrí por las portadas de sus libros, aunque me suena haberlas visto. Pese a ser portadas muy llamativas, no son del tipo de portadas que me llevan a comprar un libro casi sin mirar la contraportada para leer el resumen. A JSF lo descubrí en el cine. No recuerdo qué película estaba a punto de empezar, pero no se me olvida el campo de girasoles con que comenzó un trailer de una película que se llamaba Everything Is Illuminated (Todo está iluminado), donde salía un Elijah Wood con unas enormes gafas y una colección de recuerdos familiares rarísimos. Supongo que ese trailer fue el equivalente de la portada bonita, porque ya desde entonces y hasta que mucho después pude ver la película (comprada a ciegas en DVD) sabía que me encantaba. La única lectora tuvo la suerte de ver la película en el cine y confirmó lo que yo sospechaba: era mi tipo de película y tenía que verla.

A raíz de eso descubrí el libro, aunque ahora no tengo ni idea de qué fue antes: ver el DVD o leerlo. Da igual, porque aunque la película varía bastante en algunas cosas, los dos me gustan mucho.


A JSF se le ha criticado mucho por querer ir de modernillo, de vanguardista que cree que por hacer cosas raras en un libro ya va a ser un buen escritor. Efectivamente, una cosa no lleva a la otra automáticamente, pero en el caso de JSF creo que el querer hacer cosas novedosas con los libros no es necesariamente signo de la prepotencia de la que le acusan. Cierto es que yo tengo debilidad por los libros que son raritos ya en la forma. Es un recurso que usa mucho Kate Atkinson (o usaba, porque ahora para mi gusto se ha vuelto un poco demasiado convencional para lo que ella era) y que está bien: ¿quién no siente curiosidad por saber por qué un libro está escrito en fuentes distintas? ¿o porqué hay cinco páginas seguidas con sólo una frase en cada una?

El caso es que, prepotencia o no, yo, desde que terminé Everything Is Illuminated (Todo está iluminado), quería leer Extremely Loud and Incredibly Close (Tan fuerte, tan cerca). En parte porque era de JSF, en parte porque me gustaba el resumen y en parte porque tenía muchas ganas de saber por qué salían tantas fotos, tantos colores...

Puede que a veces JSF opte más por el continente que por el contenido, pero tampoco eso significa que el contenido sea nulo. A mí me gusta cómo cuenta las cosas, las frases que escribe, que se tienen que leer despacio, las expresiones que usa.

Así que este libro no me ha decepcionado nada. De hecho me ha gustado muchísimo. Cuenta la historia de Oskar Schell, un peculiar niño de 9 años cuyo padre murió el 11 de septiembre (un padre que tenía como pasatiempo buscar los errores ortográficos/gramaticales del New York Times). Dos años después, Oskar encuentra una llave en un jarrón de su padre y decide investigar qué abre. Así conoce a un montón de extraños y se recorre Nueva York de punta a punta. Mientras tanto, los abuelos de Oskar, de origen alemán, van contando también sus historias personales.

Me ha encantado Oskar, a pesar de que he leído críticas donde se dice que no suena a niño "real". A mí sí me ha sonado a niño real, rarito y muy peculiar, pero real y graciosísimo. Con sus frases hechas, su pasión por los datos inservibles, sus miedos, sus conversaciones. Hay una conversación de una sesión con el psicólogo en la que lloré de la risa y no podía parar de reírme a carcajadas (y reírse a carcajadas de un libro en público es lo más incómodo del mundo). Pero obviamente ("obviamente" es una de las palabras prefereidas de Oskar, como "extremadamente" e "increíblemente", de ahí el título y de ahí también que el título en español me parezca un poco insulso) por el trasfondo también es un libro muy, muy triste, de esos en los que a veces no quieres pasar a la siguiente página para no leer eso tan horrible que están a punto de contar.

Y sin darme cuenta cuando lo cogí de la estantería, la historia tiene lugar en Nueva York, así que ha tenido valor añadido. Todo lo que se cuenta sobre el Empire State, que es mucho, y todos los paseos que se da Oskar de acá para allá han sido aun más emocionantes de lo que serían ya de por sí.

