viernes, 30 de octubre de 2009

Howards End is on the Landing, de Susan Hill

¿Es alguien capaz de resistirse a esta portada? Yo creo que es una de las portadas más tentadores que he visto, y de esas he visto muchas.

Por si eso fuera poco, Howards End is on the Landing, de Susan Hill, es uno de esos adictivos libros sobre libros y sobre la afición a la lectura, nada sesuda, no me refiero a crítica literaria, sino uno de esos libros que son como una conversación. No quiero compararlo porque en realidad no sé siquiera si coinciden en el género (este pertenece a "memorias") pero tiene un cierto aire remoto a Ex-Libris (en español), de Anne Fadiman, sobre todo por el entusiasmo y por la sensación de que aquí estás tú afirmando que te gustan los libros pero al lado de esta gente no eres más que un aficionado.

Tenía muchas ganas de leerlo y, como es tradición últimamente, lo encontré por casualidad en una librería y me llevé la última copia que tenían a la vista. Y me ha gustado mucho con un pero, que no es otro que he sido capaz de separar el contenido del libro y lo agradable de la lectura de la opinión que me causaba Susan Hill. No he leído nada más de esta mujer, pero aunque coincidimos en algunas cosas, en otras me ha parecido, no exactamente prepotente, sino lo que en inglés se conoce como "holier-than-thou", que vendría a ser más o menos como decir que se da ínfulas. Como ejemplo de unas cuantas cosas en las que parece que su opinión y actitud es la mejor, destaco sus ataques a la mínima a los lectores electrónicos que, como siempre que se dan en cualquier sitio, suelen proceder de la ignorancia. Lo digo una vez más: defender un Rufinito no significa dar por muerto el libro tradicional; defender un Rufinito significa ampliar las posibilidades de lectura. Si no te gusta, estupendo, pero no lo descalifiques simplemente porque no sabes cómo funciona. Hay un hecho claro en mi opinión: que es IMPENSABLE que el libro tradicional desaparezca. Así que con eso en mente, ¿podemos avanzar y mejorar y ampliar todo lo que la lectura y la tecnología puedan ofrecernos? ¿Sí? Gracias.

También me chocó que le espante que la gente ponga su nombre (yo lo hago) y/o dedique los libros de regalo pero luego defienda que se hagan anotaciones en los libros, no sólo al hilo del texto, sino listas de la compra, etc. A ver, que yo no escribo en los libro más que para poner mi nombre y la fecha de compra, pero no me disgusta en absoluto encontrar libros de segunda mano que vengan con anotaciones, lo que no entiendo es por qué no se puede poner el nombre y la firma y en cambio sí una lista de la compra o el teléfono del dentista. Otra contradicción es que se pase todo el libro repitiendo que a ella le gustan los libros para leer, no los libros como objetos decorativos y de repenta venga con un capítulo sobre el valor y el dinero que se puede conseguir con primeras ediciones y ediciones raras.

Y a pesar de que sus muchísimos encuentros con todo tipo de grandes de la literatura de la segunda mitad del siglo XX me hayan parecido interesantísimos, he de reconocer que al mismo tiempo me daba la impresión de ser un poco pretenciosa y presumir de codearse con las estrellas. "Cuando conocí... cuando recibí una carta de... cuando entrevisté a... cuando me encontré con...". Muy interesante, pero no por ello menos presuntuoso.

Esto último describe bien, entonces, lo que me ha pasado, que he devorado el libro con gusto, disfrutándolo muchísimo, al tiempo que criticaba cosas que venían directamente la autora y reflejaban su personalidad. Ha habido cosas, en cambio, que me han llamado la atención. Dice Susan Hill, por ejemplo, que las portadas no deberían determinar las ventas de un libro, pero que lo hacen (y queda claro que ella ha sabido elegir una portada excepcional), pero lo que me chocó más fue cuando comentó que era incapaz de leer libros impresos en letra "sans serif" (qué bueno, no sabía que en español también se llamara letra palo seco) y que de hecho no paran de llegarle recomendaciones de un libro que tiene en casa (entre los miles y miles de libros que debe de tener sin orden ni concierto, de esto último es algo de lo que presume incluso cuando reconoce que no siempre consigue encontrar los libros que busca y que sabe que tiene, cosa que a mí me agobiaría mucho) impreso en Arial y que simplemente no puede leer.

