viernes, 27 de mayo de 2011

Aventuras y desventuras

He aquí la adquisición más reciente de Mister X (bueno, la bolsa y una mosquitera, pero digamos que la mosquitera resulta tanto poco interesante como poco fotogénica). Como dije en alguna entrada anterior, la bolsa también es un regalo pero, para que fuera a mi gusto, me dejaron comprarlo a mí. Así que fiché una bolsa, la gafé y desapareció de todas las tiendas. El otro día, comprando la mosquitera y charlando con el chico de la tienda, estuvimos hablando de bolsas y demás y me enseñó esta que tampoco estaba nada mal y, siendo de la misma marca que la otra que me gustaba, es idéntica por dentro, que es lo que cuenta. Resultó que era la última que les quedaba y yo, conociendo mi gafe y temiendo que no sólo la otra no llegara sino que además me quedara también sin esta, decidí que lo mejor era adelantarme al gafe y comprarla ipso facto. Fue una buena decisión, cada vez estoy más convencida de ello.

La semana que viene, ya no lo puedo dejar más, lavaré toda la ropita y demás y empezaré a llenar la nueva bolsa con lo necesario. La semana que viene también llegará otro regalo más: el cochecito. Ya pondré fotos cuando llegue.

Y ya que estamos con el tema hoy quiero hablar de dos cosas más.

La primera es una que siempre me hace gracia a posteriori pero que en el momento me deja primero cara de confusión y después cara un poco de "qué expresión más fea". Concluyo que en catalán la expresión para preguntarle a alguien si es niño o niña es "què portes?", pero en castellano, al menos el que me sale a mí, para preguntarlo diría "¿es niño o niña?" o similares. Pero aquí se traduce del catalán y, como el verbo significa indistintamente traer o llevar, pues me veo sumida en la confusión de las preguntas "¿qué llevas?" y "¿qué traes?" Y por más que me lo preguntan, por más que me río después, no me acostumbro y, siempre, siempre, siempre, tengo como un pequeño reflejo de una milésima de segundo en que hago amago de mirarme las manos a ver qué llevo/traigo. Hace unos días me lo preguntaron volviendo de la frutería y me faltó poquísimo para responder cándidamente que un melón. Por suerte reaccióné a tiempo o el momento podía haberse vuelto muy surrealista.

La segunda es que yo entiendo que hace unas semanas a la gente le cupieran dudas y, por miedo a meter la pata (pongamos eso como excusa) no me dejaran sentar en el transporte público no fuera a ser que yo simplemente tuviera barriga cervecera o algo. Como se vio en la foto del otro día, ahora la teoría de la barriga cervecera queda descartada y si no me dejan sentarme es porque no les da la gana. Hace unas semanas me indignaba más por la falta de civismo que por otra cosa, pero de un tiempo a esta parte, a medida que mis pies y su nueva forma de globo hacen suya la expresión de "más que ayer pero menos que mañana", me molesta tanto por la falta de civismo como porque realmente agradecería mucho poder sentarme. Últimamente no se me había dado muy mal: o siempre había algún asiento libre o siempre alguien (a veces después de "exhibirme" un poco, como dice Manuel, porque yo entiendo que no todo el mundo mira a ver quién entra; yo tampoco lo hago, pero sí levantas la vista tarde o temprano y ves que hay una señora mayor o una embarazada o una madre con un niño a cuestas y reaccionas... o deberías reaccionar) me cedía el asiento (cosa que, por cierto y en contra de lo que pueda parecer, me apura un poco, sobre todo si la persona se queda cerca y tarda más en bajarse que yo). El caso es que el otro día la cosa estaba a rebosar, así que me subí, me "exhibí" (ahora ya no es tanto cuestión de exhibirse como imposibilidad de no hacerlo) y todo el resultado que obtuve fue que un señor mayor con bastón y todo se ofreció a dejarme su asiento. Obviamente me negué y más viendo que las tres personas (jóvenes, sanas) que le rodeaban habían levantado la vista de sus móviles, libros, pies y se habían enterado. Pues bien, ninguna de ellas - que, repito, se habían enterado - hizo amago de nada. Me faltó muy poco para señalar a los iconitos que dicen que tengo prioridad, etc., pero pese al enfado yo soy poco de montar numeritos. Ahora, como me vuelva a pasar no sé si acabaré montándolo, porque realmente me fastidia mucho.

Al cabo de varias paradas una chica que iba con otra y que se iba a bajar vino a buscarme para cederme su asiento que se quedaba libre. No fue mal gesto, pero podía habérmelo dejado desde el principio, pero en fin, a caballo regalado, etc.