Así que yo lo veo un libro muy recomendable, más incluso que Everything Is Illuminated (Todo está iluminado), que ya es decir.

miércoles, 25 de junio de 2008

Semana Alanis

Que a pesar del calor no me olvido de que el domingo vamos a ver a Alanis (esperemos que el Espacio Movistar ese tenga aire acondicionado) y, como siempre, esta semana es por decreto la Semana Alanis. Yo sigo disfrutando muchísimo del nuevo disco pero no me olvido de darles algún repaso a los anteriores.

El viernes actúa también en Rock in Rio en Madrid y como se supone que lo pasan todo por La 2 intentaremos ver si hacemos un ensayo general. Y si no siempre nos quedará YouTube: he aquí Thank U en directo en Birmingham hace una semana.



Debo reconocer que después de ver varios vídeos los (escasos) gestos y movimientos de Alanis en el escenario me ponen un poco nerviosa y no terminan de darme el perfil de rock. Pero bueno, lo importante es la música.

martes, 24 de junio de 2008

135

Escribo esto comiendo un trozo de coca (hmmm). Ayer me dieron la coca más grande del mundo en la pastelería y, no sé si es bueno o malo, pero unas 30 horas después queda menos de la mitad.

Nuestro cartero sigue queriendo hacer méritos. Ayer no sólo no se fue de puente, sino que además se pasó por nuestro buzón. Pero no fue una mera visita de cartas de bancos y facturas. No, ayer trajo algo que yo esperaba desde hace tiempo y en lo que pensaba cada vez que abría el buzón últimamente.

Hace meses ya comenté que habían tenido que talar por enfermedad uno de los árboles que habían plantado en el jardín de su casa Charlotte Brontë y su marido. El tronco lo han conservado para hacer una obra de arte y también han conservado semillas y han plantado justo en el mismo lugar un pequeño arbolito fruto de una de las semillas. ¿Pero qué han hecho con las ramas?

Las ramas las partieron en 250 pequeños trocitos y hace algún tiempo ofrecieron a los socios de la Brontë Society el hacerse con uno de estos recuerdos por cualquier donativo superior a 5 libras. Yo no me lo pensé dos veces, di un poco más para no parecer muy tacaña e interesada, y me dispuse a esperar mi trozo de madera recuerdo único y especial.

Y eso es lo que recibí ayer, el número 135 de 250 ejemplares. Y qué emoción tan tonta fue recibirlo. Ahora queda buscarle un sitio especial y colocarlo no sé muy bien dondeantes de que se cumplan mis paranoias/miedos y se me pudra o algo y me quede sin recuerdo del cypress pine tree de Charlotte.

Y sí, ya soy consciente de que lo emocionante de esta entrada no se entiende mucho si no te gustan mucho las Brontë.

lunes, 23 de junio de 2008

San Juan

Efectivamente la coca no ha llegado a esta noche. Hace un rato para desayunar - como mañana es fiesta mucha gente tiene puente - nos hemos repartido los últimos pedacitos. Estaba tan deliciosa que me voy a dejar de improvisaciones y voy a ir a la misma pastelería a por otra coca igual.

Anoche, entre el calor, los niños que están de vacaciones, San Juan que estaba muy cerca y la victoria de España tuvimos un ensayo general en cuestión de petardos de lo que será esta noche. Yo me conformo si alguien me promete que después de esta noche los puestos de petardos cierran de inmediato y no tengo que darme más sustos.

Otra asociación inevitable: San Juan y Nada, de Carmen Laforet:

Me asomé a la ventana de Angustias, en camisón. Vi el cielo enrojecido en varios puntos por el resplandor de las llamas. La misma calle de Aribau ardió en gritos durante mucho tiempo pues se encendieron dos o tres hogueras en distintos cruces con otras calles. Un rato después, los muchachos saltaron sobre las brasas, con los ojos inyectados por el calor, las chispas y la magia clara del fuego, para oír el nombre de su amada gritado por las cenizas. Luego el griterío se se fue acabando. La gente se dispersaba hacia las verbenas. La calle de Aribau se quedó vibrante, enardecida aún y silenciosa. Se oían cohetes lejanos y el cielo sobre las casas estaba herido por regueros luminosos. Yo recordé las canciones campesinas de la noche de San Juan, la noche buena para enamorarse cogiendo el trébol de los campos caldeados.

