Estamos de suerte porque al final nos arreglaron la caldera el viernes y el catarro se fue casi tan tápido como vino. A pesar de todo ayer tuvimos un sábado de repostería bastante light porque Manuel había tenido que trabajar por la mañana y no estaba muy por la labor de ponerse con nada muy complicado. Así que sacamos del armario una cajita de cookies Betty Crocker que ya llevaban en espera un tiempo considerable - sólo porque ya no tenían el factor sorpresa - y en, no sé, media hora ya teníamos las 29 galletas que habían salido.
El problema de las galletas es precisamente lo fáciles que son de comer: no pringan, no hay que cortarlas, no hay que comerlas con cuchara y la tentación de coger una cada vez que se avista el plato es demasiado grande. Así que diré que a estas horas aún quedan, pero lo cierto es que prefiero no contarlas (y además no sabría si contar esta que tengo delante justo ahora junto a la taza de té).
El viernes fue el cumpleaños - 203 años la moza - de Elizabeth Barrett Browning y estuve tentada de escribir sobre ella en el blog. Al final decidí dejar la celebración para hoy y dedicarle las galletas que - por lo menos a mí - siempre parece que hace más ilusión. Yo supongo que a Elizabeth Barrett Browning le hubiera gustado coger una recién sacada del horno o al menos eso deduzco del hecho de que en su habitación de soltera y enferma un tanto imaginaria en Wimpole Street hiciera tanto calor que pudiera llegar a incubar dos huevos de paloma sólo teniéndolos allí e incluso jugueteando con ellos a veces.
Por supuesto en la foto la representa mi feliz adquisición londinense de su poesía completa publicada por los editores de Charlotte Brontë en 1900.
Como ayer la repostería hoy la plancha - no sé muy bien por qué - también ha sido un poco light, pero eso no nos ha impedido disfrutar de las aceitunas - en absoluto light - ni de la película dominical. Hoy nos tocaba Carole Lombard de nuevo en Hands Across the Table (Candidata a millonaria). El título en español no me gusta nada, pero supongo que refleja bien las aspiraciones de esta chica dedicada a la manicura en un hotel neoyorquino que aspira a casarse con un millonario. Me repito pero, como siempre, nos ha gustado.
domingo, 8 de marzo de 2009
Cookies para Elizabeth Barrett Browning
Publicado por Cristina en 18:52
Etiquetas Álbum de fotos, Cine, Con las manos en la masa, Cosas de casa, Libros
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Ummm!! Qué buena pinta tienen las galletas!! Sabes?? Creo que este sábado he estado con esa caja en las manos, en casa de una amiga...qué cosas!!
ResponderEliminarPor cierto...¡¡menudo momento galleta y té!! Sólo de pensarlo...salivo, como el perro de Paulov
Elizabeth B. Browning...me gusta desde la adolescencia. Tengo poemas suyos anotados por varios cuadernos.
Y tu adquisición londinense...toda una maravilla. Y dónde lo adquiriste...también!!
Me alegra saber que te encuentras mejor y que ya hay agua calentita...
Besos
¡Qué curioso lo de la caja! Claro que creo que han abierto una tienda de La Cure Gourmande - que es de donde viene la caja - en Madrid cerca de la Plaza Mayor.
ResponderEliminarSabía que te gustaría Elizabeth Barrett Browning :)
madre mía, qué pinta tan buena tienen! el sábado pasé por delishop y no las compré de puro milagro... esto de ser buena es una mierda!
ResponderEliminarjiji... sé un poco mala la próxima vez que pases por allí :P
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