Qué triste es cuando estás deseando leer un libro y luego resulta no estar del todo a la altura. Y es más triste aun cuando un libro parece tener todos los elementos que deberían dar lugar a una buena historia y sin embargo no han terminado de encajar.
Her Fearful Symmetry (cuyo título viene de un poema de William Blake), de Audrey Niffenegger, aparte de portada fea, es muy, muy irregular, quizá sea el resultado de los siete años que ha estado gestándose y a causa de las muchos cambios que ha ido sufriendo la idea original durante ellos. Y aunque tiene trozos que están bien y en general se deja leer bastante bien y a veces incluso engancha, hacia el final la cosa va de mal en peor. Puede que haya tocado techo con mi imaginación, pero es que llegó un punto en que me salí de la historia y ya no hubo forma de entrar en ella.
Aun así lo he leído hasta el final, porque a pesar de todo quería saber qué pasaba con los personajes, incluso cuando sus peripecias se le iban de las manos a la autora. Y quizá la decepción no sea sólo por la historia que cuenta, sino por la que cabría esperar que contara.
Esperaba el libro porque The Time Traveler's Wife (La mujer del viajero en el tiempo) me había gustado, aunque no esperaba una repetición ni nada en la misma línea y porque había irresistibles secretos familiares que recuerdan un poco a los de The Thirteenth Tale (El cuento número trece), por aquello de tratar de gemelas, identidades y demás.
Y cuando lo empecé a leer pensaba que no me había equivocado, puesto que a eso se sumaba un Londres que se vuelve un personaje más y, sobre todo, el famoso cementerio londinense de Highgate, al que quiero ir desde hace mucho (pero no termino de conseguir a Manuel, que hace como si no hubiera curioseado por un cementerio inglés en su vida y me mira raro cuando lo propongo). Y de hecho, las anécdotas y las historias que se cuentan al hilo del cementerio son, para mí, lo mejor del libro. Además, es de suponer que todo lo que se cuenta es cierto, puesto que Audrey Niffenegger trabajó de guía allí mientras escribía el libro. Esto ha servido para enterarme de que la parte oeste del cementerio - la más antigua - sólo se puede visitar con guía. Es sobre todo allí donde se arremolinan las tumbas victorianas por excelencia y donde, debido a años de abandono, las plantas eminentemente de cementerio victorianas (verdes, de hoja perenne) han tomado gran parte del terreno. En la actualidad, los Friends of Highgate Cemetery por lo visto mantienen una especie de orden desordenado, es decir, que no han tratado de devolver el cementerio a sus orígenes victorianos, a como ellos lo hubieran visto, sino que han dejado que la maleza se desborde hasta cierto punto y dé fe del paso de tiempo. Lo mismo con las muchísimas y variopintas esculturan que adornan la mayoría de las tumbas. Aun así, el orden desordenado y las esculturas parece que cuestan unas mil libras diarias (es un terreno enorme). Mientras leía el libro creo que me he perdido en el cementerio de todas las formas posibles menos la real de plantarme allí y verlo: Google Earth (que protagoniza un anacronismo en el libro, que transcurre en 2004-2005 y sin embargo menciona Google Earth, que no nació como tal hasta casi junio de 2005, mucho después de la mención), la wikipedia (que me descubrió que un libro de Fred Vargas, Un lieu uncertain, comienza allí), la búsqueda de imágenes de Google, las fotos tomadas por la misma Audrey Niffenegger, Flickr, etc. La lista de cosas que me han llamado la atención sería larguísima, pero no puedo dejar de resaltar algunas:
- Esculturas y paisaje: la tumba-piano, la tumba del boxeador Thomas Sayers, la Egyptian Avenue y el Circle of Lebanon (a los pies de un árbol que había allí antes del cementerio), esta tumba o esta otra,por poner sólo algunos ejemplos de las muchas curiosidades con las que me he encontrado.
- La lista de celebridades allí enterradas, aunque ser una celebridad no es requisito para tener un monumento imponente. La lista es larguísima, pero a mí me gustaría especialmente pasar por la tumba de (si la tumba en cuestión está en la zona oeste parece ser que se le puede pedir al guía y este intentará acomodar la visita dentro del recorrido; la zona este se visita por libre) Stella Gibbons, los Rossetti y Lizzie Siddal (e imaginarme la exhumación a los pocos años para que su viudo, Dante Gabriel Rossetti, pudiera recuperar la única copia de sus poemas que había enterrado con ella y de lo que luego se había arrepentido), George Eliot, Leslie Stephen (el padre de Virginia Woolf), los padres de Charles Dickens, Radclyffe Hall, y el cabezón gigante de Karl Marx.