La palabra en catalán del día es, por supuesto, revetlla (de Sant Joan), que no es otra cosa que verbena (de San Juan). ¡Feliz noche!

sábado, 21 de junio de 2008

Coca de San Juan

¡Algo bueno - muy bueno - tenía que acompañar a los petardos! Manuel dice que esta coca con esta pinta tan deliciosa nos va a durar hasta San Juan. Pero yo ya me he hecho mis planes de volver por la pastelería de hoy (o ir a otra si me da por improvisar) el lunes por la mañana y contribuir a sus ingresos en lo que me han descrito como "el día fuerte". Aún no la hemos probado - eso cambiará en breve - pero si la pinta y, sobre todo, el olor no engañan esta va a caer bien rápido.

Por otra parte, hoy cuando he ido a comprar me hubiera quedado a pasar los próximos tres meses en la sección de congelados del supermercado.

jueves, 19 de junio de 2008

Is There Anything You Want? de Margaret Forster

Me tengo que controlar un poco con Margaret Forster, porque si no lo hiciera me leería y releería constantemente todos los libros que tengo suyos (y son unos cuantos aunque no todos), con una única excepción*.

Por suerte la excepción no es Is There Anything You Want?, que me ha encantado y es típico, aunque no repetitivo, de Margaret Forster.

Lo que más me gusta de Margaret Forster es que cuenta historias normalitas, de esas que lees en un libro, pero también podrías estar oyendo contar en el autobús. No hay grandes finales ni historias elaboradas y poco creíbles: los libros de Margaret Forster son historias reales como la vida misma. Y sin embargo el estilo de Margaret Forster engancha como si estuvieras leyendo Agatha Christie. Y el engranaje de esta novela es una maquinaria complicadísima, con historias que se cruzan, historias que quizá se cruzaron y cosas dejadas a la interpretación del lector. Pero el resultado final, pese al trabajo que hay detrás, es sencillo y bien engrasado.

En este caso, Margaret Forster cuenta un breve episodio en las vidas de varias mujeres y un par de hombres todos unidos por la enfermedad desde una u otra perspectiva: algunos porque han pasado por ella, otros porque la tienen en casa y no saben cómo vivir con ella, otros porque trabajan o son voluntarios en una clínica... Todos intentando seguir adelante lo mejor posible. Y así van pasando los días en un pequeño pueblo donde casi todos se conocen desde siempre y saben de qué pie cojean los demás.

La perspectiva no siempre es la misma. Tan pronto seguimos la historia como la vive un personaje u otro, y por eso hay muchos cabos que al final quedan sueltos. Porque como decía antes, esto no es más que un episodio, una breve imagen en movimiento que cogemos ya empezada y nos vemos obligados a dejar sin terminar. Se dan pistas, pero al final, como en una verdadera conversación escuchada a hurtadillas en el autobús, la historia se queda a medias y te quedas intrigada en el autobús cuando ves que quien cuenta la historia se baja antes que tú. No hay final feliz ni final triste. Sólo hay un punto en que las letras terminan y no hay más que leer. Conclusiones hay todas las que uno quiera y más, eso sí.

Y yo espero subirme al autobús con Margaret Forster muchas más veces y poner la antena para oír muchas más historias como esta.

* La excepción es Have the Men Had Enough? que para horror mío es la única novela traducida de Margaret Forster. Y no entiendo por qué decidieron traducir esa ni por qué no han traducido más. Sí, son novelas muy inglesas, con su té y sus moquetas y sus jardines y sus barrios residenciales, pero las historias son de las más universales que he leído por el hecho de ser siempre tan cotidianas.

miércoles, 18 de junio de 2008

Dolor de ojos

Pues eso, que aunque las clases sean de inglés (o ingles, perdón) no me inspiraría la más mínima confianza. Y es que no es sólo la falta de ortografía GORDA que casi deja ciego. Los acentos aleatorios pasan casi desapercibidos a su lado, pero ahí están (o no están, mejor dicho).

Y sí, única lectora, es como si viera la cara que estarás poniendo.

martes, 17 de junio de 2008

Hay en Madrid una niña...

