Hace unas semanas mis padres y mi tía fueron a ver la exposición de Turner del Museo del Prado que tanto nos gustó a nosotros y que, sin embargo, a ellos no les gustó nada-nada-nada. Para resarcirse se fueron a dar una vuelta por la colección permanente. Y mi tía salió de la tienda con estos tres marcapáginas que la semana pasada salieron como por arte de magia de mi buzón.
Me vienen de maravilla para mi siempre creciente colección, aunque en Nueva York no creció mucho. Sólo compré uno. La mayoría de los marcapáginas que encontré eran feos y baratos o muy bonitos y muy caros.
Uno de mis rituales de lectura es no cambiar de marcapáginas a mitad del libro (ni usar el mismo marcapáginas dos veces seguidas) así que aún están a la espera, pero estoy deseando estrenarlos uno por uno.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Marcapáginas en el buzón
Publicado por Cristina en 9:18
Etiquetas Álbum de fotos, Cosas de casa
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Muy, muy bonitos.Me dan ganas de hacer un viaje relámpago a Madrid:)
ResponderEliminarMe pasa lo mismo cuando voy de viaje: los bonitos son caros pero yo siempre vengo con algunos aunque sufra para elegir cuales traer entre todo lo q me gusta. Saludos
Me encantan! Yo también hago colección de marcapáginas aunque seguro que no es tan grande y tan bonita como la tuya. Cuando estuve en Praga compre unos preciosos de madera, y los regalé todos menos uno y mi chico lo rompió por accidente. Casi me pongo a llorar del disgusto.
ResponderEliminarYo los tengo todos desperdigados porqué se suelen quedar dentro del libro cuando acabo de leer. Y tú, ¿Dónde los guardas?
¿El cuadro de la derecha cuál es? No lo reconozco. A mí me gustan especialmente los marcapáginas de Ukiyo-e que me compré en La Pedrera hace dos años... ¿o me los regaló mi hija?
ResponderEliminarEsto de coleccionar marcadores de página es una bonita idea.
Ay soy una "ladrona" de puntos de lectura, los que dan en las librerias, alargo la mano y uno acción a palabra de: puedo coger uno?
ResponderEliminartienen razón de que los bonitos valen una pasta, de esos no tengo casi, los que me gustan son estos que hacen las editoriales, aún asi a veces babeo con alguno especialmente bonito y el precio me echa p´atras.
Los más bonitos que tengo, los saque de la exposición de Mucha, vendian unas postales alargadas, un poco anchas para poder ser puntos de libros de libros, pero aún asi las plastifique y me produce un gran placer mirarlas antes de empezar-terminar sesión de lectura y en el colmo de frikismo lecturil me hice un ex-libris hace un par de años, pero sere boba que no me animo a usarlo mucho, me da cosilla.
Creo que a casi todos los lectores nos gustan especialmente los marcapáginas :) Yo tengo algunos preciosos, la mayoría regalos de gente que me conoce y me quiere, jaja, porque yo me surto básicamente de las promociones de las librerías. Yo siempre pienso en la temática del libro que voy a leer y miro detenidamente la portada para ver qué marcapáginas le pega, y según eso, elijo :D
ResponderEliminarsaluditos
Estoy con Lillu, todos los lectores coleccionamos puntos de libro. Yo los voy pasando de libro en libro si me gustan mucho pero intento que vayan de acuerdo con el tema del libro que voy a leer: ahora leo el diario de Hélène Berr y como me recuerda a Mariana de Millais, he colocado de punto una postal pero, de tanto en tanto, también salen billetes de metro, de tren, tarjetas...
ResponderEliminarPor cierto, cuando pases por La Central del Raval mira los puntos de libro de la caja: han traído unos preciosos de la Bodleian, de libros antiguos. A ver que te parecen.
No pude resisitirme al de las Meninas magnético y me lo traje del Prado. Como tú, utilizo un punto de libro distinto para cada lectura, aunque puedo utilizar como littleEmily, desde un billete de metro, a una postal, o incluso una bolsita de té individual.
ResponderEliminarPrima de Audrey: sí, los caros ponen la decisión dificilísima. Pero bueno, como tú dices, alguno siempre cae.
ResponderEliminarMar: ¡pero bueno! ¿qué es eso de "seguro que no es tan grande y tan bonita como la tuya"? Eso no lo sabemos y además estas cosas no se miden así. Qué pena lo del marcapáginas de madera. Yo también tengo uno que está medio roto del uso simplemente.
Yo los guardo en un par de cajitas de lata y nunca, nunca los dejo dentro del libro cuando lo acabo. Manías.
Elvira: te refieres a la chica de azul, ¿no? Es un cuadro precioso de Madrazo llamado Doña Amalia de Llano y Dotres, condesa de Vilches, de 1853.Y los tuyos también deben de ser muy bonitos :)
Ángeles: yo hago el mismo gesto. Qué le vamos a hacer, sale solo, ¿a que sí? En mi caso tiene más delito aun porque - salvo por contadas excepciones - soy muy pija para los marcapáginas y sólo uso los comprados, si son de publicidad me gustan menos (alguno hay que me gusta mucho). Los de publicidad los suelo usar para señalar otras cosas en libros como las notas del final o cosas así.
Qué bonito lo que cuentas de Mucha y plastificados te han debido de quedar fenomenal. Yo compré unos marcapáginas también en aquella exposición.
A mí me encantan los ex-libris pero me pasaría lo mismo que a ti, que me daría reparo (y eso que yo pongo mi nombre y la fecha de adquisición, no es que deje los libros totalmente intactos).
Lillu: ¡yo también elijo el marcapáginas que creo más apropiado para el libro! (o mi idea del libro antes de leerlo). Lo que nunca he hecho - ni se me había ocurrido - es lo de combinar con la portada. ¡Qué bueno!
LittleEmily: pues yo ya digo que soy muy pija para los marcapáginas y no uso nada que no lo sea y que además sea comprado (con algunas excepciones de marcapáginas de publicidad).
¡Ooh! Tendré que pasarme, qué bien suena.
Guacimara: somos compis de marcapáginas entonces :D Y me ha hecho gracia lo de la bolsita de té como marcapáginas. Nunca se me habría ocurrido...
Cristina, me referia a un Twinnings típico del buffet de algun hotel jeje! ;)
ResponderEliminar¡Jajaja! Ya me lo imaginé. Pero aun así me sorprendió :D
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