Y no, no hablo de estos tiempos de crisis que tenemos encima, sino de estos tiempos - más en general - en que vivimos. Porque, de nuevo en general, vivimos bastante bien, a pesar de que el otro día, buscando no sé qué receta me encontré con que hay gente que (parece ser que sin tener problemas de alergia ni nada) se hace su propio detergente casero. No seré yo la que le diga a nadie en qué invertir su tiempo pero me pareció bastante chocante.
Me recordó a que, después de leer la biografía de Carmen Laforet y antes de pasar a leer el último libro de Maggie O'Farrell, me oxigené un poco con la siempre estupenda poesía de Helen Dunmore. En París el verano pasado, en Shakespeare & Company, me había comprado su última colección de poemas, Glad of These Times (contenta con estos tiempos) y no la había leído más que por encima. Así que con The Betrayal aun fresco, me leí sus nuevos poemas, que son de ese tipo que tanto me gusta: de a pie.
Suscribo al pie de la letra el poema que da título a la colección:
Driving along the motorway
swerving the packed lanes
I am glad of these times.
Because I did not die in childbirth
because my children will survive me
I am glad of these times.
I am not hungry, I do not curtsey,
I lock my door with my own key
and I am glad of these times,
glad of central heating and cable TV
glad of email and keyhole surgery
glad of power showers and washing machines,
glad of polio inoculations
glad of three weeks' paid holiday
glad of smart cards and cash-back,
glad of twenty types of yoghurt
glad of cheap flights to Prague
glad that I work.
I do not breathe pure air or walk green lanes,
see darkness, hear silence,
make music, tell stories,
tend the dead in their dying
tend the new-born in their birthing,
tend the fire in its breathing,
but I am glad of my times,
these times, the age
we feel in our bones, our rage
of tyre music, speed
annulling the peasant graves
of all my ancestors,
glad of my hands on the wheel
and the cloud of grit as it rises
where JCBs move motherly
widening the packed motorway.
Lo siento por los que no saben inglés, pero me siento incapaz de traducir el poema. Un resumen (resumir un poema, qué cosas), sería que celebra todo lo bueno de estos tiempos (y un país como el nuestro, claro): el reducido índice de mortalidad infantil, las lavadoras, las vacunas, los coches, los vuelos baratos, el que no pasemos hambre, que tengamos un techo sobre nuestra cabeza, el poder trabajar fuera de casa, etc. Y reconoce que sí, que respiraremos un aire menos puro, que caminaremos por sendas menos verdes, que disfrutaremos menos de la oscuridad y del silencio, etc., pero que en realidad está contenta de este tiempo que nos ha tocado vivir. Lo mismo pienso yo, incluso con el holocausto nuclear que tengo alrededor y que en lugar de ir menguando no hace más que expandirse (espacial y sonoramente).
Al hilo de esto me hizo gracia un comentario de Stella Gibbons en Nightingale Wood, escrito en 1938 pero que sigue vigente (como tantas cosas de ese libro) a día de hoy:
Civilization as we know it is corrupt. It may be doomed; there are plenty of omens. Its foundations are rat-eaten, iuts towers go up unsteadily into lowering clouds where drone the hidden battle-planes. But it can, and does, supply its young daughters with luxuries at prices they can afford. No woman need be dowdy, or shabby genteel. While she has a few shillings to spend on clothes, she can buy something pretty and cheerful. This may not be much, but it is something. Tomorrow we die; but at least we danced in silver shoes.
La civilización, tal y como la conocemos, está corrompida. Puede incluso que esté condenada, desde luego hay signos de sobra que así lo sugieren. Sus cimientos están carcomidos por las ratas y sus torres se elevan, inestables, hasta las nubes bajas por las que planean los aviones de guerra. Lo que sí puede, y de hecho así lo hace, es proporcionar a sus hijitas ciertos lujos a precios que pueden permitirse. Ninguna mujer debe vestir sin gracia o ir discretamente andrajosa: mientras tenga unos cuantos chelines para ropa se podrá comprar algo bonito y alegre. Puede que no sea gran cosa, pero algo es. El día de mañana moriremos, pero al menos pudimos bailar con zapatos plateados. (Traducción cutre mía)
Editado al día siguiente para añadir un par de cosas que pueden interesaros a las que habéis dejado comentarios:
- Ya lo recomendé hace tiempo, pero el "minidocumental" The Story of Stuff (aquí está doblado en argentino) es muy, muy esclarecedor. Yo lo vi hace ya casi dos años y lo sigo teniendo bien fresco. Y como dije entonces: sólo dura 20 minutos, tiene dibujitos chulos y creo que todo el mundo debería verlo.