Ya digo, aventuras y desventuras.

17 comentarios:

  1. Me encanta!!!!!!!! No sé cómo era la otra, pero esta me parece una verdadera preciosidad!
    En cuanto a lo de qué traes/llevas, me ha hecho gracia porqué si lo recuerdas, hice un post respecto de nuestro catalán traducido.
    Y para acabar, yo uso el autobús cada día y no deja de asombrarme la mala educación de los usuarios. Te comprendo perfectamente.
    En fin, un abrazo muy grande!!!

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  2. A mi esas cosas esq me pueden y eso q no soy nada de montar números, pero recuerdo q una vez en Ikea en una caja no me cedían el paso (cuando así lo pone en los letreros gigantes q hay en cada una)se me fué la cabeza, yo creo q las hormonas tuvieron algo q ver, pero resultó y me fui de alli rapidito y tan contenta!

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  3. Mar: qué bien que te guste la bolsa. A mí cada vez me gusta más, me he olvidado rápido de la otra :)

    Sí, de hecho deduje lo del intercambio de traes/llevas por aquello que tú contaste y que tanta gracia me hizo :D

    Dina: ah, las colas también son un mundo y es igual que lo del transporte público. El otro día un señor que se llevaba medio supermercado dejó pasar a un chico que llevaba dos latas de cerveza pero no a mí que tampoco llevaba gran cosa (creo que eran cuatro productos). En fin, a este paso yo también creo que algún día acabaré montando un numerito, no sé si motivado por las hormonas o simplemente por el dolor de pies ;)

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  4. No te cortes, Cristina, que yo he visto embarazadas reclamar sus asientos con todo el ímpetu de sus hormonas. Yo también tuve que hacerlo una temporada en que me fastidié una rodilla y llevaba bastón...supongo que la amenaza de usarlo como arma dotaba de fuerza mis argumentos.
    Y, respecto al gafe, lo que te toca es dejarte llevar por la compra compulsiva...

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  5. Lo de que traes un melón habría estado divertido XDDDD

    Yo me indigno muchísimo también con el poco civismo de la gente. Aquí lo veo día sí, día también, jóvenes y personas de mediana edad tranquilamente sentadas mientras ancianos se bambolean agarrados a las barras de los autobuses o el tranvía, y temiendo por su seguridad. Yo, por sistema, nunca me siento salvo que el lugar esté muy vacío. Siempre prefiero dejar asientos para personas con más dificultades, pero por desgracia esos asientos suelen llenarse con adolescentes egoístas que, como bien dices, aunque vean que entra una embarazada francamente les da lo mismo. Una pena que la educación haga aguas en este país.

    saluditos

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  6. cuando yo estaba embarazada tampoco creas que me dejaban sitio en los transportes público. Bueno, miento, en una ocasión sí que me cedieron el sitio, pero pasa muy pocas veces. En cambio yo cuando veo a una mujer embarazada o un hombre mayor le levanto enseguida.
    Las solapas del bolso y en las letras con las florecillas queda muy bonito. Me gusta.

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  7. Cristina, la bolsa es preciosa.

    En cuanto a la educación de la gente, especialmente de adolescentes-universitarios deja mucho que desear. El autobús que he estado cogiendo todo el embarazo para ir a trabajar se llenaba dos paradas antes de chicos que iban a la universidad (todos de la misma residencia). Se acababan de levantar, a las 8'30h no creo que estuvieran muy cansados... pues no me cedía el asiento ninguno de ellos, si acaso, alguna señora mayor o de mediana edad.

    En fin, una pena...

    Por cierto, hoy hace una semana que dí a luz. Escribo esto con una mano porque en la otra tengo a mi pequeño Juan. Es un bombón de niño. Todo salió bien y el parto fue muy rápido. Ánimo, que ya te queda poco de embarazo. Disfrútalo.

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  8. Jajaja qué gracia me ha hecho lo del melón!!! Pobre Mister X ahora encima de no tener nombre lo confunden con una cucurbitacea. Y tanta gracia me ha hecho una cosa como enfado me ha producido la otra. El caso es que, como ya sabes, Ángeles ha estado mucho tiempo de baja y con muletas, y en ocasiones la gente le ha costado reaccionar para dejarle esos asientos de los iconitos. Yo tampoco soy de armar numeritos, pero si te pasa varias veces acabas bastante harto y cabreado con los incívicos (la mayoría de gente, por suerte, no es así, aunque ya verás como Ángeles opina diferente). Lo que creo es que debes decirlo directamente y que se levanten.
    Besos

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  9. ¡La bolsa es chulísima!