Aunque a mí lo de tener a alguien hablando de fondo mientras intento concentrarme en otra cosa nunca me ha gustado demasiado ni se me ha dado demasiado bien porque acabo sólo pendiente de una de las dos cosas, estos días mientras teletrabajo no puedo evitar ponerme unas conferencias de Carmen Martín Gaite que encontré el fin de semana.

De momento estoy con unas que van sobre Celia de Elena Fortún y no sólo disfruto muchísimo cuando CMG lee fragmentos del libro y los comenta, sino que me están entrando muchísimas ganas de releer los libros de Celia (que están en Madrid en cualquier caso). Además tampoco hace mucho descubrí en YouTube que pueden verse fragmentos de la serie que hicieron hace años (con CMG como guionista, como ella misma dice en las conferencias).

Y ahora le doy de nuevo al play, que he dejado a CMG con la palabra en la boca para escribir esta entrada.

lunes, 16 de junio de 2008

Bloomsday

¡Hoy es Bloomsday! Puede que los signos de exclamación y la negrita sean un poco exagerados para alguien que no ha leído nada (completo) de James Joyce y desde luego no Ulysses, pero ahí se quedan.

Bloomsday se celebra por todo lo alto en Dublín - o eso cuenta la gente - cada 16 de junio, ya que Ulysses transcurre en ese mismo día. El artículo inglés de la wikipedia tiene más información que el español, pero ahí los dejo.

Y yo, sin haber leído el libro en cuestión, me quedo con el hecho de que se celebre así un día "inventado". No ficticio exactamente ya que ese había sido el día en que Joyce salió con su mujer Nora por primera vez en 1904. Supongo también que Sylvia Plath y Ted Hughes estaban al corriente de la fecha cuando se casaron ese día en 1956 y luego se fueron de viaje de novios a Benidorm.

Es un día curioso.

domingo, 15 de junio de 2008

Ben & Jerry's

Yo siempre había pensado que en helados de "alta gama" era más de Häagen-Dazs que de Ben & Jerry's sin más razones probablemente que el hecho de haber probado HD antes.

Eso cambió hace un par de semanas cuando Manuel apareció con un cartón de Chocolate Fudge Brownie de B&J. ¡Estaba delicioso! Y eso que yo soy más de vainilla que de chocolate (al contrario que Manuel). Así que se instauró una tradición y, aunque variamos de marca y no le hacemos feos tampoco a HD, ya llevamos unos cuantos cartones de B&J consumidos. El de vainilla con cookie dough también me gustó mucho (es cierto lo que pone en el cartón de quién puede resistirse a la masa cruda de un bizcocho) y, de hecho, por lo que decía antes, casi me lo comí yo solita (en varias sentadas, ¿eh?).

Así que yo, que soy bastante de estancarme en lo que me gusta, el otro día no me lo pensé dos veces cuando vi un cartón de un sabor nuevo. Y ahora me resulta imposible decidir si el Peace of Cake (helado de cheesecake) me gusta más, o si prefiero el cookie dough o el chocolate fudge brownie. Yo disfruto sin problemas del que tenga delante y ya está.

Y por lo visto aún nos queda algún cartón por probar y después está pendiente asaltar una heladería, donde tienen aún más sabores. La cosa promete.

miércoles, 11 de junio de 2008

This England

Hoy el buzón volvía a tener sorpresas y casi caigo en la tentación de imaginar que el cartero quería hacer méritos (así, porque sí) pero en cuanto he visto los matasellos de dos de los sobres he vuelto a pensar mal de él*. Uno de ellos era del 12 de marzo y, como reclamé, luego hay otro del 4 de abril.

Así que me han llegado dos cosas idénticas mandadas con casi un mes de diferencia entre ellas el mismo día.

La revista This England ofrece en su web la posibilidad de pedir un número gratis. Y después de haber leído los párrafos que Jeremy Paxman le dedicaba a la revista en sí y a sus oficinas en The English estaba deseando verla con mis propios ojos (ahora, meses después debo reconocer que las ansias se han calmado). Una pena que, ya que me mandaron dos copias, las dos sean del mismo número.

