Los lunes por la tarde suele ser tradición que cuando Manuel vuelve a casa nos damos el caprichito de merendar la repostería que aún queda del sábado. Algunas veces la tradición se extiende al martes o, en determinados casos milagrosos, incluso al miércoles.
Ayer, en cambio, ya no quedaba ni una miga de la tarta bretona y no teníamos nada casero que merendar. Así que por fin me decidí a hacer el preparado de pan Hovis que compré en A Taste of Home allá por enero. Y menos mal que lo hice, porque caducaba ya en julio.
Así que seguí las instrucciones, añadí el agua y el poquito de mantequilla y amasé durante 10 minutos hasta que conseguí esta bola de masa. Pensé que amasar ese rato se me haría pesado pero qué va, habría seguido encantada más de diez minutos.
Lo reconozco. El motivo de que el pobre preparado hubiera pasado tantos meses arrumbado en el armario era este paso: el de esperar a que la masa doblara su volumen. Por alguna extraña razón es algo que no me gusta, quizá porque una vez, al principio de nuestros sábados reposteros, en pleno invierno, una masa tenía que doblar su volumen y no aumentó ni un milímetro. Y aunque después hayamos logrado que las masas doblen su volumen en condiciones, suele ser un paso que no me gusta. Pero ayer concluí que con el calor que hacía la masa lo tenía fácil. Y acerté:
Como contraste a lo poco que me gusta esperar a que doble su volumen la masa, me encanta el tacto de la masa llena de aire, tan blandita, tan esponjosa al tacto. La pasé al molde de silicona (que aunque pueda parecerlo no está sucio, es que con cada horneado le van saliendo esas manchitas) pensando en que lo suyo sería haber tenido un auténtico molde de pan Hovis. Pero en fin, con menos firmeza y sin las letras Hovis estampadas en el pan por "arte de magia", el molde de silicona cumple su función, así que al horno que fue.
Al cabo de media hora - una pena que no tuviera tiempo para sentarme delante de telehorno, visto lo mucho y lo rápido que subió - de olor delicioso, saqué esta joya del horno.
Me cayó bien, mi pan Hovis, porque me recibió con una sonrisa.
Con el pan enfriándose sobre la rejilla y la casa oliendo a panadería celestial yo no veía el momento de que Manuel llegara a casa para que pudiéramos hincarle el diente de una vez. ¡Por fin llegó!
Y nos pusimos las botas.
Y el pan, delicioso. Creo que mientras lo comíamos también pasaba todo esto - de un anuncio de Hovis, marca histórica en el Reino Unido - por nuestra cabeza:
La próxima vez que vaya a A Taste of Home no faltará en mi cesta de la compra incluso a pesar del paso de doblar el volumen. Merece la pena y en realidad es facilísimo y de lo más agradecido.
Oooohhhhhhhh! Maravilloso. ¿Y qué es esa pasteta divina que le untaste? No le veo color de nocilla, parece tener un color más acaramelado.
ResponderEliminarPues es Nocilla, Elvira, pero de la de dos colores, quizá por eso le queda el color más claro.
ResponderEliminarIba a preguntar si era Nocilla lo que adornaba majestuosamente el pan, y ya me lo has confirmado, y encima la de dos colores, mezclados!!!! No se puede aguantar!!!!!!!! (poner tono de rabia, envidia y celos para leer la última frase).
ResponderEliminar¡Qué ganas de comerme una rebanada de ese pan con Nocilla! Mmmm...
ResponderEliminarPor cierto, el anuncio me ha encantado. ¡Vaya repaso por la historia de Inglaterra! Me gusta que hayan salido las "suffragettes". En su día hice un trabajo sobre ese movimiento en Inglaterra y les tengo cierto cariño.
Mmm que buennooo¡¡
ResponderEliminarPor si te interesa, hoy han entrevistado a la coautora de la biografía de Carmen Laforet, yo lo he pillado casi acabando, pero pillar el podcast sera facíl imagino.
Era en la cadena SER en el programa Hoy por hoy, un saludo.
Oohhhh me encanta!! Os quedó genial! A mí me encanta hacer pan, y si mi horno se comportara como es debido lo haría todas las semanas. Pocas cosas son tan agradables como el del olorcillo del pan recien hecho, y más cuando lo ha hecho uno mismo con sus manos! Lo de la envidia que me ha dado esa rebanada con nocilla ni lo comento XDDD
ResponderEliminarsaluditos!
No he ido a Taste of home nunca aun! Solamente la vi un día al pasar con el bus, no sé ni que bus sería haha
ResponderEliminarPero a ver si antes de que acabe el mes voy a hacer una súper visita!!!!
Me has convencido!! Ese pan hay que probarlo...Ya os contaré.
ResponderEliminarAmasar crea adicción! Me tienen que sacar la masa de las manos porque si no no pararía :)
ResponderEliminarPan Hovis no compré pero creo que en la próxima visita me haré con un paquete, ya os contaré. El vídeo me ha encantado, ¿dónde firmo para vivir una aventura como esa?
Mar: ¡jajaja! Pues no te aguantes, mujer. Cógete una rebanada de pan - cualquiera - y destapa el bote de nocilla ;)
ResponderEliminarCrafty-Marta: a mí el anunció me encantó también. Las suffragetes podían llegar a ser muy bestias (y no miro a nadie, Emily Davison), pero en general, por la cuenta que nos trae, caen bien.
Ángeles: gracias por decírmelo. Lo buscaré porque debe de ser interesante.
Lillu: a ver cuándo tienes un horno que te deje hacer cosas a tus anchas. Cuando lo tengas seguro que no lo dejarás descansar ;)
Mar: pues pásate porque merece la pena, ya verás.
Samedimanche: ¡¡bien!! Ya contarás, sí...
LittleEmily: sí, yo me tuve que obligar a parar diciéndome que a ver si iba a estropear la masa por amasarla mucho (hay masas que hay que mezclar/amasar lo justo).
Con el preparado este no lo dudes: muy buena inversión, ya verás. El anuncio es genial :)
Madre mía, qué pinta... Cada vez se me hace más difícil leer tus posts reposteriles, ya que sigo con mi régimen, pero con buenas ganas le hubiera hincado el diente yo también a la rebanada de pan con ¿nocilla, nutella? Ummmmm... voy a comerme una manzana, ¡rápido! :)
ResponderEliminarAy, pobre, sí, tú híncale el diente a la manzana, o a unas cerecillas si puedes y si ves la entrada de hoy... ;)
ResponderEliminarLo de la foto es Nocilla, me gusta más que la Nutella, supongo que porque es la que he tomado toda la vida.