viernes, 11 de diciembre de 2009

The Garden Party and Other Stories (Fiesta en el jardín y otras narraciones), de Katherine Mansfield

Me gusta poner la portada de la edición exacta del libro del que hablo, pero leer en Rufinito, como en este caso, me da libertad para elegir la portada que más me gusta. Y de The Garden Party and Other Stories (Fiesta en el jardín y otras narraciones), de Katherine Mansfield me quedo con esta editada por Penguin allá por los años sesenta.

¡Cuánto tiempo queriendo leer Katherine Mansfield sin atreverme nunca! Es curioso que con Virginia Woolf que, supuestamente, impone, nunca tuve los remilgos que con Katherine Mansfield. Remilgos que, por supuesto, una vez que se empieza a leer uno de sus textos y siempre que su estilo sea del gusto del lector, desaparecen de inmediato. Y digo lo del gusto del lector porque Katherine Mansfield, como Virginia Woolf, no es para todos los gustos.

El caso es que resulta que parte de la obra de Katherine Mansfield, ya no tiene derechos de autor en Australia, así que allá que me fui metafóricamente hablando gracias a internet y me hice con una copia de esta recopilación de relatos cortos suyos. Rufinito colaboró tan bien como siempre y por el mundo que fuimos leyendo a Katherine Mansfield.

A pesar de tantos años pensando que la leería tarde o temprano no sabía gran cosa de ella y lo que sabía era casi más acerca de su vida (sus últimos meses con tuberculosis en Francia) que de su obra. Y algunas de las cosas que sabía era, además, de segunda mano. El año pasado Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite hablaba de sus Diarios* y, por supuesto, siempre está ahí, como una enorme pancarta, la famosa frase de Virginia Woolf: "I was jealous of her writing. The only writing I have ever been jealous of." (envidiaba su estilo; el único estilo que he envidiado), escrito en sus diarios tras su muerte después de criticarla por aquí y por allá en vida en lo que supongo que fue un ejercicio de poner en palabras lo que hasta entonces prefería ignorar un poco y darle forma de "me cae mal".

La primera narración del libro es At the Bay (En la bahía) que, efectivamente, está escrita en un estilo que recuerda al de Virginia Woolf, cosa que pese a las palabras de Virginia Woolf me sorprendió porque no me lo esperaba tan similar, como luego el resto de relatos en mayor o menos medida. (Y prefiero no meterme en berenjenales del tipo "¿qué vino antes, el huevo o la gallina?" más que nada porque no llevo el calzado necesario). Los temas y la forma de tratarlos también son similares. En la época en que vivimos en que todo tiene que decirse a las claras (y, si es posible, a gritos) es curioso ver cómo se pueden contar historias con tanto trasfondo, en su mayoría feminista, de forma tan sutil, tan poco invasiva y sin que por ello digan menos en absoluto (y en muchos casos ya se sabe también que menos es más). También la aparente calma con la que transcurren. Las cosas van pasando poco a poco hasta desembocar en algo más o menos inesperado. Muchas metáforas de esas en las que no se sabe si los significados son intencionados o si es la crítica, los años u otros agentes externos los que los han puesto ahí. Prosa bonita y sencilla y complicada al mismo tiempo.

Y el estilo modernista** que pretendía renovar la literatura ahora parece haberse quedado desfasado, o quizá fue un bonito experimento literario. Ha dejado su huella en la literatura actual, de eso no hay duda, pero, si Katherine Mansfield o Virginia Woolf, por nombrar a las dos que vengo nombrando todo el tiempo, levantaran la cabeza, se quedarían un poco espantadas de ver cómo las cosas han cambiado mucho menos de lo que seguro ellas esperaban. O eso especulo yo.

Pero a mí el estilo modernista - como en el arte - me sigue gustando, me sigue pareciendo el estilo literario más soñador y que da más pie a al pensamiento del lector. Y me sigue pareciendo uno de los más difíciles también. Leyendo ciertas frases, ciertas descripciones, ciertas historias, me resultaba imposible no recordar el comentario de Virginia Woolf. ¿Pero cómo no iba a sentir envidia de alguien que escribía cosas como esta?

We tore through the black-and-gold town like a pair of scissors tearing through brocade.
Nos deslizamos por la ciudad negra y dorada como tijeras que se deslizan por un brocado. (La traducción, mía, claramente no está a la altura).

Dicho esto, si ha habido algo negativo ha sido culpa mía por querer engullir las historias. Hacia el final iba descubriendo que, igual que las novelas de este tipo son para leerse a su ritmo, estas historias son para leerse y digerirse lentamente. En mi caso al menos no funcionó bien lo de acabar una y comenzar la siguiente. Hacia el final empezaba a cansarme un poco. La culpa es mía, por supuesto, y he aprendido para la próxima colección de relatos de Katherine Mansfield que lea. Pero por más culpa mía que sea, mentiría si no dijera que al final me aguó un poco la fiesta (en el jardín) y que terminé la última con más alivio del que debería.

