viernes, 18 de diciembre de 2009

Semana de innovaciones

Después de, para qué negarlo, unas cuantas semanas de cocinar viejos platos conocidos, de repente esta semana me dio por innovar. No me refiero a sacarme platos de la manga, sino a probar nuevas recetas.

En verano recordé que nunca había hecho un delicioso plato inglés (sí, de nuevo confirmo que a veces tal cosa existe) llamado Shepherd's Pie y que además, con otro nombre, recordaba que en casa se comía cuando éramos pequeñas (luego la asesora culinaria dejó de hacerlo). Pero claro, en verano no es un plato que apetezca mucho, así que me lo apunté para el otoño-invierno. Otoño-invierno que no llegaba nunca este año hasta que, al menor síntoma de fresquito en el ambiente, lo añadí al menú de la semana.

Después, el sábado, como telehorno era tan apacible, me dediqué a hojear una vez más la sección de platos salados de Delicias al horno y descubrí algunos que me tentaban mucho. El menú de la semana, aparte de Shepherd's Pie, incluía espaguetis con gambas, así que al ver los macarrones al horno con gambas decidí modificar ligeramente el menú.


El Shepherd's Pie quedó tan rico como lo recordaba. Y aunque hacerlo fue un poco infernal porque los dos o tres pasos que requerían más atención se me juntaron en el mismo momento y tuve que utilizar las dos manos como si fueran cuatro el resultado final valió la pena. Es un plato que se sirve acompañado de verdura (para compensar), generalmente guisantes, pero yo había pasado por la superfrutería y había encontrado unas irresistibles coles de Bruselas que prácticamente tenían un cartel como el de Alicia en el País de las Maravillas: "PRUÉBAME". Rico, rico.

Los macarrones con gambas me los temía complicados pero fueron un camino de rosas, sobre todo después de momento a-cuatro-manos del día anterior. La receta decía que había que usar hinojo, toda una novedad a la que ni tan siquiera sabía qué aspecto ponerle cuando lo leí. Una visita a la wikipedia me resolvió dos dudas: 1) el aspecto del hinojo y 2) el nombre de ese misterioso producto que había visto hacía unos días en la superfrutería. Eso sí, también dice que el sabor es mentolado, cosa que cuando consulté a la asesora culinaria (que tampoco ha cocinado nunca con hinojo) le chocó porque ella tenía siempre entendido que el sabor era anisado (que fue lo que resultó ser, menos mal que a diferencia de la asesora culinaria a mí el olor/sabor a anís me gusta). Yo al principio dudaba de si saltarme lo del hinojo pero Manuel insistió en que lo probásemos y si no nos gustaba ya lo quitaríamos en futuras recetas. Bueeeeeno, acepté.

Y quedó riquísimo el plato, un gran descubrimiento. Eso sí, como ya he dicho muchas veces, yo soy muy mala para distinguir sabores ya mezclados así que no notaba particularmente el hinojo, pero Manuel dice que sí, que el hinojo le da cierta frescura al plato.

Y así concluye la semana de innovaciones culinarias. En dos días he pasado casi más rato en la cocina que en todas las semanas anteriores, pero ha merecido la pena: me lo he pasado bien (con ciertas emociones fuertes de esas que me sigue sorprendiendo encontrar entre fogones) y he obtenido buenos resultados. Mejor aún: he obtenido sobras, algo que me encanta y que garantizó que ayer no tuviera que entrar en la cocina más que para servir los platos y poner en marcha el microondas (cosa que creo que seguiré haciendo el fin de semana). Ah, adoro las "ferias de restos".

La semana que viene, eso sí, trae de nuevo langostinos, escudella y canelones (lasaña este año, que una aprende de sus "errores" y no quiere volver a liar canelones en su vida). Me gusta, me gusta.

7 comentarios:

  1. Qué modernos en tu casa comiendo platos ingleses! Como la verdura no me gusta, creo que no sería fan de este plato pero a los macarrones me apunto. Qué buena pinta!!!

    ResponderEliminar
  2. Bueno, no sé yo si la palabra sería "modernos" ;)

    Y no te preocupes por la verdura, esa va aparte, no con el plato en sí, que es una especie de pastel de carne con puré de patata.

    ResponderEliminar
  3. Pues a mí me encanta el hinojo, y aquí crece por todas partes. De niños cogíamos una flor y nos la poníamos en los labios para saborear ese gusto a anís. En primavera cojo algunos brotes tiernos y los congelo. ¿Sabes dónde queda riquísimo para mi gusto? Sobre el salmón y otros pescados. Yo cojo una rodaja de salmón con piel, pongo la biel en la base de la bandeja de horno, añado sal, limón con generosidad, un poco de perejil e hinojo, y al horno. La piel tiene tanta grasa que no le pongo aceite. Si acaso, una vez hecho le añado una pizquita. Una receta muy conocida es la lubina al hinojo, pero yo siempre la hacía a la sal.

    ResponderEliminar
  4. Me olvidé de decir que tapo el salmón con papel de aluminio para que no se seque.

    ResponderEliminar
  5. Qué cosas, Elvira, pues yo ya te digo que en la frutería lo veía y no tenía ni idea de qué sería. Era la primera vez que lo tocaba, preparaba, olía y comía. Y la verdad es que no me disgustó.

    Gracias por la receta... pero me temo que yo pescado hago poquísimo (muy mal, lo sé) porque no me gusta nada de nada de nada (¿ha quedado suficientemente enfático así?). Espero que alguien vea la recomendación y se anime a probarla, que seguro que el hinojo combina muy bien como dices.

    ResponderEliminar
  6. La primera vez que utilicé hinojo me pasó igual que a ti. Es de esos ingredientes que se ha ido perdiendo, pero que cuando lo incorporas es una sopresa brutal. :)

    ResponderEliminar
  7. Es cierto, me llevé una gran sorpresa y mira que estaba poco convencida yo, ¿eh? Pero estuvo muy bien.

    ResponderEliminar