El sábado hicimos un pequeño retorno al mundo de la repostería. Y es que como dijo Manuel, sin sábados de repostería los desayunos de los domingos no son lo mismo. Así que el sábado medio decidimos desempolvar los delantales y ponernos manos a la obra.
... Sólo que mucha "obra" no hubo y el retorno fue más bien discretito, un poco de calentamiento para futuros sábados. Claro que si utilizamos preparados extranjeros no le veo problema tampoco a decantarnos por la masa para fondant de La Cocinera, que fue lo que "cocinamos". Al menos, eso sí, los preparados tienen el aliciente de añadir huevo o aceite. Aquí fue directo de la bolsa al molde. Así que no pude evitar que me viniera a la cabeza la expresión inglesa "how the mighty fall" (literalmente: cómo caen los poderosos, figuradamente se aplica a cualquier cosa venida a menos) y así se lo dije a Manuel (lo que le ahorré fue la canción de Mark Owen que incluye la expresión en la letra y que ya no consigo despegarme desde entonces; de esa canción me encanta el triste toque autobiográfico: "from the Albert Hall to the uni ball, how the mighty fall" (del Albert Hall al baile de la universidad, "cómo caen los poderosos"). Creo que la expresión le pareció tan triste mientras yo estaba inmersa en tararear la cancioncilla mentalmente que decidió ahí y entonces que el sábado que viene y el resto de sábados sin causas de fuerza mayor la repostería volvería en horario casi nocturno, pero volvería.
De ser así, y para poder mantener la combinación repostería de sábado + película clásica de plancha dominical, la entrada combinada pasará a los lunes, como esta misma de hoy. Curioso que no sólo me cuadriculo, sino que además lo anuncio así.
El caso es que los ocho fondants que nos salieron quedaron bastante ricos con su, efectivamente, chocolate líquido y masa bien jugosa en el interior. De lo más apañado para ser tan facilito y rápido (listos en 10 minutos). Eso es gratificación instantánea y lo demás tonterías. No los comimos recién sacados del horno, pero no quisimos perdernos el toque calentito (que estos días ya se agradece) y el chocolate que se derrite, así que luego metíamos unos segundos los que nos interesaban en el microondas y, nada, como recién hechos.
La sesión nocturna de plancha y cine (las aceitunas no son igual de apetecibles en el nuevo horario, para qué negarlo) estuvo acompañada por una comedia de 1935: If Only You Could Cook, con Jean Arthur. Que un grupo de gángsters hagan de casamenteros cual Emma de Jane Austen lo dice todo de la película: buenísima.
lunes, 19 de octubre de 2009
Fondants de chocolate
Publicado por Cristina en 7:43
Etiquetas Álbum de fotos, Cine, Citas célebres, Con las manos en la masa, Cosas de casa, Música
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡¡Arriba los preparados! Yo he descrubierto unos preparados para madalenas sin huevo y sin gluten que están estupendos. El otro día hice madalenas de limón con semillas de amapola y además de estar buenísimas, ´tenían pinta de madalenas y todo.
ResponderEliminarEn una tienda especial de comida para celiacos alérgicos, además de eso consegui " No egg" un sustitutivo del huevo con el que voy a probar a hacer más cosas...ya te contaré.
Vivan los preparados.
Menuda pinta, me comía un par ahora mismo, y eso que acabo de tomarme mi frugal desayuno. La foto de arriba me encanta. Ahora voy a escuchar la cancioncilla que dices que se te metió en la cabeza: how the mighty fall, jaja (el título ya merece la pena).
ResponderEliminarSupongo que a estas alturas ya no quedará ni una! Tienen una pinta buenísima!!!!
ResponderEliminar¿Preparados? Listos, ¡ya! Tomo nota y me apunto al club de los 10 minutos y listo para comer ;-)
ResponderEliminarMolinos: menuda experta te estás haciendo. Ya contarás, ya, pero de momento me dejas impresionada con la de cosas que has hecho con tantas trabas.
ResponderEliminarElvira: jejeje, pobre, supongo que la canción no parece gran caso si una no tiene un pasado con Mark Owen ;)
Mar: supones bien, fueron casi vistas y no vistas.
Roberta: a este no puedes negarte, porque no tienes que hacer más que precalentar el horno, engrasar los moldes y verter el preparado. Y una vez hechos, por supuesto, chuparte los dedos ;)