This England (cuyo nombre sale de estos versos de Shakespeare) es una revista patriótica a más no poder y, decía Paxman, que siempre se dedicaba a echar de menos la Inglaterra que nunca existió en realidad, a protestar contra los "europeos", a recordar e idolatrar viejas glorias, etc. Ellos se describen, en cambio, como "Britain's loveliest magazine since 1968".

De momento sólo la he hojeado por encima, pero en breve la miraré en serio y la tomaré más como una revista de humor que otra cosa. Tiene algunas fotos muy bonitas (la anglofilia de una hay extremos a los que no llega, pero no por eso se pueden negar las evidencias) y otras fotos de esas cutres y antiguas en plan años 80 (quizá son de esa época dorada inglesa que tanto añoran, Margaret Thatcher debe de estar segurísimo entre sus ídolos).

Decía Jeremy Paxman que la mayoría de los subscriptores son más bien mayores y, en gran medida, residentes fuera del Reino Unido, de ahí que la añoranza sea aun mayor.

En fin, si alguien está interesado que no dude en pedirles una copia. Al fin y al cabo no deja de ser una curiosidad.

* "El cartero" es la personificación del mal servicio. Obviamente no tengo ni idea de si la culpa es suya, de nuestra oficina, de la central o de quién. El caso es que hay atascos por el camino.

martes, 10 de junio de 2008

La pobre calle

Esa era la tira que tocaba ayer en el calendario de Mafalda y en lo que a mí respecta el encargado de organizar las tiras es un verdadero adivino. Por tercera (¿o será cuarta?) vez están abriendo aquí al ladito nuestro la misma zanja de siempre. Manuel me asegura que abrirla y cerrarla no es un pasatiempo local, pero no sé qué pensar, yo casi siempre la he conocido así. O igual de verdad esperan que la calle confiese algo, como que los vecinos se van a empezar a tirar de los pelos en breve.

El caso es que entre los petardos y el trrrrrrrr y el ¡bonk! ¡bonk! necesito música para sobrellevarlo. Mi último descubrimiento es Anywhere I Lay My Head, de Scarlett Johansson (sí, sí, la actriz), que es, salvo por una excepción, una recopilación de versiones de canciones de Tom Waits. Desde ayer que lo empecé a oír hasta hoy he decidido que no me disgusta; ahora me queda por decidir si realmente me gusta. Es un disco complicado.

Claro que a pocos estilos musicales les haría ascos en estos momentos...

lunes, 9 de junio de 2008

Nuestro cartero nunca llama dos veces

Nos pasamos los días echando de menos al cartero, que no siempre se deja caer por aquí tanto como quisiéramos. El lado positivo es que, cuando por fin viene, siempre nos deja cosas buenas en el buzón.

Una artista de 5 años.

sábado, 7 de junio de 2008

Petardos

Ayer, de camino a casa, le señalé a Manuel, toda sorprendida y aún sin tener muy claro en el día que vivo, un puesto de petardos en mitad de la calle, con oferta 4x3, nada menos. Me hizo gracia por el puesto en sí, que era como salido de Cuéntame, y por el hecho de que fuera un puesto únicamente destinado a vender petardos. Manuel ni se inmutó y no terminaba de entender qué gracia le veía. Fue en momento de diversidad cultural: aquí San Juan es mucho San Juan pero para mí nunca ha sido nada del otro mundo.

Y vengo comprobando que la temporada de petardos ha comenzado de verdad. Y lo que nos espera hasta el 24 (y quién sabe si más allá).

Por suerte San Juan no sólo va de petardos: cuando he ido a comprar hoy he visto que ya venden un montón de cocas de San Juan. Por el momento me he autoconvencido para no comprarla aún con una sesión interna de lógica en plan "ah, muy bien, así que es muy pronto para los petardos y no para la coca, ¿eh, eh?"

También he descubierto que en mi "supermercado habitual" han dejado de tener (y no van a traer más, que hasta lo he preguntado) mi agua favorita. Ya tardaban en retirarla viéndome comprarla tanto. Story of my life, que se diría en inglés.

Así que ayer tuve que tomar la decisión de si seguir durmiendo con pijama de invierno o sacar ya el de verano y esta semana tendré que decidir a qué agua me cambio. Mi vida está llena de decisiones drásticas.

viernes, 6 de junio de 2008

Tú engrosa el caldo del día

Trozo de una conversación que tuve el otro día:

- Habíamos pensado que a lo mejor lo querías para tu cumpleaños.
- ¡Pero si aún falta mucho!
- ...
- Ah, que ya es junio, pues no falta tanto, no.