El caso es que la premisa del libro no es hablar de los libros por hablar, aunque eso no hubiera estado mal tampoco, sino hacer una especie de año de "slow reading", igual que la gente hace años de "slow food" o de "slow clothes" como parte del Movimiento Slow. Vivir durante un año de los libros sin leer o ya leídos que tiene en casa, sin comprar ninguno nuevo, con la excepción de los libros nuevos que le llegan de las editoriales para reseñar. La idea en sí, viendo la de libros acumulados que yo tengo sin leer o que siempre digo que me gustaría releer, no me parece mala, pero reconozco de entrada que yo sería incapaz. Los libros me tientan demasiado y un año sin comprar ninguno se me haría horrible, por mucho que disfrutara la lectura de libros atrasados. Me gusta ver libros nuevos, me gusta tener libros en lista de espera, incluso cuando soy consciente de que a algunos, cuando no se leen pronto, se les "pasa el arroz" y pierden alicientes.

Así que Susan Hill va de estantería en estantería, de habitación en habitación, sobre todo releyendo viejos conocidos y hablando de autores que han significado mucho para ella. Coincimos en Virginia Woolf, que tiene un capítulo entero para ella sola y que me encantó leer. También hablando de hábitos de lectura, temas de libros, su pasión por los libros pop-up (¡también la compartimos! Yo nunca superé la fase de los libros de tirar de lengüetas, abrir y que salgan figuras en tres dimensiones, levantar pestañas, etc., me siguen pareciendo los mejores libros del mundo), los diarios, los libros infantiles, los autores relegados al olvido injustamente, los libros que nos gustan más por las circunstancias en que los leemos que por ellos en sí mismos, los libros que deberíamos leer pero no leemos, las cosas que guardamos dentro de los libros, cómo tratamos los libros, los libros de las bibliotecas (y cómo los que ella sacaba de la biblioteca infantil de pequeña a veces tenían el sello de "desinfectado") y un larguísimo etcétera que desde luego hace las delicias de cualquiera a quien los libros como transmisores de cultura y como puros objetos con encanto le gusten. Todo amenizado con historias de su propia vida, un ensayo familiar, que diría Anne Fadiman, si bien al final del libro Anne Fadiman me caía de maravilla (cosa que continuó con el siguiente libro suyo que leí) y Susan Hill me caía bastante mal.

Todo para al final quedarse con los cuarenta libros que sería feliz leyendo y releyendo - sólo esos cuarenta - el resto de su vida. Coincidimos en algunos, otros no los conozco y otros yo no los incluiría. Claro que me hizo gracia que uno de ellos se repita y que así la lista de cuarenta (conté por si acaso al repetirse había 41) se quede en 39. Qué despiste y qué rabia llegar a la isla desierta y encontrar que te has traído el mismo libro dos veces.

Yo me lo he pasado en grande leyéndolo y teniendo discusiones - a veces acaloradas - mentales con Susan Hill, que por otra parte dice algo tan bonito como que "yo soy mi ADN literario", en el sentido de que nadie habrá leído los mismos y sólo los mismos libros que tú. Con una frase y un libro así se lo perdono casi todo.

8 comentarios:

  1. Qué post más interesante! Siempre aprendo cosas nuevas contigo, de lectura claro; pero hoy me he enterado que la letra que uso para trabajar es sans serif. Ahora mismo voy a mirar la diferencia entre la arial y la helvetica.
    Un muaquis

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  2. ¡Cuánto me alegro, Mar! Últimamente hay muchos comentarios apocalípticos sobre las letras con serif (o serifa, como se llama en la wikipedia) y su muerte inminente. Las sans-serif son menos problemáticas, aunque a mí me gustan más con serif.