Acompañando el descubrimiento y siguiendo con un tema muy frecuente en las últimas semanas en este blog, he descubierto también la poesía de Katherine Mansfield. Ah, hay poemas que me han gustado muchísimo y ya citaré alguno, ya. La colección de poemas, por cierto, está dedicada a su prima Elizabeth Von Arnim.

Conclusión: que Katherine Mansfield se traslada del siempre imponente panteón de los "para leer" al más amable panteón de los "para repetir". Así da gusto.

*Diarios editados en español y editados en inglés recientemente por Persephone. ¿Pueden ser más tentadores? (El misterio es por qué no están ya disponibles libres de derechos, que también serían de lo más tentadores).

**De hecho, según se dice en la introducción a la colección de poemas que tengo (también libre de derechos) se cita la declaración de intenciones / carta a su hermano fallecido en el frente que Katherine Mansfield escribió en su diario el 22 de enero de 1916:

But especially I want to write a kind of long elegy to you. . . perhaps not in poetry. No, perhaps in prose. Almost certainly in a kind of special prose.
Pero sobre todo quiero escribirte una especie de elegía larga. . . quizá no en verso. No, quizá en prosa. Casi con toda seguridad en una especie de prosa especial.

6 comentarios:

  1. Todo lo que me gusta Von Arnim es inversamente proporcional a lo que me gusta la producción literaria de la Mansfield...porque su persona si que resulta realmente entretenida. Precisamente con la traducción de estos cuentos me he puesto un par de veces...pero no hay manera.

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  2. Me gusta la Mansfield pero tienes razón con lo de leer un cuento tras otro aunque yo eso no lo hago sea quien sea el escritor o escritora. Lo mismo con la poesía. Pequeñas dosis.
    De Von Armin he leído Todos los Perros de Mi Vida. Recomendado para quien le guste los susodichos.Saludos

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  3. No leí "Fiesta en el Jardín y otros relatos"....lo tengo esperando paciente, muy pacientemente en la libreía. Pero sí leí su diario...que me encantó.
    Me encanta cómo has hablado de ella, cómo dices que describes que hay libros que son para saborearlos poco a poco, o incluso para repetirlos...
    Su prima, me encanta...leí un libro suyo "Elizabeth Von Arnirm y su jardín alemán"...una preciosidad de libro.
    Preciosa entrada, Cristina, leerte ha sido todo un placer.

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  4. Samedimanche: me lo imaginaba, porque ya recuerdo que Woolf tampoco te gusta y son estilos tan similares que si a alguien no le gusta una es difícil de imaginar que le guste la otra.

    Yo también quiero leer más de su vida y sé que Claire Tomalin - biógrafa que me suele gustar mucho - tiene una bio sobre ella, así que a la lista que fue.

    Prima de Audrey: en mi caso es que, igual que con la poesía, hasta hace relativamente poco, tenía "vetados" los relatos cortos puesto que los que había leído conocía no me decían nada. Luego, como con la poesía, descubrí que por suerte hay de todo, pero como ves aun estoy aprendiendo a manejarme en el terreno. Y en cualquier caso hay colecciones de historias cortas que no se leen mal una detrás de otra.

    Las historias cortas, para mí, son el compañero ideal para viajes y días de lectura irregular, pero en este caso no cuajaron así. En fin, para la próxima vez ya he aprendido.

    Yo de Von Arnim leí hace unos meses An Enchanted April y me gustó mucho. Tengo alguna otra cosa suya en reserva así que repetiré seguro.

    María: qué bien lo que comentas acerca de que su diario te gustó. Tiene muy buena pinta a pesar de lo triste que creo que debe de ser.

    Precisamente los poemas de K. Mansfield están dedicados así: "A Elizabeth la del jardín alemán". Como decía antes tengo más Von Arnim en reserva, así que pienso repetir porque An Enchanted April me gustó mucho.

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  5. Y no tienes que olvidarte de que Persephone también tiene The Montana Stories, que tienen muy buena pinta ;) (parece que me pagan por la publicidad, pero no)

    Aún no he leído nada de Von Armin y eso que tengo Elizabeth y su jardín alemán en la recámara desde hace meses, igual que los diarios de Katherine. Creo que ya serán para el año que viene...

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  6. No te preocupes que - para bien o para mal - no me olvido. Pero como aún tengo otras colecciones suyas libres de derechos listas para ser leídas, le doy prioridad al diario que no tengo.

    Yo "el jardín alemán" (por no poner el título completo) no lo he leído, pero si puedo juzgar por An Enchanted April y por lo bien que lo deja siempre María te animo a que lo leas.

    Es curioso, yo hay libros en los que también pienso ya en esos términos: llevan 2010 estampado en tinta invisible ;)

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