Henrietta's War, de Joyce Dennys, es uno de esos libros que podrías leer fácilmente de una sentada y, sin embargo, prefieres prolongarlos un poco más. En este en concreto influía todo esto: la portada (de la misma colección que The Brontës Went to Woolworths), los dibujitos interiores y la delicia que es leerlo. Es tan inglés como el té de las cinco e igual de delicioso (como esta mañana en el desayuno).
Los ingleses, que no suelen tomarse a sí mismos demasiado en serio, son capaces de verle el humor a cualquier situación. Y una guerra - la Segunda Guerra Mundial - no iba a ser menos. Así que Joyce Dennys, ilustradora, decidió escribir una columna para la resvista The Sketch contando las aventuras y desventuras de un ama de casa, Henrietta Brown, casada con un médico que vive en un pueblecito costero de Devon (con la habitual pequeña aristocracia, cotilleos y demás, accesorios imprescindibles de cualquier pueblecito inglés ficticio que se precie). Joyce Dennys afirmaba no tener muy claro dónde acababa Joyce y dónde empezaba Henrietta, puesto que ella también era la mujer de un médico y le dio también sus mismos estudios de Bellas Artes a Henrietta. Eso sí, Henrietta ya supera los 105 años que supuestamente vivió la autora. Digo supuestamente porque en todas las fuentes aparecen las mismas fechas (1886-1991) pero en ninguna que yo haya visto se expresa la menor sorpresa ante tal longevidad.
Henrietta cuenta su historia mediante cartas a su amigo de infancia, Robert, que parece estar luchando en el frente. Cada carta aparecía publicada en un número de la revista y además estaba ilustrada por una o dos viñetas dibujadas, claro está, por la misma Joyce Dennys. Las cartas son una maravilla, divertidas a pequeña escala - de sonrisa y necesidad de relectura más que de carcajadas - pero es que las ilustraciones son una maravilla. Al menos para mí, que no sé hacer la o con un canuto y que cualquier dibujo que recuerde instantáneamente a lo que representa ya me parece una verdadera proeza.
El libro no habla de grandes batallas, sino de pequeñas batallas cotidianas, algunas complicadas un poco más a causa de la guerra mientras que otras siguen como siempre: la lucha contra las malas hierbas en el jardín, las pequeñas peleas entre los habitantes del pueblo, las mascotas, los habituales veraneantes que hay que sumar a los evacuados de guerra, la preocupación por una inminente invasión y por tener a un hijo entrenándose como soldado y a una hija trabajando de enfermera voluntaria (desconozco el equivalente exacto, si lo hay, de V.A.D.), la lucha por idear el menú del día que se ve aún más complicada debido al racionamiento y que aparece ilustrada en la viñeta superior. Henrietta comenta que parecía un juego en el que ella sugería y la cocinera decía que no podía ser. También está el hecho de que Henrietta y una amiga "evacuada" que tienen en casa decidan hacerse con cinco gallinas y para ello tengan que rellenar un formulario. Henrietta, que como tantas protagonistas de tantos libros ingleses, es un tanto dispersa, se ve obligada a llevarle el formulario a la siempre imponente señora Savernack, que entre otras cosas la apabulla con operaciones matemáticas a toda velocidad.
Se ha dicho muchas veces que tiene cierto aire a lo Provincial Lady (aún me queda mucho para llegar a The Provincial Lady in Wartime), aunque quizá el humor de Provincial Lady sea un poco más satírico - tampoco demasiado - que el de Henrietta's War, que al fin y al cabo formaba parte de aquello de mantenerse alegres y animar al país y hacer las cosas de buen grado, siempre intentando ver el lado más amable y todas las cosas buenas por las que merecía la pena luchar y hacer sacrificios. Eso sí, resulta curioso que en ambos haya una Lady B (aunque la de Henrietta es adorable y la de Provincial Lady claramente no, todo lo contrario) y un Robert (en Provincial Lady el marido insulso y aquí el amigo que recibe las cartas) y, lo mejor de todo, que tanto Henrietta como la Provincial Lady tienen problemas a la hora de recordar la mejor época para plantar bulbos.
A lo que sí que puede recordar es a la misteriosa - por ficticia, claro - columna de Juliet Ashton en The Guernsey Literary and Potato Peel Pie Society (La sociedad literaria y del pastel de piel de patata de Guernsey).
En cualquier caso, Henrietta's War es sólo la primera parte de la historia puesto que termina en plena guerra, el 31 de diciembre de 1941. Existe una segunda parte, Henrietta Sees It Through, que de momento está sólo disponible en segunda mano (quizá en Bloomsbury se animen también a republicarla) y que de una u otra forma sé que acabará cayendo en mis manos y, siempre que no sea verano, acompañándome en esos ratitos de sol (estos días según la hora y el día son agradables de nuevo) en los que da gusto sentarse a leer.
Henrietta's War tiene frases pequeñas y anécdotas más largas (alguna hasta con referencias al Quijote) que merecería la pena citar una detrás de otra (aunque para eso mejor leerse el libro), para citar aquí me he quedado con una de las más serias. Henrietta acaba de leer en un periódico el modo correcto de actuar en caso de que un bombardeo le pille a uno en la calle: hay que lanzarse a cualquier portal, tenderse en el suelo de forma que los pies queden hacia la calle y meterse un trozo de goma entre los dientes para que no revienten los tímpanos.
That we, with our electric light and wireless and Technicolor films, should have to throw ourselves into doorways with indiarubber between our teeth seemed just too madly fantastic as well as undignified.
Que nosotros, con nuestra luz eléctrica, nuestra radio y nuestras películas en Technicolor, tengamos que lanzarnos a los portales con goma entre los dientes me resultó demasiado loco y fantástico a la par que poco digno. (Traducción muy cutre y muy rápida mía).
Ya sabes que lo tengo así que lo único que puedo hacer después de esta entrada tan buena es adelantarlo en la lista.
ResponderEliminarAdelántalo, no lo dudes.
ResponderEliminarCristina, acabo de leer que Bloomsbury publicara la segunda parte en julio de 2010. Espero que con el mismo formato. Besos
ResponderEliminar¡Qué buenas noticias! A la wishlist que va.
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