- Visto ahora mismo a través de la newsletter de la editorial Persephone, este artículo del historiador David Kynaston (autor de Austerity Britain y Family Britain), en inglés, claro, sobre la austeridad de los años cuarenta en el Reino Unido y cómo la población la sobrellevó, más o menos, con cuatro puntos clave. Como dice Kynaston, la austeridad ya fue difícil de "vender" entonces y lo es ahora incluso más. Eso sí, también aclara que aquellas medidas de austeridad venían impuestas por la escasez de alimentos y productos, no tanto por la escasez de dinero, mientras que ahora la austeridad la impone el dinero. En cualquier caso es una reflexión muy interesante, creo.
Yo sí que uso jabones especiales por la alergia, pero no los hago yo, ¡qué pereza!
ResponderEliminarA mí lo que me apena de estos tiempos es los destrozos en la naturaleza, en las costas, en ríos, etc. Y eso de que el primer mundo disfrute de la mayor parte de la riqueza. Pero hay otras cosas de los tiempos que nos han tocado vivir que me encantan. No sólo ciertas comodidades, sino la libertad de la mujer hoy en día... al menos en muchos países.
Mis suegros hacen su propio jabón, no es dificil, pero la verdad es que no le encuentro mucho sentido.
ResponderEliminarMe ha encantado el poema y la cita. Lo que me apena es que no sea una verdad universal y que no todo el mundo pueda disfrutar de esta bonanza. Pero ciertamente, nos podemos sentir privilegiados.
Elvira: si yo lo de los jabones especiales y la comida especial, etc., lo entiendo perfectamente por motivos de salud, pero no tener problemas de alergias y hacerte tu propio detergente me parece raro, la verdad. Y además, qué quieres que te diga, el comprado tendrá todos los ingredientes químicos que se quiera y serán malísimos, pero creo que no sentiría que la ropa queda tan limpia con uno casero, no sé.
ResponderEliminarEn lo otro que dices te doy la razón y ya ves que la propia Helen Dunmmore también habla de la naturaleza y demás. Por supuesto hay infinidad de cosas mejorables, eso no se puede negar. Creo que el poema me gustó especialmente porque me desespera mucho la gente para la que el pasado es una especie de Arcadia y que no se cansa de repetir/pensar que "todo tiempo pasado fue mejor". No estoy en absoluto de acuerdo. Ahora, y siempre refiriéndome al mundo desarrollado, claro, vivimos mejor que nunca y querer negarlo es ser muy injustos tanto con las personas que ahora no tienen acceso a esas comodidades como con los mismos antepasados de uno que no los tuvieron.
Malglam: a mí me pasa lo mismo, que realmente no le veo el sentido, salvo que por motivos de salud realmente tengas "necesidades especiales".
Me alegra que te hayan gustado las dos citas :)
Gran entrada! admito que yo soy un poco de esas personas nostálgicas por tiempos en los que no han vivido, pero al final del dia me alegro de estar donde estoy por las mismas razones de helen dunmore. A menudo se nos olvidan que "los tiempos de antaño" eran muuuuucho más machistas, racistas, y una infinidad de ismos, así que viajes en el tiempo no resultarían tan atractivos como parecen en las peliculas xD (Marty McFly, tu eres el culpable!).
ResponderEliminarY hablando de las cosas hechas en casa, yo normalmente me hago una mascarilla facial casera y no se puede comparar a nada que haya usado antes comprado en una tienda... También he encontrado una receta para champú y para desodorante que pienso probar, y mi madre antes hacía jabón con el aceite sobrante. Tenía una pinta asquerosa pero dejaba la ropa genial.
Gatesca Pantomima: bueno, ser nostálgica y/o tener curiosidad por cómo sería vivir en otra época no siempre equivale a idealizarla. A mí también me encantaría viajar en el tiempo y curiosear aunque lo primero que imagino siempre es que sería un shock para la pituitaria ;) Y, eso sí, llegado el momento de las tareas domésticas que me devuelvan a mi época, por favor.