Así que hoy falta justo un mes para mi cumpleaños y el regalo que ya tengo "reservado" es el primer volumen (de siete) de las Obras Completas de Carmen Martín Gaite (en la foto Ana, la hermana de Carmen Marín Gaite durante la presentación), que para mi sorpresa parece que incluye una minibiografía. Eso, algún inédito y la poesía (que nunca he conseguido encontrar) que aparecerán en futuros tomos son lo que más me llama la atención.

Claro que esto es así: una vez que tienes el primer tomo ya estás destinado a querer irremediablemente los otros seis. Y dicen que les gustaría sacar dos tomos por año. A lo que yo respondo que, ya que mi cumpleaños está justo seis meses después y seis meses antes de Reyes, más vale que se organicen bien y así yo pueda seguir aprovechando el cupo de regalos para hacer la colección.

Volviendo a lo que decía antes de la poesía. Cuando me enteré hace un par de días de esto de las obras completas quise saber más recurriendo a internet y llegué a parar a este vídeo de Carmen Martín Gaite recitando un poema suyo que me tiene fascinada:



Jaculatoria

No te mueras todavía.
Tu tristeza a mí me salva
lo mismo que tu alegría.
Malva al alba,
amarillo al mediodía
y a la noche otra vez malva.
No te mueras todavía.

No tienes un color fiel,
te van todos los colores
de la gama.
Ocre si estás en la cama,
verde si estás en la hiel,
gris acero si cruel,
azul negro en la porfía
y colorado en la llama
de fiesta y de rebeldía.
Que no te cuelguen cartel,
no te mueras todavía.

Echa tus tonos al día
como a una hoguera y confía,
que lo que arde no se pierde.
Me caliento en tus colores.
Aún te quedan resplandores
de naranja y ya eres verde
con una estría de rojo
y de turquesa otra estría.
Tu confusión es la mía
y en mi espejo la recojo.
No te mueras todavía.

Ni te quedes condenado
sólo al blanco o al morado,
ni te vuelvas transparente,
tan simple y desustanciado
como te quiere la gente.
Tú engrosa el caldo del día
que aún hay quien oye y quien siente
lo pasado y lo presente.
No te mueras todavía.

Y en tiempo de incertidumbre
arde también en su lumbre,
tan exenta de color
que corroe los que había.
No caigas en la costumbre
de inventar vida y amor
si el almacén se vacía.
A pie quieto en el terror,
a solas en la agonía
y aun cuando nada te alumbre,
no te mueras todavía.

miércoles, 4 de junio de 2008

Lady Susan, de Jane Austen

Hay veces que aunque tú no cuentes con leer un libro, el libro hace lo imposible por que lo leas. Así ha pasado con Lady Susan, de Jane Austen (disponible en español también). De un tiempo a esta parte venía oyendo maravillas de él todo el tiempo y esta entrada en Like Tears in Rain fue la gota que colmó el vaso. Si a eso le sumas que el domingo, por una cuestión de logística, no me venía bien cargar con Singled Out, la lectura era ya irresistible. Además es cierto eso de que se lee rápido, creo que entre el domingo y ayer no estuve leyendo Lady Susan más de tres horas... ¡pero qué tres horas!

Jane Austen escribió Lady Susan con 20 años en 1794-1795. Antes había escrito Elinor and Marianne, supuestamente un versión temprana y en formato epistolar de Sentido y sensibilidad. Lady Susan también es epistolar y no sólo no es una obra de juventud al uso en la que puede verse el potencial y tener valor como preparación de lo que vino después, sino que Lady Susan debería considerarse una obra más de Jane Austen, no publicada en vida (así que mi edición conserva las faltas de ortografía originales) y muy pequeñita, pero sin nada que envidiar a obras posteriores (de hecho, Mansfield Park debería tener mucho que envidiar a Lady Susan).