Pero eso no ha sido el único pasatiempo londinense a distancia que me ha dejado el libro. Ha habido otro, menos conocido, llamado Postman's Park, un parquecito que tiene una pared llena de azulejitos que conmemoran actos heroicos de gente normal y corriente, siempre a costa de sus propias vidas. La mayoría son victorianos y de la primera mitad del siglo XX. Cada azulejo es como un pequeño relato corto, hay quien renuncia a su lugar en un bote salvavidas y se queda con el barco que se hunde, hay quien muere ahogado evitando que otro se ahogue o atropellado evitando que otro sea atropellado. Las hay también de bombas durante la Primera Guerra Mundial, etc.
Así que si bien de la historia en sí me quedo sólo con pequeñas cosas, del libro sí que me quedo con estas pequeñas joyas londinenses que de momento he podido visitar a mis anchas virtualmente. Y no me quejo, que ya es más de lo que se saca en claro de muchos otros libros.
(Las dos fotos, la del cementerio y la del parque, están sacadas de sus respectivas entradas en la wikipedia, no son mías).
domingo, 18 de octubre de 2009
Her Fearful Symmetry, de Audrey Niffenegger
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Qué decepcionante es que no te acabe de gustar un libro. Me ha pasado muchas veces de ir al cine y que no me guste la película pero la frustración es mucho más grande cuando el que te decepciona es un libro.
ResponderEliminarAl menos, a ver si consigues que Manuel te acompañe en vuestra próxima visita a Londres.
Un abrazo!
Vaya, siento que no te haya gustado. La verdad es que la portada sí es algo fea. A mí al menos no me atrae.
ResponderEliminar¿Dejan hacer fotos en el cementerio? Porque en el de Barcelona leí que no...
Saludos,
Tanakil.
Mar: sobre todo es decepcionante si esperabas mucho de él. Si es un libro que coges por ahí sin más que no te guste no es tan grave.
ResponderEliminarVisita al cementerio de Highgate o no, yo estaría encantada de que hubiera una "próxima visita a Londres" a la vista. Pero me temo que no la hay :(
Tanakil: pues por lo que se cuenta en el libro desde el punto de vista de un guía del cementerio, que supongo que está basado en la experiencia real de la autora, dejan hacer fotos siempre que no sean con cámaras profesionales y que, en el caso de la parte oeste, que es la que sólo puede visitarse con guía, la gente que hace las fotos no se demore demasiado y retrase al grupo constantemente.
Lo siento por Niffenegger, pero me alegro por Highgate...un lugar excepcional donde los haya!!! Y gracias por el Postman's Park...Ahora las dos tenemos nuevas razones para volver a Londres ( ¡cómo si las necesitásemos! ;)
ResponderEliminarA mi me encanta visitar los cementerios históricos de las ciudades (uff, como suena eso), y los de Londres los tengo en la lista de pendientes, asi que, Cristina, piensa que por lo menos la lectura ha servido para algo. Por cierto os recomiento el cementerio protestante de Roma, una delicia.
ResponderEliminarSamedimanche: Ese es el problema, que las razones acumuladas para viajar a Londres son tantas que necesitaríamos toda una vida allí, creo yo, para poder llevarlas todas a cabo ;)
ResponderEliminarRoberta: a mí también me gusta curiosear por los cementerios históricos, pero últimamente Manuel se me está rebelando. El otro día en Sitges yo quería haber entrado al cementerio, que tenía pinta de ser bonito, y siempre lo veíamos cerrado y nada, no hubo forma. Gracias por la recomendación.
uy, el Postman's Park! Yo lo descubrí con la pelicula Closer y fui a verlo en mi siguiente visita a Londres! Un pequeño rincón encantador sin duda! :)
ResponderEliminarSobre el libro...lo compré encantada y lo he tenido que aparcar, primero porque no me enganchaba, y segundo porque no tengo ni un minuto para leer cosas que nos ean de la facultad, aqui en Edinburgh las clases de literatura van a libro (sometimes dos!) por semana!
Pues yo es que ni lo había oído mencionar antes y me llamó muchísimo la atención el Postman's Park con sus azulejitos. Qué suerte haberlo vistado. Yo lo tengo ya en la lista de sitios para la próxima visita a Londres (sin fecha).
ResponderEliminarA mí el libro sí que me enganchó pero, hacia el final, estaba enganchada desde fuera de la historia, no sé.
¡Vaya atracón de libros!
Hoy precisamente he acabado El Libro del Cementerio de Neil Gaiman y en la lista de agradecimientos aparece nombrada Audrey Niffenegger, que le hizo de guía por el cementerio de Highgate. Me ha parecido un detalle precioso y al ver tu entrada entre las que tengo pendientes, tenía que comentartelo. El Libro del Cementerio está ambientado en un cementerio victoriano y no podía dejar de imaginar las tumbas mientras lo leía (suena un poco macabro, de hecho).
ResponderEliminarEn Barcelona, aparte del de Poble Nou, hay otro precioso que está escondido entre varias islas de casas, el de Sarrià.
¡Qué curioso!
ResponderEliminarYo en Barcelona no he ido a curiosear por ningún cementerio y de hecho no había oído hablar de ninguno de los dos que mencionas, sólo del de Montjuic. Así que gracias por la información.