Este fin de semana hicimos scones una vez más. Lo bueno de los scones (aparte del sabor, claro está) es que son tan personalizables que cada vez que se hacen puede ser casi como hacer una receta nueva, salvo por el hecho de que los pasos básicos son siempre los mismos.
La excusa era gastar un bote de clotted cream que caduca en marzo. La excusa era buena pero, aunque esta clotted cream es pasteurizada (también la hay sin pasteurizar, como la que trajimos de Londres el año pasado) yo por aquello de tener ciertos tipos de queso blando prohibidos no estaba decidida del todo a tomarla, aunque una búsqueda rápida por internet parecía indicar que sí que podía tomarla. Aun así estaba indecisa y, con la excusa de que tiene mucha grasa, decidí dejar solo a Manuel ante ella (obviamente Manuel no se va a tomar el bote entero: con mucho dolor de corazón lo que no se tome habrá que tirarlo). Efectivamente, ahí estaba yo buscando excusas para no tomar clotted cream en lugar de para tomarla. Y no sería por falta de ganas, ayer desayunando me faltó muy poco para darme por vencida.
El caso es que para que no se me hicieran muy sosos sin clotted cream, decidimos complementarlos un poco. Desde los proms tenía clavada la espinita del olvido de las moras, así que eso estuvo claro.
Pero Manuel también quiere ir gastando un bote de distintos tipos de pepitas de chocolate que tenemos en el frigorífico, así que separamos la masa en dos, una para las moras y otra con un poco de ralladura de naranja y el festival de la pepita de chocolate según Manuel: puso de todas, incluso blancas (odia el chocolate blanco).
A Manuel le habría encantado una megamezcla de todos los ingredientes, pero yo tenía cierto reparo - no sé si fundado o infundado - a a) las moras junto a la ralladura de naranja y b) las moras con el chocolate. Quizá evitando la mezcla me perdí una delicatessen, no lo sé.
El caso es que la masa de los scones es un gran misterio para mí. A veces nos decidimos a hornear dos tandas de 12 y a veces sólo una; el sábado optamos por una. Los ingredientes de la receta son, en teoría, para 12 scones, pero pocas veces diría yo que son salen justamente 12. A veces han salido más y a veces, como el sábado pasado, salen sólo 11. Digo que es un misterio porque encima el sábado llevaban ingredientes adicionales como las moras, etc, que quieras que no, hacen bulto y deberían dar para más, ¿no?
Así que además de tener que tomarlos sin clotted cream los tuve que tomar con conciencia de que son un bien escaso. Como el té que los acompañaba, me supieron a gloria y lo cierto es que, tan distintos como quedaron, no sé con cuáles quedarme si con los de mora que realmente estaban deliciosos y muy jugositos.
O con los de chocolate y naranja (como siempre pasa en las fotos fui a fotografiar justo la zona del scone que no tenía ni rastro de nada; aseguro que no me he inventado lo de las pepitas de chocolate), menos jugosos, pero con el saborcito tan rico que siempre deja esa combinación de sabores.
Y con el té y los scones, los periódicos. El artículo de Elvira Lindo, después de que yo casi siempre coincida y asienta cuando leo su columna dominical, le hizo exclamar a Manuel que seguimos mimetizándonos. Ayer, en un artículo muy neoyorquino hablaba de Mad Men y de la novela de Colm Tóibín, Brooklyn. Después plancha y película de los cincuenta: Champagne for Caesar (que no sé si o cómo se estrenó aquí). Muy divertida.
Qué prudente!! Dejar toda la clotted cream para Manuel! Yo creo que hubiera sido incapaz de no probar un poquito!
ResponderEliminarPor cierto, yo también tuve tarda de plancha ayer.
Un abrazo
Yo soy sconeaddict desde que los probé en Dublín hace dos años en cambio fui incapaz de comprar clotted cream en Londres. No la ví por ninguna parte.
ResponderEliminarCreo que la receta es fácil, no? peron `prefiero no hacerlos porque seguro me doy el atracón...
De donde viene lo de ver soólo clásicos los fines de semana? Son tus favoritos o tenéis una colección pendiente de visionar?Saludos
Ay, qué hambre tan bárbara de scones me ha despertado tu entrada. Creo que este fin de semana no dejaré de hacerlos, ¿podrías compartir la recetilla, no? :)
ResponderEliminarY para redondear tu comentario sobre lo neoyorquina de la columna de Elvira Lindo, te paso el blog de un fotógrafo que me gusta...
http://xavimenos.blogspot.com/2011/02/elvira-lindo-en-nyc.html
Ay que hambre me esta dando, hiciste bien de no comer clotted cream, aunque este pasteurizado, ante la duda, mejor dejarlo.
ResponderEliminarEstupendo árticulo de Elvira Lindo, muy Nueva York, a mi los tacones me recuerdan una queridisima amiga, los llevaba con un salero increible.
El libro de Tóibín tengo muchas ganas de leerlo, y ahora que caigo, no lo he visto nunca en ninguna libreria, bueno, ya caera, ya ;)
Pase que Twinigns le dé algo de reparo, para mi es simplemento mejor que lo que hay al lado en el súper.
ResponderEliminarPero, ¿TIRAR LA CLOTTED CREAM? Eso sí que no tiene perdón.
Me parece que voy a dedicarme a rebuscar en los containers. Es un cargo de conciencia.