Lady Susan es dueña y señora de la oratoria y las maquinaciones, pero sus maquinaciones no son nada si se tiene en cuenta que mayores maquinaciones que las suyas son las de la propia Jane Austen para elaborar el libro y construir una historia redonda en la que todo encaja, en la que todo se puede ver y se puede contar de, por lo menos, dos maneras diferentes, aunque no todas sean ciertas.

El lunes, además, que no leí nada de Lady Susan porque estaba inmersa en el final de Singled Out, vimos un documental que habían pasado unos días antes sobre Jane Austen. Lo triste del caso es que el documental nos decepcionó bastante y dudo que alguien que no conozca a Jane Austen (¡¿quién?!) vaya a decidirse a leer sus novelas a raíz de eso.

Ay, una se olvida un poco de lo realmente buena, divertida y cruel que es Jane Austen hasta que vuelve a leer algo suyo.

(Las portadas de Hesperus siempre son espectaculares pero lamentablemente no es mi edición de Lady Susan. La mía es una edición combinada de Oxford World's Classics de Northanger Abbey, Lady Susan, The Watsons y Sanditon que, a pesar de tener una portada bonita pero no tanto, me recuerda que, por suerte, aún me queda mucha Jane Austen por descubrir.)

martes, 3 de junio de 2008

Singled Out, de Virginia Nicholson

No me había dado cuenta, cuando compré este libro en el megapedido de Amazon, de que parece que me dedico a coleccionar la versión Sylvanian Family de los Woolf & co. Y es que tengo a Virginia Woolf, a su sobrino Quentin Bell (su biógrafo), a la mujer de su sobrino Anne Olivier Bell (la editora de sus diarios) y ahora a la hija de estos, Virginia Nicholson, autora de Singled Out: How Two Million Women Survived Without Men After the First World War.

Me encanta la portada del libro aunque, como es de las que se quitan y que para leer son tan incómodas, hace días que no la veo. Pero por buena que sea la portada el contenido es aun mejor. Había leído muy buenas críticas del libro y, aunque no se terminaba de ajustar del todo a lo que suelo leer, me tentó muchísimo desde que lo descubrí. Y no me ha defraudado en absoluto. Es más, me ha sorprendido mucho.

El libro, de no-ficción obviamente, cuenta qué fue los dos millones de mujeres británicas que se quedaron sin hombres a raíz de la masacre que fue la Primera Guerra Mundial. Entonces el drama era aun mayor porque estas mujeres pertenecían a una sociedad en las una mujer se casaba y punto, aunque ya antes de la muerte de "la flor de Europa" los hombres británicos escaseaban (ya en tiempos de las Brontë las mujeres superaban por bastante al número de hombres y se buscaban soluciones para estas mujeres "sobrantes" (surplus women en inglés)), pero las solteronas (old maids, spinsters) no alcanzaban esa cifra.

Las mujeres, que durante la guerra se lanzaron sin pensárselo dos veces a ocupar los puestos de trabajo que dejaban los hombres para ir al frente y evitar así que el país se quedara estancado y por lo que recibieron tantos halagos, se encontraron, al terminar la guerra, con que los pocos hombres que volvían en condiciones de retomar sus trabajos (y no siempre en condiciones) las volvían a encerrar en sus casas. Las que se resistían no sólo no eran ya alabadas sino que eran llamadas de todo por quitar el puesto a los valientes.

Pero es que muchas no tenían más remedio que trabajar fuera de casa. Muchas se encontraron de la noche a la mañana que sus novios, prometidos y maridos (afortunadas, dentro de lo que cabe las casadas, porque al menos les quedaba pensión) no volvían del frente y que, salvo las que tenían dinero propio (y a veces ni así), no podían mantenerse si no era trabajando. Y así empezó una lucha horrible desde la perspectiva actual en que la prensa arremetía contra las mujeres que trabajaban. Muchas trabajaban orgullosas de ello, otras trabajaban porque no les quedaba otra y ponían anuncios tristísimos para casarse.

Porque casarse era para lo que habían crecido y cualquier otro camino se veía antinatural. ¿Pero qué iban hacer si no había hombres para todas? La hipocresía de algunos (y algunas) llegaba a límites insospechados a veces. Por ejemplo, la idea detrás de pagar menos a las mujeres que trabajaban (aunque las había, por suerte, que cobraban también mucho más que los hombres) era que no sólo los hombres tenían que mantener a su familia, sino que quizá, si se pagaba menos a la mujer, esta se desanimaría, dejaría el trabajo y sentaría la cabeza de una vez, sin tener en cuenta que muchas, aunque así lo quisieran, simplemente no podían porque no había hombres para ellas.

