martes, 28 de septiembre de 2010

Pan Hovis (otra vez)

Qué poco original soy. Ayer hice pan Hovis por la misma razón que la vez anterior (y primera): que no había restos dulces del fin de semana y cuando Manuel llegase a casa no habría nada que tomar.

Así que como Manuel me venía recordando con bastante frecuencia y desde hace semanas que el preparado de pan Hovis caducaba en septiembre (o sea, ya), me decidí a hacerlo de una vez. De nuevo fue facilísimo, y eso que, como ha refrescado, no las tenía todas conmigo con eso de que la masa doblara su volumen. Pero no hubo problemas, en hora y media estaba enorme.

Además fue la excusa perfecta para estrenar ¡por fin! mi molde de "cake", regalo de cumpleaños allá por julio, que ha languidecido en el armario todas estas semanas esperando turno.

Y como se trataba del estreno creo que no he dejado constancia aquí de mi indignación con los señores que piensan (si es que lo que voy a contar se puede considerar pensar) los embalajes de sus productos en Pyrex. Resulta que la gente de Pyrex trabaja para crear un buen producto, te lo venden diciendo que no hay nada que se pegue a esa superficie y demás maravillas. Y el señor que piensa en cómo embalarlo decide que el cartoncito que cuenta todo eso tiene que ir pegado con el pegamento más potente del mundo al interior del molde. Resultado: que allá por julio, Manuel se pasó más de una hora intentando quitar el pegamento. Primero lo intentamos con delicadeza, agua caliente, trapitos suaves y lo único que hicimos fue empeorarlo. Al final salió a base de alcohol (que no puede ser bueno para el recubrimiento del molde) y de un estropajo no tan suave como los trapitos (que tampoco es recomendable). Y así, a base de mucho frotar, salió. Pero es posible que acortásemos considerablemente la vida útil del molde. Y todo porque no se piensan las cosas. ¿De qué le sirve a una marca fabricar el mejor molde del mundo si luego lo estropea con un pegote de pegamento?

Indignaciones aparte, ayer me recreé en el uso del molde firme, mucho más cómodo que el de silicona. Al cabo de media horita en el horno y de un olor delicioso que se iba extendiendo por toda la casa, saqué esta joya. Para cuando vino Manuel y lo tomamos (aún queda, que conste), aún estaba un poco calentito. En fin, delicioso.

Manuel lo tomó untado con Nocilla y yo con sirope de arce. Cómo nos costó parar...











Tengo que volver a A Taste of Home un día de estos a por más provisiones.

5 comentarios:

  1. Casi me llega el olorcito hasta aquí!! Tiene un aspecto delicioso.
    un abrazo

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  2. Mmmmmmm...... Una rodajita, por favor! (Ha sonado a "una limosnita, por favor" :-))

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  3. Con sirope de arce...visualiza a Homer Simpson babeando.

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  4. La verdad es que para los panes sí que es mejor usar moldes rígidos, para que no se deformen, ya que suelen crecer mucho. Ese pan es fantástico! Yo estoy ahora mismo decidiendo qué voy a hornear, porque me apetece también algo dulce para merendar! :D

    saluditos

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  5. Mar: quedó muy rico, sí. Hoy se acaba, creo :(

    Elvira: jajaja... aprovecha antes de que se nos acabe ;)

    Samedimanche: anímate, tienes el preparado de pan y el sirope de arce en A Taste of Home. Puedes hacerte un pack especial ;)

    Lillu: qué intriga, ¿al final por qué te decantaste? Cuenta, cuenta.

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