ResponderEliminarYa digo que yo no voy a decirle a nadie en qué emplear su tiempo o con qué lavar, etc, pero la verdad es que yo soy muy, muy poco de remedios caseros y no suelo tener la más mínima curiosidad por ellos. Yo estoy encantada con mi champú, mi desodorante y mi detergente de fábrica ;) Por la mima regla de tres habría quien me pudiera preguntar a mí para qué hago repostería los sábados si puedo ir a comprarla a cualquier sitio, así que ya digo que no entro en qué es mejor, simplemente no es lo mío.
Yo lo único que echo de menos de otros tiempos es la educación, que cada vez se valora menos y se va perdiendo sobre todo en los niños. Las cosas materiales evidentemente nos dan una comodidad que no tendríamos en otras épocas, como trabajar desde casa, lavar a máquina, escuchar música en casa, yo qué sé, cientos de actividades. También echo de menos vivir en el campo, sobre todo porque me vuelve loca el ruido de la ciudad, pero si viviera allí echaría de menos el bajar a la calle y tener todo a mano. Cada cosa tiene su pro y su contra :)
ResponderEliminarsaluditos
Me ha encantado tus reflexiones... Creo que es una injustícia que en nuestros tiempos, con todas nuestras comodidades y facilidades para vivir, haya gente que se siga quejando por chorradas, se sienta desgraciada y vaya de víctima por la vida. Es una falta de respeto y consideración hacia el resto de personas en el mundo que tienen una vida mucho más dura que la nuestra, y hacia nuestros antepasados. Me da una rábia enorme!
ResponderEliminarLos adelantos tecnológicos y científicos han facilitado nuestras vidas y es importante ser conscientes de ello, pero también creo que hay que aprender a no magnificarlo y valorarlo en su justa medida. Que no nos convirtamos en sus esclavos. Tener comodidades, recursos y libertad no da la felicidad, sinó, no habría tanta gente con depresiones...
Además de tener en cuenta que el exceso de tecnologia perjudica nuestro entorno natural, en estos tiempos es muy importante educar lo que llaman la "inteligencia emocional" para valorar y aprovechar las posibilidades que tenemos a nuestro alcance sin olvidar la importancia de las pequeñas cosas y las relaciones humanas. Si encontramos ese equilibrio seguramente seremos más felices...
Perdón por el rollazo que he metido! jeje!
Aunque soy bastante nostálgica en lo que refiere a otras épocas, sé que ahora mismo disfrutamos de cosas con la que nuestros abuelos y bisabuelos no podían ni soñar y también otras que han costado mucho de ganar. Así que lo de quejarse por chorradas como, por ejemplo, no tener XX televisiones en casa o no poder comprarse el último bolso de la marca tal que después encerrarás en el armario en dos meses, me parece absurdo...
ResponderEliminarLo de hacer en casa el jabón, el pan o las mascarillas para el pelo me parece buena idea, para los trabajos caseros más latosos va bien contar con algunos de los aparatos con los que disponemos pero tampoco sería tan grave si no tuvieramos algunos de ellos (te lo dice alguien que se lo pasa pipa lavando platos). Con lo del exceso de tecnología estoy completamente de acuerdo: los humos, la contaminación acústica nos hacen ser más vulnerables física y psicológicamente aunque no lo parezca. Aunque precisamente Internet haya supuesto un cambio importantísimo para el mundo, hay que saber adaptarlo a tus posibilidades y no convertirte en su esclavo. Hay que poder hacer todo lo que hacías sin ello y no olvidarse de salir a la calle y disfrutar.
Buuf, qué parrafada...
Me había olvidado de una cosita, ¿qué te ha parecido Mud? Vi que hablaba un poco de Tristán e Isolda y me entró curiosidad ;)
ResponderEliminarLillu: tienes razón en lo de la educación, pero también es cierto que en otros tiempos la educación se inculcaba muy a lo bestia. Quizá ahora hemos pasado de un extremo a otro.
ResponderEliminarYo no podría vivir en el campo, soy demasiado de ciudad ;)
Pilar: sí, sí, si ya decía más arriba que igual que yo encuentro raro que alguien se fabrique el detergente, habrá quien se sorprenda porque yo hago helado o postres caseros en vez de comprarlos. Pero bueno, mi reacción al ver lo del detergente fue esa y, no sé, yo no lo haría.