    No tenía ni idea de la expresión en catalán, qué gracia me ha hecho la anécdota del melón xD

    Con respecto a los asientos, yo en tu lugar los reclamaría. La gente tiene mucha cara...

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  10. La bolsa es una chulada¡¡
    Como me conoce Enrique, ya sabe el que estos temas me queman bastante, me pase todo el verano pasado, con las muletas y me ocurrio de todo.
    Ir con muletas, que te duela la rodilla y tengas que ir en autobus es muy estresante, al principio me daba verguenza, pero acabe reclamando mi derecho a ir sentada, eran pocas paradas, pero me daba que en una frenada hacerme mas daño, en fin, que no te cortes y dilo, pasada la primera vez ya no te dara apuro, al fin y al cabo son ellos los que deberian pasar verguenza y seguro que no la tienen o andan escasos de ella y de educación.
    Lo de "portar" suena raro, raro, nunca habia caido en ello jaja.
    Ah y "Diario de un ama de casa desquiciada" me esta gustando muchisímo, es como ver "Mad men", es un retrato devastador de una mujer, sincero, cruel, pero lleno de verdad, no es una lectura amable, pero me parece un buen libro.
    Perdona por el ladrillo, buen finde a los tres ;)

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  11. Yo montaría un cisco... que hay gente muy incívica por este mundo.

    Cuando leí la entrada de El inconsciente, no me fijé en la foto de la barriguita y ahora voy a quedar fatal porque pensaba que era un plato :P
    La bolsa es preciosa.

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  12. María Junto a una taza de té28 de mayo de 2011, 15:33

    Preciosa bolsa!! Y en cuanto a las personas que hay en este mundo...pues hay de todo, pero...es una lástima.
    Para que te rías...hace poco en el metro, me levanté de mi sitio y vi un hombre que a mi juicio, le vi mayor y cansado, le ofrecí mi asiento, y me miró bastante indignado, y me dijo que no, que por qué...en fin...
    Yo soy de las que siempre me levanto, pero también soy muy despistada, y a veces ando en mi mundo...o en las "musarañas" como me decían de pequeña. Pero casi nunca me he olvidado de para quién están reservados los asientos.
    Espero que no te pase con el niño en brazos, y el carro...en fin...
    Un abrazo!!

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  13. Al leer tu anécdota del traer/llevar me ha venido a la cabeza una imagen de la película "Al lado de la cama" recuerdas? El niño melón! jajajajajaja! http://www.youtube.com/watch?v=ub2UkgzoVMU

    La bolsita es una preciosidad y como littleEmily, he tenido que volver a mirar la foto, también pensaba que era un plato... sorry...

    No tengas vergüenza en pedir a alguien que te ceda el asiento. A veces la gente no está atenta pero si lo pides amablemente todos (o casi todos) te lo cederán sin problemas.

    Un beso.

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  14. Que ganas tengo de verle la cara!! Y de saber como se llama tambien... Todavia queda mas de un mes!!!

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  15. En fin, gracias a todos por los comentarios sobre la bolsa y por la insistencia en que pida que me dejen sentarme pero es que no me gusta nada y tampoco me gusta ir al azar y decirle al quien sea que me deje sentarme. Así que justo el viernes, al rato de escribir esta entrada, me tocó ir de principio a fin de pie porque nadie fue capaz de cederme el sitio (y me consta que más de una me vio y, además, se lanzó sobre un asiento que se quedó libre a pesar de todo). Manuel, que venía conmigo, estaba empeñado en hacer que alguien se levantara, pero yo me negué. Como decía Ángeles son ellos los que deberían avergonzarse, pero está claro que no.

    Crafty Marta: ¡felicidades! Me alegro mucho. Y ahora que disfrutes muchísimo de tu "bombón de niño" :)

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  16. Ay, ¡qué buena la foto de tu barriga verde!!! Me la había perdido.

    Yo juraría que había comentado en esta entrada. Hablando de lo de ceder el asiento: NUNCA, durante mi embarazo, me cedieron el sitio. Y después del embarazo (conste que no me quedé gorda) una vez que llevaba una blusa suelta me lo cedieron. No me hizo mucha gracia, la verdad. Creo que hay que decirles a los jóvenes que se levanten y cedan los sitios para embarazadas y/o personas mayores. No hace gracia decirlo una misma, pero si es la única salida...

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  17. Puede que dejaras el comentario, tal y como está Blogger últimamente creo que cualquier cosa es posible. Gracias, en cualquier caso, por dejarlo de nuevo.

    Me he reído con tu anécdota del asiento cedido cuando ya no te hacía falta, qué bueno auqnue ya imagino la poca gracia que le debiste de ver tú en el momento :D

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