Mmm, ¡qué ricos! Y también me ha gustado el artículo de mi tocaya.
ResponderEliminarYa sé que no es lo mismo que la clotted cream pero podrías probar un yogur de cabra exquisito para acompañar tus postres: se llama el cantero de letur. Delicioso. Yo lo tomo con compota de manzana, y con el bizcocho está muy rico también. Hay que inventarse sustitutos...
Ummm que ricos los scones, me encanta hacerlos y más comerlos. A mí me pasa igual, nunca sale las misma cantidad aún usando la misma cantidad de ingredientes
ResponderEliminarBesos
Emma
Mar: yo planché por la mañana, pero me alegra encontrar compies de plancha dominical ;) Yo tampoco sé muy bien de dónde sale la fuerza de voluntad para no probar la clotted cream, la verdad.
ResponderEliminarPrima de Audrey: a nosotros el año pasado también nos costó muchísimo dar con la clotted cream en Londres. Al final la encontramos en un supermercado Tesco y sólo de su marca, que por otra parte estaba rica, así que no me quejo. Así que si haces alguna escapada, ya sabes. La receta de los scones es facilísima, así que si eres adicta, con o sin clotted cream, yo creo que puedes darte el capricho.
Lo de los domingos ahora no sé muy bien cómo comenzó, la verdad, pero el caso es que no tenemos ni colección ni favoritos (hay muchas que no hemos visto nunca antes siquiera), vamos siguiendo una cronología de la comedia de enredo elaborada por Manuel. Y ahora ya ves que vamos alternando: un domingo toca comedia de los años cincuenta y el domingo siguiente ciclo Carole Lombard (iremos pasando por varios actores). En fin, ya ves, cine en casa :)
Iris: ¡pues anímate a hacerlos! Son facilísimos y no te darán nada de guerra. La receta es la que doy siempre, ya la he dado tantas veces en el blog que no la pongo por no repetirme y que penséis que soy una pesada. Esta es la que yo uso: http://www.joyofbaking.com/SconesCoffeehouse.html
He empezado a ver el vídeo de Elvira Lindo. Luego continuaré con más calma. ¡Gracias!
Ángeles: muy recomendable de verdad el libro de Tóibín. Así que... que caiga, que caiga :D
Claudio: totalmente de acuerdo con lo de la clotted cream. Iremos al infierno sólo por esto (el cielo, por supuesto, tiene barra libre de scones con clotted cream). De momento y aunque ayer se acabaron los scones y aunque en teoría el bote no debería conservarse abierto más de tres días (que se cumplen hoy) nos hemos resistido a tirarla. Manuel dice que podemos esperar a que le salga moho y así tirarla con menos pena ;)
Elvira: bueno, yogur sí que puedo tomar y de hecho tomo (siempre que esté pasteurizado, etc. etc.). ¿El de cabra que dices es pasteurizado? Ahora en nuestro supermercado les ha dado por traer este tipo de productos y hace ya unos meses hicimos el recorrido por los yogures de vaca, oveja y cabra. El que menos me gustó creo recordar que fue el de oveja.
Emma: es que los scones son una delicia. Y me alegra ver que no somos los únicos a los que los mismos ingredientes les dan como resultado cantidades diferentes del resultado que sea. Qué cosas.
Seguro que dije en algún post anterior tuyo sobre scones que tenía ganas de hacerlos... Y aquí sigo, sin haberlos hecho todavía! No tengo perdón, tengo que probar alguna receta de scones ya! :D Y que me queden como los tuyos de buenos, claro XD
ResponderEliminarsaluditos
Seguro que cuando los hagas te quedan bien ricos, ya verás. Y qué bien entiendo lo de queere hacer una receta y al parecer nunca encontrarle el hueco... Ya surgirá :)
ResponderEliminarIgual que Lillu, estoy deseando hacerlos. Núnca los he hecho pero al ver la buena pinta que tienen los tuyos he decidido intentarlo y veré como soluciono lo de la clotter cream.
ResponderEliminarPor lo de la clotted cream tampoco te preocupues. Es, desde luego, el complemento ideal, pero ya ves que yo esta vez no la tomé y me supieron bien ricos igualmente. También puedes untarlos con mantequilla y mermelada de toda la vida.
ResponderEliminarMmmmm!!! A pesar de haber desayunado ya,...qué paseo para la mirada y las papilas gustativas...estoy salivando.
ResponderEliminarAún no lo he hecho. Mi horno no es muy bueno, pero voy a intentarlo...a ver si lo consigo antes de la cuaresma. Y con clotted Cream, of course.
Bss!!
Como te comenté ayer mismo me puse manos a la masa e hice unos Scones, pues todos en casa encantados. Mi molde era pequeñito y me quedaron tipo mini (a ver si los subo al blog y los ves. La clotted cream la sustituí por una nata montada muy densa y...¡fabulosos!
ResponderEliminarSeguiré probando añadiéndole otros ingredientes, estos los hice "normales".
María: si te animas por fin, ya sabes, fotos del banquete :)
ResponderEliminarAlicia: ¡qué bien y qué rapidez! Y con la nata tuvieron que quedar de maravilla. Juega con los ingredientes y añade lo que te gusta, ya verás cómo loa dmiten prácticamente todo (hay gente que los hace hasta salados, por ejemplo, de queso). Me alegro mucho.