Así que las pobres trabajaban como mulas para al final cobrar poco y tener que comer mal porque no les daba para más. El caso de la dependienta que comenta que en el ratito de la comida en la trastienda no les quedaba más remedio que meter los pies en el horno para calentárselos me dejó perpleja. O el de la pobre secretaria que, cuando simplemente no le daba ya el dinero, se tenía que ir a un comedor social donde la comida era gratis a cambio de memorizar y recitar antes de irse el texto bíblico que les daban a la entrada en un papel.

Porque eso es lo mejor del libro. No es un libro generalista, de cifras y datos y estadísticas. No, Virginia Nicholson hace todo lo posible por contar la historia general a partir de las particulares: a través de autobiografías publicadas o no, de historias familiares, de conversaciones con señoras muy ancianas que aún le han podido hablar de su juventud (como ella dice, cuánto mejor hubiera sido comenzar a escribir el libro diez años antes). Intenta que las voces vengan de todo tipo de clase social pero, como ella dice, muchas de las mujeres de clases más bajas nunca dejaron nada por escrito. También es cierto, eso sí, que la clase social más afectada fue la media-alta.

Y así cuenta los siempre sorprendentes casos de miles de dependientas y secretarias y muchas maestras y escritoras, pero también de auténticas pioneras: arqueólogas, brokers, ingenieros, grandes viajeras, políticas, universal aunts... Cada una con su propia historia única: desde las que perdieron a sus prometidos en la guerra hasta las que, simplemente, decidieron que una carrera profesional y la independencia les gustaban más. Una generación de lo más espabilada, porque no les quedó otra.

Un libro espectacular y, desde luego, un gran y merecido homenaje.

Además:

- La edición de bolsillo sale pasado mañana con una portada también preciosa.
- Y aquí hay una entrevista radiofónica con la autora.

EDITADO 21/11/2008: La editorial Turner lo publica en español como Ellas solas. Un mundo sin hombres tras la Gran Guerra.

lunes, 2 de junio de 2008

Bon Jovi en el Estadio Olímpico

Suena a metáfora cursi pero ayer por la tarde salió el sol en Barcelona a pesar de todas las preocupaciones por el posible tiempo lluvioso. Así que mientras esperábamos a Bon Jovi hasta cogimos un poco de color.

Bon Jovi salió con auténtica puntualidad, cuando empezaba a anochecer. Fue curioso que para ser la gira Lost Highway (título del último disco), sólo cantaron dos o tres canciones de ese disco.

En esta gira están haciendo lo nunca visto. Varían muchísimo las setlists los repertorios e incluyen las canciones más inimaginables. Lisboa el día anterior y los conciertos anteriores en Alemania habían tenido mucha suerte, así que yo estaba preparada para un concierto un poco de trámite... ¡pero me equivoqué! Sorprendieron y, aunque Jon no habló demasiado y no chapurreó nada de español como suele hacer, parecían contentos con la acogida.

¿Las mayores sorpresas? La estupenda versión a capella de Can't Help Falling in Love de Elvis a due entre Jon y Richie Sambora a la que siguió... Bed of Roses! (y que yo, pese a adorar esa canción, al principio ni reconocí porque era tan rara...). Always en el bis (Always y Bed of Roses en el mismo concierto. Hmmm). Keep the Faith y Jon con sus maracas. Hey God, que han resucitado en esta gira (y sí, es de These Days así que mi deseo se cumplió pero... no es mi favorita del disco, aunque no me quejo). Runaway! Blaze of Glory! Y supongo que In These Arms, que es una que suele gustar mucho y debo reconocer que mejora en directo pero, pst, a mí no me dice gran cosa.

Buen sonido, buen ambientillo, salvo con Captain Crash y Whole Lot of Leavin' (a ver cuándo Jonny coge la indirecta de que Captain Crash NO cuaja nunca).

Y todos a casa contentos. Y a esperar el próximo (que esperamos sea en menos de 5 años...).