Cuando dije que el domingo volvíamos a la programación habitual lo decía con todas las consecuencias. Ayer tuvimos nuestro primer sábado de repostería de la temporada, el tiempo acompañó más o menos (no hacía frío pero por fin se podía respirar un poco; hoy ya no tanto) pero no hicimos ninguna entrada triunfal en la cocina ni nos pusimos un gran reto de inauguración de temporada. No, nos dedicamos a gastar una cajita de la Yellow Cake de Duncan Hines que hace unos días descubrimos que había caducado en julio. Pocos inicios de temporada son menos halagüeños pero lo bueno que tiene que desde aquí la cosa sólo puede ir a mejor, ¿no?
Por suerte hoy es domingo, hemos comido unos buenos trozos del bizcocho y de momento no hemos acabado en urgencias por intoxicación*. Además a eso se le puede sumar que el sabor del bizcocho no es rancio ni nada, sino bastante rico. Es muy ligerito, muy esponjoso y efectivamente, como su nombre indica es amarillito por dentro (igual que el blanco era blanco; Duncan Hines cumple sus promesas cromáticas). Debo confesar, eso sí, que me olvidé de engrasar el molde y el bizcocho se pegó un poco. Cosas de estar desentrenada. Pero en cualquier caso se puede decir que la rentrée repostera ha sido discreta pero exitosa.
El resto del verano lo hemos pasando haciendo helados, bastante normalitos - nada de sabores exóticos (cosa mía, que Manuel los probaría todos) - pero riquísimos. Aún no hemos probado a hacer ningún sorbete, pero todo llegará. De momento el domingo pasado pasamos por una tienda Veritas extrañamente abierta en domingo y de casualidad encontré un librito de recetas de helados y demás cosas frías. Será cosa de estrenarlo en un futuro no muy lejano.
La rentrée de la combinación plancha, aceitunas y película clásica fue el domingo pasado aunque durante las vacaciones no teníamos previsto hacer parón al final resultó ser que sí que lo hubo. Y en ese caso el domingo pasado sí que hubo inicio de temporada por todo lo alto: The Palm Beach Story (Un marido rico), con Claudette Colbert tan divertida como siempre (como siempre que yo la he visto, quiero decir).
Y hoy, después de desayunar nuestro bizcocho amarillo caducado, hojear con calma el periódico y tomar té en la taza que El País daba de Los Beatles (es bastante cutre, pero me hacía ilusión y por un euro tampoco se puede exigir gran cosa), hemos seguido con el ciclo de comedia de enredo por todo lo alto: To Be or Not to Be (Ser o no ser), dirigida por Ernst Lubitsch y último papel de Carole Lombard cuya frase "¿qué puede pasar en un avión?" se eliminó de la película (ahora la han restaurado, creo) después de que la pobre muriese en uno.
Ni hecho a propósito, claro, que hayamos visto esta película de 1942 que sucede en la Polonia ocupada justo en la semana que se ha conmemorado el principio de la Segunda Guerra Mundial justo con ese gesto del que en la película llaman "el señor del bigotito". El principio, con el hombre del bigotito "invadiendo" Polonia ha sido de los mejores y más divertidos principios de película que he visto y el resto de la película ha estado totalmente a la altura. Una verdadera delicia a la que probablemente llego tardísimo, claro, porque es de las más conocidas que hemos visto.
EDITADO al día siguiente: Ayer viendo las noticias nos quedamos de piedra cuando comentaron que el 11 de septiembre se estrena en el Teatro Alcázar de Madrid una adaptación teatral de precisamente Ser o no ser. Ya van dos casualidades: que la viéramos casi coincidiendo con el aniversario de la invasión de Polonia y que justo el día de verla hablen de ella por la noche.
* Sabiendo que hoy Carmen Laforet habría cumplido 88 años pensé en dedicársela, pero dedicar una tarta caducada - sobre todo antes de comprobar que en realidad no está mala - es un tanto feo. Así que otro año será.
domingo, 6 de septiembre de 2009
Bizcocho amarillo (caducado)
Publicado por Cristina en 18:42
Etiquetas Álbum de fotos, Cine, Con las manos en la masa, Cosas de casa
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Pues tu bizcocho tiene muy buena pinta. Y la taza no me parece cutre, la encuentro graciosa.
ResponderEliminarEsa película la vi hace muchísimos años y me gustó mucho, pero creo que ahora le sabría sacar más jugo. No sabía lo de la frase, suena como lo de la propaganda del Titanic. Mejor no tentar a los hados... :-)
Pues si puedes yo te recomiendo que la veas otra vez. A mí me gustó muchísimo-muchísimo.
ResponderEliminarMe encanta "Ser o no Ser"...la pongo en casa de cuando en cuando...me río mucho con ella. No sé si me atreveré a verla en el Teatro. Me gustó mucho la versión Ernst Lubitsch. Bss
ResponderEliminarAprovecho para decirte que cuando vaya a visitaros (y ya que parece que no me vais a poner el minibar y la tele de plasma en la habitacion de invitados) yo quiero hacer autentica vida "En Barcelona...", lo cual significa pelicula clasica el domingo (a no ser que me tengais y un plan mejor, y siempre y cuando no me hagais planchar) y reposteria el sabado (esto si o si). A ser posible no caducada, aunque el bizcocho tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarMaría: pues si te atreves a verla en teatro por fin ya contarás.
ResponderEliminarB: jejeje. Bueno, intentaremos acoplarlo en los planes. Si quieres hacer repostería se admiten sugerencias si quieres de algún bizcocho o algo que hayas visto por aquí. Siempre te puedo enseñar a hacer las cookies de Betty Crocker en condiciones ;)