    Susan Hill dice que una de sus letras preferidas es la Garamond (con serif) y coincidí con ella en eso. En el blog uso Verdana, que es la letra más común en internet (y de Microsoft). Si te ha parecido curioso lo de las tipografías y eso, te recomiendo que leas sobre la polémica con el catálogo de Ikea de este año: http://www.elpais.com/articulo/portada/Ikea/inicia/gran/guerra/tipografica/elppor/20090918elptenpor_4/Tes

    La tipografía es todo un mundo, y yo encuentro los tipos de fuentes adictivos.

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  3. Sorprendente el artículo, muchas gracias. Todavía no he visto el catálogo de Ikea porque en Lleida no lo suelen dejar en los buzones pero en cuanto lo tenga en mis manos, estaré más pendiente de la letra que de los muebles!! jajaja
    No se me hubiera ocurrido pensar que de un cambio en la fuente pudiera surgir una discusión. Y tampoco sabía que había fuentes creadas para la pantalla, como el caso de la verdana, y otras para papel. Debo ser muy poco sensible porque nunca me había fijado en la letra (únicamente en el tamaño, pero no en la fuente).
    Ah! Coincido contigo en que la Garamond es bien bonita.
    Un abrazo.

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  4. En la vida había oído hablar sobre este libro...que de manera inmediata va a la lista de libro que deseo leer...Tal vez en inglés (pero cuando tenga más nivel...jeje)

    También yo mantengo discusiones con los autores de los libros...me parece importante saber que del todo, no estaré de acuerdo...Es algo que hace más viva e intensa la lectura, verdad??
    Muy interesante la entrada...y me encanta eso que cuenta del ADN literario...
    Un abrazo grande

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  5. Muy interesante, totalmente de acuerdo con lo de los lectores electronicos, a las personas que se lo enseñe y me vienen con la historia de bueno... el libro como objeto, el placer de sentirlo y bla bla... pues estupendo, que mi casa esta LLENA de libros ¿que me estas contando?adoro leer y el lector es una posibilidad más.
    Bueno y el libro de esta señora parece muy interesante , aunque un poco "sobrada" ayy y si que es bonito, dan ganas de tocarlo y olerlo...
    Angeles

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  6. El libro es muy bonito, y parece interesante. Me encanta esa expresión: "holier-than-thou" Es tan gráfica.

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  7. Mar: ay, te entiendo bien con lo del catálogo de Ikea, a nosotros tampoco nos lo dejan. Menos mal que ahora en la tienda sí que se puede coger gratis.

    Dicho eso, yo tampoco me había dado cuenta del cambio de letra (cosa que sorprendió a Manuel) y me hizo mucha gracia todo el debate. Aunque tiene sentido.

    Susan Hill: thank you for stopping by!

    María: normal que no lo conozcas, está recién salido del horno en Inglaterra. ¿Lo traducirán? No tengo ni idea, la verdad, y tengo ciertas dudas.

    Yo también tengo debates y conversaciones mentales, con unos libros más que con otros claro, y con unos libros más acalorados que con otros ;)

    Ángeles: sí, ya me imaginaba que tú también tendrías que vértelas con ese tipo de comentarios. A mí me sorprende que la gente asuma que por tener un lector electrónico te deben de gustar poco los libros cuando obviamente en la gran mayoría de los casos el camino se recorre al revés: te gustan muchísimo los libros y POR ESO llegas al lector electrónico.

    Elvira: a mí esa expresión me encanta también. Es de las que me salen de forma espontánea en inglés (me refiero a cuando estás hablando en español) y que me hacen quedarme congelada sin saber qué decir, sin encontrar el equivalente exacto, porque nunca me ha gustado la gente que suelta palabras en otros idiomas para demostrar lo mucho que saben.

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