Estoy de acuerdo con lo de ser "autosuficientes" hasta cierto punto. Si por autosuficientes se entiende no derrochar, no comprar cosas que no necesitas, no acumular más cosas de las que vas a poder usar, mirar de dónde viene lo que compras, usar el transporte público, etc. entonces me parece bien. Pero "autosuficiente" en el sentido de hacerse uno su propio jabón, tener su propio huerto, etc. me parece bien como complemento al estilo de vida actual, pero ponerlo en práctica de forma absoluta sería un enorme retroceso en todos los sentidos.
También está el hecho de que hay cosas que quizá gasten más si las hace uno mismo en lugar de comprarlas. Una barra de pan que cuesta 90 céntimos da trabajo a alguien (quien la hace, quien la vende, etc.) es probablemente más barata y más rentable (en el sentido de que no sólo beneficia al que la compra) que si tienes que comprar la harina, la levadura, etc. e invertir el tiempo que sea en hacerla más encender el horno eléctrico que gasta energía.
Guacimara: totalmente de acuerdo en que las posesiones no dan la felicidad y que la depresión clínica es una enfermedad del primer mundo. Eso sí, yo seré una kamikaze pero hay ámbitos (tecnología, comodidades (y sí, incluyo el detergente de fábrica), medicina occidental, medios de transporte, etc.) en las que no daría un paso atrás. Si se pueden mejorar y hacer más sostenibles y menos agresivas, de acuerdo, pero yo no me veo capaz de renunciar a ellas, qué quieres que te diga. No tienen por qué ser o blanco o negro.
LittleEmily: pues yo qué quieres que te diga, no me preocupa lo más mínimo cuál es el bolso que tendría que llevar esta temporada según los gurús de la moda, pero sí me molestaría mucho querer lavar la ropa, darme cuenta de que se ha acabado el detergente y, en lugar de ir a la tienda a por él, tener que poner a hacerlo. Lo mismo con el champú o similares. Creo que hay un equilibrio, un punto medio, posible entre vivir de forma nada sostenible y vivir una vida totalmente "hecha en casa" (cosa que, por otra parte, me parece una utopía, pero bueno).
Sobre Mud: pst, está muy bien escrito, eso es innegable, y tiene historias que están muy bien, pero es un poco cansino, al menos leído de principio a fin (ya sé que tú no lees las historias cortas seguidas, así que puede que lo disfrutaras más que yo). Yo lo leí porque tiene una relacionada con Jane Eyre.
Lo que está claro es que cualquier tiempo pasado...ha pasado y no hay más tiempo que el presente. ¿Que lo dediques a estudiar el pasado? Vale, pero no nos equivoquemos.
ResponderEliminarEn casa somos muy autosuficentes ( somos los "nuevos amish" ), mi santo es buen electricista, carpintero, electricista, mecánico, cocinero...y yo coso, bordo, ingenio... de hecho, las obras de casa las hemos hecho siempre nosotros ( baño nuevo incluido, pero más por una cuestión de posibles que de voluntad: hacerlo uno es más barato. Con todo y con eso, jamás se nos ocurriría recurrir a herramientas de sílex.¡Viva la revolución industrial, viva el progreso! Pero que no sea en detrimento de la capacidad humana, por favor, que nos estamos volviendo tontos.
Me ha encantado lo de los "nuevos amish", pero desde luego es un nombre acertado porque sois de lo más apañados (y complementarios, además). Nosotros somos poco amish, si te digo la verdad. Manuel es más "amish" que yo, porque yo soy de esas que no son capaces de cambiar una bombilla (lo digo en serio) y si por las cincunstancuias se ven obligadas a ello no lo hacen sin antes quitar los plomos (verídico).
ResponderEliminarAhora bien, a pesar de todo, te doy la razón en lo de que nos estamos volviendo tontos (en general, no Manuel y yo en particular ;)).
Noooooooooo... Manuel y tu sois apañadísimos en lo vuestro. ;D
ResponderEliminarEso si, a los nuevos amish nos gusta más el arriba que el abajo en la jerarquía doméstica...si pudiese, tendría cocinera y señora de la limpieza...